La cadena
Euronews ha organizado el jueves 15 de mayo un debate público entre los cinco
candidatos a la presidencia europea que se ofrecía a los ciudadanos de los 28
países de la Unión Europea. Debate de los candidatos a la presidencia de la Comisión
Ha sido sin duda una iniciativa muy relevante que
no se había llevado a cabo hasta el momento. Conducida por la italiana Mónica Maggione, directora de Rainews, se
estructuaba en una pregunta para todos, respuestas breves, última intervención
resaltando un aspecto específico del programa de cada uno. El debate adolecía
de los defectos clásicos, rigidez, escaso tiempo, intervenciones más cercanas
al slogan que al discurso político, a
lo que se unía la dificultad de la traducción simultánea que en algunos casos
no era muy acabada. La retransmisión no ha sido repetida ni resaltada como
noticia, al menos en lo que al titular del blog se le alcanza, por ninguna
cadena nacional española. Por el contrario, en ese mismo día se anunciaba con
gran relieve el “duelo” entre los números uno del PP y del PSOE en un debate
televisado que sería muy comentado.
Los
protagonistas del debate europeo representan a las cinco grandes tendencias ideológicas
que se despliegan en la Unión Europea y que tienen un proyecto de construcción
europeo en estos tiempos de crisis. Es desde luego un elemento central en este
debate el posicionamiento respecto de las políticas de austeridad, pero también
en materia de derechos y libertades y de configuración democrática de las
instituciones de gobierno. En el espectro de la derecha, se situaban el
democristiano Jean-Claude Juncker y
el liberal Guy Verhofstadt. Como exponente del grupo socialista, Martin Schultz, y en la izquierda, la
única mujer candidata del grupo de Los Verdes, Ska Keller y por el Partido de la Izquierda Europea, Alexis Tsipras. Pese a la rigidez del
formato, se han manifestado las líneas generales de las diferentes aproximaciones
al proyecto europeo.
Respecto de la política de austeridad, la
defensa sin fisuras de la misma la ha llevado a cabo Juncker, mientras que tanto liberales como socialdemócratas han
mantendio una posición más matizada. Es necesario el equilibrio presupuestario,
pero el exceso en las políticas de recortes y de austeridad pueden ser
contraproducentes para la recuperacióne conómica y del empleo. En la posición
claramente contraria a la austeridad como salida de la crisis, denunciándola
como un elemento de recomposición del dominio de las clases dominantes y la
consagración de posiciones de desigualdad y de injusticia, además de
insolidaridad dentro y fuera de las fonteras nacionales, se manifestaron tanto Tsipras como Keller. Más radical el contraste entre Schultz y Tsipras sobre
la crisis de Ucrania, el primero exigiendo sanciones contra el presidente Putin y el segundo denunicando el
escándalo de la presencia de neonazis en el gobierno de Kiev bendecido por
occidente. Siempre en el ámbito de la política internacional, la ecologista Keller denunció la firma del Tratado de
libre comercio entre USA y UE que pone en peligro derechos de los trabajadores
y de los consumidores, que secundó Tsipras.
Éste a su vez insistió en el peligro de la involución autoritaria en los
paises europeos favorecida por las políticas de crisis. En concreto citó la ley
española que penalizaba el aborto y la relación ente corrupción y política y
actividades mafiosas en Italia. El liberal Guy
Verhofstadt aprovechó las vicisitudes del caso Snowden para señalar las amenazas a las que está sometida la esfera
privada de los ciudadanos europeos en el casod el espionaje masivo realizado y
consentido.
Los comentarios finales insistían en que
el que muchos ven como nuevo presidente europeo, el socialdemócrata Schultz, ha mantenido un tono bajo, con
una presencia física un tanto encorsetada y un discurso muy poco preciso. Sin
embargo, tanto la candidata de los Verdes como el de la Izquierda Europea han
aparecido mucho más activos y propositivos, creíbles y desenvueltos ante las
cámaras. Todos los participantes han mantenido sin embargo una posición unánime
en un asunto, el de que el futuro presidente de la Comisión debe ser uno de
estos cinco candidatos, rechazando por tanto las propuestas de Merkel que preferiría cooptar un nombre
decidido entre el Consejo y las instancias financieras de la Troika.
El debate sugiere algunas reflexiones. La
primera, hace referencia a la importancia de ligar estos planteamientos con las
propuestas electorales concretas que se desarrollan en nuestro país. Sabemos
desde luego quienes son los que apoyan al candidato del PPE o del Grupo
Socialista, como también que el candidato de la izquierda plural es Alexis Tsipras, aunque previsiblemente
ICV vote a Keller como suele ser
tradicional en esta coalición, y seguramente también Compromís-Equo. Pero no
sabemos con quien comprometerán su voto las candidaturas de Podemos,
Los
pueblos deciden, el BNG o las
coaliciones de nacionalistas catalanes y vascos. O ERC y UPD, por ejemplo. Esta
escasa visibilidad de la relación que mantienen estos agentes políticos en las
elecciones al parlamento que por primera vez elige directamente al presidente
de la Comisión, denota una escasa dimensión europea en el discruso electoral de
nuestros partidos, y un volcarse en la situación doméstica como forma de
expresar su presencia política en el panorama nacional. De hecho PSOE y PP
hablan de votación refendaria de la política del gobierno y esta forma de
aproximarse al proceso electoral ha contagiado a la práctica totalidad de las
fuerzas presentes en él.
La segunda es más evidente, se trata de
que los debates políticos sobre la idea de Europa no se pueden limitar a las
opciones políticas mayoritarias, porque en el diseño europeo es importante
entender cuales son las diferentes visiones que tienen grupos políticos de
representatividad suficiente. El respeto al pluralismo político es por tanto un
principio básico que sin embargo se desprecia en el caso español. La
concentración de los medios en torno a las opciones del PP y del PSOE no se
correspinde con los principios constitucionales democráticos que establecen la
participación política de todos los ciudadanos como base de la representación
en los asuntos públicos. Esta polarización excluyente de otras opciones
políticas de igual legitimidad democrática se está exasperando justo cuando la
concentración del voto en torno a los dos grandes partidos se reduce
sensiblemente a los niveles que se alcanzaron en 1977. López Bulla alertaba el otro día en su blog sobre esta tendencia,
que se manifiesta asimismo en las llamadas a los gobiernos de concentración (http://lopezbulla.blogspot.com.es/2014/05/la-gran-coalicion-de-felipe.html)
. Y en el plano legislativo, ya hay alguna muestra de esto en el nuevo Estatuto
de Autonomía de Castilla La Mancha, que establece un suelo mínimo de votos para
obtener representación electoral que oscila entre un 13 y un 16%. Comparen con
los porcentajes tradicionales – de un 2 a un 5% - en las leyes electorales, y
comprobarán la voluntad excluyente antipluralista de esta norma aprobada por el
parlamento español que desde luego vulnera los principios constitucionales de
participación y representación política.
Gracias por esta entrada. Por fin, alguien nombra y explica quiénes son los cinco candidatos a la presidencia de la Comisión Europea, y qué proyecto -o no- tienen sobre Europa. Aunque no haya sido muy buena la traducción, ¡viva la televisión italiana!. Muestra tener una cultura democrática, de la que adolecemos en el Reino de España.
ResponderEliminarSaludos desde el Reino de Cospedal.
PT