jueves, 20 de abril de 2017

ESCENARIOS DE LA CRISIS Y LA ACCIÓN SINDICAL



La segunda jornada del Congreso de la Federación de Industria de CCOO que se desarrollaba en Toledo, ha permitido que la importante representación de delegados de oros sindicatos europeos y globales, hayan acudido al seminario internacional organizado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM, en el Convento de San Pedro Mártir, donde se discutía sobre la desregulación laboral producida por la globalización financiera remachada, en el caso europeo, por la política de austeridad de la nueva gobernanza económica. Al final de la jornada, ya en el lugar del Congreso, se ha celebrado una mesa redonda en la que se ha puesto el énfasis en algunas experiencias nacionales de especial relieve para la acción sindical, entre las que destacaba desde luego la situación en la que se encuentran Europa y el Reino Unido tras el brexit.

La jornada ha comenzado con una visita turística de los invitados extranjeros al complejo arquitectónico en el que está situada la Facultad, con una incursión a la iglesia del convento y a la tumba de Garcilaso de la Vega junto con la vista imponente desde la terraza del centro sobre la ciudad de Toledo. El seminario se celebró en el Aula Magna del centro, situada en la parte del convento de Madre de Dios, precedido de un almuerzo en la antesala de la misma. Laura Mora dio la bienvenida a los presentes por parte de la UCLM y Juan Blanco hizo lo propio desde la Federación de Industria de CCOO, enlazando esta actividad con el debate sindical que tanto a nivel europeo como a nivel global tenía planteado el movimiento sindical. A continuación intervinieron Antonio Baylos por la UCLM, Angélica Jiménez como responsable de internacional de la IG Metall alemana y cerró el turno de intervenciones desde la mesa Maurizio Landini,  secretario general de la FIOM-CGIL italiana, que se centró en el objetivo de reunificar el mundo del trabajo como eje de la acción sindical que debe naturalmente coordinarse tanto a nivel nacional-estatal ( que parecía ser la propuesta más segura ) como a nivel europeo y global, aunque conscientes de la debilidad de estas estructuras supranacionales. Tras las intervenciones de los miembros de la mesa, hubo un animado debate en el que intervinieron, entre otros, Ivana Galli, de la Federación Agro alimentaria de la CGIL, Isidor Boix y Cristina Faciaben de CC.OO., Luc Triangle de Industriall Europe, y otros dirigentes sindicales europeos.

Posteriormente los más de cuarenta sindicalistas asistentes al seminario se encaminaron a la sede del Congreso, donde se efectuó una mesa redonda, dirigida por Juan Blanco y con la presencia del Secretario General de la Federación, Agustín Martín, en la que se analizó la emergencia de propuestas de regulación de las relaciones laborales en diferentes países, como Gran Bretaña, Francia, Italia y España, que representaban una interesante convergencia entre juristas y especialistas en relaciones laborales y sindicalistas y que deberían ponerse en común y encontrar los puntos de avance y desarrollo posibles, junto con la conveniencia de iniciar espacios de convergencia europeos que coordinaran las propias plataformas de los convenios colectivos en diferentes países, o la convergencia en acciones en tema de género, recuperando la capacidad de intimidación del sindicato abierto en el plano de las movilizaciones a otras organizaciones sociales. 

Tras las intervenciones en ese sentido de Antonio Baylos  y de Nicanor Cue, de la FGTB Metal de Bélgica, habló extensamente del Brexit y de las consecuencias muy negativas del mismo tanto para el Reino Unido como para los propios trabajadores europeos Simon Dubbins, el secretario general del Metal de Unite, el más grande sindicato británico, que explicó el autolesionismo que se había producido en Inglaterra por sectores importantes de la propia clase obrera, y el desplazamiento de la pésima situación de inseguridad laboral creada por décadas de políticas neoliberales en Gran Bretaña al “burocratismo” de la Unión Europea y a la inmigración, sin que la izquierda ni el propio sindicato hubiera podido contrarrestar con su discurso la deriva ultraderechista y xenófoba que subyacía a las posiciones que vencieron por estrecho margen en el referéndum de junio. La perspectiva sindical ahora se centra en garantizar en todo caso la protección de los puestos de trabajo y la inversión, la garantía de permanencia de las leyes laborales y sociales que en gran medida provienen de directivas europeas y que el gobernó conservador quiere revisar, “una a una” para dictaminar su subsistencia o no, y exigir la participación de los sindicatos en la negociación de las condiciones de salida de Gran Bretaña de Europa. No es posible aceptar una solución que pretenda mantener el pleno acceso al mercado de bienes y capitales del Reino Unido – por lo demás la unidad del mismo será puesta en entredicho como consecuencia del brexit – sin que se garanticen los derechos laborales y civiles que reconoce la Unión Europea y forman parte del “pilar social” de la misma. Juan Blanco leyó por último un mensaje de salutación del secretario general de los metalúrgicos norteamericanos y canadienses, y Agustín Martín cerró el acto ante más de doscientos delegados e invitados al Congreso.

En síntesis, ambos encuentros han venido a subrayar que la solidaridad internacional es la clave para forjar el futuro y que no hay reductos nacionales que puedan escapar al plan neoliberal que quiere imponer sus diseños estratégicos de recorte de la democracia y de restricción de los derechos laborales, remercantilizando un trabajo fragmentado y dislocado que da lugar a enfrentamientos entre los propios trabajadores, dentro y fuera de sus respectivos países. Frente a ello, la capacidad de reformular nuevos escenarios constituye el gran reto para la acción sindical.



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