El período electoral es propicio a escuchar mezquindades
y trapacerías, en especial de quienes tienen la costumbre de mandar y dominar
como un dato genéticamente adquirido que resulta incontestable. Anticipándose
al tiempo de elecciones, Esperanza
Aguirre ha incurrido en uno de sus conscientes falseamientos de la historia
para desprestigiar a la democracia.
La candidatura a la alcaldía de Madrid se presenta reñida, y es un objetivo
estratégico para la lideresa del PP.
Es obvio que encuentra en la cabeza de lista de Ahora Madrid una
adversaria muy potente. Esa es la razón por la que en una entrevista –
posiblemente en dos, en la de la sexta y en la SER, a lo que parece - , se
refirió a Manuela Carmena en estos
términos: “La llamo jueza pero no es jueza, es del cuarto turno. Es abogada
laboralista que estaba con los de Atocha, entonces miembros del Partido
Comunista”. Lo que venía a querer decir es que fue nombrada jueza por el poder
político como compensación al Partido Comunista por las muertes “de los de
Atocha”, miembros del mismo.
No es necesario comentar la frase, la banalización del crimen del fascismo
y la sugerencia clara de que Carmena utilizó
en su provecho el asesinato de sus compañeros. Lo dice además cuando acaba de
fallecer Lola González Ruiz y se ha
realizado un homenaje multitudinario a su memoria por parte de gente que sí
valora la dedicación y el trabajo colectivo de tantas y tantas personas que se
dejaron la piel, sus sueños y su juventud en conseguir la democracia. El
desprecio hacia “los de Atocha”, descalificados por ser comunistas, se une a la
imputación de que la que se presenta como jueza ni lo es – porque no pasó una
oposición, sino que fue designada por el poder político – ni es tampoco
demócrata ya que militó en el Partido Comunista, una asociación ilícita de
signo totalitario para la marquesa de Casa Valdés. El desprecio hacia la lucha
antifranquista y la carencia del mínimo respeto democrático hacia unas personas
que dieron su vida por la libertad de tantos otros, es la expresión perfecta
del pensamiento reaccionario del PP. No está sola. Como ha recordado Alejandro Ruiz-Huerta, su compañera de partido, Maria Dolores de Cospedal, suprimió en Castilla La Mancha el premio
“Abogados de Atocha” que hoy felizmente organiza en su lugar la Unión Regional
de CCOO de Castilla La Mancha, que por cierto premió a la jueza Manuela Carmena con el mismo hace dos
años.
Pero la candidata a alcalde del Partido Popular ha rectificado, en los
términos en que lo narra Nueva Tribuna, después de una
llamada de Manuela Carmena. “A preguntas de la prensa, Aguirre ha
explicado que leyó en un periódico de tirada nacional que no era jueza, sino
que procedía del Cuarto Turno cuando se la nombró para el Consejo General del
Poder Judicial. "Estaba equivocada. Con posterioridad Carmena preparó sus
oposiciones y las sacó", ha manifestado. "Sí es juez. Por tanto, no
me duelen prendas y rectifico cuando me equivoco", ha señalado desde
Arturo Soria, donde ha dado un paseo y se ha sentado en el chester hinchable
con la militante del PP María San Gil”.
Como a la pretendiente a la alcaldía de Madrid por el Partido Popular “no
le duelen prendas” reconoce que “estaba equivocada” porque “era juez”, es
decir, porque no procedía del cuarto turno. Ésta forma de acceder a la
judicatura impide, según Aguirre,
que se pueda decir de estas personas que son jueces, aunque no precisa cual es
el concepto con arreglo al cual deberíamos definirlos. ¿Presuntos jueces? ¿Magistrados hipotéticos?
Un comunicado de Jueces para la Democracia ha respondido ante esta
consideración de la candidata del Partido Popular: “Desde Jueces para la
Democracia consideramos especialmente preocupante la afirmación injustificada
de Esperanza Aguirre de que quienes han accedido a la profesión a través del
cuarto turno no serían propiamente jueces/as. Debemos recordar que a través del
concurso ha accedido la cuarta parte de la judicatura. Y que todas estas
personas son excelentes juristas, al igual que quienes han ingresado a través
de la oposición. De hecho, en la judicatura no existe la menor distinción entre
las capacidades de quienes han accedido de una u otra forma, ni tampoco hay
diferenciación de cualidades por la forma de acceso en el funcionamiento de
nuestros juzgados y tribunales. Todos ejercen las funciones judiciales y son
igualmente magistrados/as, sin ningún tipo de matiz”.
