jueves, 13 de enero de 2011

EXPLICAR, INFORMAR, DEBATIR: HACER POLÍTICA.






La negociación entre el gobierno y el sindicalismo confederal español sobre la reforma de las pensiones se ha ido transformando para abordar otros temas aún abiertos, como la reforma de la negociación colectiva y el debate sobre las políticas activas de empleo. Se aprecia un cambio de discurso sindical, que recupera el importante documento propuesta del 2009 en el que exponía la necesidad de un gran pacto social y político para que las distintas fuerzas representativas, en sus respectivas competencias, acuerden un marco de referencia de la política económica y social. La posibilidad de “explorar” este acuerdo ha sido refrendada de forma abrumadora por el Consejo Confederal de CCOO y por el órgano de dirección correspondiente de UGT. La nueva perspectiva parece en consecuencia aceptada por los órganos sindicales como una propuesta dotada de racionalidad política. En efecto lo es, puesto que implica una forma de encarar la salida a la crisis muy diferente a la que el Gobierno ha ido llevando a la práctica desde mayo de 2010, y de la que hay manifestaciones tan importantes como el Acuerdo sobre el Empleo y la Negociación Colectiva 2010, 2011 y 2012 cuyos contenidos y función han sido anulados por la reforma laboral de la Ley 35/2010.

Se sabe que los procesos de negociación requieren zonas de sombra y discreción como condición para llegar a un acuerdo, pero el cambio de discurso que se ha producido necesita ser explicado, y no sólo a la estructura interna o a los dirigentes sindicales. De lo contrario, la explicación proviene de medios ajenos a la autonomía sindical que contaminan el razonamiento y la estrategia de estas posiciones sindicales. Es importante porque desde fuera del proceso de negociación que se está desarrollando, hay manifestaciones de personas muy señaladas que insisten en que se ha adoptado ya la decisión sobre el retraso de la edad de jubilación. El carácter definitivo de su alargamiento a los 67 años ha sido reiterado por el propio presidente Zapatero en la presentación anual del informe económico de su gabinete, por el vicepresidente Rubalcaba, y, naturalmente, por el Comisario de Economía de la Unión Europea, Olli Rehn, quienes siguen manteniendo que esta reforma del sistema de pensiones es ineludible, y no puede ser condicionada a la conclusión de un acuerdo. En consecuencia, hay que explicar qué es lo que hace que este discurso oficial que considera la negociación como un fenómeno adhesivo a un hecho consumado no interfiere de manera decisiva en que los sindicatos planteen, de manera verosímil, un acuerdo global social y político, recuperando así la propuesta del 2009, por lo demás planteada en una situación económica y política muy diferente a la actual. Y, en análogo sentido, es importante relacionar el contenido de este acuerdo global con el planteamiento sindical de la Iniciativa Legislativa Popular, es decir, con el proyecto alternativo a la regulación de las relaciones laborales que ha impuesto la Ley 35/2010, cuya difusión y continuidad era prioritaria en los próximos meses.

En la cultura sindical española “clásica”, la asamblea, tanto de trabajadores como de delegados, tiene una función decisiva no sólo en un contexto de movilizaciones y de huelga – donde resulta imprescindible, como se comprobó recientemente, en la huelga general del 29 S - sino en la transmisión de la información y valoración que la dirección del sindicato hace de una situación concreta y de las propuestas de avance sobre la misma. Mediante las asambleas, se traslada al conjunto de la organización y a los trabajadores en general, la interpretación que el sindicato hace de un momento concreto, las medidas de acción y las estrategias que arbitra, y el escenario futuro en el que se coloca el sindicato y su capacidad de reforma de la realidad laboral en la que se inserta. Esta función de transmisión de la información, ayudada y complementada por otros canales de información y redes sociales, permite asimismo que los afiliados y los trabajadores conozcan, participen y debatan ese plan de actuación y las estrategias concretas que se quieren llevar a cabo. Informar, explicar y debatir son las condiciones de existencia de la participación democrática en la acción sindical, y, por eso mismo, son las condiciones de existencia de un sindicalismo activo, con presencia decisiva en los lugares de trabajo, y capaz de movilizar a los trabajadores en la defensa de sus intereses.

