Las llamadas “reformas de estructura” exigidas por las
instituciones financieras internacionales, el Banco Central Europeo y la
Comisión a los países afectados por un sobreendeudamiento privado, convertido
en su justificación económica en problema de competitividad, ha tenido como
consecuencia la implantación de una nueva normativa laboral caracterizada por
la exaltación de la unilateralidad empresarial, el declive del control
colectivo y la degradación de las garantías laborales en especial sobre el
despido. Los efectos han sido tremendos en términos primero de destrucción
acelerada de puestos de trabajo y posteriormente en la consolidación de la
precariedad en el trabajo y el aumento exponencial del trabajo ilegal, no
declarado.
La crítica a esta deriva política es cada vez más extensa, asumida en
distintos grados pero de forma generalizada no sólo por los sindicatos, sino
por una amplia mayoría del arco político, parlamentario y no, con la excepción
del PP en el gobierno español y CiU en el catalán. La derogación de las leyes
de reforma laboral del 2012 a 2014 es un compromiso político muy amplio que
deberá realizarse tras las elecciones de noviembre del 2015.
Sin embargo, las presiones para que esto no suceda o que se haga en
términos muy relativos son muy fuertes por parte de los poderes económicos, que
utilizarán en su favor la amenaza de la liquidez bancaria ofertada por el BCE y
el mecanismo de estabilidad financiera. La irreversibilidad del desequilibrio
de poder en las relaciones laborales, la concentración residual del poder
contractual de los sindicatos en el ámbito de las grandes empresas, y la
anulación práctica de las garantías del trabajo y del empleo por la vía de la
reducción de “costes” de terminación del contrato, es un objetivo fundamental
de esta política, aunque posiblemente sea suicida en términos económicos al
inducir tendencias deflacionistas muy fuertes que se acentuarán con la nueva
oleada de crisis en marcha. Se pretende ante todo la reconfiguración de las
relaciones de poder en el ámbito del trabajo asalariado en el sentido señalado
de incrementar la asimetría fortaleciendo el poder privado del empresario a la
vez que se pone en crisis la noción de representación colectiva y se margina el
espacio de acción sindical.
Pero el rechazo ante la estabilización – el “acomodamiento” como es
definido por Ignacio Fernández Toxo –
de esta situación normativa, no sólo se manifiesta en la resistencia a su
aplicación a través del conflicto y del recurso a la tutela jurídica, sino que
esencialmente se proyecta sobre el cuadro normativo que debe sustituir al
actualmente vigente. Este es un tema central, pero sobre el que los sindicatos
confederales no han elaborado ninguna propuesta más allá de la Iniciativa
Legislativa que plantearon ya en el 2010 y que fracasó al no ser tenida en
consideración tampoco – y mucho menos - con la nueva mayoría parlamentaria que conformó
el gobierno del PP. Pero ese texto no se
maneja actualmente como complemento al discurso que explicita los motivos del
rechazo de la reforma laboral por sus consecuencias, ni por tanto se discute ni
se propone entre sus afiliados o entre los trabajadores en los centros de trabajo
un modelo alternativo de regulación de las relaciones de trabajo.
No se disponía por tanto de un programa de regulación normativa del trabajo
asalariado que precisara una garantía positiva del derecho al trabajo y
reforzara el poder colectivo y sindical sobre la base de un principio de
representación efectiva de las personas que trabajan. Este es el
objetivo de una iniciativa parlamentaria del Grupo de Izquierda Plural que,
bajo la forma de una proposición no de ley, se presentó el 7 de octubre 2014 en
el Congreso, bajo el título “promover el derecho al trabajo digno”, articulado
en 50 proposiciones concretas.
El sentido de este texto lo explicó Joan
Coscubiela en un artículo publicado en El
periódico, http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/trabajo-digno-3580866,
de forma muy clara.
“Trabajo digno significa cosas distintas en función de cada país. En
algunos aún comporta abolir formas de trabajo esclavo, de la que en muchos
casos se benefician empresas transnacionales que se aprovechan de este modelo
de globalización sin reglas ni derechos. En España el trabajo digno pasa por
detener el proceso de grave precarización de las condiciones de trabajo. Y para
conseguirlo una condición necesaria - aunque no suficiente ni la única- es
revertir las Reformas Laborales aprobadas con la coartada de la crisis
económica.
Izquierda Plural (IU, ICV-EUiA, CHA) quiere contribuir al debate y a las
soluciones con propuestas propias para demostrar que sí existen alternativas y
para ello hoy presentamos en el Congreso de Diputados una Proposición No de Ley
que, después de hacer balance de estos años, propone 50 líneas de actuación
para avanzar en la dignificación del trabajo. Esperemos que el Reglamento del
Congreso permita discutirla pronto”.
