domingo, 16 de febrero de 2014

LOS DATOS DE LA ECONOMIA TRAS DOS AÑOS DE REFORMA LABORAL: FEBRERO 2012 A FEBRERO 2014.








Se han cumplido dos años de la reforma laboral llevada a cabo por el Partido Popular tras las elecciones que le dieron la mayoría absoluta en noviembre del 2011. Los comentarios sobre las consecuencias de la misma se han centrado en las consecuencias económicas de la misma, en los datos que avalan el desastre causado por este conjunto normativo.

 En el caso de sus defensores, la reforma laboral ha evitado que las cosas fueran peor y pronostican mejores tiempos y amplias recuperaciones del empleo y de la productividad. Sus detractores subrayan el tremendo impacto negativo que se ha causado sobre el tejido empresarial, el empleo y la ocupación, así como el nivel salarial y el aumento de la precariedad laboral. Es evidente que de los dos discursos uno es convincente y se basa sobre realidades medibles y otro se aposenta sobre posibilidades inconmensurables y piadosos deseos. Ambos tienen en común sin embargo que se despliegan sobre el terreno de los resultados económicos, sin que asuma un papel relevante la constatación de la destrucción de derechos individuales y colectivos como un elemento profundamente negativo inducido por la reforma que lesiona y reduce el marco democrático de nuestra sociedad. Parece que solo puede trasladarse un discurso a la opinión pública basado en datos económicos verificables, sin que compense valorar el daño en términos democráticos que implica la pérdida de derechos para los trabajadores y la disminución radical del poder contractual de los sindicatos. 

A continuación, se incorporan dos aportaciones muy claras sobre el hundimiento que ha propiciado la reforma, otra en la que a duras penas se impide exteriorizar el entusiasmo por una reforma legal que ha roto los márgenes democráticos de contención del poder económico en las relaciones laborales, y la última, en fin, que se despliega entre la mentira y el delirio como forma de justificación que oculta la que realmente comparten con las instituciones financieras y el alto empresariado. En todas ellas, sin embargo, no es explicito el valor que se asigna a la pérdida de derechos individuales y colectivos en el trabajo. ¿Cómo se cuantifica este daño?



1.- Juan Laborda, en Vox Populi. http://vozpopuli.com/blogs/4062-juan-laborda-el-triste-aniversario-de-la-reforma-laboral
 
Tras la llegada al poder del actual ejecutivo, la población activa se ha hundido. Desde finales de 2011 hasta el último dato disponible, cuarto trimestre de 2013, la población activa ha pasado de 23,1 millones de personas a los 22,6 actuales, concretamente un descenso de 426.000 personas. En el período anterior de la crisis, finales de 2007-2011, la población activa aumentó en 676.000 personas. Sólo existen dos razones para explicar cualquier descenso en la misma. Por un lado el descenso poblacional, y, por otro, él que se deriva de la falta de actividad y de expectativas, lo que fuerza a que aquellos que están en edad de trabajar, hartos de esperar, a abandonar el mercado laboral y formar parte de la población inactiva. Según los datos del INE el descenso de la población activa obedece prácticamente a partes iguales a ambos conceptos. La caída de la población activa conlleva un descenso de nuestro crecimiento potencial, que no se ha visto compensado por ningún proceso tecnológico de mejora de la productividad.

Caída ocupación y deterioro contratos

Todavía hay mucho más barro que tragar. Junto al descenso de población activa, ha caído en picado el número de ocupados. La Reforma Laboral ha supuesto la destrucción de casi un millón y medio de empleos, concretamente hay 1.354.644 ocupados menos. El nivel de ocupación se remonta a niveles de 2001, donde sólo había una población activa de 18,3 millones de trabajadores. ¡Toda una hazaña!
El deterioro en la calidad de los contratos laborales es impresionante. Se ha sustituido empleo a tiempo indefinido por temporal, y también empleo a tiempo completo con empleo a tiempo parcial. De los 14.792.614 contratos registrados en 2013, solamente 1.134.949 era indefinidos. No llegan al 8%. Si homogeneizamos todas las cifras, lo que hay es una profunda destrucción de empleo a tiempo completo. Según el último dato de Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE) la economía española está destruyendo empleo a un ritmo de reducción neta de 522 mil puestos de trabajo a tiempo completo en un año.


