La huelga
de limpiezas de Madrid ha sido objeto de numerosos comentarios y reflexiones en
la blogosfera de Parapanda (LA HUELGA DE LAS
LIMPIEZAS DE MADRID, CAPITAL DE LA GLORIA: http://lopezbulla.blogspot.com.es/2013/11/la-huelga-de-las-limpiezas-de-madrid.html),
y en otros blogs amigos, como En Campo Abierto, con intervenciones de Bruno Estrada http://encampoabierto.wordpress.com/2013/11/18/la-huelga-de-basuras-de-madrid-1/
(“Gracias, compañeros y compañeras de la limpieza de Madrid”) y de Héctor
Maravall, http://encampoabierto.wordpress.com/2013/11/18/la-huelga-de-basuras-de-madrid-3/
(“La lucha sindical sirve, y mucho”). Lo que a continuación sigue es un estudio
de caso a modo recopilatorio.
Lo que conocemos por los variados
medios de información:
La limpieza viaria de la ciudad
de Madrid es una competencia central del Ayuntamiento. Este servicio público es
gestionado por empresas privadas, fundamentalmente constructoras a través de
sus filiales de limpieza. En el verano del 2013 el Ayuntamiento modifica el
pliego de condiciones del concurso y fija como suelo del mismo una rebaja de al
menos 10% sobre el precio del 2012. Ganan el concurso tres empresas constructoras
cuya oferta implica el 18% del precio anterior. Así OHL, Cespa (de Ferrovial),
Valoriza (de Sacyr Vallehermoso) y Alfonso Benítez (FCC) se repartieron el contrato
por casi 2.000 millones de euros, casi un 18% menos que el precio inicial. En
el pliego de condiciones no hay ninguna
cláusula de estabilidad de la plantilla. Las empresas “madre”, o sea las
constructoras OHL, Ferrovial, Sacyr y FCC, son mencionadas en la trama Gürtel –
tienen por lo que parece grandes afinidades
selectivas con el PP -, y declaran haber tenido en 2012 beneficios por
valor de mil doscientos cincuenta millones de euros. Comienzan en el verano los
primeros despidos de contratados temporales ( 200 personas). Al inicio del
otoño las empresas concesionarias inician un ERE en el que proponen, como
condición de viabilidad de las empresas, 1.134 despidos y la rebaja del 40% del salario de
los trabajadores restantes, además de una regulación temporal de empleo de 30
días para cada trabajador. Las asambleas de trabajadores y los sindicatos
convocan la huelga indefinida.
La huelga arranca con una gran
manifestación. El Ayuntamiento impone unos servicios mínimos. Los trabajadores
designados comparecen pero las empresas no sacan los camiones, posiblemente
temiendo que puedan ser averiados. La huelga deja las calles de Madrid en pocos
días llenas de basura. Los vecinos y ciudadanos de Madrid no culpabilizan a los
trabajadores. La alcaldesa de Madrid entiende al comienzo de la huelga que su
dinámica y resolución es un “asunto privado” entre las concesionarios y los
trabajadores. Conforme avanza la huelga, este cargo público es más virulento
respecto del “vandalismo” sindical y el incumplimiento de los servicios
mínimos. Sin embargo, el Ayuntamiento no es capaz de dar una cifra concreta
sobre el grado de incumplimiento de estos servicios. En la
negociación del ERE, las empresas reducen la cifra de despedidos y el monto de
la reducción salarial, pero son ofertas rechazadas por los sindicatos. La
presión política interna del propio Partido Popular lleva al Ayuntamiento a
anunciar que recurrirá a Tragsa, una empresa pública, para remplazar a los
huelguistas y limpiar la basura que se amontona por doquier. Los sindicatos con
presencia en esta empresa se niegan a esta posibilidad mediante un comunicado
público al entender que es un acto ilegal que vulnera el derecho de huelga de
los trabajadores de la limpieza viaria y jardinería.
Los trabajadores y sus sindicatos
negocian el ERE y llegan a un preacuerdo en el que las empresas se comprometen
a no despedir a trabajadores ni a bajar el salario. Se llega a un compromiso de
congelación salarial y de realización de un Expediente de Regulación de Empleo.
Esa noche, una serie de trabajadores contratados la mayoría por una Empresa de
Trabajo Temporal, Ranstad, designada por
el Ayuntamiento a 85 euros la jornada, comienzan la limpieza de las calles de
Madrid, ante la tolerancia de los huelguistas que conocen el preacuerdo
obtenido. Para justificar este hecho, prohibido por la Ley de Empresas de
Trabajo Temporal, el Ayuntamiento denuncia ante la Fiscalía que se han
producido determinados actos vandálicos como desparramar las bolsas y quemar
contenedores. Se produce un gran despliegue mediático del Ayuntamiento en esta
operación de limpieza por trabajadores sustitutos de los huelguistas.
