Con el título "El año perdido entre Berlusconi y Monti", Rossana Rossanda ha publicado un artículo traducido en español en Sin Permiso, en el que previene sobre una situación dramática para los países del sur de Europa ante la política europea de la austeridad.
Dice Rossanda:
Estamos perdiendo
demasiado tiempo. Tertium non datur porque no existe una izquierda
suficientemente fuerte para dotarse de una política convincente y distinta de
la austeridad. Sin embargo, no significa caer de la sartén del caballero de
industria a las brasas del neoliberal de una pieza. Son ya tantas las voces de
los expertos que lo advierten: por este camino la Europa del sur está cayendo
en un agujero cada vez más profundo, en una crisis de sociedad cada vez menos
transitable. Por mucho que se royera bien el gasto público, aun con más energía
y equidad que Monti, hasta que no se produzca un giro en la economía, el
empobrecimiento del 90% de la gente continuará hasta límites insostenibles. Ya
lo son: el porcentaje de parados en el continente, más del doble en el caso de
los jóvenes en busca de empleo, pesa como una losa. En torno a los cuatro
millones declarados en Francia y más que presuntos en Italia, con al menos otro
tanto de precarios y trabajo en negro, sobre todo de mujeres y
extranjeros, y la mitad de la fuerza de trabajo que vacila o se encuentra ya
bajo el umbral de pobreza. La esponjosidad de la Italia de los años 70 y 80 ya
no existe, la diferencia entre rentas del trabajo y del patrimonio, mobiliario
o inmobiliario, que revolotea en los mercados mundiales, se ha invertido a
favor de los segundos, y no hay rastro de la lucecita que Monti decía adivinar
al final del túnel. Los indicios de crecimiento de Europa, ya
muy bajos, no aciertan más que a disminuir y hasta el Fondo Monetario
Internacional advierte: atención, si no crecéis vais camino del abismo.
Y ese mismo pensamiento lo tienen /lo tenemos muchas personas, desde los sindicatos confederales, las organizaciones de la cumbre social, los movimientos sociales en torno al 15-M, la izquierda real, cientos de intelectuales, economistas heterodoxos, médicos y sanitarios, profesores, maestros, estudiantes.
El poder político y económico niega esta realidad. Y se escuda en la violencia del desempleo, de la necesidad, para seguir su carrera hacia una situación cada vez más crítica. Hay que parar esta deriva.
Este es el pensamiento para estas fiestas. Un deseo para el nuevo año.
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