La
Comisión Ejecutiva Confederal de CC.OO. ha emitido un comunicado en el que se
llama a votar masivamente en las elecciones del domingo próximo. A continuación
se deslizan algunos comentarios sobre este llamamiento.
CC.OO. ha realizado un gran
esfuerzo en presentar un proyecto propio de reformas sociales que, situando el
trabajo en el centro de la sociedad y del debate político, permitiera expresar
la voz de la organización representativa de los trabajadores, el sindicato,
ante un momento electoral decisivo. El esfuerzo se plasmó en un documento muy
extenso y detallado, que fue además asumido por la UGT y dado a conocer por los
medios tradicionales, aunque como ya suele ser común, tuviera escasa difusión
en los medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, y no digamos
en las diferentes cadenas de televisión. El documento ha tenido sin embargo un
cierto reconocimiento interno, aunque no ha sido debatido ni discutido de forma
generalizada en los centros de trabajo ni en las organizaciones federales, a
las que se ha remitido el resumen y el enlace al mismo. El documento puede
consultarse aquí: Propuestas por un modelo democrático de relaciones laborales.
A partir de este documento, CCOO,
la mayoría de las veces en unión de UGT, ha solicitado encuentros con las
diferentes fuerzas políticas que concurrían a las elecciones para poder
explicar las líneas fundamentales de la propuesta y recabar información sobre
las medidas que en materia laboral, social y fiscal llevarían adelante éstas,
sin excluir naturalmente la posible asunción de algunos planteamientos de las
propuestas sindicales por parte de dichos partidos.
El proceso de encuentros y de
diálogo ha sido prolongado y provechoso, puesto que implicaba la confirmación
de una interlocución socio-política que necesariamente encarnaba el
sindicalismo más representativo que no se ejercía, como tradicionalmente,
frente a organismos o administraciones o el poder político estatal o
autonómico, sino que se expresaba en el espacio público electoral con el
partido político, insertándose en el debate que se plasma en los programas de
partido y en los compromisos que con la población se materializan en los
programas electorales. Muchos de estos encuentros han sido invisibles para la
prensa y los medios audiovisuales, lo que dice mucho sobre la capacidad de
selección de la realidad que los medios de comunicación quieren preservar como
forma de orientar la opinión pública, y la potencia del sindicalismo como
interlocutor socio-político no entra desde luego en esta realidad construida mediáticamente.
El resultado de este diálogo no
podía ser un acuerdo, ni necesariamente un compromiso. En algún caso sin
embargo, los interlocutores políticos lo han asumido voluntariamente, como
sucede con la derogación de la reforma laboral. En otros supuestos, ha habido
convergencia en las medidas propuestas. Naturalmente ha habido algunos agentes
políticos con los que la coincidencia ha sido muy pequeña, dado lo contrapuesto
de los planteamientos.
Terminada la ronda de contactos,
se imponía una valoración de la misma y su conclusión en términos electorales,
desarrollando por tanto la consecuencia natural de haber presentado un
diagnóstico de la situación y un proyecto de cambio en el marco de un proceso
electoral en marcha.
A esta necesidad corresponde la
decisión que ha adoptado el Comité Ejecutivo Federal. En él se da cuenta del
proceso de contactos reseñado y se enuncian sintéticamente los contenidos
reivindicativos esenciales que estas propuestas implicaban. Pero a la hora de
precisar el resultado, se afirma que “los encuentros han transcurrido con
respeto institucional y con una amplia disposición al diálogo y la colaboración
futura; no obstante, hemos constatado más coincidencias y mayores niveles de
compromiso en las formaciones ubicadas en el espacio de la izquierda”, si bien –
aquí también podría emplearse el “no obstante” del comunicado, la recomendación
final a los afiliados y a los trabajadores y trabajadoras del país no es la de
votar a aquellas opciones en las que se ha encontrado mayores niveles de
compromiso y numerosas coincidencias, sino la de acudir a votar.
