(En la primera foto, Umberto Romagnoli presenta en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en el 2006, el número 1 de la Revista de Derecho Social - Latinoamérica. En la fotografía posterior, el consejo de redacción de la revista en Colonia (Uruguay) en el 2009).
La Revista de Derecho Social – Latinoamérica nació en el 2006 como
una aventura americana de la editorial Bomarzo que pretendía construir en el
espacio cultural latinoamericano un instrumento de comunicación y de debate
entre iuslaboralistas americanos y europeos sobre la base de un intercambio de
elaboraciones doctrinales y de interpretaciones de los diversos sistemas
jurídicos, a mitad camino entre el comparatismo y la reflexión común sobre la
regulación del trabajo y, más en general, sobre la preservación de los valores
democráticos y ciudadanos en el espacio de poder acotado por la prestación de
trabajo en una economía de mercado.
Este propósito se pudo cumplir por la presencia de Oscar Ermida Uriarte, espléndido jurista uruguayo y reconocido
experto en todo el continente americano, que desempeñó el cargo de director de
la Revista junto con Antonio Baylos.
La iniciativa contaba asimismo con el apoyo decidido de otros excelentes
profesores como Joaquín Aparicio, Hugo
Barretto y Guillermo Gianibelli en los puestos ejecutivos de la Revista,
pero la actuación de Oscar Ermida y
su capacidad de planear y llevar a cabo el proyecto y saber realizarlo en cada
número fue determinante para el éxito de la empresa.
La revista, cuyo formato conscientemente se asemejaba a la Revista de
Derecho Social que se publicaba en España – su “hermana mayor” – se
estructuraba en seis secciones. En la primera, Estudios, se recogían
artículos sobre la problemática teórica o práctica del derecho del trabajo y de
la Seguridad Social en el formato clásico de cualquier revista jurídica. A
continuación se abría la sección que se denominaba Conflictos, en la que se
analizaban determinados conflictos sociales que tuvieran un cierto relieve y
fundamentalmente que permitieran obtener indicaciones válidas sobre la apertura
de nuevas opciones regulativas como consecuencia de los mismos, o que
presentaran innovaciones en cuanto a la organización colectiva del conflicto y
su relación con las instancias “ordinarias” de representación o de
movilización. La tercera sección, Tendencias, buscaba expresamente
concentrar intervenciones desde diferentes realidades nacionales sobre un mismo
tema, valorizando la posible convergencia de las soluciones adoptadas en los
respectivos ordenamientos internos, o mostrando por el contrario las líneas de
divergencia que se planteaban y la relevancia doctrinal, política o ideológica
de estas líneas de desarrollo. Una cuarta sección, Entrevista, quería
rescatar mediante la técnica de la entrevista, a los grandes fundadores del
Derecho del Trabajo a ambos lados del Atlántico, ofreciendo así una especie de
“medallones” de quienes ya se habían jubilado de su labor como profesores o
abogados pero seguían ostentando la condición de viejos maestros. La penúltima
sección, bajo el rótulo de Noticias incluía documentos,
manifiestos o sencillamente breves noticias de actividades que se podían considerar
de interés y que no requerían un análisis más detallado en aquel momento. Una
clásica sección de Libros cerraba el esquema de la Revista, en la que se
comentaban de forma breve y más bien descriptiva, las novedades bibliográficas
que se seleccionaban como de mayor interés.
La revista quería ser bilingüe, de manera que se publicara en castellano y
en portugués, aunque la proporción de artículos en una u otra lengua fue muy
desigual en perjuicio de este último, pero siempre se mantuvo esta regla de
incorporar al menos dos aportaciones en esa lengua en cada número de la
revista. Una revista que en la presentación de su primer número se reclamaba de
la noción de Estado Social y del “rol sustantivo” de los sindicatos en la
acción expansiva de los derechos laborales y su efectividad, y anunciaba que se
implicaría en “la construcción cotidiana de un proyecto emancipador” que se
habría de articular en todas las escalas posibles, reconociendo un “espacio
común latinoamericano” de reflexión y de coordinación de los diferentes grupos
que se identificaban con los valores e intereses que han generado el Derecho
del Trabajo y los sistemas de Seguridad Social. Moviéndose en un “tiempo de
derechos” sobre el trabajo que habrían de converger en el diseño de un “modelo
democrático de relaciones laborales” a partir de cada uno de los espacios
nacionales, que se basara en el trabajo como eje de ciudadanía y en los
derechos colectivos e individuales de los trabajadores como instrumento de la
realización material de este proyecto.
