Ayer
noche las filtraciones acostumbradas a la prensa escrita y digital permitieron
conocer el nombramiento de quien será el Secretario de Estado de Trabajo y
Economía Social, Joaquin Pérez Rey, profesor titular de Derecho del
Trabajo y de la Seguridad Social en la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de Toledo y Director del Departamento de Derecho del Trabajo y Trabajo
Social de la Universidad de Castilla La Mancha. Es desde luego una magnífica
noticia que llena de contento, confianza y alegría a todos los lectores,
usuarios y seguidores de este blog, ya convenientemente esperanzados ante el
nombramiento de Yolanda Díaz como Ministra de Trabajo.
Las notas biográficas que se han
hecho públicas de Joaquin Pérez Rey ponen de relieve su alto perfil
profesional como investigador y docente universitario, una cualidad que
garantiza lo que en la prensa se denomina “elevado perfil técnico” que
normalmente se asocia a los nombramientos del PSOE, frente a los más “políticos”
de Unidas Podemos, fruto de un prejuicio arraigado, también en los medios de
comunicación, que cuanto más a la izquierda, el compromiso político se separa más
del bagaje formativo de sus miembros. No importa que los hechos lo desmientan,
y que ni siquiera este prejuicio tenga algún interés para el eficaz desempeño
de la actividad política, pero está bien anclado en los discursos que formatean
la opinión pública.
Mientras que para los periódicos
de la derecha y ultraderecha (más de esto último que de lo primero) ignoran
este nombramiento, centrándose en otras querellas contra la estabilidad del
gobierno, algunos digitales han resaltado el carácter de “duro” del secretario
de Estado, por su inequívoca posición crítica respecto a la reforma laboral y contraria
a la importación de medidas como la llamada “mochila austriaca”, señalando a su
vez la preocupación en la CEOE por este nombramiento. Pero son resquemores de
la derecha económica que no hacen sino prolongar la oposición primero a un
gobierno de coalición entre las dos fuerzas de la izquierda española que hasta
ahora no habían podido encontrar un espacio común de encuentro, y
posteriormente a la colocación del ministerio de trabajo en el ámbito de acción
de UP, que obligó a escindir de este ministerio las competencias de Seguridad Social
y de Inmigración como decisión salomónica frente a la desconfianza del área de
economía ante esta repartición de carteras. Una suspicacia que previsiblemente se
ha llevado por delante también a Magdalena Valerio como posible ministra
de Seguridad Social, ante su talante decididamente socialdemócrata y su sintonía
personal con su sucesora en el cargo, Yolanda Díaz.
Joaquin Pérez Rey es,
evidentemente, una persona mucho más interesante que lo que puede ofrecer la síntesis
de una biografía plana expresada en las hojas de un curriculum vitae resumido.
Lo que no impide afirmar que tiene una trayectoria espléndida y que constituye
un referente académico importante y movilizador en el derecho del trabajo
español. Es además un activo especialista en el derecho europeo, en especial en
el análisis de una jurisprudencia, la del Tribunal de Justicia, que, como
explicaba en un muy reciente artículo publicado en la revista Jueces para la
Democracia. Información y Debate, ha tenido un “sorprendente protagonismo”
en las cuestiones laborales. Precisamente en esa calidad formó parte de la comisión
de expertos sobre la influencia que la STJUE 14.9.2016, caso De Diego Porras
podía tener sobre la legislación española, y sus comentarios en este mismo blog
sobre las vicisitudes que ha tenido esta jurisprudencia y su corrección por el
propio TJ, han tenido un enorme impacto medido en número de visitas. La
estabilidad en el empleo como principio fundamental en la construcción de las
garantías de los derechos laborales y su sustitución progresiva por el oximorón
de la flexiseguridad, ha orientado una parte de su investigación, que se
prolonga en campos como el conflicto y la huelga, los márgenes del contrato de
trabajo ante nuevas (trabajadores en plataformas) y viejas (cooperativas de
producción) prestaciones de servicio, la reflexión sobre la historia del
derecho del trabajo y la función del Estado, la tutela judicial, y tantos otros
temas de extraordinario interés.
Su puesto de trabajo se halla en
su Facultad de Toledo, situada en el bellísimo convento de San Pedro Mártir
donde también estuvo de alumno – excelente – y desde donde obtuvo una beca de
Formación de profesorado universitario para iniciar su carrera académica, y ha
desplegado su actividad docente por toda la UCLM y una gran parte de las
universidades españolas en actividades de grado y de postgrado. Es un profesor
bien conocido – y reconocido – en América Latina, en especial en México, Chile,
Argentina, Uruguay y Brasil, manteniendo una relación directa – e igualitaria –
con tantos colegas y amigos de aquella región. Forma parte de una generación
que ha recogido y desarrollado una perspectiva crítica y alternativa del
derecho, y en especial del derecho del trabajo, construyendo espacios de
encuentro y de debate que alimenten la reflexión y el análisis de la forma de
producir la regulación de las relaciones laborales y la incidencia en éstas de
sujetos colectivos, fundamentalmente personalizados en los sindicatos de clase,
que representan el punto de vista a partir del cual se debe interpretar la
realidad. En ese sentido, sus trabajos con Antonio Loffredo, Adoración
Guamán, Sebas Martín o Paco Trillo, por solo mencionar a una parte
de una generación extremadamente productiva y afanosa, explicitan de manera
clara el sentido general de su potencia investigadora.
