Hay fechas señeras para todos los
gustos. No sólo se conmemoran luchas imprescindibles para la construcción de la
civilización democrática – el 1 de mayo, el 8 de marzo – o para recordar la
necesidad de asegurar derechos sociales básicos. La práctica de dedicar un día
del año a un evento importante para un Estado – el dia de la proclamación de la
república, el triunfo contra el nazifascismo, la exaltación de un prócer – se acompaña
de días de homenaje a figuras sociales significativas – el dia de la madre, del
padre, del amigo – o de profesiones – el día del abogado- que varían según los
continentes y las prácticas sociales. El 12 de agosto se ha declarado el día de
la Juventud, pero es lo cierto que este estado vital se encuentra en un
evidente deterioro en el contexto de crisis económica en el que nos hallamos
desde hace ya demasiado tiempo en nuestro país. Este hecho ha sido puesto de
manifiesto por un comunicado que Jóvenes CCOO ha realizado, aprovechando
precisamente esta efeméride triste en todo el Sur de Europa afectado por las políticas de austeridad desde hace más de cinco años.
Jóvenes CCOO recuerda que hoy
tienen un empleo aproximadamente la mitad de jóvenes de entre 16 y 29 años que
en 2008, según el Instituto Nacional de Estadística. En esa misma franja de
edad, el 28% de las personas que trabaja lo hace a tiempo parcial, frente al
17% de hace ocho años; de hecho, mientras actualmente hay 424.300 jóvenes con
una jornada parcial no deseada pero aceptada ante la imposibilidad de conseguir
un trabajo a jornada completa, en el segundo trimestre de 2008 quienes se
hallaban en estas circunstancias eran sólo 271.200. La temporalidad juvenil se
ha disparado en los últimos meses hasta situarse por encima del 64%, y el
salario medio anual de los menores de 25 años no supera –según la Agencia
Tributaria- los 5.757 euros (14.276 euros en el caso de quienes tienen entre 26
y 35 años). La frialdad de estos datos implica que la situación laboral de los
jóvenes ha empeorado notablemente en estos siete últimos años, y que el empleo
juvenil es cada vez más sinónimo de empleo precario, en donde resalta el empleo
del tiempo parcial como forma – tipo de la explotación del trabajador y
trabajadora joven.
Junto a ello, el sindicato
constata que en este espacio acotado por la edad de dan formas de inserción en
el empleo no laborales, en muchas ocasiones fraudulentas, que implican asimismo
la privación de derechos sociales para este colectivo. Se mencionan así las
frecuentes imposiciones del trabajo autónomo como oportunidad de empleo, en una
buena parte integrante de lo que se viene a llamar ‘falso autónomo’, así como a
extensas prácticas de empleo sumergido, que además carecen de control público.
Y, como telón de fondo, siempre el paro. El desempleo aún afecta al 34% de la juventud menor de 30
años- y, lo que cada vez más se asocia a este fenómeno, el riesgo de pobreza o
exclusión social (38,2%, según la Encuesta de Condiciones de Vida, lo que
convierte a este grupo de edad en el más vulnerable.
La creciente e inaceptable precarización social y económica
que golpea en su día a día a la inmensa mayoría de las personas jóvenes, las
incapacita para planificar y desarrollar proyectos de vida a medio y largo
plazo. Esta circunstancia se evidencia en el descenso constante de la tasa de
emancipación juvenil: en la actualidad, según el Observatorio de Emancipación
del Consejo de la Juventud de España, sólo dos de cada diez menores de 30 años
viven fuera del hogar familiar.
Jóvenes CCOO intenta, desde la
constatación de esta situación nefasta, algunas medidas de concienciación de la
opinión pública así como la de proponer la extensión de la organización sindical
como forma de reaccionar e incidir sobre esta problemática. Concretamente, “para
llamar la atención sobre estos hechos y con el fin de combatir la resignación
en torno a ellos”, se ha iniciado una campaña en redes sociales, con la
finalidad de que “la juventud que padece estas situaciones de precariedad
comprenda que no se halla frente a problemas de carácter individual que puedan
ser afrontados de manera aislada, sino que forman parte de un modelo económico
injusto y fracasado al que sólo se puede hacer frente y al que únicamente se
pueden arrancar derechos desde la unión y la organización sindical”.
Junto a ello, se proponen algunas
medidas legislativas específicas para este sector, que se condensan en la
creación de una renta mínima garantizada que, entendida como derecho subjetivo,
proteja a quienes se encuentran en edad laboral y, queriendo trabajar, carezcan
de empleo y de ingresos suficientes para mantener un nivel de vida digno. Según
cálculos del sindicato, 390.359 jóvenes de entre 18 y 30 años podrían
beneficiarse directamente de esta prestación. Con todo, la política de
solidaridad del sindicato no debería separar las nociones de renta y trabajo,
porque se perdería el principal atributo de la ciudadanía, el de conseguir un
trabajo libremente elegido. Este debe seguir siendo el elemento central a
reivindicar.
Naturalmente la derogación de la
reforma laboral y en concreto la reformulación de la contratación temporal y a
tiempo parcial, la exigencia de controles públicos que eviten el incumplimiento
de la normativa laboral sobre el trabajo autónomo, la vigilancia y sanción
sobre el trabajo no declarado, irregular e inmigrante, son elementos de
re-regulación de las relaciones laborales que tienen una influencia decisiva en
el trabajo de los jóvenes. El objetivo del sindicato además no puede ser el de
ofrecer a los jóvenes un trabajo cualquiera. El objetivo del máximo empleo es
inseparable del de la mejora de la calidad del trabajo, la reducción de los
espacios de precarización del trabajo y desarrollar un sistema de formación
permanente.
Es muy correcto aprovechar el día
de la juventud, como ha hecho Jóvenes CCOO para recordar este momento terrible
en el que las políticas de la austeridad y las reformas laborales – de las que
ya nadie habla en este momento de discusión política sobre la formación de
gobierno, y que en el programa del PP se mantienen inmutables – han sometido a
este grupo de ciudadanos a una práctica exclusión del trabajo de calidad,
impidiendo el desarrollo de su profesionalidad, a la vez que degradaba las condiciones
de un empleo posible, de bajos salarios y fundamentalmente sin derechos
sociales, y empujaba a una buena parte de los mismos hacia la pobreza y la exclusión
social. Un día de la juventud en el que realmente no hay nada que celebrar. No
cabe la resignación ni la impotencia ante estas situaciones. Se precisa un
cambio radical al respecto.
Este artículo resalta la difícil situación de la juventud, marcada por empleo precario, bajos salarios y falta de derechos laborales. El Día Internacional de la Juventud, lejos de ser una celebración, recuerda la exclusión social y laboral que enfrentan muchos jóvenes, sobre todo en un contexto de austeridad. Se hace un llamado urgente a un cambio radical en las políticas laborales, destacando la importancia de la organización sindical y la lucha por trabajos dignos. ¿Qué opinan sobre las medidas propuestas para mejorar las condiciones de la juventud?
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