En
septiembre pasado, el presidente de la UE, Juncker,
anunció la creación de lo que vino a llamar “un pilar europeo de derechos
sociales”, y el 8 de marzo de este año la Comisión Europea ha lanzado una
consulta pública de amplio espectro a organismos públicos, universidades,
sindicatos, asociaciones empresariales, etc., que se extenderá hasta diciembre
de 2016.
Marianne Thyssen, comisaria europea de Empleo, Asuntos Sociales,
Capacidades y Movilidad Laboral, ha declarado al respecto que : «El mayor reto
del siglo XXI es la evolución del mundo laboral. La globalización, la
revolución digital y los nuevos modelos empresariales tienen un impacto sin
precedentes en nuestra forma de trabajar. Tenemos que estar preparados para
prever estas tendencias y esta evolución e influir en ellas. Debemos
plantearnos las siguientes preguntas fundamentales: ¿las políticas sociales, en
un sentido amplio, de nuestra Unión Europea y de nuestros Estados miembros son
adecuadas a su finalidad para el siglo XXI? ¿Cómo podemos hacer que el modelo
social europeo sea viable en el futuro? Con la consulta que hoy iniciamos,
damos un primer paso hacia un pilar europeo de derechos sociales». El pilar
europeo de derechos sociales establecerá una serie de principios esenciales
para apoyar unos mercados laborales y unos sistemas de protección social que
funcionen “correctamente y con justicia” dentro de la zona del euro. La
Comisión se reclama del Informe de los cinco presidentes titulado «Completar la Unión Económica y
Monetaria de Europa», de acuerdo con el cual, es necesario “centrarse más en
los resultados en materia social y de empleo como parte de un proceso más
amplio de convergencia al alza hacia unas estructuras económicas más
resistentes dentro de la zona del euro”.
La última vez que la UE organizó un amplio debate cultural y
social lo hizo a través de la presentación del llamado Libro verde para la
Modernización del Derecho del trabajo en Europa, que generó un altísimo nivel
de respuestas – en su mayoría críticas -
de las que a la postre la Comisión decidió salvar la idea fuerza de la
flexiseguridad en torno a la cual estableció las orientaciones de sus
políticas. A partir de la crisis y el desencadenamiento del mecanismo de
estabilidad financiera, es evidente que el malestar social que se extiende por
toda Europa – principalmente la Europa del Sur, pero cada vez se amplía más el círculo
de países afectados – está generando desafección política y resistencia social
en una parte y en otra una fuerte tendencia a la renacionalización y al impulso
de políticas xenófobas con importantes rasgos de autoritarismo. La llamada por
tanto a fortalecer el “pilar de derechos sociales” que ha sido expresamente
combatido por las políticas de austeridad y la ideología neoliberal que las
sostiene, es posiblemente un flatus vocis
al que se ve obligada la mayoría socialdemócrata y liberal que gobierna
Europa para dar alguna legitimidad a un proyecto que se desintegra desde una
política que persigue consolidar una profunda desigualdad social, que puebla
las relaciones laborales de sujetos sin derechos a merced de la necesidad,
fomenta la exclusión social y alienta las respuestas nacionalistas y execrables
que impiden cualquier acción humanitaria con flujos enteros de población
refugiada.
Pero ello no impide que haya que considerar esta llamada a “evaluar
el actual acervo social de la UE, a fin de reflejar las nuevas tendencias en
los modelos de trabajo y en la sociedad y recabar puntos de vista y reacciones
sobre los principios señalados en un esbozo preliminar del pilar” como un momento
que debe integrar las posiciones alternativas de quienes todavía pensamos que
otra Europa es posible y que el camino
tiene que pasar necesariamente por la democratización de sus estructuras,
reforzando desde luego el espacio europeo como un espacio de derechos sociales.
