Ayer, 19 de enero, en el Auditorio Marcelino Camacho, tuvo
lugar el acto de reivindicación sindical del derecho de huelga en respuesta a
la oleada de procesamientos de dirigentes y activistas sindicales como parte de
una estrategia de agresión selectiva a la acción colectiva y el ejercicio del
derecho de huelga.
Cabe resaltar varios elementos en este acto, cuyo desarrollo ha sido ya
narrado por la prensa digital con cierto detalle. ( No son ocho, somos miles; Los sindicatos sacan músculo).
En primer lugar su carácter masivo. El auditorio estaba a reventar y una buena parte de la gente tuvo que
desplazarse a otra sala para poder seguir en directo el desarrollo del mismo.
El segundo elemento de relieve fue la importancia de la dimensión europea y
subsidiariamente internacional, como ingrediente central de una reivindicación,
el derecho de huelga no asediado por la represión penal, que era asumida por
los sindicatos europeos y en primer lugar por la CES – el acto se abrió con un
saludo grabado de Luca Visentini, secretario
general, y durante el mismo intervino el presidente de la misma, Rudy De Leeuw – con una precisa
advertencia sobre la degradación de las libertades democráticas que estos
procesos penales a sindicalistas están generando, y que deben inscribirse en
una tendencia autoritaria que se puede detectar asimismo en otros países, como
Inglaterra, Chequia, Finlandia e incluso Francia recientemente. Los saludos de
organizaciones sindicales de otros países que expresaban su solidaridad fueron
numerosísimos, como también la presencia en la sala de enviados de los
sindicatos de los estados más cercanos, Italia (CGIL), Francia (CGT), Portugal
(UGT), Bélgica (FGTB), además del Comité Económico y Social Europeo y la
Confederación Sindical de los Trabajadores y Trabajadoras de América (CSA). La consideración de un país como España, tras
esta deriva represiva, entre los países que ponen en riesgo las libertades se
manifestó por el representante de la Confederación Sindical Internacional, Jeffrey Vogt, que resaltó que esta
organización global había situado a España un escalón más bajo en la
clasificación que hace de los países en relación con la tutela de los derechos
sindicales. Esa vertiente internacional además resultó especialmente resaltada
por Joaquín Nieto, director de la
Oficina de la OIT en España, que dio noticia de la situación en la que se
hallaba la queja de CCOO y UGT ante esa organización por violación del Convenio
87 OIT, y recordó la jurisprudencia del Comité de Libertad Sindical
condenatoria de otros gobiernos en casos muy semejantes.
El tercer componente del acto era la conexión directa entre la defensa del
derecho de huelga y la presencia solidaria de los campos de la cultura, del
derecho y de la universidad. El acto fue conducido magistralmente por Almudena Grandes, y fue Miguel Ríos el encargado de leer el
manifiesto – No olvidemos lo importante –
que habían firmado una larga serie de las gentes de la cultura que, como diría Toxo en su discurso de cierre, siempre
están ahí cuando el sindicalismo requiere que hagan oir su voz en defensa de
los derechos colectivos democráticos. Aunque no estuvo físicamente, Almudena Grandes leyó el mensaje que, en nombre de Jueces para la democracia, dirigió a la
asamblea Joaquin Bosch, en el que
recordaba hechos evidentes sobre la necesidad de tutelar el derecho de huelga y
la de que los jueces realizaran una interpretación conforme a la constitución
de la norma penal, restringiendo el alcance punitivo de la misma en referencia
al ejercicio de derechos fundamentales de conflicto.
La universidad estuvo asimismo presente mediante la lectura, por Yolanda
Valdeolivas y Antonio Baylos,
del Manifiesto de los profesionales del derecho contra la criminalizacion de la
huelga, que ya conocen los lectores del blog. Este manifiesto lo habían firmado
hasta el día del acto 225 personas en su mayoría profesores y
profesoras universitarias de 28 universidades (Complutense de Madrid, Autónoma
de Madrid, Alcalá de Henares, Carlos III, Rey Juan Carlos, UNED, Universidad de
Barcelona, Autónoma de Barcelona, Pompeu Fabra, Universidad de Valencia,
Politécnica de Valencia, Castilla La Mancha – en sus cinco centros de Albacete,
Ciudad Real, Cuenca, Toledo y Talavera de la Reina – Córdoba, Málaga, Granada,
Almería, Jaén, Sevilla y Pablo de Olavide, Oviedo, Vigo-Ourense, A Coruña,
Santiago de Compostela, Murcia, Burgos, Salamanca, País Vasco – en sus centros
de Bilbao y San Sebastián – y CSIC), así como abogadas y abogados laboralistas.
