sábado, 13 de agosto de 2016

EL DIA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD Y EL TRABAJO DE LOS JÓVENES. NADA QUE CELEBRAR.




Hay fechas señeras para todos los gustos. No sólo se conmemoran luchas imprescindibles para la construcción de la civilización democrática – el 1 de mayo, el 8 de marzo – o para recordar la necesidad de asegurar derechos sociales básicos. La práctica de dedicar un día del año a un evento importante para un Estado – el dia de la proclamación de la república, el triunfo contra el nazifascismo, la exaltación de un prócer – se acompaña de días de homenaje a figuras sociales significativas – el dia de la madre, del padre, del amigo – o de profesiones – el día del abogado- que varían según los continentes y las prácticas sociales. El 12 de agosto se ha declarado el día de la Juventud, pero es lo cierto que este estado vital se encuentra en un evidente deterioro en el contexto de crisis económica en el que nos hallamos desde hace ya demasiado tiempo en nuestro país. Este hecho ha sido puesto de manifiesto por un comunicado que Jóvenes CCOO ha realizado, aprovechando precisamente esta efeméride triste en todo el Sur de Europa afectado por las políticas de austeridad desde hace más de cinco años.

Jóvenes CCOO recuerda que hoy tienen un empleo aproximadamente la mitad de jóvenes de entre 16 y 29 años que en 2008, según el Instituto Nacional de Estadística. En esa misma franja de edad, el 28% de las personas que trabaja lo hace a tiempo parcial, frente al 17% de hace ocho años; de hecho, mientras actualmente hay 424.300 jóvenes con una jornada parcial no deseada pero aceptada ante la imposibilidad de conseguir un trabajo a jornada completa, en el segundo trimestre de 2008 quienes se hallaban en estas circunstancias eran sólo 271.200. La temporalidad juvenil se ha disparado en los últimos meses hasta situarse por encima del 64%, y el salario medio anual de los menores de 25 años no supera –según la Agencia Tributaria- los 5.757 euros (14.276 euros en el caso de quienes tienen entre 26 y 35 años). La frialdad de estos datos implica que la situación laboral de los jóvenes ha empeorado notablemente en estos siete últimos años, y que el empleo juvenil es cada vez más sinónimo de empleo precario, en donde resalta el empleo del tiempo parcial como forma – tipo de la explotación del trabajador y trabajadora joven.

Junto a ello, el sindicato constata que en este espacio acotado por la edad de dan formas de inserción en el empleo no laborales, en muchas ocasiones fraudulentas, que implican asimismo la privación de derechos sociales para este colectivo. Se mencionan así las frecuentes imposiciones del trabajo autónomo como oportunidad de empleo, en una buena parte integrante de lo que se viene a llamar ‘falso autónomo’, así como a extensas prácticas de empleo sumergido, que además carecen de control público. Y, como telón de fondo, siempre el paro. El desempleo  aún afecta al 34% de la juventud menor de 30 años- y, lo que cada vez más se asocia a este fenómeno, el riesgo de pobreza o exclusión social (38,2%, según la Encuesta de Condiciones de Vida, lo que convierte a este grupo de edad en el más vulnerable.

La creciente e inaceptable precarización social y económica que golpea en su día a día a la inmensa mayoría de las personas jóvenes, las incapacita para planificar y desarrollar proyectos de vida a medio y largo plazo. Esta circunstancia se evidencia en el descenso constante de la tasa de emancipación juvenil: en la actualidad, según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, sólo dos de cada diez menores de 30 años viven fuera del hogar familiar.

Jóvenes CCOO intenta, desde la constatación de esta situación nefasta, algunas medidas de concienciación de la opinión pública así como la de proponer la extensión de la organización sindical como forma de reaccionar e incidir sobre esta problemática. Concretamente, “para llamar la atención sobre estos hechos y con el fin de combatir la resignación en torno a ellos”, se ha iniciado una campaña en redes sociales, con la finalidad de que “la juventud que padece estas situaciones de precariedad comprenda que no se halla frente a problemas de carácter individual que puedan ser afrontados de manera aislada, sino que forman parte de un modelo económico injusto y fracasado al que sólo se puede hacer frente y al que únicamente se pueden arrancar derechos desde la unión y la organización sindical”.

Junto a ello, se proponen algunas medidas legislativas específicas para este sector, que se condensan en la creación de una renta mínima garantizada que, entendida como derecho subjetivo, proteja a quienes se encuentran en edad laboral y, queriendo trabajar, carezcan de empleo y de ingresos suficientes para mantener un nivel de vida digno. Según cálculos del sindicato, 390.359 jóvenes de entre 18 y 30 años podrían beneficiarse directamente de esta prestación. Con todo, la política de solidaridad del sindicato no debería separar las nociones de renta y trabajo, porque se perdería el principal atributo de la ciudadanía, el de conseguir un trabajo libremente elegido. Este debe seguir siendo el elemento central a reivindicar.

Naturalmente la derogación de la reforma laboral y en concreto la reformulación de la contratación temporal y a tiempo parcial, la exigencia de controles públicos que eviten el incumplimiento de la normativa laboral sobre el trabajo autónomo, la vigilancia y sanción sobre el trabajo no declarado, irregular e inmigrante, son elementos de re-regulación de las relaciones laborales que tienen una influencia decisiva en el trabajo de los jóvenes. El objetivo del sindicato además no puede ser el de ofrecer a los jóvenes un trabajo cualquiera. El objetivo del máximo empleo es inseparable del de la mejora de la calidad del trabajo, la reducción de los espacios de precarización del trabajo y desarrollar un sistema de formación permanente.


Es muy correcto aprovechar el día de la juventud, como ha hecho Jóvenes CCOO para recordar este momento terrible en el que las políticas de la austeridad y las reformas laborales – de las que ya nadie habla en este momento de discusión política sobre la formación de gobierno, y que en el programa del PP se mantienen inmutables – han sometido a este grupo de ciudadanos a una práctica exclusión del trabajo de calidad, impidiendo el desarrollo de su profesionalidad, a la vez que degradaba las condiciones de un empleo posible, de bajos salarios y fundamentalmente sin derechos sociales, y empujaba a una buena parte de los mismos hacia la pobreza y la exclusión social. Un día de la juventud en el que realmente no hay nada que celebrar. No cabe la resignación ni la impotencia ante estas situaciones. Se precisa un cambio radical al respecto.

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