Es seguro que a un ciudadano
interesado le habría parecido más coherente con el impulso sindical a un
proyecto autónomo que se define como un modelo más democrático y un cambio en
la política económica y social y que ha sido contrastado con las distintas
fuerzas en presencia, que se hubiera hecho en el comunicado final una indicación
concreta al voto en sintonía con las coincidencias y los compromisos que se han
verificado a lo largo de ese proceso. Una indicación de voto suficientemente
vaga como la que aparece tímidamente explicitada en el documento, al “espacio
de la izquierda”, en el que parecen estar mencionados implícitamente IU-CUP y Podemos,
pero donde también es previsible encuadrar al PSOE, al menos en su alma
ugetista y socialdemócrata que lo habita. Es previsible pensar que en Euzkadi o
en Catalunya las trabajadoras y trabajadores no consideren que en el espacio de
la izquierda conviva el PNV o CDC, pero habría sido de agradecer una mención
explícita a la incompatibilidad del voto de la gente de CCOO al PP que ha
llevado a cabo las políticas de austeridad que han sumido a España en la pésima
situación que se denuncia y que ha llevado a cabo una constante política
antisindical. Es bueno constatar que hay “amplia disposición al diálogo” por
parte del PP en medio del proceso electoral, pero habría sido muy ilustrativo
mencionar expresamente la negativa constante al diálogo durante los años 2012 y
2013 que llevó a cabo el gobierno de ese partido respecto del sindicalismo de
clase. Y, en lo que respecta a Ciudadanos – cuyo contacto por cierto se realizó,
de manera sorprendente, en una entrevista conjunta de CCOO y UGT con la CEOE-CEPYME
– no parece que pueda avalarse una opción política cuya propuesta estrella sea
el contrato único, que el movimiento sindical ha denunciado como
inconstitucional y regresivo.
Quizá esta carencia de decisión
expresa de CCOO en recomendar el voto para los partidos que pueblan “el espacio
de la izquierda” se encuentre la diplomática convicción que el gobierno que
sala de las elecciones del 20 de diciembre no se corresponderá con tal
dimensión política, y que por tanto no conviene presentarse de antemano desautorizando
las opciones que saldrán vencedoras en la contienda electoral y que gobernarán
el país por cuatro años más. Es posible por tanto que el pesimismo político de
CCOO sea razonable, aunque con ello esté descuidando el carácter extraordinario
de estas elecciones y la posible inseguridad y pérdida del horizonte de
certezas al que estábamos acostumbrados. Pero con ello de alguna manera
contradice su posición activa de agente socio-político que expresa su opinión
desde su radical autonomía sin resignarse a ser un mero testigo pasivo de la
acción política de los partidos que concurren a las elecciones. Tanto hablar en
estos días del referente vacío, no es el caso que el sindicato se vacíe de
referentes.
Resaltar que el comunicado de la
Comisión Ejecutiva llama a votar masivamente a las candidaturas que se
encuentran en el espacio de la izquierda política debería ser en estos días un
objetivo de las diferentes organizaciones que estructuran el sindicato, en el
bienentendido que este es el espíritu que anima el documento de CCOO. El
sindicato no es un testigo desapasionado del proceso democrático del que solo
valore el hecho decisivo de la consulta al pueblo. El sindicalismo se encuentra
en en una encrucijada fundamental en la que hay que revertir los procesos de
regulación del 2012-2013, combatir realmente las políticas de austeridad,
ocupar un espacio fundamental en la resistencia inteligente a la gobernanza
económica aprovechando la llegada de otros actores, como el gobierno portugués
anti-austeridad, y experimentando si es posible un cambio en la correlación de
fuerzas, presionando a los gobiernos socialdemócratas que ven a su vez su base social
amenazada por la extrema derecha.
Llamar a votar a la izquierda no
es algo contrario a la autonomía del sindicato, ni compromete su independencia.
El sindicato de clase se encuentra siempre en el espacio de la izquierda, lo
que sucede es que los medios de actuación de que dispone se despliegan en el
campo de las relaciones laborales y de empleo. Pero la expresión de sus ideas,
de su proyecto, incide en la opinión pública y eso forma parte de la tradición
que le consolida como una figura social alternativa y de progreso. Que
naturalmente debe incidir en una campaña tan excepcional como la presente orientando
el voto hacia objetivos de cambio en las políticas económicas y sociales y
hacia una nueva reorientación política de la acción de gobierno y de
revigorización democrática de las instituciones. Es en este sentido en el que
se debe leer el comunicado de CCOO, más allá de los términos en los que está
formulado.
