Se realizó ayer, 25 de febrero, en el Palacio de
Congresos “El Greco” de Toledo, la entrega del premio “Abogados de Atocha 2016”
que otorga la Unión Regional de CCOO de Castilla La Mancha, al abogado
coordinador del Gabinete Interfederal de CCOO, Enrique Lillo. A continuación se inserta una breve reseña del acto
junto a un pequeño reportaje fotográfico del mismo.(En la primera foto, Mariano Sampedro, magistrado del TS, Ramon Saéz, Magistrado de la AN, y Pepe Garrido, abogado laboralista. En la inmediatamente inferior, Luis Collado y Joaquín Aparicio, acompalados de dos bellas damas).
Al acto asistió una gran multitud de personas, autoridades locales y ante
todo miembros de los colectivos más famosos defendidos por Enrique Lillo, como los Espartanos de Coca Cola o la gente de Tele
Madrid. Una gran participación del área de Derecho del trabajo y de la
Seguridad Social de la UCLM, abogados laboralistas y magistrados, así como
amigos, compañeros y sindicalistas, consiguieron una nutrida asistencia en un
gran salón para más de 250 personas.
Como señalaría Carolina Vidal, que
presentó el acto, “la doctrina judicial del Tribunal Constitucional hoy no se
entendería sin el nombre de Enrique
Lillo y de su exacerbada defensa del derecho de huelga y de la libertad
sindical”. A lo largo del tiempo “sus teorías han sembrado doctrina
universitaria y jurisprudencial. Ha sido un gran creador del derecho en los
juicios y en las vistas, tiene esa capacidad de los grandes profesionales de
que los jueces reflexionen sobre normas que actualmente son restrictivas con
los derechos de los trabajadores, sobre la justicia y la injusticia de la
aplicación de estos preceptos. Siempre está para dar una visión lo más justa
posible para la clase trabajadora”.
El presidente de la Fundación Instituto de Estudios Sociales, Antonio Arrogante, afirmó que "hemos acertado de
nuevo" en la elección de Enrique Lillo porque "cumple" con la
responsabilidad de los abogados laboralistas: "El compromiso, la
tenacidad, el rigor y el saber del lado que esta" en defensa de los
derechos y libertades.
También intervinieron, aunque en una grabación de video, el presidente del
colegio de abogados de Toledo y el secretario general de CCOO de Madrid, Jaime Cedrún. Tras ellos Alejandro Ruiz Huerta, como presidente
de la Fundación de Abogados de Atocha y último superviviente de los mismos.
En esta línea de elogios, el secretario general de CCOO CLM, José Luis Gil,
afirmó, tajante: "Enrique es irrepetible, es bueno en si mismo. El
sindicato no se entendería en este país sin Enrique Lillo, Es justo decirlo y
lo mantengo donde haga falta. Por ello, "todo lo que digamos de él hoy
será insuficiente para hacerle justicia, a lo que significa su figura y su
trabajo en los últimos 39 años", ha indicado Gil, para quien "encarna
ese vigor que mostraron los compañeros que murieron hace 39 a manos de unos
fascistas".
La intervención de Enrique Lillo fue
magnífica. Con gran sentido del humor desgranó las razones por las que podría
haber sido elegido para el premio, luchar por los trabajadores y obtener
ciertas victorias en algunos despidos colectivos sonados, ser natural de
Carrizosa, junto al círculo fraternal de Fuenllana y los amigos de Villanueva
de los Infantes, lo que le hacía un manchego especial – el alcalde de Carrizosa
estaba presente, al lado de su hermano el médico, Tomás Lillo – y en fin, que era buen amigo de CCOO CLM y en
particular de su secretario general, Jose
Luis Gil, el “medallero”.
Se confesó orgulloso y satisfecho del premio que ha recibido, pero explicó
a continuación que "el mérito no es
mío individual, sino de todos los trabajadores;
el mérito es de los trabajadores de Coca-Cola, que han sido
protagonistas de una lucha, que todavía sigue en gran medida, pues en nuestra
opinión la reincorporación no es correcta en el centro de trabajo de
Fuenlabrada (Madrid), o de "los
compañeros" de otros casos que ha asesorado, como Telemadrid, Airbus o
Tyco, "multinacional donde hay una sentencia del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea (UE) que dice que es tiempo de trabajo el invertido en los
desplazamientos y que en nuestra opinión tampoco la empresa cumple
correctamente". Lillo también se refirió a los trabajadores de Elcogas de
Puertollano (Ciudad Real): "Espero que sean readmitidos y, aunque creo que
hoy les entregaban las cartas de despido, confío que ese despido sea
revocado".
