lunes, 22 de julio de 2013

LA BUENA ESTRELLA DEL PROFESOR PÉREZ DE LOS COBOS










En estos días se está hablando mucho de Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional  desde mediados de junio de este año por unanimidad. El diario El País ha dado a conocer que era militante del Partido Popular y que había pagado las cuotas al mismo después de ser nombrado magistrado del Tribunal Constitucional, en diciembre de 2010. Se trata de una figura pública que ha realizado su carrera profesional en el área de Derecho del Trabajo, por lo que a continuación se expresan algunas referencias sobre su persona y su relación política, en un intento de añadir informaciones y valoraciones personales que contextualicen la identificación política con el Partido Popular del “modesto profesor de universidad” como él mismo se autodefinió en la presentación ante el Senado y su buena estrella en su promoción institucional.

Aunque minoritaria en el ámbito universitario, hay una tendencia conservadora entre los estudiosos de derecho del trabajo. No tanto sobre la base de planteamientos ideológicos cuanto de una aproximación pragmática a la defensa del interés de los empleadores en las relaciones laborales. Muchos de ellos han compatibilizado su trabajo académico con la actividad de informes y de consultas. En algunos casos, los más conocidos, han mantenido una actividad profesional como abogados desde hace ya tiempo insertada en firmas colectivas de amplio alcance, en puestos de responsabilidad. La mayoría de estos profesores-abogados se proyectan en el espacio puramente empresarial, asesorando a empresas y a asociaciones empresariales, tanto transnacionales como estatales, asociaciones de sector o a la propia CEOE-CEPYME. En un segundo nivel, las relaciones de estos profesionales  se prolongaban en el trato de servicios con las estructuras de gobierno en el nivel autonómico y a nivel central, por así decir en un plano de autonomía de las relaciones laborales que se expresaba en la negociación o intermediación con las instancias públicas. El campo del asesoramiento puramente político al centro-derecha español en materia laboral no formaba parte de las prácticas establecidas a partir de las décadas de los 80 y de los 90 por los expertos laboralistas al servicio del poder económico. 

Esta figura la desempeñó, desde muy pronto, Pérez de los Cobos, aunque sin la visibilidad que por el contrario tenían otros profesores que orientaban y aleccionaban a los empleadores. Una anécdota personal me permitió conocer esta relación. En 1992-1993, parecía posible que en el Parlamento se lograra una ley de huelga mediante un acuerdo entre los grupos parlamentarios socialista y de IU principalmente con los sindicatos UGT y CCOO, sobre la base de un documento elaborado y discutido por un numeroso grupo de juristas del trabajo progresistas. En Albacete concebimos un acto público en el que se debatiera sobre este proyecto de ley de huelga, con participación de las fuerzas políticas más importantes. Por parte del PSOE mi colega Joaquín Aparicio consiguió la participación de José Barrionuevo, que entonces dirigía la comisión en la que se estaba gestando este acuerdo, recurriendo a su conocimiento que venía de antiguo. Yo me dirigí al PP, a Loyola del Palacio, que había sido mi alumna en la Facultad de Derecho de la UCM en 1988. Fue ella la que me dijo que en materia laboral, el asesor con el que contaban era Pérez de los Cobos, y que a él me debía dirigir  porque no tenían un diputado “idóneo” para un debate técnico y político como el que pretendíamos. Yo sin embargo no llamé a mi joven colega, aún profesor titular, porque en efecto lo que necesitábamos era un personaje público que diera visibilidad al debate y no dar visibilidad pública a un profesor como representante técnico de un partido. Con ello quiero decir que la relación entre Pérez de los Cobos y el Partido Popular debe venir de lejos, y esa “antigüedad” en la relación de asesoramiento y de consulta ha debido ser especialmente apreciada por la cúpula directiva del Partido y en especial por su secretario general, Jose Maria Aznar.

