La
reforma laboral del 2012 no sólo produce los efectos directos sobre la
destrucción de empleo que ya conocemos, sino que induce un incremento del
autoritarismo despótico en los lugares de trabajo y la introducción de la
arbitrariedad y la ilegalidad en la toma de decisiones, incluido en organismos
públicos. A continuación se sigue la serie de las “historias” a propósito de la
reforma laboral.
1.- Julian V. tiene un contrato indefinido en una florería de Madrid propiedad de un
empresario individual que sirve al tanatorio de la M-30. Vive con su madre, que
tiene una pensión de viudedad, y su mujer, con una pensión de incapacidad
total, de 600 €. Normalmente hace horas extraordinarias sin que se las
remuneren, y libra un día a la semana, nunca el domingo o festivos. En su
empresa, de seis trabajadores, nunca ha habido delegado de personal. A partir de diciembre de 2011, el empresario comienza a no pagar a
sus trabajadores a fin mes el salario base y complemento, dándoles de partida
la mitad del mismo y el resto en “plazos” a lo largo de los meses sucesivos. En
diciembre no les da la paga extra. En la semana santa del 2012, le comunica el
empresario a este trabajador que no puede
mantener el sueldo que le daba – 1.500 euros – y que está pensando en despedirle y contratar a un
joven – mejor nacional que inmigrante- por reducir costes. A partir de mayo del
2012, Julián V. trabaja diez horas diarias por 1.200 euros, sin pagas extras,
con el jueves como día libre. No quiere acudir a un abogado, ni hablar de ello,
porque necesita el empleo, tiene cuarenta y siete años, y sabe que una vez sin
trabajo, no encontrará ya otro nunca.
En las pequeñas empresas, con trabajos de poca cualificación, el proceso de
devaluación salarial y de ampliación de la explotación laboral, es imparable.
La reforma laboral ha funcionado como una señal de permisividad. Sí, se puede,
han entendido los empresarios - ¿emprendedores? – consolidar “sin complejos” un
dominio despótico y la violencia sin freno de la explotación de los
trabajadores a su servicio.
2.- La reforma laboral actúa
también en el sector público, como bien se sabe, que ha sido alcanzado por el
impulso flexibilizador que permite despidos y no renovación de contratos. La
política de empleo en su vertiente de ingreso se centra en la congelación de
plantillas. Sin embargo, hay algunos entes públicos que aplican una peculiar
variante para el ingreso en el empleo público. El Ayuntamiento de Torrijos
(Toledo) ha sorteado 40 contratos de
empleo público, entre un 10% de los 1.728 parados censados en el municipio,
seleccionados directamente por el Alcalde. Son contratos para las categorías
profesionales de albañiles, jardineros, peones, auxiliares administrativos,
agentes medioambientales, electricistas y ‘patrulleras’. Todos ellos de seis
meses de duración, cobran estrictamente
el salario mínimo interprofesional, con una jornada laboral de lunes a domingo
(siete días a la semana), salvo las ‘patrulleras’, con un contrato de seis
meses (excluidos julio y agosto) pero con jornada de 10 horas semanales y un
salario bruto de 200 euros al mes.
¿Constituye una nueva forma de ingreso en el
empleo público el sorteo de contratos entre un grupo de desempleados de ambos
sexos previamente seleccionados por el equipo de gobierno municipal sin baremo de méritos o de circunstancias
definitorias? El significado simbólico del acto del ayuntamiento de Torrijos es
claro, el empleo es una lotería para quien lleva algún número del décimo, es
decir, aquellos a los que el Partido Popular decide que puedan jugar. Pero vulnera la legalidad vigente. No hay
mérito ni capacidad, sino puro azar (orientado políticamente por la fidelidad
al partido que gobierna el municipio). La Federación de Servicios a la
Ciudadanía de CCOO ha denunciado el hecho a la Delegación de Gobierno, sin
respuesta de momento. La ruptura de todas las reglas que establece la legalidad es posiblemente un “mal menor” para el poder público si con eso se
crean 40 puestos de trabajo, con la ventaja de estar “fidelizados” políticamente. Ese es un discurso en sintonía con el de nuestros gobernantes en su continuo proceso de destrucción del espacio de lo público y de los servicios de interés general.