Este es el comunicado:
La Comisión Ejecutiva Confederal
en su reunión ordinaria del 15 de diciembre de 2015, ha valorado la campaña “El
trabajo en el centro del debate político”, concebida para presentar las
propuestas sindicales a las candidaturas que concurren en la próxima
convocatoria electoral y la respuesta obtenida de las distintas formaciones,
tras lo cual hemos acordado emitir la siguiente resolución:
1.- CCOO, en la mayoría de los
casos junto a UGT, se ha reunido con los máximos representantes de los
siguientes partidos: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, UP-IU, CDC, Unió, PNV.
2.- En los citados encuentros
hemos planteado lo esencial de las reivindicaciones del movimiento sindical
para la próxima legislatura, que en esencia son las siguientes:
a) Favorecer aquellas medidas que
aseguren el crecimiento de la actividad económica con el objetivo de crear
empleo de calidad y con derechos. Para ello hace falta otra política económica,
el incremento de los salarios, empezando por el SMI que en 2016 debe alcanzar
los 800 euros, y la reversión de las reformas laborales para recuperar la plena
capacidad de la negociación colectiva. Constitucionalizar los derechos
laborales, empezando por la proclamación de una “Carta de derechos laborales”
que venga a restituir los derechos devaluados y/o eliminados, lo que a su vez
exige la derogación de la Reforma laboral, y el artículo 315 del Código Penal
para garantizar el derecho de huelga.
b) Elaborar un plan integral para
la igualdad y contra la violencia de género. Un plan que ofrezca soluciones
ante los diferentes elementos de la discriminación que sufren las mujeres, como
es la brecha salarial, y que establezca medidas precisas contra la lacra de la
violencia machista.Restituir y ampliar las redes de protección y el carácter
universal y de calidad de los servicios públicos. En este sentido, hemos
planteado que los partidos que aspiren a gobernar deben comprometerse con la
ILP presentada por CCOO y UGT para promover la puesta en marcha de una
Prestación de Ingresos Mínimos, a modo de Renta Mínima estatal, como una de las
primeras medidas de la nueva legislatura.
c) Impulsar una reforma fiscal
justa y eficiente, porque nuestro país no tiene un problema de exceso en el gasto
público, sino de falta de ingresos. Se trata de alcanzar unos ingresos públicos
sobre PIB iguales a la media de la eurozona y hacerlo aumentando la aportación
de las rentas más altas, ampliando la base fiscal, disminuyendo el fraude y la
elusión fiscal, con un objetivo que se cuantifica en 93.000 millones de euros,
una cifra que resolvería los problemas del déficit actual y permitiría aplicar
otra política económica y social.
d) Sentar las bases de un cambio
del patrón de crecimiento, un nuevo modelo productivo para que nuestra economía
sea más estable, esto es, menos vulnerable a los cambios de ciclo, más justa,
sostenible y competitiva. Ello exige reorientar la inversión pública; un
proyecto integrado de las distintas infraestructuras; una reforma en
profundidad del sector energético; aumentar la inversión en I+D+i; un tejido
empresarial más sólido y de mayor calidad; y defender la soberanía y la
seguridad alimentaria. Por ello, reclamamos un sistema financiero que garantice
el crédito, y una banca pública que lo haga posible.
En consecuencia, CCOO considera
que la legislatura que se inicia después del 20D debe ser la de la
consolidación del cambio de ciclo que permita, no solo dejar atrás la recesión,
sino superar la crisis y los efectos para las personas de la gestión neoliberal
de la misma, de manera que el voto ciudadano exprese esa voluntad y necesidad
de cambio.
3.- Los encuentros han
transcurrido con respeto institucional y con una amplia disposición al diálogo
y la colaboración futura; no obstante, hemos constatado más coincidencias y
mayores niveles de compromiso en las formaciones ubicadas en el espacio de la
izquierda.
4.- Para CCOO las elecciones
generales constituyen uno de los momentos de mayor transcendencia en las
sociedades democráticas pues nos permite enjuiciar la acción de gobierno en la
legislatura que finaliza y dirimir con la participación activa qué programa y
qué formación nos merecen mayor confianza para gobernar en el futuro. En
consecuencia, llamamos a la participación masiva de los trabajadores y
trabajadoras y de la ciudadanía en las elecciones generales del próximo 20 de
diciembre.
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