Más aún, me parece que este posicionamiento político no tenía el contenido retributivo que por el contrario si revestía el tipo de relación de consulta y de asesoramiento a las empresas y a asociaciones empresariales que llevaban a cabo otros exponentes universitarios del derecho del trabajo. Al menos esa es la explicación que dan algunos colegas a la enemistad manifiesta que a partir del concurso de cátedra a la Universidad Autónoma de Barcelona mantuvo con Salvador del Rey, socio del bufete Cuatrecasas muy activo en la elaboración del diseño estratégico empresarial no sólo en la Comunidad Catalana, con especiales relaciones con la CiU de Pujol. También con ello pretenden contextualizar su desapego crítico respecto de la realidad nacional (y nacionalista) catalana. En todo caso, su relación “externa” a la universidad, donde nunca perdió la condición de empleado público a tiempo completo, se desplegaba especialmente a partir de relaciones institucionales, como consejero del CES en el grupo de “expertos” nombrados por el gobierno, pero también en una serie de dictámenes y trabajos para entidades y organismos administrativas y públicas. 

El segundo gobierno de Zapatero y el quiebro realizado a partir de la crisis, posiblemente consolidó la posición política de Pérez de los Cobos como asesor orgánico del PP. Sus comentarios a las normas de aquel gobierno, alguno de ellos en colaboración con su discípulo, colaborador académico y posteriormente letrado del Tribunal Constitucional a él asignado, Javier Thibault, hacen pensar en una línea de justificación de la crítica política de aquellas decisiones afirmando su incoherencia y su insuficiencia, separada por tanto de lo que era el eje tradicional de la crítica de un nutrido grupo de universitarios laboralistas a las mismas. Aunque su posición se fortalecía como diseñador de la estrategia futura de las reformas, su perfil público no era reconocido como tal. De hecho, se había aproximado a las prácticas tradicionales de los asesores laboralistas de empresas que no se declaran profesores-abogados de manera explícita. Había formado una sociedad para realizar dictámenes y consultas jurídicas, y formaba parte del Consejo Asesor del Estudio Jurídico Sagardoy, una vez trasladada su cátedra a la Universidad Complutense de Madrid.

Es a partir de la Ley 35/2010 que brilla con mucha mayor intensidad la buena estrella de Pérez de los Cobos.  En la renovación del Tribunal Constitucional– tan retrasada por la imposibilidad de encontrar la mayoría requerida – el Partido Popular realizó un movimiento estratégico, el de situar el área de la regulación del trabajo y la seguridad social en el espacio intelectual conservador, pro-empresarial, frente a la tradicional presencia en este dominio de profesores con una clara orientación pro labour. El Partido Popular aprovechó además de manera inteligente que el gobierno socialista se abstuviera de proponer al candidato más adecuado y competente tanto en razón de su trayectoria profesional como por el hecho de haber sido votado y propuesto por una asamblea legislativa autonómica, Fernando Valdés, pospuesto seguramente en razón de su posición crítica ante la reforma de la legislación laboral llevada a cabo por el gobierno. De esta manera, tras el examen en el Senado, fue nombrado magistrado del Tribunal Constitucional por el RD 1787/2010, de 29 de diciembre, y habría de ser el único laboralista en el TC hasta la última renovación del mismo en la que el PSOE en la oposición propuso a Valdés, en un intento de compensar el movimiento estratégico del Partido Popular.

La posición clave de Pérez de los Cobos respecto al encauzamiento, orientación y límites del cambio político efectuado a partir de las reformas llevadas a cabo por el Partido Popular  - laborales, públicas, ciudadanas - desde una posición relevante en el Tribunal Constitucional, permitían desmontar una línea de defensa de las organizaciones sociales y de la izquierda política respecto de la vulneración de derechos fundamentales y garantías institucionales, y asimismo reformular y corregir los elementos más garantistas de la doctrina constitucional elaborada durante la etapa de la magistrada y presidenta del TC, Maria Emilia Casas. Este movimiento se refuerza a partir de la renovación de julio del 2012, con la conformación de una mayoría netamente conservadora en el Tribunal con la incorporación de personas como Enrique López, que había sido siempre vetado por el PSOE por su extremismo ideológico y su curriculum deficiente.

