Acaba de publicarse en la red el último número de la Revista de la Fundación 1 de mayo, que se dedica en su práctica totalidad, a analizar los vericuetos y las desavenecias del acuerdo en materia de política social ante la crisis. Rodolfo Benito dedica a este tema una presentación que se incorpora al sumario. En la foto, algunos lectores de la Revista comentan estos temas a la salida del Ateneo Karl Korsch de la ciudad de Parapanda.
Revista de la Fundación 06 Agosto 2009
El número de Agosto de la Revista de la Fundación recoge los textos de Ramón Górriz, Antonio Baylos, Joaquín Aparicio, Carlos Prieto, Amaia Otaegui y los indicadores sobre datos de situación de convenios colectivos, ERE y expedientes del Fogasa. En la presentación del número 6, Rodolfo Benito señala que "se equivoca la CEOE. El giro radical dado a sus propuestas en la negociación del diálogo social supone de hecho dar la espalda a un escenario de crisis". [DESCARGAR PDF]
Indice Revista 06 Agosto 2009
Rodolfo Benito
La posición de la CEOE ha hecho imposible que la negociación pudiera culminar con un acuerdo.
Ramón Górriz
¿Es necesaria una reforma de la articulación de la negociación colectiva?
Antonio Baylos
CEOE y diálogo social: ¿una decisión sin costes?
Joaquín Aparicio
Las cuotas a la Seguridad Social no se deben rebajar.
Carlos Prieto
Crisis económica, reforma laboral y régimen de empleo.
Amaia Otaegui
Superar las diferencias salariales a través de la negociación colectiva.
Indicadores
Datos de situación de convenios colectivos, EREs y expedientes del Fogasa.
Presentación Revista 06 Agosto 2009
Rodolfo Benito
La posición de la CEOE ha hecho imposible que la negociación pudiera culminar con un acuerdo
Hay una primera constatación en esta fase del dialogo social, la actitud de CEOE y su trayectoria errática y contradictoria en la mesa de negociación, que ha culminado con la presentación de un documento-propuesta, el del 23 de julio, ponía patas arriba un proceso en el que CEOE estaba participando.
El documento de CEOE ha sido sobre todo una enmienda a la totalidad al proceso de dialogo social, que tenia una única pretensión, tal y como se ha puesto de manifiesto en las conversaciones de los últimos días, la de reabrir toda la negociación volviendo a poner encima de la mesa temas tales, como el abaratamiento del despido y la reducción de cotizaciones sociales, que de común acuerdo habían quedado aparcados para favorecer el dialogo y abrir las expectativas para poder alcanzar un acuerdo.
Sin duda el documento base que se estaba discutiendo tenia marcadas insuficiencias, como las relativas a la protección social a las personas o la tan sensible y conflictiva reducción de las cotizaciones sociales.
Pero la posición de la CEOE ha hecho imposible finalizar con éxito esta parte de la negociación, en la que la protección a las personas y las medidas de estimulo a la economía son prioritarias.
El documento de 23 de Julio de CEOE ha buscado la imposición de un programa de máximos inasumibles para los sindicatos, y para la sociedad española, que se adentra por caminos que suponen la reducción de derechos para los trabajadores y trabajadoras, además de volver a posiciones que han venido debilitando un modelo de crecimiento sostenible y productivo en nuestro país y que están en la génesis de fuerte desempleo que ha alcanzado, en este periodo de crisis aguda, la sociedad española.
Y cierto es lo que quizá solo sea una casualidad, pero los giros en la negociación que ha ido produciendo la CEOE, han coincidido con un encuentro, por cierto no discreto, sino publico con el Partido Popular y de otra con la publicación de los datos de empleo del segundo trimestre de la Encuesta de Población Activa en los que ya se preveía un nuevo incremento del desempleo.
Ahora bien con encuentros o sin ellos, la vía para salir de la crisis, en ningún caso puede ser la de la reducción de los costes laborales desde una continua presión sobre el factor trabajo, como tampoco la de infligir una sustancial descapitalización del sistema de seguridad social, que en si mismo es un factor de cohesión social y por tanto de crecimiento, o la de la descausalizacion del despido junto a su abaratamiento.
Se equivoca la CEOE, el giro radical dado a sus propuestas, supone de hecho dar la espalda a un escenario de crisis, que exige de una salida concertada a la misma, pero sobre bases sustancialmente distintas a las de insistir en un mercado laboral altamente precarizado como base fundamental de la actividad económica e industrial a desarrollar en nuestro país en los próximos años.
