En su muro de Facebook,
el profesor Juan López Gandía ha
hecho un análisis del Pacto de Investidura al que han llegado PSOE y
Ciudadanos. Es un interesante trabajo que evita la lectura del texto y que se
publica en este blog en rigurosa exclusiva.
LAS REFORMAS LABORALES CONTEMPLADAS EN EL ACUERDO PSOE-CIUDADANOS (EL
“CONTRATO ESTABLE Y PROGRESIVO” Y MÁS ALLÁ)
He visto ya en las redes el rifirrafe que se ha montado sobre el nuevo
contrato estable y progresivo, sobre si abarata o no las indemnizaciones por
despido. Es un aspecto novedoso muy importante de este acuerdo y una nueva
figura laboral, un mixto entre contratación temporal limitada y reducida del
programa del PSOE y el contrato único de Ciudadanos. Parece que luego se ha
corregido en algún punto como ocurre a veces con las correcciones de errores
del BOE que acaban modificando el texto original.
Pero la valoración de las medidas
sociales y laborales del acuerdo no debe detenerse ahí sino que debe abarcar
otros muchos aspectos que afectan al mercado de trabajo, a las políticas de
empleo y al modelo de protección social, y la creación de empleo, la lucha contra
la elevada tasa de desempleo en España. El paro, la exclusión social, la
precariedad, la desigualdad y el cuestionamiento del Estado del bienestar y su
privatización, el fracaso de la ley de dependencia, son los puntos claves de
las reformas de estas últimas legislaturas, acentuadas con la crisis económica
que arranca en 2008.
En el acuerdo se recuperan algunas
derechos importantes en el ámbito colectivo, en la negociación colectiva,
frente a las reformas de la última legislatura del PP, y se vuelve a dar más
protagonismo a las partes frente a la intervención de la Comisión Consultiva en
los descuelgues o de la cuestión de la ultra actividad del convenio, que vuelve
a la regulación anterior (con plazo de 18 meses ahora). Sin embargo, nada se
precisa sobre la cuestión del derecho de huelga y los piquetes y la derogación
del Código penal en este punto, ni tampoco sobre la recuperación de los
derechos colectivos recortados por el RDL 20/2012 en clara vulneración de la
Ley Orgánica de Libertad Sindical.
Se mantiene la flexibilidad interna
con más participación de los trabajadores como prioritaria permitiendo a la
empresa modificar los salarios y otras condiciones de trabajo por la vía del
art. 41, si bien con ciertos límites de cuantía y temporales, siendo el despido
la última ratio pero sin precisar más garantías legales para que eso sea cierto
(recordemos la nefasta exposición de motivos de la Ley 3/2012, la reforma
laboral del PP). Al menos, podría haberse recuperado el derecho de reposición
de la prestación de desempleo en caso de suspensiones de contrato o reducciones
de jornada. Y se llama al convenio colectivo a intervenir en el nuevo contrato
estable y progresivo.
De otro lado se lleva a cabo un
replanteamiento profundo de las políticas activas de empleo y las políticas de
empleo para parados de larga duración y mayores de 45 años, y se prevé un plan
prepara que va más allá de la corta duración de seis meses, hasta que el
trabajador encuentre nuevo empleo. Y en este sentido el acuerdo plantea reformas
importantes de las bonificaciones y subvenciones a la contratación por su
ineficacia y la potenciación de otras políticas activas incrementando el gasto
para que converja con la media europea, y reorientándolo hacia la formación e
introduciendo medidas destinadas a permitir un mayor control por parte de los
desempleados sobre sus decisiones de formación (aceptando en este último punto
una propuesta de Ciudadanos, una especie de cheque- formación).
Pero hay muchas concesiones, como el
complemento de salarios a cargo del IRPF, en lugar de subir el SMI más allá de
un ridículo porcentaje (un 1%).
También se cede algo en la nueva
modalidad de contrato estable y progresivo que viene a sustituir a los
temporales más frecuentes como obra o servicio y eventualidad (al parecer
también al de interinidad, no se dice) y al contrato de emprendedores que, pese
a todas sus ventajas laborales, de seguridad social y fiscales, ha sido un
fracaso, ese contrato estrella que según algunas organizaciones iba a crear
tropecientos mil puestos de trabajo indefinido y que solo ha servido para crear
un nuevo contrato temporal de un año, sin causa y sin indemnización alguna bajo
la aparente figura del periodo de prueba.