Además de esta ubicación central, Pérez de los Cobos situó a su discípulo y colaborador académico, Thibault, que había sido su letrado adscrito desde 2011, en la Dirección General de Empleo, en el Ministerio dirigido por Fátima Báñez, al que se le atribuye la redacción concreta del texto del RDL 3/2012. A la vez, el ya magistrado constitucional fue propuesto por el gobierno del Partido Popular para desempeñar el cargo de miembro de la Comisión de Expertos en aplicación de convenios y recomendaciones de la OIT, siendo  nombrado en la 313ª reunión del Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, celebrada los días 15 a 30 de marzo de 2012. Se plantearon algunas dudas razonables sobre la compatibilidad entre un magistrado del Tribunal constitucional en activo y el puesto de miembro de la Comisión de Expertos de la OIT, sobre la base de la prohibición que pesa sobre los miembros del Tribunal Constitucional de realizar cualquier tipo de asesoramiento legal, sea o no retribuido. Pero el resultado de la consulta permitió concluir que no era ilegal compatibilizar ambos cargos. Las quejas de los sindicatos CCOO y UGT ante la OIT contra la reforma laboral llevada a cabo por el gobierno popular – el RDL 3/2012 – se presentaron en mayo de 2012, de manera que su seguimiento y la fijación del ritmo con arreglo al cual deben ser examinadas, estaban asegurados. Por un lado, en el Tribunal Constitucional, se presionó para que éste no abordara el recurso de inconstitucionalidad contra la reforma laboral del PP mientras era presidente Pascual Sala y por tanto pudiera haber una mayoría “progresista”, mientras que en la OIT se dilataba el examen de las quejas sindicales para que no se produjeran antes de – y condicionando a – el fallo del Tribunal Constitucional.

Con la nueva mayoría del órgano constitucional, Pérez de los Cobos alcanza su cénit. Es elegido presidente por unanimidad. Es por consiguiente una posición decisiva, de extraordinario valor en la preservación del cambio político y social impulsado por el Partido Popular, desde la que puede administrar los ritmos y las discusiones sobre su constitucionalidad, asegurada por otra parte una mayoría ideológicamente afín al proyecto de gobierno. Algunas decisiones de orden interno, como la composición de las salas del Tribunal han garantizado este objetivo, reduciendo la capacidad arbitral de la Vicepresidenta. Pero ese diseño ha sido sacudido profundamente al conocerse su militancia partidista en el Partido Popular no reconocida ni explicitada en ningún momento, como si fuera un dato que conforma la privacy de un magistrado y no influyera en la necesidad de asegurar su imparcialidad.

No reconocerlo, no señalar que abandonaba su militancia, mostrarse como alguien “independiente” del fluir partidista mientras se había asociado voluntariamente al ideario político del partido popular que le proponía como magistrado, presentar su trayectoria profesional separada explícitamente de su compromiso político, todo ello es lo que ha generado una importante contestación a su persona, la petición de dimisión del cargo e incluso la pretensión de revisar algunas de las decisiones en las que él había intervenido. Aunque el Partido en el que militaba le defienda señalando su libertad ideológica o la nota de prensa del TC asegure la legalidad de su opción – frente a lo que opinan tres asociaciones judiciales – el ocultamiento de su militancia ha dañado la estrategia de captura institucional del TC por el Partido Popular del que Pérez de los Cobos era una pieza fundamental. Como señala la nota de la dirección de CC.OO., el problema es que no está en condiciones de velar por una actuación independiente del órgano, y su actuación ha generado un cuestionamiento evidente por parte de la ciudadanía del Tribunal Constitucional, “que tiene en sus manos el análisis y resolución de importantes iniciativas políticas para la vida de la gente, entre ellas, la constitucionalidad o no de la reforma laboral”. Este es pues el eje de la cuestión. La deslegitimación de un órgano como el Tribunal Constitucional, que aparece ahora, de forma evidente ante la ciudadanía, como un espacio de poder al servicio de la ideología y del programa de gobierno del Partido Popular, traicionando así su función de garante de los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífica narración de cómo el Partido Popular urde sus estrategias de apropiación y cooptación de una parte importante del poder judicial como es el Tribunal Constitucional. No solo están en juego futuros fallos de este Tribunal, como el recurso de inconstitucionalidad de la reforma laboral, sino la propia legitimidad del entero poder judicial.
Evitar este tipo de connivencia entre el poder político y el poder judicial constituye un objetivo prioritario que pasa necesariamente por la dimisión de todos aquellos leguleyos que se prestan a esta indecencia antidemocrática.
Saludos desde la sede destacada de Parapanda

Simon Muntaner dijo...