Las medidas han de resultar coherentes y alinearse con las causas de la crisis económica. Si resulta unánime la opinión de la inexistencia de conexiones entre la actual crisis económica y la regulación del mercado de trabajo, no resulta en modo alguno congruente querer aprovechar la presente situación para reducir o eliminar derechos sociales. O en palabras más enérgicas, es políticamente indecente pretender desplazar a los trabajadores una parte sustancial de los costes de la crisis económica.
No son momentos para sacar nuevas ventajas de la crisis, sino para arrimar el hombro en la dirección de trabajar sobre iniciativas y medidas que exigen, además de un fuerte compromiso público, de un fuerte compromiso, también empresarial, en materia de inversión y de creación de empleo.
De la crisis no se sale deteriorando los derechos laborales y reduciendo el papel de los sistemas de protección. Numerosos estudios económicos coinciden en que la desregulación del mercado de trabajo es incompatible con un incremento relevante de la productividad.
Y se equivocaría el Gobierno si no entiende que medidas como la de la protección a las personas que estando en situación de desempleo carecen de algún tipo de prestación, se puede saldar con una medida de alcance temporal de seis meses, que siendo un avance, es a todas luces insuficiente, más teniendo en cuenta la persistencia de la crisis y el alto volumen de personas que en los próximos meses, dejaran también de tener algún tipo de ingreso.
Como es necesario y urgente adoptar nuevas medidas de estimulo a la economía, algunas de ellas muy avanzadas en el proceso de negociación, que han de contribuir a reducir de un lado la actual tasa de desempleo y de otro iniciar la transición para el tan demandado cambio en el patrón de crecimiento.
Proceso este, el del cambio en el modelo productivo, que se ha de abordar con la participación activa de los agentes sociales y no desde meros procesos de información y consulta.
El cambio de patrón de crecimiento exige de una estrategia a medio y a largo plazo, que no puede realizarse ni a golpe de reformas legales ni por acumulación de medidas inconexas y coyunturales. Y ello exige además apostar por cambio proactivo frente a ajuste pasivo
Como es preciso también un fuerte liderazgo institucional, junto a redefinir el papel de lo público y su relación y coordinación con el sector privado. La norma del sector público, en ningún caso puede ser la espontaneidad y mucho menos basar sus acciones en el cortoplacismo.
Los sindicatos han reiterado el compromiso con el dialogo social, que no es otra cosa que un firme compromiso también por el empleo y los derechos sociales.
Rodolfo Benito
La posición de la CEOE ha hecho imposible que la negociación pudiera culminar con un acuerdo
Hay una primera constatación en esta fase del dialogo social, la actitud de CEOE y su trayectoria errática y contradictoria en la mesa de negociación, que ha culminado con la presentación de un documento-propuesta, el del 23 de julio, ponía patas arriba un proceso en el que CEOE estaba participando.
El documento de CEOE ha sido sobre todo una enmienda a la totalidad al proceso de dialogo social, que tenia una única pretensión, tal y como se ha puesto de manifiesto en las conversaciones de los últimos días, la de reabrir toda la negociación volviendo a poner encima de la mesa temas tales, como el abaratamiento del despido y la reducción de cotizaciones sociales, que de común acuerdo habían quedado aparcados para favorecer el dialogo y abrir las expectativas para poder alcanzar un acuerdo.
Sin duda el documento base que se estaba discutiendo tenia marcadas insuficiencias, como las relativas a la protección social a las personas o la tan sensible y conflictiva reducción de las cotizaciones sociales.
Pero la posición de la CEOE ha hecho imposible finalizar con éxito esta parte de la negociación, en la que la protección a las personas y las medidas de estimulo a la economía son prioritarias.
El documento de 23 de Julio de CEOE ha buscado la imposición de un programa de máximos inasumibles para los sindicatos, y para la sociedad española, que se adentra por caminos que suponen la reducción de derechos para los trabajadores y trabajadoras, además de volver a posiciones que han venido debilitando un modelo de crecimiento sostenible y productivo en nuestro país y que están en la génesis de fuerte desempleo que ha alcanzado, en este periodo de crisis aguda, la sociedad española.
Y cierto es lo que quizá solo sea una casualidad, pero los giros en la negociación que ha ido produciendo la CEOE, han coincidido con un encuentro, por cierto no discreto, sino publico con el Partido Popular y de otra con la publicación de los datos de empleo del segundo trimestre de la Encuesta de Población Activa en los que ya se preveía un nuevo incremento del desempleo.
