lunes, 21 de diciembre de 2015

RESULTADOS ELECTORALES. PRIMERAS IMPRESIONES


El resultado de las elecciones del 20 de diciembre se diferencia completamente de los que habitualmente se venían realizando en nuestro país, sobre la base de un bipartidismo completado con el apoyo intermitente de los partidos nacionalistas vasco y catalán. La situación ha cambiado radicalmente. A continuación se insertan unas breves anotaciones sobre los mismos.

Los resultados de las elecciones han sido recibidos con inquietud por los medios de comunicación. Haciendo una síntesis de sus titulares se puede resumir el sentido de su intranquilidad, que El Mundo lo precisa muy claramente: el resultado electoral ha derribado el bipartidismo y ha “dejado en el aire” el nuevo gobierno (que es también el titular de ABC). El actual presidente, Mariano Rajoy, es por tanto un presunto damnificado por las consecuencias del voto. El Pais  insiste en que pese a haber ganado las elecciones, el PP “tendrá muy difícil formar gobierno”, La Razón advierte, curándose en salud, que Rajoy deberá hacer frente  a una “pinza anti PP”, y, de forma más directa, Ediario.es afirma que el 20-D “marca la puerta de salida de Mariano Rajoy". La preocupación por la dirección de la gobernanza está presente en todos los medios, aunque en Catalunya se insiste en el reconocimiento electoral de la pluralidad nacional española – “Gana la España plural”, afirma La Vanguardia – y sólo Público.es coloca en titulares la posible salida a la izquierda de este proceso, al afirmar que “la izquierda se convierte en una alternativa factible de gobierno”. Un panorama complicado, que en Sinpermiso.es se define como un “empate estratégico”.

Los datos son posiblemente nos digan algo más sobre este escenario. Han votado más de veinticinco millones de españoles, lo que significa un 73,16% del censo electoral, teniendo en cuenta que casi dos millones del mismo están en el extranjero y las dificultades para que votaran han sido insuperables, como se ha aludido en este mismo blog Impedir el voto de los que están fuera de España . De esos 25 millones, el PP ha cosechado 7,2, el PSOE 5,5 e IU menos de un millón, 922.000 sufragios. Son los partidos que, junto con UPyD, más votos han perdido respecto de las elecciones del 2011, que sellaron una etapa de la crisis y permitieron al PP afrontar en solitario la tarea de aplicar las políticas de austeridad y de recortes sociales que causaron la degradación de los derechos democráticos y de las condiciones de existencia de la mayoría de los ciudadanos. En términos absolutos, el PP ha perdido 3,6 millones de votos y 63 escaños, lo que no le ha impedido alcanzar el primer puesto con un 28 % de porcentaje. Nada extraordinario para un partido que ha hecho de la corrupción su estilo de gobierno y que ha escondido a su líder retirándolo de los debates públicos, consciente de su imagen negativa. Las posiciones del PP tienen una gran solidez sin embargo en una buena parte de la población española, aunque su retroceso sea evidente y posiblemente sin capacidad de recuperarse en el corto plazo.

El otro gran partido clave, el PSOE, ha perdido  un poco menos de un millón y medio de votantes y 20 escaños, situándose en el peor resultado de su historia desde el comienzo de la democracia en las elecciones de 1977. Con todo, no ha sido sobrepasado, como algunas encuestas pretendían, por Podemos, y sigue siendo el primer partido de la izquierda, que por consiguiente podría iniciar las conversaciones para obtener una mayoría parlamentaria suficiente para formar gobierno. La orientación a la izquierda no es sin embargo una propuesta que satisfaga a una buena parte de las corrientes del PSOE ni a los poderes fácticos que éstas encarnan. Sin embargo, la pervivencia de Sánchez como líder del PSOE depende de su capacidad para formar gobierno. Si no lo logra, es segura la crisis interna del partido y su sustitución por otra persona.