Recomiendo el demoledor artículo de Alez Grigelmo:

http://politica.elpais.com/politica/2013/07/21/actualidad/1374432621_205951.html

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho. ¡Perfecto¡ está escrito con mucha libertad y con sentido de la responsabilidad no solo acádemica sino etica, que hace mucha falta ante tanta corrupción y falta de principios.
Saludos desde una pedanía de Barrax MJR

Anónimo dijo...

Clarificadora la clarificación desde dentro.
A estos tipos se les ve venir; se definen durante años y años; en todos los ámbitos. Y, de pronto, zas, se aupan a las instituciones, incluso concitando mayorias.
Como dijo el clásico, "¡joder, que tropa!".
O el otro clásico, más cultivado: "quanta ràbia que tinc, potser cal ser gos des d'ara; quanta ràbia que tinc i no vull pas oblidar-la".
Desde San Fernando (de la bahía, no de Henares) JT

Anónimo dijo...

Es un relato realmente bueno sobre la 'trayectoria política' de Francisco Pérez de los Cobos. Su relación con FAES, think tank del Partido Popular, puede verse en un artículo publicado por esta Fundación titulado "Salarios y creación de empleo. La visión del jurista" (1998). Y su importante influencia en la reforma laboral de 2012, puede comprobarse en el artículo: Pérez de los Cobos, F. y Thibault J. (2010), “La reforma de la negociación colectiva”, en Relaciones Laborales n. 14 (Tomo II p. 1189 y ss.). En este artículo se propone el sistema de descuelgue salarial y de modificación sustancial de condiciones de trabajo que hoy forma parte del vigente art. 82.3 del Estatuto de los Trabajadores. Se trata, como bien sabes, de uno de los aspectos de la última reforma laboral que está incluido en el recurso de inconstitucionalidad presentado contra la misma. De esta forma, Francisco Pérez de los Cobos tendrá que pronunciarse sobre la constitucionalidad de una regulación que propuso él mismo, junto con el actual Director General de Empleo. ¿Podría decir que esta regulación es inconstitucional?
Desde Chamberí, cordialmente MLFR

Anónimo dijo...

: "¡Olé y olé! y el otro...., bueno, dejémoslo en "vaya tipejo". Pero así está el país. ¿Esto tendrá solución algún día? Aprenderemos todos, absolutamente todos, lo que es la democracia, la honestidad, la honradez, el bien común, el respeto a la "res publica", a la diferencia, etc. etc. En fin. ¿veremos ese día?"
Desde el portal de FB, la divina que su tio bautizó tal.

Anónimo dijo...

Pensavo che Paco fosse intellettualmente onesto e provvisto di esprit de finesse. Mi sbagliavo.
Hai fatto bene a disegnarne il ritratto. Spero che abbia la diffusione che merita.
Un fuerte abrazo.

Mikel Urruti dijo...

Quizás el mejor argumento contra la posibilidad de compatibilizar la militancia en un partido político y ser magistrado en el tribunal Constitucional se encuentre en los propios actos de Pérez de los Cobos. Por un lado no aireó el hecho de su afiliación en el Senado y, sin embargo pasados unos meses de su elección dejó de pagar las cuotas. Si estuviera convencido hubiera continuado abonado las cuotas y hubiera proclamado sin rumor ante el senado su militancia. Son los propios actos los que permiten deducir lo que en realidad piensa.

Anónimo dijo...

magnífica tu entrada en el blog sobre nuestro colega con tan buena estrella. Abrazos desde Yuste
J.

Anónimo dijo...

Ideólogos y perpetradores teóricos y prácticos del descuelgue y la modificación de condiciones reguladas en convenio, y no se os olvide, del término final a la ultractividad, que calcaron en la norma sin pensar siquiera los efectos y las posibles salidas, que no fueran ponerle flores a algún santo o virgen pidiendo el desbloqueo de la negociación... como hacía la propia Ministra tres días antes, con un domingo en medio, del temido 8 de julio...

Anónimo dijo...

"Pickupped por Nueva Tribuna:
http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/buena-estrella-profesor-perez-cobos/20130722142042094944.html

Anónimo dijo...

