martes, 6 de octubre de 2015

LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS DE PORTUGAL



Se han celebrado en Portugal elecciones generales el domingo 4 de octubre. Los resultados de estos comicios han sido presentados por los medios de comunicación empotrados en el poder económico como un triunfo del gobierno Passos Coelho, o, como algún periódico antes mejor informado escribiera con pasión y entrega, “Portugal avala en las elecciones las políticas de austeridad del gobierno” (El Pais).

La coalición de centro derecha “salió claramente vencedora” (ABC), “Passos Coelho, el hombre que acabó con la casta y aplicó las recetas de la troika” (El Pais), “Portugal avala la austeridad de Passos Coelho y otorga el triunfo a la coalición conservadora” (El Mundo), “Los mercados han celebrado las elecciones lusas, que dieron de nuevo el triunfo a la coalición conservadora” (La Razón) ¿Es ese el análisis que se puede desprender de las elecciones en Portugal? Veámoslo rápidamente.

Ante todo, el sistema de partidos en Portugal no se ha alterado especialmente desde los años 80. A la derecha se encuentran dos agrupaciones, una más corpulenta, el  PPD/PDS (Partido Social Demócrata) y otra más pequeña y subordinada, el  PP-CDS (Centro democrático y Social). En las elecciones del 2011, el PSD obtuvo el 38,63% de los votos y 109 diputados, y el CDS un 11, 74% y 24 diputados. En las presentes elecciones, ambos partidos se han presentado juntos en una coalición “Portugal al frente”, y han obtenido en total un 36,83% de los votos y 99 diputados. Han perdido más de 800.000 votos y 34 diputados. No parece por tanto que haya sido un triunfo, al menos en los términos que comúnmente manejamos como tal.

En la izquierda, clásicamente se confrontaban el Partido Socialista y el Partido Comunista. En este panorama apareció un nuevo sujeto de una izquierda radical pero de nuevo tipo frente a la “ortodoxia” del PCP, el Bloque de Izquierdas. En las elecciones del 2011, el PSP obtuvo el 28,5 % de los votos y 73 diputados, el PCP con los Verdes, un 7, 94 % y 16 diputados, y el Bloque de Izquierdas 5,19% y 8 diputados. Por el contrario en estas elecciones, el PSP ha subido a un 32,38% y 85 diputados, el PCP ha ganado asimismo ligeramente votos y escaños, un 8,27% y 17 escaños, y el Bloque de Izquierdas ha crecido de forma muy importante, superando al PCP, obteniendo 10,22% y 19 escaños. En términos generales, por tanto, las izquierdas tienen mayoría en votos y en escaños, lo que significa que el país ha girado claramente a la izquierda. Más de 350.000 votos más y 34 escaños.

Si analizamos territorialmente los datos, el mapa de Portugal aparece también escindido entre izquierda y derecha geográficamente. El sur y centro- oriente es claramente de izquierdas, el norte y centro – occidente es de derechas. El PCP aparece concentrado prácticamente en dos grandes regiones del sur – Alentejo, Algarve y una parte de la Lisboa industrial, pero es irrelevante en el resto del país. Por el contrario el Bloque de Izquierdas tiene una presencia más homogénea en todo el territorio, aunque son más fuertes en los centros urbanos de una cierta densidad.

Es por tanto una tendencia que repite lo que se ha vivido en Grecia, y anticipa posiblemente los resultados de diciembre en España. El PSP con Antonio Costa presenta un planteamiento crítico respecto de las políticas de austeridad, aunque ha resultado muy afectado por el escándalo que ha implicado a José Sócrates, antiguo primer ministro en el comienzo de la austeridad. Las relaciones entre los distintos grupos de izquierda son muy complicadas, y es tradicional el aislamiento político del PCP que por cierto ha hecho campaña por la salida de Portugal del euro. Este enfrentamiento se traslada al campo sindical, donde ha sido excepcional la elaboración de plataformas y movilizaciones conjuntas entre la CGTP-IN y la UGT fundamentalmente, de manera que ls grandes manifestaciones contra la austeridad se han organizado en solitario por la CGTP-IN, que mantiene una fuerte capacidad de movilización en los sectores industriales y agrarios del país.

 Desde esta desavenencia histórica es desde la que la formación de un gobierno de izquierdas en Portugal es algo complicado, y por eso una buena parte de los medios de comunicación, las instituciones financieras y una parte de los propios dirigentes del PSP estarían por un gobierno de concentración “a lo alemán” entre la coalición derechista y el Partido Socialista. Sin embargo, el Bloque de Izquierdas ha abierto la posibilidad de apoyar un gobierno socialista y el tema permanece abierto.

Al margen de cómo vaya a acabar la cuestión en Portugal, la moraleja de estas elecciones para la situación española es muy clara, porque prefigura un posible escenario en España. La derrota de la derecha no necesariamente implica la victoria de un bloque político contra la austeridad que pueda plantear en Europa un cambio de políticas y que recomponga la mayor parte de los daños al sistema democrático que se han realizado en el cuatrienio popular. La izquierda en Portugal ha ido dividida a las elecciones, manteniendo posiciones difícilmente de convergencia en un programa común. La inexistencia de una confluencia política a la izquierda del PSOE entre comunistas, verdes y bloque de izquierdas, ha lastrado esta opción como alternativas reales que puedan determinar las líneas centrales de un gobierno democrático y social que se posicione contra la política de austeridad y exija la reconfiguración de la deuda del país.


En España además, la derecha gobernante está siendo cuestionada no sólo desde la izquierda, sino desde un partido que da voz a capas burguesas urbanas y profesionales con una cierta modernidad. La confluencia por tanto desde la izquierda del bipartidismo sería una condición necesaria para lograr que en el caso español, la tendencia que se está verificando en los países del sur de Europa de rechazo de las políticas de austeridad y de las orientaciones de la gobernanza europea, se plasme en resultados que condicionen realmente las opciones de gobierno.

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