sábado, 19 de diciembre de 2015

JORNADA DE REFLEXIÓN




Hoy estamos en la Jornada de reflexión, concebida como un tiempo para que la ciudadanía repose del conjunto de mensajes recibidos a través de los cuales se emitían recomendaciones directas de voto. Definir ese momento como de reflexión seguramente no es lo más acertado no se asemeja mucho a lo que la gente en ese día hace y siente, pero permite al menos pararse un poco y pensar en los motivos del propio voto.

(Arriba, la encuesta última que ha publicado GESOP en el El periòdic d'Andorra, la foto inferior corresponde a una jornada de reflexión en 1977 en Albacete, donde se distingue a Jesus Alemán seguido por Joaquín alias el "Marranacas" (tal como nos los ha identificado Antonio Navarro)  aunque en un principio habíamos atribuido la imagen a Luis Collado, que estaba detrás ayudando a la reflexión colectiva de aquellos tiempos en los que el PCE se presentaba con sus propias siglas)

La fase inicial de reflexión no suele ir más allá de lo inmediato. Ante todo las encuestas, las últimas encuestas y prohibidas en España, desveladas sin embargo en Andorra, confeccionadas por GESOP. Remontada de Podemos, estancamiento de Ciudadanos, el PP no baja del 25 %, el PSOE compite por el segundo puesto con un 21%, IU-CUP puede obtener entre dos y cuatro diputados. Un cuadro complejo de representación parlamentaria en donde se dejará sentir el carácter plurinacional de España que el PP de forma torpe y autoritaria ha venido negando y entorpeciendo, y donde el bipartidismo como característica identitaria del sistema político va a resultar irremisiblemente dañado. No es sólo una cuestión de pactos, sino de comprobar si a través de la revitalización del debate político en el Parlamento se fortalece una cierta noción de la política de proximidad a los problemas centrales de la existencia social de millones de ciudadanos españoles. Claro que eso exigirá reformas, ante todo del propio sistema electoral, subrepticiamente mayoritario y no proporcional, y del reglamento de funcionamiento del legislativo, extraordinariamente concentrado en la presidencia y dependiente de modo pleno de las indicaciones del Gobierno. Un parlamento que tiene que rescatar la capacidad perdida de dirigir las políticas de gobierno en vez de ser la máquina de registro automática de las disposiciones emanadas por éste.

Pero la jornada de reflexión en una segunda fase evoca la memoria de estos cuatro años, desde noviembre de 2011 en el que el Partido Popular obtuvo un memorable triunfo que le consagró con la mayoría absoluta de los escaños. Son cuatro años de continuas humillaciones y ultrajes a la dignidad de las trabajadoras y trabajadores, y en general a las clases desposeídas, incrementando su subalternidad mediante la atribución de mayores dosis de poder a quienes ya lo tenían, robusteciendo las posiciones de imposición y de violencia institucional económica y de clase. Son años también de un inmenso ciclo de luchas que tiene su punto álgido entre 2011 – el 15M – y 2014, mediante las grandes movilizaciones del 2012 y el 2013, dos huelgas generales, centenares de miles de personas ganando las calles. Un ciclo de luchas que se ha traducido políticamente con ocasión de las elecciones municipales de mayo del 2015 en la conquista democrática de importantes ciudades del país, comenzando por Barcelona y Madrid, por candidaturas claramente de izquierdas y progresistas. Años asimismo en los que se ha podido visibilizar que la corrupción no es un hecho desgraciado que afecta a algunas personas que han abusado de la confianza que se les había entregado, sino una forma ordinaria de actuación en el espacio público, que sostiene prácticas de partido y define las políticas de gobierno, por lo que es extremadamente difícil que pueda ser reprimida por los aparatos institucionales de que dispone el sistema democrático.