Informe de antecedentes digno de figurar como propio de cualquiera de los personajes de "O meu nome e Legiao" de Lobo Antunes. La misma sensación de que "ésto" viene de tan lejos que se ha confundido con la vida diaria, como parte del paisaje (y paisanaje). Tanta des-facha-tez no debiera ser consentida, pero lo es.
Como el resto de compañeros/as, por iniciales (desde el centro del ruedo ibérico, el socarral manchego), FMG.

Anónimo dijo...

Creo que se ha salido de madre el tema, no veo más que hipócrita el querer hacer ver que los magistrados han de ser independientes políticamente cuando los designan los mismos partidos políticos en proporción a su cuota de representación. Además estuvo solo como militante sin participación más que representativa en un trienio (se salió enseguida, no llegó al año una vez que fue magistrado) que auguraba el futuro horrible que se nos acechaba a todos.

Gonzalo Elices dijo...

Hpersonalmente a mi lo que me preocupa es que desde que yo recuerdo, el Tribunal Constitucional o, mejor dicho, quienes lo integran, siempre ha estado cuestionado. Y, lo que considero aún peor, en mi opinión ese cuestionamiento depende de la ideología de quien cuestiona.

Recuerdo que en su día ya se cuestionó que fuera elegido García Pelayo en vez de Aurelio Menéndez. Criticas que aumentaron con el voto de calidad de García Pelayo que decidió el sentido de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el asunto Rumasa.

Años después, se criticó, por otros, el nombramiento de Rodríguez Piñero, señalando que no solo había sido profesor de Derecho del Trabajo de Felipe González, sino que, además, era su amigo y, a mayor abundamiento, había firmado una resolución que avalaba los cacheos policiales sin indicio de delito, lo que le posicionaba, según esos criticos, su voto sobre la conocida Ley Corcuera.

Y lo mismo podría decir sobre los casos de Pérez Tremps, Casas Baamonde, etc.

en fin, que sea como sea, no hay manera de que tengamos por una vez un Tribunal Constitucional que no este cuestionado, bien por unxs, bien por otrxs, bien por aquellxs, etc.

De verdad. Qué hartura.

Hace unos meses, un diario publicaba que Valdés Dal-Ré mantenía su cargo como presidente de la Asociación Española de Derecho del Trabajo, lo cual era incompatible con su cargo de magistrado en el Tribunal Constitucional. Y se añadía que había sido asesor del Gobierno de Zapatero.

Cuando leí aquello, pensé, no sé si existe esa incompatibilidad, pero, de lo que si estoy seguro, es que Valdés tiene una preparación excepcional y que podía hacer una gran labor en el Tribunal Constitucional. Las preferencias ideológicas de Valdés son conocidas, pero, creo también en su profesionalidad y valía.

No conozco a Pérez Cobos como a Valdés, pero, igual, ocurre, que, pese a sus preferencias ideológicas, es un gran profesional y que puede hacer un excelente trabajo en el Tribunal Constitucional.

Gonzalo Elices dijo...

II

Yo parto de una premisa. No seamos mentirosos, son los partidos políticos quienes deciden quienes integran el Tribunal Constitucional. Así que, alguna afinidad siempre habrá. Por lo que, parto de que, estén afiliados o no, en la elección siempre hay una parte que se corresponde con una decisión política, cuestión distinta es que, si es de lxs míxs, yo diga, estupendo y si es de lxs otrxs, yo diga, tongo.

La elección de alguien, no siempre condiciona su posición o labor en el órgano en el cual ha sido elegido. Por poner un ejemplo, los consejos de las Cajas de Ahorro estuvieron integrados por personas designadas por partidos políticos y sindicatos, muchas de esas personas estaban además afiliadas y, salvo error, ninguna de esas personas denunció cuando había que hacerlo las tropelías que se estaban cometiendo. Vamos, que aquí no hubo un Edward Snowden. Daba igual la afiliación, nadie denunció lo que ocurría, así que, eso de la afiliación, no siempre es garantía de algo. Ya dijo Romanones, Vaya tropa.