En el espacio electoral, han irrumpido dos nuevos actores con gran fuerza, Ciudadanos y Podemos. El partido de Albert Rivera ha tenido un gran éxito al conseguir 40 diputados correspondientes a tres millones y medio de votantes, el 14% del total. No obstante, las expectativas que las encuestas habían alimentado eran mayores. Su presencia ubicua en los medios y en especial en la televisión, la propaganda extensa que sus propuestas habían recibido, le asignaban en las encuestas finales porcentajes entre el 16 y 18%, entre 54 y 58 diputados. Ha sabido crear un espacio en el centro derecha con fuerte implantación en capas medias urbanas que no soportan los episodios continuos de corrupción del PP y sus actitudes neofranquistas. Su sintonía con las políticas europeas de austeridad y su concepción unitaria del Estado español le colocan en un espectro decididamente conservador, pero no cuenta con suficientes escaños como para garantizar la continuidad del gobierno del PP.

Con mucha más fuerza se ha consolidado la presencia de Podemos en el Parlamento. Para este momento nacieron, han recordado sus dirigentes, y han irrumpido de manera impetuosa, a través de una propuesta articulada y diferenciada en razón de la diversidad plurinacional española, lo que ha permitido que acudieran en unión con otras fuerzas políticas, entre ellas IU, en Catalunya y en Galicia – donde han obtenido 12 y 6 escaños respectivamente – y en Valencia con Compromís – donde han logrado 9 puestos – mientras que en otras regiones como Andalucía o Madrid, en las que la confluencia con IU habría dado mejores réditos electorales, ha concurrido en solitario. Sumando los votos de las confluencias – casi dos millones en su conjunto – Podemos ha obtenido 5.200.000 votos, más del 20% del total de los emitidos. Pablo Iglesias ya ha enunciado los ejes de las medidas que va a defender en los pactos para formar gobierno: el refuerzo y blindaje de los derechos sociales ciudadanos como la vivienda, la sanidad o la educación, la reforma del proceso electoral, y el abordaje de un proceso de consultas que permita una nueva configuración plurinacional del Estado español y en concreto en Catalunya, donde la coalición En Comù / Podem ha sido la candidatura más votada.

Izquierda Unida, presentada como Candidatura de Unidad Popular, ha obtenido 922.000 votos, en lo que parece ser su suelo electoral, que ya alcanzara en las elecciones del 2008, donde una parte de sus votantes se desplazaron al PSOE para permitir la victoria de este frente al PP. Ha perdido 750.000 votantes respecto de las elecciones del 2011, y los dos escaños que ha obtenido en Madrid no le dan la posibilidad de tener grupo parlamentario, salvo que llegue a algún acuerdo, posiblemente con ERC, para un préstamo “técnico” de diputados a esos efectos. Aunque en Catalunya hay dos diputados que pertenecen a ICV-Euia, y otro de EU en Galicia elegidos en las candidaturas de confluencia, el compromiso electoral de éstos es el de formar grupo propio y por tanto no sirven a ese propósito. Cabe sin embargo un "préstamo" transitorio que permitiría, según el reglamento, esta posibilidad con los diputados de IU inscritos en la confluencia catalana En comú. IU ha sido desbordada en su base social por la presencia de Podemos a la vez que ha sido de nuevo víctima del sistema electoral. Es evidente que si Podemos hubiera aceptado la propuesta de IU de converger electoralmente en todas las circunscripciones, las consecuencias habrían sido muy superiores en número de escaños. Una simulación de eldiario.es situaba en ese caso el score en 85 diputados. Pero así casi un millón de votos de IU no han sido aprovechados en el impulso hacia el cambio político y social que esta fuerza también propiciaba junto a Podemos.

Los partidos catalanes han tenido una presencia contenida. ERC, que debería haber sido un fenómeno electoral en ascenso, ha defraudado sus propias expectativas, y casi empata con la nueva marca de Convergencia, Democracia y Libertad (DL) con 9 y 8 escaños respectivamente. No es previsible sin embargo que ambos partidos puedan, como si lo hizo CiU en el pasado, apoyar a un gobierno del PP, en abierta hostilidad mutua. Más posible sin embargo sería el acercamiento de ERC a un posible pacto de PSOE-Podemos en el que se incluyera un calendario para la consulta en Catalunya sobre su independencia con el Estado español.