3.- Dicen las agencias ( y el titular del blog no cambia nada de la
narración) que “la entrada en vigor de la reforma laboral el pasado
febrero ha permitido a las empresas reducir con fuerza el dinero que se gastan
en despidos. Según los datos que ha publicado el 15 de marzo de 2013 el INE, el
coste medio por trabajador de los despidos ha bajado un 23% en el cuarto
trimestre de 2012 con respecto al mismo periodo de 2011. El descenso es el más
acusado registrado desde el inicio de la crisis y confirma que cada vez es más
barato despedir.
La reforma laboral, que empezó a
funcionar en el segundo trimestre, generalizó el contrato con una indemnización
de 33 días por año trabajado, facilitó los expedientes de regulación de empleo
con 20 días por año y abrió la puerta a los despidos
colectivos en la Administración. En los tres primeros meses de aplicación,
el descenso en los costes por ajustar plantilla fueron del 12%. En el tercer
trimestre, la caída se agudizó hasta el 17% y, en el tramo final de 2012,
alcanzó el 23%.
La evolución a la baja en los
costes del despido ha tenido lugar al mismo tiempo que se seguía destruyendo
empleo en España, que va ya por su sexto año consecutivo de aumento del paro.
Sin embargo, mientras los ajustes de plantilla realizados al inicio de los
problemas se cebaron en los temporales, más baratos para las empresas en caso
de despido, la persistencia de la crisis ha acabado por llevarse por delante
también a un buen número de indefinidos. A este respecto es destacable que el
mayor descenso de los costes por despido haya tenido lugar mientras los que
salían de las empresas eran los que tenían contrato fijo, lo que confirma que
el primer
efecto de la reforma laboral ha sido el de abaratar el despido pese a que
fue concebida para atajar el paro y animar la creación de empleo”.
4.- Sin embargo, sabemos que
siempre hay excepciones a ese abaratamiento brutal del coste de despido (23% en
un año es un porcentaje verdaderamente impactante). Recordemos que – lo dice
también la prensa del 21 de marzo – “el PP indemnizará a Jesús Sepúlveda —ex alcalde de Pozuelo de Alarcón
(Madrid) imputado en el caso Gürtel y ex marido de la ministra Ana Mato— con 229.000
euros por despido improcedente, según adelantó el vicesecretario general de
Organización del partido, Carlos Floriano,
en una entrevista en Antena 3, confirmando el acuerdo alcanzado con el
ex de la ministra de Sanidad. Floriano, como secretario de organización del
Partido, remitió el 11 de febrero al interfecto una carta de despido al
conocerse nuevos datos de su implicación en la trama de corrupción del caso Gurtel. El Partido Popular prefiere
acudir al acuerdo individual con un trabajador a su servicio que a la sentencia
del órgano judicial, dando por hecho que el despido por imputación en un delito
gravísimo no tiene causa suficiente. Así que en su esfera interna el Partido
Popular no aplica la reforma laboral, al menos con sus dirigentes y altos mandos. Restringir y eliminar derechos y garantías es bueno para el resto de los ciudadanos y ciudadanas, no para estos personajes excelentes/excrecentes que aplauden la norma y defienden la bondad extrema de la reforma laboral para el país entero.
Qué bárbaro!!! Entiendo que no haya comentarios todavía a esta entrada, ya que cuesta trabajo digerir la noticia, cerrar la boca por la impresión y reaccionar. Esta reforma laboral, hay que cambiarla cuanto antes.
ResponderEliminarDistinti Saluti,
Atención a lo que relata nuestro amigo Joaquín Aparicio en su blog (Desde mi cátedra) sobre estos y otros temas en su reciente artículo. Saludos desde Monclín, López Bulla
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