domingo, 26 de abril de 2015

LECCIONES DEL 25 DE ABRIL


Es 25 de abril y para dos países vecinos, Italia y Portugal, es ésta una fecha que evoca la liberación de sus respectivos pueblos de la dictadura. Han pasado  41 años de la revolución de los claveles que termino con la dictadura salazarista. 70 años de la liberación italiana contra el domino nazi-fascista. En España no podemos encontrar una fecha semejante.

Para muchas personas de mi generación, el 25 de abril está asociado a la relación entre el pueblo y el movimiento de las fuerzas armadas que en ese día, al oir por la radio la canción de José Afonso Grandola vila morena, dieron forma a una de las revoluciones más hermosas y prometedoras del viejo continente. En especial para España, donde veíamos cómo el franquismo se deterioraba y corrompía aun manteniendo cotas muy altas de represión y violencia. Y el 25 de abril italiano era una referencia entonces frecuente a los cantos de la resistencia que unían, a entonar Bella ciao y aprender la letra de esa hermosa canción partisana.

Hoy el 25 de abril en Portugal se ha conmemorado discretamente por las autoridades de la república y los líderes políticos que se preparan para unas próximas elecciones. Es significativo que la derecha gobernante (PDS y CDS-PP) hayan elegido esta fecha para dar a conocer que se presentan en coalición a las elecciones generales, para poder hacer frente a lo que las encuestas afirman respecto del ascenso del PS en torno a su nuevo candidato y secretario general, Antonio Costa. Éste ha celebrado el 25 de abril cerca de Grándola, y ha recordado que en el 2015 como sucedió en las primeras elecciones legislativas de 1976, el voto de los ciudadanos y ciudadanas portuguesas vuelve a ser un arma de lucha. El Partido Socialista portugués ha experimentado un giro a la izquierda muy interesante, sobre la base de encontrar la sostenibilidad económica al cambio político, que lo concreta en el impulso al desarrollo y a la incentivación de la economía a través del aumento de la renta salarial, y la priorización de la educación en el centro de las políticas públicas, el fortalecimiento de la seguridad social y la revalorización de las pensiones.

Un cambio de gobierno que pretende cambiar la política, lo que será especialmente relevante ante el punto central de las políticas europeas sobre la austeridad que hoy en día está constituido por la actitud de los estados nacionales europeos que secundan la posición alemana frente a Grecia. En las últimas negociaciones, que han permitido al gobierno griego ganar otros cuatro meses, pero manteniendo todavía abierta la discusión sobre las medidas que debe adoptar para obtener el flujo de dinero imprescindible para responder ante el plazo de las grandes amortizaciones de la deuda en julio y agosto, el gobierno portugués, junto con el gobierno español, han sido los más agresivos contra la posición resistente del gobierno de Syriza. La irritación española – que algún diario como El Pais la hace extensible a todos los países de la zona euro en un titular extraordinariamente tendencioso “Europa estalla con Grecia” – está justificada porque el nuevo plazo de negociación, aunque reducido sobre la propuesta griega de seis a cuatro meses, permitirá conocer los resultados de las elecciones municipales y autonómicas en nuestro país, y por tanto verificar el cambio de orientación política de la mayoría de la ciudadanía, volcada en el rechazo de las políticas de austeridad con la consiguiente pérdida de legitimidad de las posiciones del gobierno de Rajoy.

25 de abril también en Italia, aun en estado de schock tras la tragedia reciente del canal de Sicilia y la terrible imagen de la muerte de cientos de inmigrantes en el mar. Los setenta años de la derrota del nazifascismo son conmemorados de manera amplia, y posiblemente más sincera que en la época en la que Berlusconi era el presidente del gobierno. En ese país, la lejanía que da el transcurso del tiempo no ha diluido la importancia simbólica de la fecha de la liberación. Se sigue entendiendo que el antifascismo es el fundamento de la democracia y la clave de bóveda que sostiene la constitución republicana. En este año, el conflicto vivido en Palestina ante la ocupación israelí de sus territorios y el rechazo de la actitud de Israel y sus crímenes de guerra por parte de varias organizaciones partisanas, se ha proyectado sobre la celebración del 25 de abril, y la brigada hebrea no ha desfilado en la manifestación que se ha desarrollado en Roma. Pero lo esencial de la reivindicación de la resistencia y de la liberación del fascismo y de la ocupación nazi se sigue proyectando sobre el sistema democrático italiano del que constituye su ADN. Lo reconocen las altas magistraturas del Estado – la presidenta del Congreso canta Bella ciao junto al presidente del parlamento europeo – y hasta el siempre ambiguo Matteo Renzi lo reafirma poniendo el énfasis en el relevo generacional: En Italia ocupa ahora su lugar en la historia una “nueva generación Bella ciao”.

Mientras tanto en España, la exigua ley de memoria histórica ha sido silenciada e ignorada por el poder público, y el fascismo se considera simplemente como una etapa inicial  - rechazable por excesiva - de un régimen político simplemente autoritario que supo evolucionar a una democracia. En España no tenemos un 25 de abril que simbolice la derrota del fascismo, y la fecha más aproximada, el 6 de diciembre, ha sido abducida por la narración dominante de la transición otorgada y concedida como etapa natural de desarrollo. Reivindicar el antifascismo como pre-condición de la democracia sigue siendo entre nosotros un modo de enfocar la política que marca la diferencia y posibilita situarse en un campo de acción muy fértil y prometedor del cambio político que se pretende. Festejemos pues el 25 de abril de nuestros pueblos hermanos, recordando que la derrota del fascismo y del autoritarismo social y político que le caracterizaba es el fundamento de un sistema democrático que se quiera reconocer como tal.


1 comentario:

  1. Añado un interesante dato comparativo entre España y Portugal encontrato en una relectura reciente de la Historia de España, de Pierre Vilar (edición de febrero de 1978). Refiriéndose a la primera fase de la "Transición" dice:"Los incidentes sangrientos fueron numerosos (asesinato, en pleno Madrid, de cinco abogados de Comisiones Obreras; disparos sobre las masas en Vitoria y persistencia de los atentados individuales por parte d ela fracción militar de ETA). La situación revolucionaria de Portugal había ocasionado muchos menos muertos". Pues eso.

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