El contrato estable y progresivo es un
oxímoron pues es un contrato cuya estabilidad durante los dos primeros
años es puesta en peligro por una indemnización equivalente a la de un contrato
temporal al que viene a sustituir en el primer año y un poco más, solo cuatro
días más, en el segundo, pero solo si se la extinción está justificada, si es
procedente, no bastando el mero transcurso del tiempo como en los temporales o
en la propuesta de contrato único de Ciudadanos en la que la extinción no era
causal, aunque sí contempla la finalización digamos de la obra. Más que figura
nueva de contrato único, sin causa, es un contrato indefinido no progresivo
sino de indemnización progresiva, más baja los dos primeros años en caso de
extinción, justificada o injustificada. Parecido, aunque algo diferente, al
contrato de la reforma italiana de Renzi. Lo que mejora la regulación actual de
los contratos temporales, aunque empeora la de los indefinidos comunes durante
ese periodo de dos años. Solo se empieza a luchar de verdad contra la
precariedad después, utilizando la técnica bonus-malus de las cotizaciones a la
Seguridad Social para incentivar su conversión en indefinidos comunes. La clave
estará en el control de la rotación de estos nuevos contratos estables cuando
no vayan más allá de los dos años, por el riesgo de que acaben funcionando como
temporales y se sustituyan por otros con el mismo o distinto trabajador y si se
va a aplicar esa técnica de penalización en tales casos, es decir, si se va a
acabar con la llamada costumbre o la cultura empresarial del recurso
sistemático a la contratación temporal y el recurso a la subcontratación y a
las ETT, y el continuo encadenamiento de contratos temporales. Ya la reforma
del PSOE de 2006 no solo se quedó corta sino que tampoco fue efectiva por falta
de voluntad aplicativa e inspectora.
Otros aspectos de la precariedad se
abordan sin implicar a las empresas, como la subida del SMI, sino recurriendo
al dinero público, al dinero de todos, como el complemento salarial, o bien no
se abordan, como la regulación actual del trabajo a tiempo parcial, que
facilita el fraude y la economía semisumergida, aunque se anuncia con carácter
general una especie de plan de choque de la actuación de la Inspección de
Trabajo, pero no basta, si no se modifica la reforma de 2013.
Pero junto a estas medidas hay otra
de mucho riesgo y de difícil implantación como la de volver a replantear el
sistema austriaco, de un Fondo que subvenciona la indemnización por despido con
ocho días por año, que se propuso por le reforma de Zapatero de 2010 y se ha
retomado en el programa de Ciudadanos. La subvención de los costes de despido
en ocho días corre el riesgo de incentivarlo aún más, lo que va en contra de la
idea de que sea la última ratio. Y parece aplicable a cualquier indemnización
por despido, sea individual o colectivo, se procedente o improcedente.
El Acuerdo habla en este sentido que
el nuevo contrato estable con indemnizaciones crecientes, vaya acompañado de un
sistema de seguro contra el despido que incentive la movilidad laboral sin
perder derechos adquiridos y que se convierta de no ser despedido el
trabajador, en un complemento a su pensión. Las dudas, ventajas e
inconvenientes del Fondo Austriaco ya las expuse en el Documento de la Comisión
de Expertos que publicó en su día el Ministerio de Trabajo publicado por el
Ministerio. Solo tiene ventajas para los que a lo largo de su vida laboral no
son despedidos. Si alguno tiene interés se lo puedo enviar por correo. Me
hubiera parecido mejor recuperar la subvención del 40 % de los despidos en
pequeñas empresas, despidos causales, subiendo la cotización empresarial al
FOGASA, además de potenciar la financiación del FOGASA por sus propios medios y
no transferirle subvenciones de los presupuestos del Estado.
De otra parte se prevé un objetivo
ambicioso, inalcanzable, como es conseguir mayor seguridad jurídica, sin que
dependa de la intervención judicial, de las causas de despido. Ya lo intentó y
fue muy criticada por ello la reforma laboral del PP, intentando alcanzar
cierto automatismo en la decisión empresarial sin que el juzgador, el juez,
interviniera como petulantemente ordenaba la Exposición de Motivos de la ley
3/2012. Dice el Acuerdo que hay que “clarificar mejor las condiciones del
contrato indefinido, especialmente respecto a las causas de despido, para reducir
una excesiva litigiosidad interpretativa que incrementa las incertidumbres a
todos los agentes”. No sabemos si la reforma anunciada del ET irá por ese
camino a la hora de precisar de nuevo las causas, probablemente las económicas,
que son siempre las conflictivas. Vista la tendencia del acuerdo en cuanto a
indemnizaciones por despido no parece que tenga intención de dar marcha atrás
en los recortes de las indemnizaciones por despido improcedente y salarios de
tramitación que llevó a cabo la reforma laboral del gobierno del PP en 2012. La
reforma del ET parece dirigida especialmente a recuperar su naturaleza
originaria de carta de garantía de los derechos laborales, pero sin más
precisiones.
