Autovonvocado por un grupo de amigos, se ha realizado en Madrid, en el Paraninfo de la vieja Universidad de San Bernardo, un homenaje a Enrique Ruano Casanova, estudiante de Derecho asesinado por la policía el 19 de enero de 1969.
La Universidad Complutense de Madrid ha acogido el homenaje que un grupo de amigos - Manolo Garí, Javier Pastor, Lola González Ruiz, Jose Maria Mohedano, José Manuel Gómez Benitez y la hermana de Enrique, Margot Ruano - han convocado para conmemorar el cuadragésimo aniversario de su asesinato a manos de la policía franquista. La historia es conocida y se ha vuelto a recordar estos días en la prensa. Enrique Ruano fué detenido y luego torturado en la DGS, y, trasladado por tres policías a efectuar un registro en un piso de unos amigos, fué arrojado por el patio desde un séptimo piso. El asesinato se quiso presentar como suicidio y el diario ABC se prestó a esta villanía realizando una serie de reportajes en los que insistía en esta hipótesis sobre la base de extrapolar algunas notas privadas que la Policía había encontrado entre sus papeles al registrar la casa. La reacción de los estudiantes fué muy importante, el régimen declararía enseguida el Estado de excepción en todo el territorio nacional, aunque a partir de ese momento comenzaría su inevitable declive hacia su desaparición, dejando eso sí una estela de muerte, desolación y sufrimiento.
De los tres policías, solo uno de ellos estuvo de baja durante dos años por depresión. Otro de ellos fué condecorado por el Ministro de la Gobernación, Fraga Iribarne, por sus méritos derivados de sus acciones durante el Estado de Excepción; el tercero se jubiló con la máxima categoría de comisario en el distrito de Tetuán en 1996. En 1989 se reabrió el proceso, y el abogado de la familia pudo conseguir, contra todo el aparato burocrático y el paso del tiempo, pruebas abrumadoras de la tortura y del asesinato. Al cadáver le habían aserrado limpiamente el hueso de la clavícula para hacer desaparecer la marca de un disparo, la coartada de los asesinos se reveló falsa e inverosímil. La magistrada ponente entendió que había habido asesinato pero que al carecer de pruebas sobre el autor material del mismo, no podía condenar a ninguno; los otros dos magistrados entendieron que no se había probado el asesinato aunque si las torturas, pero que estas últimas habían prescrito. El caso está ahora en el Tribunal Supremo de nuevo, intentando una revisión del mismo.
En el homenaje de hoy, han hablado sus amigos Garí, Zárraga y Pastor; Mohedano ha recordado especialmente a Lola González, que era la novia de Enrique y luego se casó con Javier Sahuquillo, asesinado en el despacho de los abogados de Atocha siendo ella misma gravemente herida en el mismo. Ha cantado Maria del Mar Bonet la impresionante que volen aquesta gent que trucan de matinada, canción que compuso con Lluis Serrahima al conocer la noticia de la muerte de Enrique; Gómez Benitez, como abogado de la familia, ha comentado la reapertura del sumario y la sentencia, Peces Barba ha intervenido como abogado de tantos represaliados del TOP de entonces, y Margot Ruano ha cerrado el acto con la lectura de un poema dedicado a su hermano.
La sala estaba repleta de gente, que se agolpaba también en la entrada. Y la presencia institucional ha sido muy significativa e importante, cosa que no es muy común en estos actos de la memoria histórica. Estaban los presidentes de las Cortes y del Senado, los Ministros de Justicia y de Interior, muchos diputados y senadores, Rectores de las Universidades de Madrid, y un buen número de magistrados y miembros del Consejo del Poder Judicial, junto con exponentes relevantes del sindicalismo - Fernandez Toxo como secretario general de CC.OO. - y del profesorado universitario.
Nadie puede olvidar este pasado. La democracia necesita recordarlo.
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