Joaquin Pérez Rey se
define además colectivamente por su pertenencia al grupo de estudiosos y
estudiosas de la Universidad de Castilla La Mancha. Un grupo de juristas del
trabajo que entienden la realidad que deben explicar como un territorio abierto
no solo a la tecnicidad normativa sino a la acción decisiva de los sujetos
sociales que la conforman. Un colectivo de mujeres y de hombres, de diferente
nivel formativo y de capacidad de trabajo que sin embargo comparten el rechazo
del sectarismo de escuelas académicas y la afición a considerar de manera problemática,
desde perspectivas emancipatorias diferentes, la realidad del trabajo bajo el
dominio del poder privado. Pensar el trabajo de manera crítica implica también
pensarse a si mismos como profesionales y como trabajadores de la universidad.
Y en ese esfuerzo de autoanálisis y de propuesta crítica, la presencia del sindicato
es una subjetividad que actúa e interviene en la labor conjunta del grupo de
trabajo. Ese es el contexto de la fábrica de pensamiento en la que se inserta y
forma parte activa el recién nombrado Secretario de Estado.
Se trata por tanto, en palabras
de nuestro admirado maestro Umberto Romagnoli, de un “jurista prestado a
la política”, que va a tener que enfrentarse a una larga serie de obstáculos
que pretenden impedir que se cumpla el inteligente programa de reformas que se
han pactado en la Coalición Progresista y que, como se ha tenido ocasión de
comentar en este mismo blog, dan un relieve importante a las cuestiones
laborales y sociales. En este empeño que debe durar los cuatro años de
legislatura, estará acompañado en el Ministerio de Trabajo por otras muchas
personas que comparten ese mismo impulso al cambio social y a la nivelación de
las desigualdades que se han exacerbado con las políticas de excepcionalidad
social puestas en práctica durante la crisis. Algunas de ellas han coincidido
en el trabajo colectivo que la entonces diputada Yolanda Díaz fue nucleando desde hace dos años en torno a una serie de proposiciones de ley en materia laboral realmente
interesantes, en especial la que se presentó contra la precariedad laboral y
por la estabilidad en el empleo. Allí participaron Amparo Ballester, la
que será jefe del gabinete de la Ministra, Manolo Lago, que estará de
asesor en dicho gabinete, pero también Maravillas Espín y Héctor
Illueca, que serán directores generales en el nuevo organigrama del Ministerio.
Todos ellos – y otras muchas personas más – formarán un equipo de enorme
competencia profesional y de intensa capacidad de acción política en la
dirección correcta y necesaria: fortalecer los derechos individuales y
colectivos de los y las trabajadoras vigorizando la constitución del trabajo
como eje de las reformas necesarias e imprescindibles en nuestro país.
La más entusiasta enhorabuena
desde este blog a Joaquin Pérez Rey, del que por tantos motivos podremos
decir con orgullo que es “uno de los nuestros”. Una expresión que me
enorgullece personalmente por el largo tiempo que hemos recorrido juntos los
que deseamos que sean “los caminos de la libertad”.
Una magnífica noticia para las trabajadoras y los trabajadores de este país. Enhorabuena!!!
ResponderEliminarUn excelente acierto. El profesor Pérez Rey es un excelente jurista que, sin duda, va a aportar mucho a la justicia social.
ResponderEliminarEnhorabuena buena por la elección.
José Luís Calvo
Me parece una magnifica propuesta!
ResponderEliminarPueden dar un gran impulso al cambio necesario y urgente en las relaciones laborales.ENHORABUENA.
SALCE ELVIRA
En hora buena. Excelente.
ResponderEliminarSaludos y felicitaciones querido Joaquín, mejorará la justicia laboral en España y esperamos pronto que vuelvas a México, abrazos de tus amigos Nahir y Oscar.
ResponderEliminarGran noticia! Felicitaciones
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte Joaquín tenéis un camino muy difícil pero tienes a Caro y tus amigos que van a estar a tu lado y en algún momento al lado de un caldo gallego en HONTANAR
ResponderEliminarExcelente noticia !!! Éxitos y un abrazo grande desde Argentina. José De Nardo
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