miércoles, 28 de diciembre de 2011

LECTURAS DE VACACIONES (III): LA TRADICIÓN DEL MARXISMO CRÍTICO


En el panorama editorial español, destaca la Editorial Comares, fruto del mecenazgo de Miguel Angel del Arco, que tiene una serie de colecciones no sólo sobre derecho del trabajo y de la seguridad social, sino de obras clásicas de la teoría política, de la teoría del derecho y de la economía política. El seleccionador e introductor de todas estas obras es Jose Luis Monereo, director a su vez de la colección "Crítica del Derecho", que acaba de publicar en esa misma editorial La tradición del marxismo crítico. Esta es otra de las lecturas recomendadas para estas vacaciones.

Era evidente que en estos tiempos de crisis las referencias a Carlos Marx iban a ser muy frecuentes. La amplitud de las mutaciones en curso y los procesos ideológicos y políticos que los acompañan en los países desarrollados provoca que sea ineludible recurrir a Marx como eje de análisis y cómo forma de aproximación a las respuestas esencialmente políticas que requiere la crisis tal como resulta formulada por los gobiernos y las instituciones financieras en esta fase de la globalización neoliberal. El marxismo – mejor declinado en plural, los marxismos – es sin duda alguna la corriente teórica con mayores posibilidades de establecer un análisis crítico de la realidad política y social y de sostener un discurso ideológico alternativo basado en la emancipación de los seres humanos. Desde esta percepción, José Luis Monereo acaba de publicar en la editorial Comares su libro “La tradición del marxismo crítico”, en la que subraya la importancia del marxismo – justamente adjetivado como crítico – en el devenir de las ciencias sociales en general y del derecho en particular.

Monereo recuerda que no hay un solo marxismo, ni tampoco ya un marxismo canónico, codificado en razón de las posiciones políticas de partido o correspondiente a alguna de las fases de construcción del estado socialista. Ese código cerrado está ahí, no sólo pertenece a tiempos pretéritos en los que socialdemocracia y comunismo se disputaban la interpretación de la obra de Marx como un cuerpo enteramente homogéneo y definitivo, pero se ha ido diluyendo en su importancia ante la desaparición del estado soviético de un lado, y la agónica crisis de identidad de una social democracia a la búsqueda de un autor que abriera una “tercera vía” entre capitalismo y socialismo. Marx habría huido de la política institucional y de los partidos obreros para expandirse en la acción de los sujetos sociales y, de manera muy especial, en la producción de teoría en las ciencias sociales. Ese es el objetivo del libro comentado, que plantea en su capítulo primero la tradición del marxismo que adjetiva como “occidental” y en otras ocasiones “radical” en “el orden de la mundialización neoliberal” y su virtualidad para explicarla y criticarla. A continuación el autor describe “la persistencia” de los análisis marxistas en diversas ciencias sociales, no sólo en lo relativo a la escuela de Frankfurt, la escuela de la regulación y el llamado marxismo analítico estadounidense, sino más en general en el campo del derecho, de la economía, de la sociología, de la filosofía y psicología, de la teoría política y en el de la historia, desgranando una amplia lista de autores pertenecientes a o determinados por el análisis marxista, que seguramente será polémica más por los que no incluye en la misma que por los que incorpora.

Esa “pluralización” del marxismo no es tratado por igual. Es posible que Monereo esté preocupado por la influencia que el socialismo liberal pueda tener como marco de referencia de muchos de los análisis marxistas, por lo que le asigna un papel central en el libro en su explicación y crítica, tanto en cuanto al desarrollo del capitalismo y su “derrumbe” como en lo referente a la teoría del estado y el llamado socialismo democrático, para lo que aprovecha algunos de los materiales críticos que había utilizado al editar “El socialismo evolucionista” de E. Bernstein, poniendo en el centro del análisis los interrogantes sobre la capacidad política de la socialdemocracia y su discurso ideológico. Se trataría en definitiva de establecer un diálogo permanente entre la crítica marxista y las posiciones que conjugan liberalismo social y socialismo. Sin embargo, resulta más sugerente el análisis que efectúa de la concepción del Estado y del derecho en el marxismo, con una muy potente capacidad de allegar visiones convergentes que se sitúan “entre la tradición y la renovación”, y que son especialmente interesantes en lo que se refiere a la teoría crítica de la función del Derecho en la organización de la sociedad.

1 comentario:

JOSE JESUS DE VAL ARNAL dijo...

DESDE ZARAGOZA. No dejeis de leer en estas vacaciones el Espiritu de Filadelfia de Alain Supiot qye ya está traducido al castellano. Fuera del ámbito del Derecho del Trabajo el libro de AMY GUTMANN sobre la Identidad en democracia donde se tratan temas con relación directa al Derecho del Trabajo. Felices vacaciones.