En cuanto a las medidas sobre
autónomos, algunas son muy razonables pero otras son arriesgadas, como las
medidas de fomento de los autónomos y emprendedores utilizando la cotización a
la Seguridad Social, como la cotización por días efectivos de trabajo, la
tarifa plana de 45 euros para los autónomos que no alcancen el SMI, los que el
Acuerdo denomina de “vocación de no habitualidad” o complementariedad
económica. No se contempla si los TRADES volverán al área tutelada del Derecho
del trabajo como relación laboral especial, aunque ello se puede contemplar en
la reforma que se anuncia del Estatuto de los Trabajadores.
En cuanto al modelo de protección
social se introduce la novedad de reconocer en la Ley General de la Seguridad
Social un Ingreso Mínimo Vital como prestación no contributiva para atender la
situación de necesidad de las familias que carecen de todo ingreso económico.
Esta prestación irá acompañada de un itinerario de activación laboral y
formación, adaptado a la situación personal y familiar. También un plan de
integración social o lucha contra la exclusión social de personas sin hogar,
con atención específica a los jóvenes extutelados que aborde la formación, la
vivienda y la prestación que evite el riesgo de exclusión social. Se contempla
también la lucha contra la pobreza energética, sobre el sobreendeudamiento y
los desahucios, la reducción de la edad de acceso al subsidio de prejubilación
desde los 55 años a la tradicional de los 52 años, pero no la forma de computar
el requisito de carencia de rentas para acceder al mismo ni su duración, ni el
recorte de la prestación básica por las reformas del PP de ideología claramente
liberal ni otras recuperaciones en la protección por desempleo que eleve la
actual tasa de cobertura que es bajísima.
Finalmente se contempla un Plan para
reconstruir el Estado del bienestar, restableciendo la universalidad del
sistema sanitario público, reforzando su gestión pública, y otras medidas de
ahorro y eficiencia en gasto sanitario y farmacéutico. Y, finalmente, se
plantea restablecer el Pacto de Toledo, articulando un modelo de financiación
de la Seguridad Social que de un lado introduzca cambios en los ingresos por
cotizaciones, que vinculen la aportación al sistema con los ingresos realmente
percibidos- sin precisar si con ello se destopan las cotizaciones- al tiempo que
se adoptan medidas para impedir la erosión de los ingresos como consecuencia de
la proliferación del trabajo precario y a tiempo parcial. Y además un sistema
que vaya más allá de las cotizaciones para incorporar ingresos procedentes del
sistema tributario. No cuestiona el factor de sostenibilidad, aunque sí se
afirma la suficiencia y el derecho a la revalorización de las pensiones, pero
sin precisar si se vuelve al IPC como parámetro de referencia. Propone también
recuperar los principios inspiradores de la Ley de la Dependencia, sus
objetivos e implantación, derogar el incremento de copago y las
incompatibilidades introducidas en la pasada legislatura.
Hasta aquí las reformas que se
anuncian en el Acuerdo, sus luces y sombras. Dejo a los lectores su juicio y
valoración propia, esto es, si van en la buena dirección, sin son suficientes o
se han quedado cortas y descafeinadas, si son precisas o imprecisas, de manera
que en muchas de ellas haya que ver luego cómo se concretan. Y especialmente si
se tiene en cuenta que muchas de estas medidas exigen un aumento del gasto
público por lo que hay que tener en cuenta también la situación actual del
déficit y las medidas de reforma fiscal- su alcance, credibilidad y realismo-
contempladas en el Acuerdo.
He entrado en el mundo Parapanda y después de leer el post solo puedo decir que cada día soy más escéptica con las "buenas intenciones". Llámenme temeraria pero la crisis ha sido la excusa perfecta para llevar a cabo un plan de recortes, precariedad y nuevas modalidades de esclavitud en el siglo XXI, diseñado desde hace mucho tiempo y que la reforma, la contrarreforma y la reforma de la contrarreforma han ido implantando. En mi modesta opinión los problemas a atajar son únicamente dos: el fraude, que viene de antaño y la corrupción, en la que incluyo las privatizaciones del sector público, el destino que se le ha dado a cualquier tipo de subvenciones y el chantaje y la complicidad de los sucesivos gobiernos en este tipo de conductas que han convertido a la inmensa mayoría de la población activa en desfavorecidos en situación precaria y límite, incluso aquellos que sí tienen trabajo, por no hablar de las personas que cobran cualquier tipo de miserable prestación.
ResponderEliminarMis admirados maestros: la detección de los problemas es mucho más sencilla, no compliquemos las cosas. A mi entender y paradójicamente, el problema está en la solución, una verdadera y revolucionaria reforma desde los cimientos que nadie se atreve a acometer.
Livina Fernández Nieto
No me gusta el acuerdo.
ResponderEliminarWilson Ramos Filho
Un análisis la mar de interesante por su objetividad.
ResponderEliminarIsabel Huete
Me parece muy oportuno el dato que da sobre los autónomos, enconcreto sobre los TRADE, havbía detectado algunas cosas pero otras no.
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