En el Pais Vasco, los partidos tradicionales han retrocedido ante el fenómeno Podemos, que ha afectado especialmente a Bildu, que ha perdido 116.000 votos y cinco diputados. El PNV ha perdido asimismo votantes, aunque en menor cantidad, 22.000 y ha ganado por el contrario un escaño. Podría ser también un apoyo a un pacto PSOE-Podemos.

El panorama es por tanto complicado. No es conveniente sin embargo deducir que la situación de “empate” se corresponda con los votos emitidos. Es el sistema electoral el que ha logrado el empate técnico o esta situación anómala. La suma de votos de PSOE, Podemos e IU arroja un resultado de 11.637.624 personas, mientras que la de PP y Ciudadanos da la de 10.708.821. Es por tanto evidente que las posiciones de la izquierda han obtenido casi un millón de votos más que las de la derecha. Si a ello unimos los votos de los partidos nacionalistas que son claramente contrarios a las políticas del PP, la distancia se amplía considerablemente en la intención declarada de los votantes opuesta al gobierno de Rajoy.

Es ahora el momento de la política parlamentaria, de la capacidad de llegar a puntos de encuentro desde el amplio arco que lleva desde las posiciones de centro a la izquierda. Por vez primera en el parlamento español tiene una densidad política muy importante la izquierda alternativa, que deberá hacer efectiva, no sólo en la negociación para lograr gobierno, sino en la discusión parlamentaria y en la reivindicación de la política como espacio de discusión y de creación de opinión pública. Posiblemente en los próximos días veremos cómo funcionan las presiones de los poderes privados para recomponer en su favor una situación que no les conviene. La gobernanza que han pretendido obtener en las urnas no les ha sido dada, pese a todos los esfuerzos mediáticos y manipulatorios realizados. Seguiremos atentos a los acontecimientos de los próximos días.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sitúa al PSOE en el espectro político de la izquierda y si nos atenemos en exclusiva, allí donde ha gobernado, a sus políticas, éstas nos dicen que es un partido claramente de derechas: recortes de derechos laborales, fiscalidad regresiva (más a la mayoría trabajadora y menos a la minoría elitista y rentista del capital, con bajada de los impuestos directos, Renta y Sociedades, los más progresivos, disminución o eliminación de otros sobre el capital como: patrimonio y sucesiones, y aumento de los indirectos: IVA y especiales, que al ir al consumo afectan más a aquellos que mayor porcentaje de sus ingresos dedican al consumo, la cesta de la compra, que son los más pobres) en definitiva, subida a los pobres y rebaja a los ricos. Junto con una flexibilización del la regularización financiera y bancaria, así como la privatización de las empresas y servicios públicos, los conciertos con la sanidad y educación privados, las ETT, etc.
Pues esos hechos y no las siglas, nos dice que el PSOE es un partido de derechas, aunque más liberal, tolerante en temas sociales como el feminismo, aborto o matrimonio homosexual, que el conservador PP, en lo esencial son ambos de derechas. Uno, el PSOE, de una derecha neoliberal en lo económico y liberal en lo social y, el otro, el PP, igualmente neoliberal pero conservadora.
Por lo que calificar al PSOE de izquierdas en pretencioso por no decir capcioso o falaz.
Un saludo.

Antonio Firentino dijo...

Sin embargo querido anónimo, la gente que vota al PSOE no está apostando por el neoliberalismo, sino por una cierta composición regulatoria de los procesos económicos; hay una franja importante de votantes del PSOE que se inscriben directamente en la izquierda social, y que creen que es importante influir en determinar políticas reformistas especialmente en materia de trabajo y empleo, servicios públicos de sanidad y educación, impuestos progresivos. Es decir, hay una importante tendencia socialdemócrata que se expresa a través del PSOE y sobre la que es muy reductivo entender que son todos votantes neoliberales. Es además importante comprobar que en esta campaña el PSOE ha virado a la izquierda reformulando muchas propuestas electorales sobre lo que realizó en el 2010, como el tema de la derogación de la reforma laboral, el tema de las pensiones, una fiscalidad progesiva, etc. Es bueno que el PSOE se desplace del centro izquierda y mire a su izquierda real. Nada de capcioso o falaz, tampoco tendencioso ni pretencioso, un análisis que usted querido anónimo no comparte, pero que sin embargo me parece correcto.