Cuando en la época de Felipe González se nombró a Valdés como director general de la abogacía del Estado, ello fue criticado por dicho cuerpo puesto que no era "uno de los suyos". Sin embargo, se de abogadxs del Estado que trabajaron con él en esa época y reconocen que cambiaron de opinión debido a que comprobaron su gran valía.

Recuerdo que cuando se jubiló Borrajo Dacruz, hubo una gran ausencia del mundo del Derecho del Trabajo en su ausencia, motivado seguramente, cuestiones ideológicas. Sin embargo, yo tengo que decir que he oído a Borrajo hablar maravillas públicamente de Enrique Lillo.

En fin, que creo que este tema, está un poco salido de madre.

En cuanto a que ocultó su afiliación, estoy seguro que nadie se lo preguntó en el Senado. Por un lado, por que se sabía que era propuesto por el PP, así que, alguna afinidad tenía que tener con el PP, pero, es que, además, no estoy seguro de que alguien tenga que desvelar sus afiliaciones o pueda ser preguntado por ellas.

En cuanto a lo profesores de Derecho del Trabajo que defienden a empleadores, pues no sé dónde está el problema. Primero por que es otra de las partes en las relaciones laborales pero, es que, quien se dedica a la abogacía, debe creer en el derecho a la defensa. En Penal se aprende que hasta lxs peores criminales, tienen que tener alguien que les defienda y que si no aceptas eso, no te dediques a la abogacía. Y, por otro, se me ocurren muchos nombres de profesores que trabajan en despachos pro empresa, García Perrote (Uría&Menéndez), Sala Franco (Abdón Pedrajas y Molero), Sempere Navarro (Gómez Acebo y Pombo), etc., que son grandes profesionales del derecho de Trabajo. Lo que a mi si me preocupa es cuando, ya sean unxs u otrxs, hablan del soluciones en el Derecho de Trabajo con más rotundidad que quien se dedica a las matemáticas y así luego salen las cosas como salen, cuando en el Derecho del Trabajo, en mi opinión, las cosas no son negras o blancas. Sería bueno que tanto los que defienden el banco económico, como los que defienden el banco social, cambiaran alguna vez sus papeles para comprender otras posiciones.

Simon Muntaner dijo...

Querido Gonzalo:
Sinceramente me parece que el tema del post es otro. Nadie duda de la calidad de los asesoramientos jurídicos de los abogados - profesores a los que te refieres ( y a muchos más, como Durán López, Del Rey Guanter, Mercader Uguina, etc) ni se mantiene que para ser laboralista hay que defender los derechos de los trabajadores. Tampoco que exitan afinidades ideológicas en los profesores de derecho laboral - como en los de la física cuantíca. Aquí se habla de otra cosa, de una estrategia de captación institucional y de un ocultamiento que produce una deslegitimación del Tc más intensa que la que tradicionalmente ha sido llevada a cabo por el Partito Popular y Federico Trillo, hoy flamante embajador en Londres, como su cabeza visible. Gracias en todo caso por dejar tus comentarios en este modesto blog.

Anónimo dijo...

Vaya, ahora resulta que da igual si un magistrado del TC está -o ha estado- afiliado a un partido político mientras desempeña su función de custodio de la Constitución.
Resulta también indiferente la militancia política en el devenir de las carreras profesionales y las gabelas que este hecho comporta en el ejercicio de juzgar la constitucionalidad, por ejemplo, de la reforma laboral realizada por el Gobierno del partido en el que militaba Pérez de los Cobos.
Se sale de madre el hecho de que los partidos políticos diseñen estrategias destinadas a romper definitivamente con la separación de poderes.
Vaya, pues entonces da igual todo... Con estos argumentos, en un par de meses hemos superado todos los problemas que asolan a este país.
PT

Gonzalo Elices dijo...

Hola, Simón, Si no he sabido entender el artículo, me disculpo por ello, pero, sigo sin entender las alusiones que al principio del mismo se hacen a los profesores que asesoran a empresas o ejercen en grandes despachos. De hecho, algunx de ellxs empezaron a defender a trabajadorxs y actualmente defienden a empresas, pero, como bien dices, ese no es el tema.