• Se ha producido la destrucción de 1.354.644 de empleos.
• Se ha pasado de una destrucción de 788 empleos diarios a que cada día 1.918 personas asalariadas pierdan su trabajo.
• Una disminución de 596.404 asalariados y un aumento de 136.663 trabajadores independientes en las mismas actividades.
• Un aumento desde el 19,5 por ciento hasta el 23,2 por ciento de los trabajadores asalariados del sector privado con jornadas inferiores a las 35 horas y una disminución del 66 por ciento al 62,9 por ciento de los que trabajan entre 35 y 40 horas.
• Con las horas trabajadas ilegalmente de manera habitual, por encima de las 42 horas semanales, se podrían crear 326.838 empleos.
• La industria manufacturera pierde 243.806 puestos de trabajo, el 10,6% de los existentes.
• El sector de la construcción pierda 378.243 trabajadores en estos dos años, un ajuste del 27 por ciento.
• En la Administración pública, la educación, la sanidad y los servicios sociales se destruyan 468.688 empleos, un 8,4 por ciento menos.
• Solamente los contratos puramente temporales y los formativos aumenten su peso en el conjunto de la contratación, aumentando así la precariedad.
• Hay 459.620 contratos menos de jóvenes menores de 30 años, una caída del 8,5 por ciento.
• El número de activos ha descendido en 363.600 y la población en 592.800 personas.
• El 50,8% de las personas paradas lleva más de un año sin empleo (3.043.546 personas); el 32,7 por ciento lleva más de dos años sin empleo y el 22,1 por ciento lleva más de tres años.
• En dos años la tasa de protección por desempleo ha disminuido en tres puntos, del 37 por ciento al 34,1 por ciento.
• El 86 por ciento de los jóvenes menores de 30 años no perciben prestación alguna o el 65 por ciento de las mujeres mayores de 30 años o el 51 por ciento de los hombres mayores de 30 años.
• El gasto en prestaciones por persona desempleada ha pasado de 5.966 euros/año en 2011 a 5.011 euros en 2013, un 16 por ciento menos.
• La inversión por desempleado o en políticas activas ha disminuido un 52% desde los 1.544 euros de 2011 hasta los 740 euros de 2013
• En definitiva: hay menos ocupación, más desempleo y mayor precariedad laboral.
La reforma laboral de 2012 ha marcado un antes y un después en el mercado de trabajo, con efectos muy sustantivos tanto en términos de moderación salarial como de menor destrucción de empleo. Una moderación salarial que de haber operado en 2008 y 2009 podría haber evitado un millón de puestos de trabajo perdidos, como hemos estimado en BBVA Research. 

Se ha hecho mucho, pero hay que hacer todavía más dado el nivel actual de empleo y una tasa de desempleo por encima del 25%. No es solo un reto para el Gobierno, también para las distintas administraciones públicas, agentes sociales y, sobre todo, la sociedad española. No hay recetas mágicas ni atajos fáciles, pero tampoco podemos desestimar ninguna idea o aportación que ayude, aunque sea marginalmente, a reducir la magnitud del problema. Para ello es necesario seguir trabajando con más medidas en tres ámbitos que interactúan entre sí: flexibilidad salarial, contratación y políticas de empleo.
El Gobierno defiende el éxito de la reforma laboral

El mes pasado la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, insistía en el éxito de la reforma laboral, en una comparecencia en el Congreso para informar de las medidas adoptadas en el Real Decreto Ley 16/2013 de mejora de la contratación estable y la empleabilidad de los trabajadores. Para Báñez, la reforma laboral
  • ha contribuido a mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo y la eficacia de sus servicios públicos de empleo;
  • podría haber creado 25.000 nuevos contratos indefinidos adicionales cada mes,
  • ha favorecido que los desempleados tengan más posibilidades de encontrar un empleo indefinido
  • ha reducido la duración del desempleo, gracias a una transición más rápida hacia la contratación indefinida.
Y destacaba en el Senado el efecto positivo de la Reforma Laboral en el empleo autónomo, ya que gracias a las medidas de flexibilidad interna y de apoyo a la contratación que en ella se contemplan, "se están salvando muchos negocios y muchas empresas".
Por su parte, también ayer, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría alababa la reforma laboral señalando que  su mayor virtud y el "gran cambio" que ha supuesto es la posibilidad de crear empleo neto con crecimientos de la economía inferiores al 2% o el 3%, insistiendo en que  en el último trimestre de 2013 se logró crear empleo neto, en términos desestacionalizados, con un crecimiento del PIB del 0,3%.

En octubre del año pasado, la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo presentaba en Paris, en la 123ª sesión del Comité de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, el informe de evaluación de la reforma laboral, subrayando como sus principales efectos:
  • Moderación del ritmo de la destrucción de empleo en el sector privado.
  • Reducción sensible del crecimiento del desempleo.
  • Mejora en la relación entre el PIB y el empleo
  • Importantes avances de competitividad internacional, medidos en términos de los "costes laborales unitarios".
  • Intenso proceso de moderación salarial: en los cuatro trimestres posteriores a la reforma, el coste laboral por trabajador ha caído, en promedio, un 1,2%.
  • Dinamización de la negociación colectiva "al ser más cercana a la realidad empresarial y de los trabajadores".
  • Cambio en la tendencia de la contratación indefinida, que modera su caida, en especial gracias al contrato de apoyo a emprendedores.
  • Favorable evolución del contrato para formación y el aprendizaje.

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