A la mañana siguiente las
empresas concesionarias se desdicen del pre-acuerdo y vuelven a plantear
despidos y rebaja de sueldos. La reacción sindical y de los trabajadores es
virulenta, amenazando con un salto cualitativo del conflicto. CCOO impugna el
acto del Ayuntamiento de contratar trabajadores para sustituir a los
huelguistas. Continua la huelga. Por fin, de madrugada, se consigue un acuerdo
que es ratificado por las asambleas de trabajadores en el que las empresas
renuncian a despedir a los 1.250 trabajadores y al recorte de salarios. A
cambio se comprometen los trabajadores a la congelación de sus salarios durante
el tiempo de vigencia del convenio y a un ERTE de 45 días por rotación en el
plazo de estos mismos cinco años. El resultado concreto es el siguiente, tal
como lo publican las páginas sindicales (no los periódicos ni la televisión,
siempre tan prolija en explicar las normas emanadas del gobierno legislador): Retirada de los expedientes de regulación de empleo previstos
para 1134 personas. No hay bajada salarial en tablas y se consolida el 5'9
adeudado desde hace tiempo.
Se pagarán atrasos en la nomina de noviembre. Bajas voluntarias con 28 días por año con un tope de 22 mensualidades. Excedencias de hasta 10 años. El convenio no se rebaja ni modifica. Queda como estaba salvo en el periodo de vacaciones, que ahora se dividirán en 10 días en invierno y 21 en verano. La antigüedad se mantiene. ERTE de 45 días / año durante cuatro años. Las empresas se comprometen a no aplicar más despidos durante el periodo de concesión (ocho años).
La huelga obtiene una resonancia
mediática impresionante. Se considera con razón un éxito de los trabajadores y
de sus sindicatos. Es percibida con simpatía por el pueblo de Madrid, que ha
apoyado en su inmensa mayoría el conflicto, como inmediatamente se comprobó en
las encuestas de opinión que manejaban los grupos políticos. La victoria de la
huelga ha incomodado a los portavoces mediáticos de los poderes privados, así
como al Partido Popular. La alcaldesa de Madrid, el Presidente de la CAM y la
omnipresente ex presidenta Aguirre, han exigido una “ley de huelga” ante los
abusos que permite la presente regulación, que, se recuerda, proviene de 1977.
Aunque algunas voces hacen pedagogía de este tema, es general el
desconocimiento patente de cuál es el sistema de regulación del derecho de
huelga en España.
Cómo ha sido posible la
convergencia de una voluntad unitaria de los trabajadores en dar una respuesta
contundente a una propuesta asiática por parte de empresas que implicaba una
violencia excepcional, es un relato que se debe construir por parte de los
propios protagonistas. Es un hecho importante, que posiblemente sea referente
en los conflictos futuros, y conviene por consiguiente documentarlo en su
cotidianeidad organizativa, en la descripción de los distintos momentos del
proceso, de cómo superar los obstáculos y las dificultades en el camino hacia
la solución final.
Es interesante comprobar cómo en
el discurso oficial no hay ningún espacio para la exigencia de
responsabilidades, no sólo políticas. A las empresas, que sin duda hicieron una
oferta en el concurso plenamente temeraria a la baja, conscientes que el precio
de la concesión le serviría para subvencionar las indemnizaciones por despido a
un quinto de la plantilla, en la idea que menos trabajadores, con casi la mitad
de su salario, deberían cumplir los cometidos del servicio público. A la autoridad
del ayuntamiento para la que cumplir con el servicio público de limpieza viaria
no constituye un deber público sino una actividad económica que debe servir al
lucro de empresas privadas, de manera que el servicio y su desarrollo no se
guía por el interés general sino por la lógica del mercado: rebaja de costes
para un servicio muy degradado e ineficiente. En la primera respuesta de la
alcaldesa hay toda una filosofía del gobierno, la que ignora el servicio
público como función de la actividad pública y lo confina en un intercambio
mercantil sobe el precio del trabajo en el que el resultado de este proceso –
la degradación de las condiciones de trabajo – no tiene relación con los
objetivos de eficiencia, participación popular y respeto de los derechos de los
ciudadanos. Tampoco hay responsabilidad por las continuas descalificaciones del
hecho sindical y la declaración rimbombante de soluciones contrarias a la
Constitución (las emisoras de derecha llegaron a preconizar la intervención
militar) o el empleo de técnicas de restricción de la eficacia del derecho de
huelga no permitidas, como sucede con el reemplazo de los huelguistas por
empresas de trabajo temporal.