El contenido de esta proposición no de ley discurre por varias líneas de
actuación, que se pueden resumir en las siguientes:
a)
El trabajo es
un derecho constitucionalmente garantizado, de contenido concreto, que no puede
confundirse con el empleo como objeto de intercambio en el mercado, como una
mercancía.
b)
En el trabajo
debe garantizarse un principio de igualdad real y efectiva entre hombres y
mujeres.
c)
El objeto del derecho al trabajo revaloriza ante
todo sus contenidos formativos, de donde es importante revalorizar mecanismos
contractuales formativos no ligados a su bajo coste salarial.
d)
La norma
legal debe recuperar el equilibrio relativo en las relaciones de trabajo a
través de una regulación clara de la flexibilidad negociada, garantías en la
contratación de entrada, garantías más firmes en la extinción del contrato y en
el despido, fortalecimiento de la negociación colectiva.
e)
El poder
contractual del sindicato y la fuerza vinculante del convenio colectivo debe
constituir el centro de la regulación de las condiciones de trabajo y empleo,
garantizados y promocionados mediante garantías legales fuertes de la eficacia
de los convenios y del deber de negociar.
Como puede verse, se trata de un texto muy apegado a una forma de entender
las relaciones de trabajo en plena consonancia con la cláusula del Estado
Social y el respeto del derecho al trabajo del art. 35, pero que en modo alguno
se plantea como un programa de cambio radical del modelo económico de mercado
libre. Además incorpora las formas de concentración empresarial y descentralización las alteraciones de la fisonomía de la empresa. como un dato relevante a efectos normativos laborales.
Pese a su evidente importancia, no ha tenido hasta el momento la difusión
que sería deseable. El blackout informativo
respecto de estos temas es absoluto, y la propia dinámica política lleva a las
fuerzas políticas de la izquierda a centrarse en los problemas de actualidad
antes de popularizar elementos centrales de su proyecto político reformista.
Consciente posiblemente de estos déficits informativos, el viernes 24 de
octubre, el Grupo Parlamentario Izquierda Plural organizó una “Jornada por el
Trabajo Digno” en el Congreso de Diputados, en la que se presentaba esta
proposición no de ley, inserta desde luego en su contexto, en especial el
europeo, a partir del cambio de gobierno y el plan de trabajo de la Comisión en
estos aspectos. La Jornada, coordinada por Marga
Ferré, siempre activa secretaria de coordinación política y de programas de IU, contó así con la participación primera de dos eurodiputados del
grupo, Paloma López del grupo de
Izquierda Unitaria y Ernest Urtasun, del
Grupo de Los Verdes, que fundamentalmente trabajaron sobre el papel de la Unión
Europea y la continuidad de los paradigmas de la austeridad y de la
flexibilización de los mercados de empleo en el sur y en el este de Europa,
aunque advirtiendo que los efectos degradantes de los derechos del trabajo se
extiende ya a países con peso económico y político más fuerte, Italia y
Francia, pero también Bélgica. La segunda parte de la Jornada se dedicó a la
presentación de las 50 propuestas que contiene la proposición no de ley para la
promoción del trabajo digno, que corrió a cargo de Joan Coscubiela, para lo que además contaron con la presencia de Toni Ferrer de la UGT e Ignacio Fernández Toxo, de CCOO, como
exponentes de alto nivel de la presencia y representación del sindicalismo
confederal. Ambos valoraron de forma extremadamente positiva la propuesta de
Izquierda Plural, aunque en un discurso más volcado sobre la descripción
crítica de los efectos de la reforma y la situación actual de las relaciones
laborales, pero resaltando un hecho evidente, que la reforma laboral tiene
necesariamente que ser revertida, aunque no es posible volver a la misma
situación de la que se ha partido, es decir, antes de la primera acción del
2010. La jornada fue inaugurada por Jose
Luis Centella y clausurada por Cayo
Lara ante una audiencia fundamentalmente compuesta por dirigentes de grado medio locales y regionales de las distintas organizaciones de IU, con una nutrida representación de ICV-LV y EUiA.
El texto que promueve Izquierda Plural debe ser conocido. Es muy probable
que, dada la legalidad reglamentaria del parlamento español, que cercena
cualquier iniciativa no consensuada por los dos grandes partidos, este texto ni
siquiera pueda ser debatido en esta sede. Tampoco es muy seguro que integre la
actualidad del debate de Izquierda Unida, más volcado en una perspectiva
hegemonizada por la consideración social de la ciudadanía en el espacio
municipal o autonómico que dificulta priorizar los temas estrictamente ligados
al poder en los lugares de trabajo. Por eso mismo no es previsible que otros grupos de la izquierda se ocupen de contrastar estas propuestas. Pero debería ser distribuido para su
discusión y enriquecimiento tanto en el ámbito sindical – organizando jornadas
en común desde el sindicalismo confederal con el grupo político que ha producido las propuestas – como en el espacio cultural doctrinal y académico,
que posibilitaría un diálogo sobre las bases políticas y el diseño técnico de
la iniciativa.
Seguiremos por tanto esta trayectoria. E informaremos puntualmente en este
blog. Permanezcan atentos.
Tambien en Nueva Tribuna
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