Explicar es una necesidad no sólo “hacia dentro”, con efectos sobre los trabajadores y afiliados. El sindicalismo español ha sido capaz de agregar a su lucha a otros movimientos sociales y reivindicativos muy dispares, entre los cuales destaca la capacidad de atracción sobre gentes de la cultura, intelectuales y artistas. También en esta vertiente “externa” de tan importante presencia pública, la información y el debate resultan imprescindibles, para evitar incomprensiones o alejamientos ante un cambio de discurso sindical que resulta opaco y por consiguiente interpretable desde posiciones y miradas que lo pueden reconducir a actitudes o conductas de entreguismo o de electoralismo que no se corresponden con la realidad.

Informar, explicar y debatir, por tanto. El sindicalismo español está haciendo esfuerzos lo suficientemente importantes en la reconducción de las salidas a la crisis como para que no se conozca su actuación y sus propuestas de interpretación del momento concreto y de la situación concreta en la que nos encontramos. Se ha establecido un ligamen fuerte de confianza entre los trabajadores y trabajadoras españolas y el sindicalismo confederal, reconstruyendo una representación directa de mayorías sociales que en el plano político se había visto defraudada. No se debe permitir el deterioro de esta doble relación, tan productiva en términos democráticos.

7 comentarios:

  1. Y, por otro lado y al mismo tiempo, la mayor o menor intensidad de esa doble relación será sintomática de una mayor o menor identificación entre los intereses de las cúpulas orgánicas sindicales, los de sus bases y los de los trabajadores.

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  2. Más de lo mismo o como seguir chupando de la misma teta sin morderla: antes diálogo social, ahora pacto global, después...

    ... todo sea por el empleo, no importa su calidad, (los últimos, y no tan últimos, datos de la EPA así lo indican)...

    ... usted y su blog hermano "Metiendo bulla", hermanos siameses del "sindicalismo confederal" siempre con la misma cantinela: haciéndonos comulgar con ruedas de molino...

    ... porque por más que diga el anterior comentario de Rebell Grissen, la identificación de intereses de las "cúpulas órganicas sindicales" y la de los trabajadores es apenas inexistente (en el sector financiero, con COMFIA a la cabeza del seguidismo empresarial, es así)...

    ... por tanto, esta "venta de producto" que nos quiere ustedes hacer de estas "negociaciones maratonianas" no cuela, de ahí que el "palabro" huelga general suene mal a estas alturas de lograr un "pacto global"...

    ... "!A las mariscadas¡" es el nuevo grito de guerra de su "sindicalismo confederal", acabadas las "maratonianas negociaciones"...

    .

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  3. A Humillado y ofendido:

    ¿Y para decir esta banalidad te pones la capucha? Sigue, sigue así: no llegarás (políticamente hablando) ni a la taberna de la esquina: o sea, el orujo te lo tomas en casa. Aguardentosamente tuyo, JLLB

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  4. Para humillado y ofendido:
    Habla usted igual que esas mujeres que echan pestes de las feministas, y que cren que los derechos les han caido del cielo, como dice Lopez Bulla, que banalidad...
    A veces hay que comerse algunos platos de gambas para poder llevar un plato de lentejas a casa!
    Mis respetuosos saludos a este blog

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  5. De la negociación de la reforma de las pensiones a la negociación de un pacto global, con congelación de la avisada huelga general hay un salto que efectivamente no se ha explicado. Conviene, pues, que exista una información y explicación transparente, más allá de este salto cualitativo en la negociación entre Gobierno y Sindicatos, acerca de los objetivos que persiguen las organizaciones sindicales. De otra manera, el debate se torna realmente imposible.
    Por último, parece igualmente necesario que la propuesta de negociación de un pacto global sea reconocido y aceptado por las partes de la negociación, no vaya a ser que suceda como con la negociación de la reforma de las pensiones, donde una parte afirmaba estar negociando, mientras que la contraparte, durante el proceso de negociación, ha estado convenciendo a la ciudadanía de las virtudes de la reforma "adoptada". PT

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  6. Comparto mucho de lo dicho por Baylos, aunque creo que tal vez, si el discurso sindical puede resultar opaco es porque, en general, no se ve que sea el Gobierno quien esté encarando la salida de la crisis de forma diferente, a como lo ha hecho desde mayo de 2010, sino que son los sindicatos los que están aplicando ahora una política de "malmenorismo" ante la perspectiva de tener que instalarse en una resistencia, ajena a los usos y costumbres sindicales de los últimos quinquenios, y que no tienen un relato que lo justifique, en parte por lo probable del fracaso de la negociación: "si ponemos condiciones a la rendición y luego no nos las aceptan tendremos que seguir luchando".

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