¿Cómo es posible que alguien que ha desempeñado tantos y tantos cargos
públicos desde su ya lejana juventud, qué blasone su personaje como una líder política
de altura en un sistema democrático y que diga respetar las instituciones del
Estado de derecho, no considere miembro del poder judicial a quienes han
accedido al mismo por méritos profesionales y por su relevante prestigio? ¿Qué
pensará de los jueces del Tribunal Constitucional? ¿Cómo se permite insultar a
más de un cuarto de los componentes de la judicatura, negándoles legitimidad
para aplicar la ley y el orden, como tantas veces ha repetido ella misma? La
explicación la da, de manera indirecta, el mismo comunicado de Jueces para la
Democracia: “La credibilidad de nuestros órganos judiciales es especialmente
importante en la situación actual, ante las numerosas causas de corrupción que
se encuentran en trámite. En consecuencia, sería importante que, desde el
ámbito político, personas como Esperanza
Aguirre no siguieran con estas tentativas de cuestionar nuestro sistema
judicial”.
Pero esta persona tiene mucho interés en cuestionar el sistema judicial
entero. Porque tiene a una buena parte del equipo que la sostenía y con el que
trabajaba en la CAM en prisión y bajo imputaciones de corrupción, y porque,
como ha dicho con razón Manuela Carmena,
es la política que ha hecho Esperanza
Aguirre, aupada al gobierno después del bochornoso soborno de dos diputados
del PSOE jamás aclarado, la que ha generado y extendido la corrupción. Los que
han utilizado en provecho propio el
poder público, o han incumplido en beneficio privado de las reglas que
disciplinan el ejercicio correcto de las prerrogativas en el ejercicio del
poder, quienes han amparado maniobras
ilegales para la financiación de los partidos políticos, o han usado la
especulación inmobiliaria para el lucro privado, o han procedido al lavado de
dinero y a la evasión fiscal, aquellos
que han obtenido comisiones para
adjudicar contratos a las empresas públicas o en un proceso de licitación de
concursos públicos, quienes propiciaron la
creación de empresas pantalla para desviar fondos públicos, o que organizaron
espionajes ilegales a enemigos políticos y tantas otras conductas criminales, todos
ellos, no son amigos de que el poder judicial tenga legitimidad y capacidad para
sancionar estas conductas. Por el momento, lo único que sabemos es que la gente
que colaboraba estrechamente con Esperanza
Aguirre han sido acusados de algunas
de estas conductas, y que posiblemente presuntos
jueces estarán encargados de la instrucción y del juicio de los mismos
.
La presencia de esta persona como candidata del Partido Popular la sitúa en
el espacio de la extrema derecha, a la que progresivamente quiere movilizar en
cada una de sus intervenciones. Es por tanto una candidatura especialmente
peligrosa para la democracia. Darnos cuenta de ello como demócratas no basta.
Hay que hacerlo explícito, comunicarlo, exigir que no tengan espacio en la
política democrática de este país quienes la ignoran conscientemente y se
burlan zafiamente de la lucha por la conquista de las libertades que la
hicieron posible; una democracia que permite que los derechos y libertades de la gente
común sean tenidos en cuenta, preservados y garantizados también por el poder
judicial. Es un deber cívico impedir que desde el interior de la democracia se
combatan y se anulen esos derechos ciudadanos día a día. Como hace Esperanza Aguirre.
Vean el comentario al respecto en el blog de Jose Luis López Bulla: http://lopezbulla.blogspot.com.es/2015/05/no-subestimen-esperanza-aguirre.html
ResponderEliminarY en el de Paco Rodríguez de Lecea :http://vamosapollas.blogspot.com.es/2015/05/candidatos-o-furtivos.html
ResponderEliminarRaquítica e ignorante, populachera e indecente.
ResponderEliminar"valencia se salvó gracias a franco"
ResponderEliminarsilvia albano....¿La "manuela carmena castrillo" italiana? ¿"charo judicial" italiana? Pero un poco más guapa.....
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