jueves, 31 de enero de 2013

LA CONTABILIDAD INTERNA DEL PARTIDO POPULAR






El titular del blog, ante las noticias que le llegan de España, acude ante la tumba de Machiavello para conjurar desasosiegos y encauzar su indignación. Luego reflexiona lo que sigue a continuación.




Estos señores y estas señoras decían que derrochábamos todo lo que generosamente nos habían dado, que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Nuestro salario era demasiado elevado, los servicios públicos demasiado costosos, Decían que el gasto público era excesivo y han reducido severamente los salarios a todos los funcionarios públicos, a las trabajadoras y trabajadores, reduplicando Estado y Comunidades Autónomas en esa carrera de degradación del valor del trabajo público. Decían que los liberados sindicales eran parásitos sociales porque su crédito horario se pagaba con cargo a los presupuestos generales del estado. Han favorecido el despido, han abaratado su precio, han disciplinado a los colectivos que se resistían a su dominio en los medios de comunicación.  Han restringido la libertad para negociar colectivamente las condiciones de trabajo, han denigrado a los sindicatos, han emprendido una ofensiva anticolectiva.  Han reducido las ayudas asistenciales, y han privado de domicilio a quienes perdían la casa, han hecho desaparecer la protección por dependencia mientras cuarteaban la escuela, y disolvían la organización de la salud pública. Estos señores y estas señoras han conseguido en un año desde que ganaron las elecciones en noviembre de 2011, aumentar la desigualdad, pulverizar la seguridad, incrementar el sufrimiento en el Estado español. 

Ahora sabemos que mientras hablaban en público y se reían en privado de sus medidas de reforma, mientras blasonaban de serios y austeros gestores, y organizaban empresas y consorcios para sustituir los servicios públicos, percibían generosos sobresueldos con cargo a las aportaciones públicas de los Presupuestos, recibían generosas donaciones de empresarios y constructores,  una renta personal  que se mantenía fuera de cualquier mirada externa. Pero hemos mirado, y hemos visto. La fuerza visual de esos cuadernos contables, la escritura minuciosa y el recuento exhaustivo del debe y el haber, muestra sin ningún pudor la realidad cotidiana de un grupo político dirigente de un Partido que nos gobierna ya sin legitimidad alguna, porque a partir de hoy no puede presentarse ante los ciudadanos y ciudadanas sin que todas y todos no recordemos esa caligrafía apretada del tesorero – y millonario emprendedor – Bárcenas. Ahora sabemos por qué se procesó y se condenó a Garzón expulsándole con saña innoble de la magistratura, y conocemos el mecanismo de silencio que se ha querido imponer a la investigación judicial. Pero ésta se ha emprendido, y no ha hecho más que empezar. Saldrán peores cosas, evidencias más terribles de esta clase dirigente y de su desprecio por la ciudadanía y por la democracia. Esa señora en nombre de  todos estos señores  y señoras pueden negar lo evidente y amenazar con tantas acciones judiciales como se les venga en gana. Nadie les cree hoy, y la mentira  acompaña sus voces por mucho que se repita cien y cien veces más una historia increíble de negaciones falsas. 

Disolver las cámaras y convocar elecciones es la única salida democrática. Lo ha pedido la izquierda plural. La militancia del PSOE y una gran parte de su electorado está también por esa línea. Seguro que también sectores dirigentes en su interior. Pero todo va al ralentí  y hasta se amenaza al PSOE con que el PP puede poner en marcha “el ventilador”. Recomendamos nosotros que se ponga el aspirador en ese momento para recoger los trozos de la porquería dispersa. Pero  no dejemos que crezca la antipolítica ni demos espacio a soluciones autoritarias y antidemocráticas, como el gobierno técnico sostenido por el centro – derecha e izquierda – que ejecute las reglas y pautas de la intervención del BCE y de la Comisión de la economía española. Estamos en un momento crucial y hay que seguir insistiendo en la movilización social y política que abra un camino democrático en medio de este paisaje desolado en el que nos movemos.

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