La huelga de limpiezas de Madrid
ha tenido una visibilidad muy importante. En los comentarios al conflicto de
Madrid, los representantes de los trabajadores establecían un cierto axioma:
“Se ha mostrado el camino para otros conflictos”. Y en efecto, se está
produciendo una extensión evidente de conflictos en el campo de la limpieza
viaria y de la limpieza pública en distintas partes del Estado español (ayuda a
domicilio, trabajadoras de limpieza de escuelas públicas, residencias de
tercera edad, etc). Pero además eso plantea el problema de las otras huelgas,
los conflictos industriales que permanecen en una especie de espacio privado,
opaco al conocimiento público, y cuya existencia y desarrollo son completamente
ignorados por los ciudadanos. Este es un tema sobre el que deberemos insistir
en adelante, sobre la base de las intuiciones muy valiosas que ofrece Jose Luis López
Bulla en el blog hermano Metiendo Bulla (http://lopezbulla.blogspot.com.es/2013/11/la-visibilidad-del-conflicto-social.html
).
En un momento histórico en el que
el paro masivo y la gestión asiática de las relaciones laborales, unidas a un
concienzudo ataque mediático antisindical, parece conducir a las relaciones laborales
a un estado pre-democrático, la huelga y el conflicto aparecen como los instrumentos
más idóneos para defender los derechos y limitar al máximo las lesiones que el poder
privado inflige a los derechos laborales individuales y colectivos amenazando la
dignidad de la existencia social del trabajo. Es sin embargo necesario abordar este
recurso al conflicto en el contexto de la estrategia sindical y de la práctica concreta
de las relaciones de poder en la empresa y en los sectores de producción de bienes
y de servicios en un contexto de crisis y de cambio de paradigmas productivos. En
esas coordenadas, el encuadre jurídico de la huelga es también importante, y la
búsqueda de la eficacia de la huelga como medida de presión, imprescindible. La
huelga de limpiezas de Madrid puede posiblemente ayudar a abrir un debate sindical
amplio sobre este medio de acción en los momentos presentes.
La foto de la primera noche de Fran Lorente simboliza la fuerza de esta huelga simbólico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Echa un vistazo al Tweet de @frlorente: https://twitter.com/frlorente/status/397851416007438337
...Una vez en la mesa de negociación, las posturas se fueron acercando, mientras los trabajadores y trabajadoras continuaban reuniéndose en los lugares habituales para evitar que TRAGSA rompiera la huelga, con la misma disposición a la lucha que los días previos. Pero ante la firma de un preacuerdo que respetaba la línea roja de 0€ de rebaja salarial, 0 despidos, los sindicatos desmovilizaron a las plantillas y enviaron a los piquetes a casa con el mensaje de que se había ganado, que ya no había que hacer nada más.
ResponderEliminarDurante la noche del viernes al sábado, el centro de Madrid fue limpiado y las plantillas estaban desmovilizadas. Ante esta situación, la patronal se sentó a negociar desde una posición de mayor fuerza que la noche anterior y planteó despidos sobre la mesa, incumpliendo el preacuerdo de la noche anterior. In extremis, se firmó un acuerdo que si bien no rebasaba las líneas rojas, se queda corto para los logros que podríamos haber alcanzado en esta lucha.
Hoy, este acuerdo ha sido ratificado en Asambleas por lote, con un escaso margen de actuación, porque las fuerzas estaban desmovilizadas y Ayuntamiento y patronal con Madrid limpio.
http://www.pcpe.es/component/k2/item/2918-madrid-ante-el-fin-de-la-huelga-de-limpieza-y-jardiner%C3%ADa.html
Y llegando a este acuerdo tan perjudicial para las tres empresas madre veamos que siguen teniendo unos beneficios escalofriantes y se demuestre que no habia necesidad de ere de extinción¡¡¡
ResponderEliminarNi rebaja de 40%, será que es tiempo de exprimir a las personas trabajadoras sin necesidad, el cinturón no se aprieta igual para todos.., espero se entienda la ironia en la primera frase del comentario, aún quedandose corto el acuerdo un aplauso para los trabajadores y para el pueblo de Madrid por entender la lucha.
Que la huelga no sale gratis para el trabajador por mucho que lo digan los empresarios, son dias no cotizables.
Este tipo de huelga deben ser resueltas en el menor tiempo posible, mas por el tema de salud publica.
ResponderEliminarTu resumen tiene numerosos errores, probablemente porque se basa únicamente en publicaciones de los medios de comunicación que a su vez publicaban lo dicho por los sindicatos. Revisarlo.
ResponderEliminarHay que valorar siempre las posturas de todos los lados. Y generalmente estamos mal informados por culpa de los medios de comunicación. Aún así me parece un buen resumen. saludos.
ResponderEliminarMuy buen articulo me parece que realmente abarca casi por completo las diversas posturas, sin embargo una que otra cosa se te escapan en el articulo, pero nada del otro mundo, muy buen post que sigan asi. Siempre recomiendo que este tipo de sindicato, sobre todo cuando se trata de sindicatos de limpieza se ignoran muchas cosas pero es bueno reconocer cuando se habla de ello.
ResponderEliminarGutter Cleaning Sydney | Gutter Cleaning Eastern Suburbs
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