Ahora bien con encuentros o sin ellos, la vía para salir de la crisis, en ningún caso puede ser la de la reducción de los costes laborales desde una continua presión sobre el factor trabajo, como tampoco la de infligir una sustancial descapitalización del sistema de seguridad social, que en si mismo es un factor de cohesión social y por tanto de crecimiento, o la de la descausalizacion del despido junto a su abaratamiento.
Se equivoca la CEOE, el giro radical dado a sus propuestas, supone de hecho dar la espalda a un escenario de crisis, que exige de una salida concertada a la misma, pero sobre bases sustancialmente distintas a las de insistir en un mercado laboral altamente precarizado como base fundamental de la actividad económica e industrial a desarrollar en nuestro país en los próximos años.
Las medidas han de resultar coherentes y alinearse con las causas de la crisis económica. Si resulta unánime la opinión de la inexistencia de conexiones entre la actual crisis económica y la regulación del mercado de trabajo, no resulta en modo alguno congruente querer aprovechar la presente situación para reducir o eliminar derechos sociales. O en palabras más enérgicas, es políticamente indecente pretender desplazar a los trabajadores una parte sustancial de los costes de la crisis económica.
No son momentos para sacar nuevas ventajas de la crisis, sino para arrimar el hombro en la dirección de trabajar sobre iniciativas y medidas que exigen, además de un fuerte compromiso público, de un fuerte compromiso, también empresarial, en materia de inversión y de creación de empleo.
De la crisis no se sale deteriorando los derechos laborales y reduciendo el papel de los sistemas de protección. Numerosos estudios económicos coinciden en que la desregulación del mercado de trabajo es incompatible con un incremento relevante de la productividad.
Y se equivocaría el Gobierno si no entiende que medidas como la de la protección a las personas que estando en situación de desempleo carecen de algún tipo de prestación, se puede saldar con una medida de alcance temporal de seis meses, que siendo un avance, es a todas luces insuficiente, más teniendo en cuenta la persistencia de la crisis y el alto volumen de personas que en los próximos meses, dejaran también de tener algún tipo de ingreso.
Como es necesario y urgente adoptar nuevas medidas de estimulo a la economía, algunas de ellas muy avanzadas en el proceso de negociación, que han de contribuir a reducir de un lado la actual tasa de desempleo y de otro iniciar la transición para el tan demandado cambio en el patrón de crecimiento.
Proceso este, el del cambio en el modelo productivo, que se ha de abordar con la participación activa de los agentes sociales y no desde meros procesos de información y consulta.
El cambio de patrón de crecimiento exige de una estrategia a medio y a largo plazo, que no puede realizarse ni a golpe de reformas legales ni por acumulación de medidas inconexas y coyunturales. Y ello exige además apostar por cambio proactivo frente a ajuste pasivo
Como es preciso también un fuerte liderazgo institucional, junto a redefinir el papel de lo público y su relación y coordinación con el sector privado. La norma del sector público, en ningún caso puede ser la espontaneidad y mucho menos basar sus acciones en el cortoplacismo.
Los sindicatos han reiterado el compromiso con el dialogo social, que no es otra cosa que un firme compromiso también por el empleo y los derechos sociales.
excelentes los trabajos de todos ellos. veo de todas formas un olorcillo a resentimiento en los articulos de los compañeros sindicalistas.