La memoria de los cuatro años se pretende oscurecer y disipar en una especie de neblina mediática. Los grandes medios de comunicación se han convertido en elementos activos de intervención de los poderes económicos en el sostenimiento y apoyo de su dominio. No es sólo la apropiación partidista de los medios de comunicación públicos, sino la alineación homogénea de los medios privados en un elogio del presente y en la falsificación del recuerdo de la etapa de la austeridad y de los recortes sociales permanentes, de la corrupción como estilo de partido. Los medios de comunicación son los grandes persuasores de la ciudadanía a la que pretenden convencer de que el actual estado de cosas es inevitable, es irreversible y además es ineludible. Y junto a ellos, una legión de expertos, economistas, juristas, sabios oficiales que reiteran esa inevitabilidad e irreversibilidad de las medidas adoptadas, en ocasiones acompañándola de ditirambos y elogios superlativos. En la jornada de reflexión sin embargo, es oportuno recordar qué es lo que  ha sucedido en la realidad de las cosas, como también quiénes fueron los agentes políticos que desencadenaron acciones y formas de resistencia constante, que desarrollaron estrategias para evitar o amortiguar los efectos más terribles de las decisiones de gobierno lesivas de derechos. En esa posición estuvieron los sindicatos, las mareas ciudadanas, las plataformas de afectados, los movimientos sociales, pero también Izquierda Unida y, a partir de 2014, los círculos de Podemos. Conviene recordarlo para no olvidar que en ese ciclo de luchas no todos los agentes políticos contrarios al PP tuvieron una presencia significativa.

Recordar por tanto es reflexionar. Saber también que las políticas europeas que imponen al sur de Europa y en especial a España un horizonte de degradación de derechos y de pérdida de soberanía política son en efecto creadas y mantenidas en el estado mayor del partido económico-financiero global que representa hoy el gobierno de la UE con el BCE y el FMI, pero que para su aplicación en España – como en otros países – es necesario el acuerdo con el gobierno de los mismos. Es decir que sólo ha sido posible este panorama de desolación democrática y de injusticia social gracias a la colaboración decidida e imprescindible del gobierno de España, y eso ya a partir del 2010, pasando por la reforma de la Constitución en el 2011 mediante el pacto PSOE-PP. Esa es la razón por la que se ensañaron con Syriza en Grecia, como señal evidente de que la autonomía política de un país tiene que eliminarse ante el plan diseñado por el partido global del capital financiero en la UE, pero el bloque anti-austeridad ha añadido a sus filas al gobierno de Portugal, que con evidentes limitaciones está reaccionando con medidas igualitarias y que se fortalecería de manera muy importante con la presencia de una economía ya determinante en el plan global europeo como la de España. Ese es un punto decisivo, que conducirá seguramente muchos de los debates en el inmediato futuro, también en relación con compromisos internacionales como los que se deducen del TTIP y del tratado gemelo con Canadá.

Reflexionar asimismo sobre el futuro. Votar quiere decir también compartir un proyecto, aunque éste no tiene por qué ser realizable en el corto plazo. Lo que no impide pensar en que el voto produzca también efectos inmediatos. En ese campo se han movido muchas promesas electorales justas e imprescindibles. Derogación de la reforma laboral, derogación de la ley Wert, regulación de la dación en pago, reformular los derechos sociales, cambiar la Constitución. Eliminación del formidable aparato de represión ciudadana que supone la Ley Mordaza, el Código Penal, impedir la incriminación penal de los huelguistas.  Crear mínimos de subsistencia, aumentar el gasto social, invertir en la enseñanza y la sanidad pública y reservar su campo de actuación universal y de calidad. Son todas ellas reivindicaciones para el mañana inmediato, de aplicación en el corto plazo, sin ellas no se concibe el cambio político. Y no todos los agentes políticos lo defienden, aunque es posible encontrar una relativamente amplia convergencia en ciertos aspectos de entre los reseñados. IU-CUP y Podemos si lo sostienen en su totalidad, entienden la urgencia de lo inmediato como forma de afirmar el giro necesario a las políticas precedentes, la confirmación de la eficacia de las luchas emprendidas.

La reflexión sirve también para recuperar la esperanza, saber que la política ha llegado también al proceso electoral, que es posible intervenir en él para lograr cambiar las cosas, cambiar la propia vida a través de la consecución de mayores niveles de igualdad real, de espacios de libertad que impiden padecer la violencia económica y la degradación social de millones de ciudadanos que tienen derecho a vivir decentemente y a mejorar sus condiciones de existencia social, cultural y colectiva. Buena jornada de reflexión, amigas y amigos lectoras de este blog.




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