Para mí el tema sigue siendo que, desde mi opinión, con independencia de la valía profesional, se necesita para formar parte del Tribunal Constitucional o de otras Instituciones, un cierto respaldo. Si no tienes ese respaldo, creo que es muy difícil acceder a determinados puestos. Pero, ello no solo se lo atribuyo al PP, sino también al resto de partidos políticos.

Creo que prueba de ello es que con el actual conflicto se nos ha recordado que el Auto del Tribunal Constitucional 226/1998, de 16 de febrero, señaló, en su fundamento jurídico tercero, que “La Ley Orgánica de este Tribunal, de aplicación prioritaria respecto de la Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley de Enjuiciamiento Civil no impide que los Magistrados de este Tribunal puedan pertenecer a partidos políticos -situación esta aún más vigorosa que la que se alega- y sólo les impide ocupar dentro de los partidos cargos de carácter directivo, pues una posible afinidad ideológica no es en ningún caso factor que mengüe la imparcialidad para juzgar los asuntos que según su Ley Orgánica este Tribunal debe decidir”.

Pongo el enlace la página web del Tribunal Constitucional para su oportuna consulta:

http://hj.tribunalconstitucional.es/HJ/es/Resolucion/Show/12801

Yo, ignoraba ese auto. He hecho una búsqueda en las hemerotecas de cuando se dictó ese auto y no he encontrado, igual no lo he sabido buscar, críticas a ese auto.

Para mí, si no se puede ser afiliadx a un partido político y magistradx al Tribunal Constitucional, lo debe ser para todxs, de modo que entonces, ese Auto, fue una barbaridad. Lo que no me vale es que para unxs sea así y para otrx asa. Intento explicarme. Lo que no me vale es que un día un presidente del Gobierno diga que va a iniciar conversaciones con el movimiento de liberación vasco y se diga que eso supone un valiente paso hacia la paz y años después otro presidente diga que va a iniciar conversaciones con el grupo terrorista ETA y se diga que eso es traicionar a los muertos. Lo siento, eso no me vale.

Esas posturas tan radicales conllevan a que unx no vea sus propias carencias. Se ha vendido que el fin de la ultraactividad era una liberación para las empresas que ya no se verían sometidas a pagar unos salarios desorbitados, olvidando que, gracias a la existencia de ese convenio colectivo, esa misma empresa disfrutaba de una clasificación profesional o de un régimen de faltas y sanciones.

Con el Decretazo de Aznar, en una conferencia, le escuche a De la Villa Gil que no debían adoptarse posiciones radicales y ponía como ejemplo que el tema de la colocación obligatoria para desempleados ya estaba contenida en las normas de colocación obrera que se dictaron cuando Largo Caballero fue Ministro de Trabajo.

No sé, me apena profundamente que, como decía, desde que recuerdo, el Tribunal Constitucional ha estado siempre cuestionado. Siempre. Hoy es el asunto Pérez Cobos pero, me temo que, en breve, nos enteraremos (esto es como el ping pong) de que otrx magistradx también está afiliado o qué sé yo. De verdad, qué pena.

Saludos,
Gon

Simon Muntaner dijo...

Querido Gonzalo:
Explico brevemente las alusiones del comienzo del post a los laboralistas pro-empresariales. Quería explicar que el espacio en el que se mueve su actividad de asesoramiento - el de todas las figuras que tu mencionas y las que menciono yo en la respuesta - es el de los intereses de las empresas (en especial transnacionales, que son muy fuertes) o de las asocaciones empresariales, de rama o territoriales), pero no el asesoramiento al partido político. En todo caso, la relación es con los gobiernos, pero no con los partidos. Y ese es el espacio que sin embargo ha ocupado Pérez de los Cobos, como asesor orgánico - ahora sabemos que también como militante - del PP. No se trataba por tanto de vituperar o de minusvalorar el saber técnico de los abogados-profesores, sino de marcar esta especialidad de PPC. Por otra parte, esa especialidad no ha impedido al hoy presidente del TC tener una sociedad mercantil a través de la cual facturaba en 2009 y 2010 unas buenas cantidades de euros a entes que no quiere revelar, y en ese silencio hay de nuevo un elemento de peligro porque puede sufrir, como el Tc dijo en el caso Pérez Tremps, en colusión con empresas o temas sometidos al juicio de constitucionalidad. En cualquier caso, de nuevo te agradezco tus comentarios en este blog de mis desvelos. Un abrazo

Gonzalo Elices dijo...