Es por tanto un momento para participar en esta consulta, lo que sin duda
estarán preparando los sindicatos y las fundaciones culturales que han creado,
pero es asimismo una tarea que debería interesar a los profesionales
universitarios que nos dedicamos al estudio crítico del Derecho del Trabajo,
puesto que procede un trabajo colectivo sobre la idea del sistema de derechos
sociales, del modelo social en suma que nos sirva de referencia.
De esta manera, a iniciativa de Margarita Ramos, catedrática de la Universidad de La Laguna, y de Jesús Cruz, catedrático de la
Universidad de Sevilla, se ha constituido un grupo de estudio para que elabore
un documento-propuesta que pueda ser considerado fruto del consenso de una gran
parte de los iuslaboralistas españoles. Un documento que, en palabras de
sus impulsores, requiere compartir una
cierta dosis de homogeneidad de pensamiento para conformar una propuesta acerca
de cómo y con qué garantías crear ese pilar social dentro de la UE, y que una
vez elaborado pudiera ser dado a conocer y se solicitaran adhesiones al mismo.
Se trataría, en suma, de poner de manifiesto y tomar postura acerca de los
grandes debates que puedan atravesar la actualidad: ciudadanía europea y
derechos inherentes a ella, derechos de personas de terceros países y
refugiados, así como de minorías, desplazamientos trasnacionales y salarios
mínimos, reticencias para ratificar el CEDU, condicionalidad en la lucha contra
el déficit y reformas internas del mercado de trabajo. Y creo, también, que
deberíamos formular cierta reflexión crítica del devenir de la jurisprudencia
del TJU. Y, muy en particular, de las políticas de la Comisión.
La iniciativa es muy interesante.
En este blog se seguirán algunos de los debates que se desarrollen en el seno
de dicho grupo y, naturalmente, se dará cuenta del documento que se alcance
para su oportuna divulgación. Los temas en presencia son decisivos, como se
puede comprobar fácilmente del cuestionario que se resume a continuación.
El cuestionario que está en la base de la consulta es el
siguiente:
Sobre la situación
social y el acervo social de la UE
1. ¿Cuáles son, en su opinión, las prioridades más
apremiantes en materia social y de empleo?
2. ¿Cómo podemos tener en cuenta las diferentes situaciones
en materia social y de empleo que se dan en Europa?
3. ¿Está actualizado el acervo de la UE? ¿Cree que hay
margen para que la UE adopte nuevas medidas?
Sobre el futuro
del trabajo y de los sistemas de bienestar
4. ¿Qué tendencias consideraría más transformadoras?
5. ¿Cuáles serían los principales riesgos y oportunidades
vinculados a esas tendencias?
6. ¿Hay políticas, instituciones o prácticas
empresariales —existentes o emergentes— que recomendaría como referentes?
Sobre el pilar
europeo de derechos sociales
7. ¿Está de acuerdo con el enfoque que se esboza aquí
para el establecimiento de un pilar europeo de derechos sociales?
8. ¿Está de acuerdo con el alcance del pilar, con sus
ámbitos y con los principios que se proponen en el presente documento? ¿Existen
aspectos que hasta ahora no se han expresado o tratado adecuadamente?
9. ¿Qué ámbitos y principios serían más importantes como
parte de una convergencia renovada para la zona del euro?
10. ¿Cómo deberían expresarse y hacerse operativos? En
concreto, ¿cree que unos estándares mínimos o unos parámetros de referencia
tendrían alcance y valor añadido en determinados ámbitos, y, de ser así, en
cuáles?
El debate sobre otra Europa debe comenzar también en este
resquicio que ofrece una consulta popular. Atentos a su desarrollo
Me quedo asombrada al ver la diferencia de trato que el titular del blog da a los dos profesores, una en una foto de estudio y el otro, mirando al cielo como enajenado y sobre todo con un pie de foto surrealista, preguntando sobre si los españoles seremos los "nuevos chinos" de Europa. Se notan mucho las preferencias, desde luego.
ResponderEliminarN.M.