En la mañana de hoy, 11 de marzo, el Consejo Confederal
de CC.OO., máximo órgano de dirección del sindicato entre Congresos, ha
conocido por parte de su Secretario General
su decisión de no presentarse a un tercer mandato, así como el apoyo a
la candidatura de Unai Sordo, secretario
general de CC.OO. de Euzkadi, para el Congreso de junio. La noticia ha ganado
la primera página en los digitales “El diario” – que lo etiqueta bajo la
rúbrica general de “regeneración democrática” – “Nueva Tribuna” – que adelantó
la noticia ayer como primicia – “bez.es” e “Infolibre”, y lugar destacado en Público.
Las páginas web de los diarios en papel colocan la noticia en la sección de
economía unos, como El Mundo o El Pais, pero ABC y La Razón la dan en lugar
destacado.
Las notas de prensa suelen ser idénticas, y se acompañan de los perfiles de
ambos sindicalistas. Se resalta en ellas la relación de esta decisión de Ignacio F. Toxo con el proceso de
cambio y de renovación en el sindicato que se ha ido llevando a cabo a partir
del debate sobre “repensar” el sindicato, que se ha efectuado en paralelo con
la rememoración de la historia de CC.OO. coincidiendo con aniversarios de
efemérides que marcaron la vida de la que hoy es la Confederación sindical en
una campaña que se resumía en la conjugación en pasado presente y futuro de la
expresión hacer historia. Ambas líneas están relacionadas entre sí, porque
junto a la necesidad de un cambio cultural y estratégico del sindicato como
“forma de estar” en la realidad laboral presente, ha sido también expresamente
considerada la idea de un relevo generacional de un dirigente que no vivió la
época del nacimiento y primeros desarrollos de las Comisiones Obreras, y que ha
nacido por tanto en democracia.
Un sindicato del que los medios destacan la “pérdida de afiliación” por
debajo del millón de trabajadoras y trabajadores adheridos al mismo, que sin
embargo sigue ostentando el primer puesto en las elecciones a miembros de
comités de empresa y delegados de personal y por consiguiente la mayor
audiencia electoral entre los trabajadores del Estado español y que se constituye en una de las figuras sociales de mayor
implantación en el tejido social de este país, que está presente en todos los
niveles de la negociación colectiva y exhibe una comparecencia activa en la
sociedad y en la dinámica de los conflictos. Pero es un sindicato que ha sido
muy castigado por las políticas de la crisis llevadas a cabo por los gobiernos
del PSOE primero y de manera mucho más agresiva por parte del PP, después, sin
que la situación política durante todo el año 2016 permitiera, como confiaba,
el cuestionamiento de estas políticas mediante un cambio de gobierno que habría
posibilitado seguramente algunas modificaciones legislativas que abrieran al
sindicato espacios de actuación que por el momento tiene cerrados.
El sindicato ahora no tiene por tanto una situación cómoda. Debe de nuevo
recomponer el territorio de los consensos de los trabajadores en torno a su
actuación obteniendo la aprobación de éstos mediante una adecuada combinatoria
de la presión y del acuerdo, además de ganar una imagen pública de eficacia y
de solidez frente a la que la ideología
neoliberal ha conseguido implantar en
sectores importantes de la opinión pública que considera a los sindicalistas –
aunque se salve al sindicato como institución – inútiles y prescindibles,
personas que han escapado al destino terrible de ser trabajador por cuenta
ajena y se refugian en una existencia desganada y accesoria . En una situación
como la actual, en donde el desánimo de los activistas y de los militantes es un
efecto buscado por las élites y amplificado por sus medios de comunicación que los
tienen empotrados – y aunque sepamos, como ha señalado con razón Bernie Sanders, que “perder la
esperanza no es una opción” - , cambiar la cara visible que va a simbolizar CC.OO.
es algo muy positivo. Da cuenta físicamente de un cambio real, al saltar a otro
grupo de edad alejado del que ha acompañado a los dirigentes de CC.OO. hasta el
momento, y , aunque esto no se aprecia por la mayoría de la ciudadanía catódica
que conoce las noticias a partir de la televisión, la radio y en su caso el
periódico, comentado eso si por los tertulianos de rigor, se trata de un cambio
que se está produciendo en una buena parte de las organizaciones que componen
CC.OO., desde Cataluña a Andalucía, en donde el relevo generacional se está
asimismo llevando a efecto.