A partir de la Revista, y bajo sus
auspicios, se organizaron también seminarios de estudio bianuales siempre en la
Facultad de Derecho de la Universidad de la República, en Montevideo, donde se
dieron cita un amplio plantel de estudiosos del derecho del trabajo de toda
Latinoamérica. El primero se celebró en el 2007 bajo el título “Después del
neoliberalismo: cambio político y derecho del trabajo” y hacía referencia a los
cambios políticos que se estaban realizando en el continente tras la década
neoliberal que había culminado con el “corralito” argentino y había determinado
la victoria de la izquierda en Uruguay y en Brasil, además del área andina
(Bolivia, Venezuela, Ecuador). El segundo se hizo dos años después, sobre la
temática de los “Derechos laborales como derechos humanos”, en donde asimismo
participaron exponentes académicos de una gran parte de países
latinoamericanos. Con los materiales de estos encuentros se pretendía realizar
un libro colectivo, pero por problemas editoriales esta iniciativa no puedo
completarse. El último de los encuentros se celebró en 2011, siempre en
Montevideo, sobre “el rumbo de las reformas”, que realmente se convirtió en un
seminario de homenaje a la memoria de Oscar Ermida, que había fallecido poco
antes. A partir de ahí la revista no volvió a salir, incapaz de superar la
desaparición de aquel que había sido su principal impulsor.
Han pasado cuatro años desde entonces, y en el marco de la vigorización de
la editorial Bomarzo, que comprende la construcción de una nueva página web y
su salida a las redes sociales, se ha planteado la posibilidad de relanzar la Revista
de Derecho Social – Latinoamérica en una nueva etapa, con cambios en el
formato, haciéndola a partir de ahora una revista exclusivamente digital, y
modificando en algunos aspectos su estructura.
¿Por qué es posible considerar esta nueva etapa de una revista de ámbito
latinoamericano sobre el derecho social? Son varios los motivos que permiten concebir
que este proyecto es recomendable. En primer lugar, por el contexto político en
el que nos movemos, en el que la resolución de la crisis que ha afectado
fundamentalmente a USA y a Europa se ha desarrollado a partir de la aplicación
plena de los parámetros económicos, sociales y políticos marcados por el
neoliberalismo, que se está afirmando de manera centralizada con independencia
de las diferentes opciones de gobierno o, en el caso de Grecia, aplastando
cualquier planteamiento discordante de base democrática. Por su parte en
América Latina, tras una década de cambios políticos en buena parte del
continente, se desencadenan presiones muy fuertes hacia la involución con el
apoyo pleno de unos medios de comunicación en manos de fuerzas económicas muy
significativas que apuestan por terminar con las experiencias de una cierta
nivelación democrática que se habían desarrollado, a la vez que se evidencian
las señales de agotamiento del modelo político que se había implantado en
países como Venezuela, Argentina o Brasil. El panorama del pensamiento crítico
de lo que podríamos llamar izquierda política se encuentra en ebullición, ante
la crisis de la socialdemocracia en Europa y la dificultad de concebir una
profundización de los modelos políticos de fuerte base nacional estatal puestos
en práctica en el marco latinoamericano, lo que es especialmente grave respecto
de la izquierda social, ante la crisis del sindicalismo y el agravamiento de
las cuestiones sociales ante la embestida del neoliberalismo que no sólo se
aposenta en Europa sino que tiende a expresarse como fuerza de recambio en
Latinoamérica. Las experiencias de Portugal y de España frente a las políticas
de austeridad y el caudal de aportaciones críticas – y de realizaciones
concretas – que estos procesos han inducido, puede ser asimismo de utilidad.