Hola, Simón, para confirmar lo que dices sobre que algunxs profesorxs laboralistas que asesoran y defienden grandes empresas, les ha condicionado de tal modo que olvidan lo que en su momento opinaron y, además, sin explicar ese cambio de opinión, lo cual nos priva a quienes coincidíamos con sus opiniones anteriores igual podamos darnos cuenta, como a ellxs les ha ocurrido, que estamos en un error y poder abrazar efusivamente sus nuevas opiniones, je, je, je.
En concreto, me refiero a Durán López y pego dos enlaces a dos artículos de cuando opinaba de otra forma.

Derecho de huelga y derechos de los ciudadanos
http://elpais.com/diario/1987/04/20/economia/545868001_850215.html

El presidente del CES dice que flexibilizar el despido deja los problemas intactos
http://elpais.com/diario/1992/11/16/economia/721868404_850215.html

No sé si él se da cuenta con el daño que hace por un lado con esos cambios de opinión (lo de entonces, lo escribía mintiendo o es ahora cuando miente) y por otro debido a que, para mí, esas nuevas opiniones que ahora defiende obedecen exclusivamente a los intereses de multinacionales expertas en todo lo que sea pisotear obligaciones laborales, fiscales, etc., nada que ver con el tejido productivo de pequeñas empresas español.
Otros, como García Perrote, pese a defender también a grandes empresas, considero que mantienen una actitud sosegada alejada de maximalismos.

Gonzalo Elices dijo...

Por cierto, Simón, un abrazo

Gon

Simon Muntaner dijo...

Vean la continuación de esta (penosa) saga en el blog decano de Parapanda:
http://lopezbulla.blogspot.com.es/2013/07/perez-de-los-cobos-y-silvio-befrlusconi.html

Simon Muntaner dijo...

En el servicio de La sexta, de 29.07.2013, una referencia expresa a esta entrada del blog:
http://www.lasexta.com/noticias/nacional/presidente-constitucional-fue-asesor-1992_2013072900189.html

Anónimo dijo...

Esta persona es tan débil que se ha dejado llevar por la ambición de creerse un ser superior Ó que unos cuantos lo han utilizado.
Sino, no se entiende que tantos personajes y hasta un partido político lo defienda hasta el punto de lo indefendible.
¿Se puede ser tan inocuo, vacuo, inconsciente y egoísta, utilizar palabras que ahora se les están volviendo en pedradas?
Mejor que callen aquellos partidos políticos que han olvidado la democracia para meter un personaje para su interés propio.
Esperemos que los españoles sean lo suficientemente cuerdos para entender que con este sistema político no se puede llamar democracia cuando el beneficio es para unos pocos "españoles".
Hace falta nada más y nada menos que un examen de humildad y valores humanos - es decir, preocuparse de sus compatriotas- y no de sus "plurientereses".

Anónimo dijo...

Adoración Guamán
El profesor Baylos nos narra la intrahistoria del iuslaboralismo. Gracias Simón Muntaner / Pedro Flinstone por el relato y por seguir sosteniendo el favor laboris dentro de una doctrina que tiende a alejarse de este "modesto" principio.

Gonzalo Elices dijo...

Hola, de nuevo, publico un enlace al blog jurídico del WSJ donde se contiene una entrada, obviamente en inglés, sobre la psicología del Tribunal Supremo que, como sabemos, en Estados Unidos hace también de Tribunal Constitucional. En fin, parece que, en “todas partes cuecen habas” y, por tanto, la imparcialidad de quien forma parte de determinados órganos, es objeto de interesantes estudios. Ahí va el enlace:

http://blogs.wsj.com/law/2013/07/26/the-psychology-of-the-supreme-court/

Anónimo dijo...

Vaya, con esta entrada parece que se ha inagurado "El Salvame" del derecho del trabajo...Que "chachi-progre"!!!!

Anónimo dijo...

Buenas tardes: Desde Zaragoza, Jesús de Val. Recordemos a Tony Soprano, que decía: De Etica no entiendo nada pero tengo reglas.
Un saludo y espero que puedas descansar.