miércoles, 15 de diciembre de 2010

JORNADA EUROPEA DE MOVILIZACIÓN SINDICAL.




El conflicto se extiende en los paises europeos castigados por el movimiento especulativo de los capitales financieros en un contexto político cada vez más enrarecido. La pérdida de autonomía de los gobiernos detentados por la izquierda / centro izquierda institucional se continua en una crisis política de la propia socialdemocracia europea, incapaz ni siquiera de elaborar un frente común entre los respectivos partidos políticos socialistas. De forma fragmentaria, hay alguna reacción en el ámbito de la representación política, tanto en lo que se refiere a la izquierda no socialdemócrata (ex o post comunistas, anticapitalistas y verdes) como, en el estricto ámbito europeo, a la hora de establecer una estrategia de resistencia frente a las medidas más decididamente antisociales, como ha sucedido en el Parlamento europeo y el rechazo de la directiva que permitía y alentaba la libertad de prestación de servicios laborales a lo largo del globo, en la línea de los proyectos de la OMC y en contra del resultado final de la directiva Bolkestein en la UE.


Así las cosas, el foco mas sólido de resistencia lo desempeña la izquierda social a partir de la figura del sindicalismo confederal, que es capaz además no sólo de funcionar como representante general de los trabajadores tanto con presencia activa en el mercado de trabajo como a los que lo han abandonado provisional o definitivamente, sino además de establecer agregaciones cada vez más sólidas con sectores por el momento alejados del sindicato, como los jóvenes, los precarios y los inmigrantes, y con otro tipo de sectores culturales y organizaciones sociales con anclaje en el territorio. El movimiento sindical es muy activo, y está comenzando a desarrollar una presencia continua en la sociedad a través de las movilizaciones en curso.


Es cierto sin embargo que el sindicalismo europeo no ejerce la función directiva que se requeriría, sino que se limita a una acción de coordinación de las propuestas que provienen de las confederaciones nacional-estatales. Y que, como lógico corolario, las movilizaciones se construyen fundamentalmente a partir de las problemáticas nacionales, y en atención a los calendarios urgidos por el panorama concreto de cada estado miembro. Pero sobre todo ello, el problema más importante es el de la dificultad, incluso para el sindicalismo europeo activo, de encontrar un terreno de encuentro y de consenso entre las distintas "sensibilidades" o modelos sindicales siempre existentes pero cuya diferenciación se refuerza hoy ante la "renacionalización" del conflicto social. El sindicalismo anglosajón o atlántico, el sindicalismo escandinavo y el alemán, son ahora sensibilidades que no convergen con el que resulta predominante en las movilizaciones del sur de Europa. Y el sindicalismo de los paises del Este, definido por su debilidad e implantación desigual, no supone un factor de acercamiento o de compensación en este escenario.


En España, los actos preparados por CC.OO. y UGT han estado cargados de simbolismo y de precisión, recargando las baterías para la manifestación del sábado 18 de diciembre. En Madrid,la asistencia a las concentraciones ante la CEOE y el Ministerio de Economía, han sido muy numerosas y han logrado una buena visibilidad del conflicto. La presentación de la Iniciativa Legislativa Popular, en la que se pone de manifiesto una forma de regulación de las relaciones laborales y del empleo de forma diferente y alternativa a la que se ha impuesto desde el poder financiero y posiciones empresariales de privilegio, es un elemento importante en la estrategia de respuesta en el ámbito español. El margen que existe de rectificación por parte del poder público tiende a cero en estos momentos. La dirección del asociacionismo empresarial está también inmersa en esta vorágine y todavía no se resuelve, lo que añade una dificultad a las dinámicas en marcha. El gobierno recurre a la legislación de urgencia y llega a utilizar la excepcionalidad política del estado de alarma como forma de regulación del conflicto corporativo de los controladores aéreos. Parece sin embargo que ha habido un cambio de tono en materia de seguridad social. En la última de las reformas previstas, la de las pensiones, se ha producido en efecto, un acuerdo político muy significativo, al que por primera vez se incorpora el Partido Popular. Y todo parece conducir a la necesidad de nuevas movilizaciones serias en el mes de enero.


La situación por tanto en Europa, al terminar el año 2010, sigue siendo líquida, con rasgos muy acusados de enrarecimiento y de desbordamiento del marco político electoral y parlamentario. Un escenario difícil en el que bajo la llamada a solventar la crisis del euro se está desenvolviendo una reflexión general sobre Europa y la relación entre las libertades económicas y los derechos sociales, y donde la incapacidad de la política de regular los movimientos de la especulación financiera y las agencias de calificación, orienta toda una serie de reflexiones extremadamente críticas respecto de la actuación que está llevando a cabo la Unión Europea y su alineamiento con las fuerzas del privilegio económico.

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