Historiadores como Bartolomé Clavero
o Juan Sisinio Pérez Garzón,
penalistas como Luis Arroyo Zapatero
o Juan Terradillos,
constitucionalistas como Antonio de Cabo,
filósofos del derecho como Juan Ramón
Capella, Rafael Escudero o Juan
Carlos Bayón, laboralistas como Maria
Emilia Casas, Jesús Cruz Villalón, Carolina Martínez Moreno o Joaquin Aparicio – seguidos de un buen
número de profesores, titulares y catedráticos de Derecho del Trabajo- , y
varios otros internacionalistas, iusprivatistas y administrativistas, como Julio González , junto con otros
científicos experimentales, como Raúl
Villar o Santiago Carrillo, han
expresado su adhesión al manifiesto en compañía de abogados como Manuel de la Rocha, Bernardo González,
Enrique Lillo, Eva Silván, Antonio Garcia o Maria Luisa Turrión y
dirigentes sindicales veteranos como Jose
Luis López Bulla, Juan Moreno o Natividad Camacho.
En el acto se promovía la derogación de los preceptos penales que habían
sido la excusa para el plan represivo antisindical que había llevado al procesamiento
de más de trescientos sindicalistas, y el marco más general de la Ley de
Seguridad Ciudadana, pero con mucha
fuerza se insistió no solo en que los partidos políticos de progreso se comprometieran
a impulsar estos cambios legislativos, sino a que se lograra un gobierno de
progreso que tradujera la voluntad mayoritaria en votos de las últimas
elecciones y que desalojara al PP y a las políticas que éste partido ha llevado
a cabo del gobierno de la nación. El mensaje fue muy explícito, y en la sala
estaban en efecto exponentes muy importantes de IU, Podemos y PSOE – también de
Democracia y Libertad – que aplaudieron con fuerza estas solicitaciones
sindicales.
Sobre todo ello, los sindicalistas procesados, que hicieron las
intervenciones más instructivas de la tarde. Rubén Ranz, del equipo de comercio de SMC-UGT, al que le solicita
el fiscal tres años y medio de prisión, y José
Alcázar, que hizo subir entre atronadores aplausos a sus compañeros
procesados de Airbus, los 8 de Airbus que pusieron en pie a la sala. Ellos
explicaron de forma muy clara por qué entienden que se exponen a la prisión,
como consecuencia de una estrategia gubernamental de reprimir las acciones
colectivas reivindicativas conducidas sindicalmente y reducir el apoyo de las
trabajadoras y trabajadores a las mismas; convertir, mediante la acción de la
policía en cargas brutales contra los piquetes pacíficos, un acto de masas en
un problema de orden público. Alcázar dio
cuenta de las ofertas que habían recibido de la Fiscalía para evitar su ingreso
en prisión, propuestas que llevaban consigo la declaración de culpabilidad por
cargos menores, y de cómo se negaron a las mismas. Si hemos de entrar en la
cárcel, afirmó, lo haremos, pero no podemos aceptar que la acción de un piquete
pacífico se convierta en un delito. Un ejemplo de coherencia ideológica y
sindical.
El 9 de febrero se celebrará en Getafe el juicio penal contra los 8 de
Airbus. En el acto se convocó a la presencia ese día ante el juzgado. Es una
cita importante, porque está en juego la credibilidad democrática del Estado
español a la hora de respetar el derecho fundamental de huelga.
No aflojen, compañeros y compañeras, defender lo que nos queda es el único camino para recuperar y ampliar cuanto ganamos con esfuerzos lejanos y titánicos ...
ResponderEliminarAcuérdate Antonio: en 2007 participaste en un acto por la derogación del 315.3 mediante el cual acusaron a 11 sindicalistas de Sevilla, de la empresa EXTRUPERFIL, a los que les pedían 5 años de cárcel por participar en un piquete, en la huelga de aquella empresa. Desafortunadamente, al día de hoy siguen con problemas los trabajadores de dicha empresa por los incumplimientos de sentencias contra la misma.
ResponderEliminarPero en aquel momento ganamos con las movilizaciones. Esperemos que consigamos que ese maldito artículo se derogue de una vez.