Esta actividad de defensa jurídica podría a su juicio haber sido resaltada
y premiada en la persona de otras muchas abogadas y abogados, a los que fue
refiriéndose, como las abogadas del Gabinete Confederal, Eva Silván y Eva Urbano, o al coordinador del Gabinete de Estudios
Jurídicos de Albacete, Paco Gualda, o
a la abogada de la Federación de Enseñanza, Carmen Perona, o a la excelente abogada de Toledo y presentadora
del acto, Carolina Vidal. Porque en
definitiva entiende que "los abogados de CCOO, que son los sucesores de
aquel espíritu del colectivo de Atocha", junto al propio sindicato, serán “capaces de mantener ese legado, que consiste
básicamente en luchar por las libertades" , cuestión en la que todavía hay
un amplísimo campo por recorrer, especialmente después de estos últimos cuatro
años en los que el Partido Popular ha embarrado la democracia de corrupción y
de violencia contra los trabajadores, demonizando al sindicato como una
organización execrable y peligrosa.
También ha confiado en que "se consume un cambio de políticas
laborales y sociales, que implique un giro social a la izquierda en el nuevo
Gobierno o en los cambios que hagan faltan, que se tengan que producir, que son
muy necesarios para el conjunto de la sociedad española". Uno de ellos,
evidentemente, es el de la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, que
"criminaliza a los piquetes y que es un precepto penal que viene de una
ley franquista". Se congratuló de la absolución de los 8 de Airbus, pero
advirtió que hay pendiente un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional
en un caso de responsabilidad por daños derivados de una persona participante
en un piquete que se imputa a quien se identificó como responsable del mismo,
el secretario provincial de CCOO de Albacete, que cuenta con el informe
favorable a su estimación por el Ministerio Fiscal, pero ante el que hay que
estar alerta y movilizados, puesto que es más que previsible que el Tribunal
Constitucional utilice este caso para imponer un régimen represivo del piquete
de huelga, y “corregir” así la cadena de absoluciones que sobre todo ha
significado el caso Airbus.
Pero también incitó a derogar la reforma laboral, eso sí, “bien derogada”.
Por ello se mostró crítico respecto del
pacto de investidura entre el PSOE y Ciudadanos en materia social, en especial
respecto del contrato estable de tutela creciente, un artificio que se quiere
imponer en varios países, desde Italia hasta Francia, sobre el que objetó la pérdida
de la noción de causalidad y la ineficacia de su implantación respecto de los
objetivos pretendidos, alertando respecto del efecto de sustitución que se
podría llevar a la práctica.
Mostró su cierto asombro ante el hecho de que se siguiera hablando del
problema del despido como un problema de coste económico, cuando los salarios
de los trabajadores en España son bajos y han sufrido en estos cinco años un
intenso proceso de erosión mediante la devaluación salarial interna que ha
logrado la reforma laboral y la obstaculización de la negociación colectiva.
Recomendó sin embargo que en todos los procesos de despidos colectivos se
hicieran públicos los salarios de los directivos y de los Consejos de
Administración, para que se pudiera comprobar de forma clara y meridiana la
desigualdad profunda entre las remuneraciones de unos y otros, quince a treinta
veces superiores. Como propuestas fundamentales de reforma entendió
imprescindible volver a interponer una mediación colectiva y pública a la
capacidad libre de despedir del empresario, recuperar la figura del despido en
fraude de ley, reforzar las garantías para impedir contrataciones laborales
temporales fraudulentas y en cadena.
En el acto hubo también alginas notas necrológicas. Se recordó a Julio Herrero, el “ingeniero de CCOO”,
que fue secretario provincial de CCOO y concejal de Toledo, a cuya hija Clara
se le entregó una placa de recuerdo, y Enrique
Lillo mencionó a dos personas ausentes que con toda probabilidad habrían
estado presentes en el acto, Nacho
Montejo, un abogado de raza en la estirpe de los abogados de Atocha, y Manuel Ramón Alarcón, magistrado del
Tribunal Supremo, intelectual señalado y un gran creador del Derecho del
trabajo democrático.
Tras la intervención de Lillo, habló
José Luis Gil y cerró el acto el Presidente de la Junta de
Comunidades de Castilla La Mancha, Emiliano
García- Page. Era ya muy tarde y el último tren a Madrid salía a las 21,30,
por lo que un nutrido grupo de asistentes tuvimos que abandonar el acto sin
poder departir ya más tranquilamente con los asistentes y el premiado.
Carolina Martínez Moreno
ResponderEliminar27 de febrero a las 20:52
Orgullosa, emocionada y honrada con la amistad de una persona indescriptible e irrepetible... enhorabuena Enrique, admirado y querido amigo
¿alguien conoce algún abogado laboral en bilbao?
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