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ResponderEliminar¿Puedo hacer un comentario sobre esa portada tan magnífica de la F. 1º de Mayo? Creo que es estupenda, pero debería haber, a mi aviso, un mayor sosiego. Eso no es un blog, sino un instituto que debería dejar reposar las importantes investigaciones de tan serios autores. Se lo digo a uste, profesor Baylos, porque sé que tiene mucha amistad con Rodolfo de Benito. ¿Puedo decir campechanamente que hay que temperar las bridas de tan buena jaca cartujana? Mis saludos
ResponderEliminarAunque he dejado mi parecer en otro post, creo que el tema de esta página es muy apropiada. Ante todo me presento: Soy Julian el Apóstata (aunque no tanto) y sigo desde hace tiempo (estoy enganchado) este blog y los de Aparicio y Metiendo Bulla. Espléndidos. Pero voy a lo del diálogo social a ver que te parece, Antonio (o mejor, Simón para que se lo digas a Antonio)
ResponderEliminarLlevo un par de días dándole vueltas a la cosa. Of course, me abres definitivamente los ojos a la verdadera intención estratégica de la coalición popular-patronal: el desmontaje del modelo de concertación, aprovechando el viaje de las debilidades de la otra parte, que bien señalas. No son tontos, su medición tiene riesgos pero creen que pueden jugar fuerte y hundir en la miseria uno de los ejes del modelo moderadamente social que todavía quedaban en España, sostenido por uno de los pocos gobiernos socialdemócratas, aunque timidamente esto último por decirlo amablemente, que subsisten en Europa. Se intenta soltar así el lastre de la "paz social" que más o menos necesitaba hasta ahora el PP para llegar o mantenerse en el poder con bases añadidas de legitimidad social. Creo que las dinámicas de conflicto que apuntas para el otoño (supongo que coincidentes con la estrategia confederal) para torcer los objetivos de CEOE-PP ( impulso de medidas sociales directamente desde el gobierno y presión en la negociación colectiva por el mantenimiento de los salarios ) son necesarias, pero, en mi modesta opinión ( que como pasa de vez en cuando no coinciden con las oficiales de "mi organización política"), se verán bloqueadas si no se consideran dos factores que entiendo claves para su viabilización. En primer lugar, reactivar la presencia de los cuadros sindicales a pie de obra creando conciencia activa del conflicto como fuente de solución de problemas inmediatos de los trabajadores. Las dinámicas de desmovilización y desestructuración de clase son profundas y obiviamente no voy a decir yo que se vayan a resolver de la noche a la mañana, pero al menos desde la dirección confederal y las uniones y federaciones hay que despegar el culo de la silla, no para pedir la "huelga general" al modo voluntarista de Cayo "et alia", pero sí para hacer sentir a la gente que el sindicato está ahí, con la gente, para defender sus derechos y dar algo de seguridad frente al terror empresarial ( el otro día un buen amigo, afiliado a CCOO con un puesto respetable en una empresa privada con beneficios y muy "afín al sindicato", vivió desoladoramente el despido de 31 personas, entre las que él no estaba, sin que el comité de empresa de mayoría CCOO rechistara a una decisión sólo comunicada a éste, ni siquiera consultada ). Por otro lado, tener en consideración que un exceso de proximidad al gobierno por parte del sindicalismo confederal, que proyecta a la opinión pública una apariencia de coalición sindical-gubernamental, no sólo me parece que debilita las posibilidades de gestionar el conflicto desde la autonomía sindical real, sino que también ofrece un flanco de ataque a los medios de la derecha económica y política, que tendrán mayor facilidad para la manipulación en el contexto de un clima de desafección política generalizada de grandes sectores de la población. Paralelamente, por tanto, creo yo, hay que presionar al gobierno, el conflicto tendría que canalizarse bidireccionalmente, obiviamente con distinta intensidad, en la negociación colectiva, por un lado, y en la reivindicación al gobierno de un paquete de medidas socialmente avanzado, por otro. Frente a los que piensen que esto debilita al gobierno en un momento muy difícil y que, indirectamente, se beneficiaría al PP, yo entiendo lo contrario, el gobierno se afianzará socialmente, y lo poco que quedamos a su izquierda también, si toma algo de autonomía a su vez respecto de los grandes intereses privados, y para ello es necesaria una auténtica acumulación de fuerzas que gire en torno a un sindicalismo confederal sin ataduras ni autorestricciones.
¿qué te parece?
Me gustaría que Julían El Apóstata escribiera largo y tendido sobre el tema que ha abordado con tanta sutileza. Podríamos publicar en la parapandosfera las reflexiones de Julián, a quien deberíamos denominar el Doctor sutil. Una pregunta: dice haber dejado escrito algo de eso en "otro lugar". ¿Do se encuentra para linkarlo? ¿Puedo aspirar a tener correspondencia con Julián? Simón dale referencias mías, por favor, y escríbele una (vieja) carta de recomendación. Saludos desde Parapanda.
ResponderEliminarMe gustaría que Julían El Apóstata escribiera largo y tendido sobre el tema que ha abordado con tanta sutileza. Podríamos publicar en la parapandosfera las reflexiones de Julián, a quien deberíamos denominar el Doctor sutil. Una pregunta: dice haber dejado escrito algo de eso en "otro lugar". ¿Do se encuentra para linkarlo? ¿Puedo aspirar a tener correspondencia con Julián? Simón dale referencias mías, por favor, y escríbele una (vieja) carta de recomendación. Saludos desde Parapanda.
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