En ese contexto, la búsqueda de elementos comunes de identidad metodológica
y crítica respecto de los mecanismos de regulación jurídica del espacio social,
con especial atención al derecho del trabajo y a la conformación de la
estructura de protección que suministra la seguridad social, es un objetivo que
merece la pena intentar. Lanzar una revista que pretenda abordar el espacio
cultural que habla en castellano y en portugués y que se especialice en el
análisis de los procesos de regulación del trabajo y la construcción de ámbitos
de ciudadanía social, privilegiando esa perspectiva comparada y,
simultáneamente, pretendiendo extraer de las distintas realidades nacionales una
cierta identidad basada en un proyecto
de emancipación que vea en el trabajo el eje de construcción de un
modelo de democracia social, contribuye por tanto a interrogarse sobre los caminos de la libertad que pueden
ser surcados para la progresiva eliminación de las desigualdades económicas,
sociales y culturales que permite la explotación del trabajo y la sumisión
voluntaria de los ciudadanos a poderes irresistibles y despóticos.
Una iniciativa de este tipo puede por tanto ayudar a la consolidación de un
espacio cultural que vaya generando una línea de pensamiento crítico con
implantación significativa entre los juristas del trabajo de las distintas
naciones que componen esa comunidad, con especial mención de los profesores de
universidad, los sindicalistas y expertos en relaciones laborales y aquellos
que desempeñan su actividad en las diversas agencias institucionales de
mediación social, especialmente públicas – magistratura, administración laboral
– pero también privadas como organizaciones no gubernamentales o diferentes
grupos y movimientos sociales. En ese universo es muy frecuente la división
ideológica y corporativa, además de la inexistencia de un hábito de cooperación
constructiva en la determinación de líneas de análisis y de compartir resultados.
La revista quiere permitir el contraste libre y no condicionado de las
diferentes miradas sobre la realidad social y la insatisfacción que producen
las distintas experiencias habidas de resolución de la problemática planteada.
Es en ese sentido en el que se puede hablar de un planteamiento pluralista como
base de la acción cultural agrupada en torno a la Revista.
La presencia académica y la influencia de esta línea de pensamiento sobre
la forma de producir teoría sobre el derecho social a la vez que analiza las
experiencias prácticas que se están desarrollando sobre la regulación del
trabajo y la protección social debería resultar vigorizada por la Revista como
lugar de encuentro teórico y de examen de las realizaciones concretas en cada
realidad nacional. Permitiría además una cierta visibilidad de formas de
enfocar los problemas de la regulación laboral
y social – y la forma en la que ésta se despliega – que normalmente no
se produce ni se resalta en otras publicaciones científicas. El predominio de
enfoques decididamente neoliberales sobre estas cuestiones requieren un
contrapunto fuerte, al cual puede servir en efecto la construcción de este
espacio de debate y de elaboración teórica alternativa.
Todo ello explica por consiguiente las razones por las que vale la pena
avanzar en el relanzamiento de esta Revista de Derecho Social Latinoamérica, en
una nueva etapa. La restructuración de algunas de sus secciones y el cambio de
formato, reposando en lo sustancial en una página web y en su carácter
electrónico, permite una mayor flexibilidad pero asimismo una mejor
distribución y alcance. Se prevé su lanzamiento para febrero del 2016, y para
ello a su vez será precisa una remodelación de sus estructuras de dirección y
de administración, que se irán oportunamente anunciando. Pero este tipo de
pasos imprescindibles para que el producto final pueda estar a disposición de
los lectores en el tiempo programado, no obsta para que ya se pueda apostar por
la presencia de este nuevo instrumento de comunicación teórica, cultural e
ideológica sobre el derecho social que busca afirmarse como un elemento
importante de reflexión y debate en el espacio cultural latinoamericano que
habla castellano y portugués. La Revista de Derecho Social – Latinoamérica es
ya un proyecto en marcha. Una nueva etapa que comenzará en febrero del 2016. Lo
que es una buena noticia, realmente.
Hola Antonio, comparto la misma opinión de la posibilidad de relanzar la Revista con el formato para América Latina, porque hay especificidades que merecen su atención en Nuestra América y esta publicación permitiría generar más ideas y compartirlas. Nuestra organización, la ALAL, puede ser un buen punto de apoyo. Además con las ideas de crear una Academia de derecho del trabajo y derechos humanos laborales, bien podría servir de reservorio de la ciencia que se genere en ella. Te mando mis saludos y un abrazo desde Cuba, donde te esperamos y no llegas.
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