CC.OO. estuvo fuertemente dividida hace ocho años, pero la gestión de ese
conflicto interno por el equipo de dirección liderado por Toxo resultó muy eficiente, aunque previsiblemente se puedan
rastrear diferencias de cierta importancia en la enunciación de las estrategias
según en qué áreas del trabajo sindical, que han sido progresivamente matizadas
con ocasión del enfrentamiento del sindicato a lo que en la actualidad suman
más de ocho años de crisis y de progresiva deconstrucción de derechos
individuales y colectivos de las trabajadoras y trabajadores. Esta cohesión
interna se ha visto claramente en el proceso de encuentros y discusiones con
cada una de las organizaciones del sindicato que el Secretario General ha ido
efectuando y durante las cuales no sólo comprobó la convergencia de opiniones
sobre un liderazgo – el suyo – plenamente aceptado, sino también que éstas
compartían la propuesta de Unai Sordo como
objeto de apoyo y promoción. Posiblemente Toxo
ha esperado pacientemente a ir tejiendo una amplia red de consensos sobre el
cambio necesario en la organización – en la cúpula y en los sectores medios-
antes de decidir sobre su permanencia o
no al frente de ella, de manera que ha impedido mediante este método que se
reabrieran posiciones enfrentadas que habían sido prácticamente pacificadas.
Aunque el panorama político es muy desfavorable para el sindicalismo en
general, con la crisis abierta del PSOE y las turbulencias muy recientes en
Podemos, la recomposición del mapa electoral está permitiendo una mayor
autonomía sindical en sus relaciones en el nivel de la acción política y
parlamentaria, puesto que con el Gobierno existe una especie de tema tabú
consistente en la inmodificabilidad de los elementos básicos de la reforma del
2012, es decir, justo lo contrario que el sindicalismo español y en concreto
del de CC.OO. pretenden como condición para poder mejorar su función de tutela
de los trabajadores.
Apoyado por la totalidad de los votos del Consejo Confederal salvo seis
abstenciones y sin ningún voto en contra, es el Congreso de junio el que tiene
la última palabra porque en él puede presentarse otro u otros candidatos
al mismo, aunque no es probable que esto
suceda ante la sustentación colectiva que ha recibido o en todo caso no parece que
esa acción tuviera en su caso muchas posibilidades de éxito. Unai Sordo proviene de un territorio en
el que la reivindicación nacional es muy fuerte y desde la cual se declara
abiertamente federalista, lo que por otra parte no le plantea ningún problema
desde el programa y la estrategia confederal de CC.OO. Tiene una amplia
experiencia tanto organizativa como activista, y revaloriza de manera muy
importante la negociación colectiva como instrumento de participación de los
trabajadores y de consolidación del sindicato como sujeto colectivo. Acopia una
buena formación sindical y también universitaria, como diplomado en relaciones
laborales, y participa siempre en las actividades que en esta materia organiza
la Escuela de Lejona de la UPV. Tiene un blog relativamente activo –
últimamente con una frecuencia mensual - que se subtitula “una plaza pública
virtual para transeúntes”, que forma parte
de la blogosfera de Parapanda ya desde hace mucho tiempo, y en donde se puede
seguir con bastante certeza las opiniones y puntos de vista sobre cuestiones
importantes del sindicato y de la acción colectiva del mismo. Mantiene una
relación muy fluida de coordinación con sindicatos europeos – en especial con
la CGIL Toscana – y ha cuajado un equipo de dirección de las CC.OO. de Euskadi
muy potente y seguro en un contexto realmente complicado económica, social y
políticamente, en donde la hostilidad de los sindicatos nacionalistas hacia
CC.OO. es especialmente aguda en cuanto al modelo de negociación colectiva y el
objetivo de los acuerdos sociales.
Nos esperan por tanto unos meses interesantes de debates y reflexiones
sobre las políticas y las medidas que se
debe adoptar a corto y a medio plazo, pero la incertidumbre sobre las personas
que deben dirigir el sindicato ha quedado resuelta y por tanto no se tiene que
gastar energías sobre el particular. Ignacio
F. Toxo ha gobernado el sindicato en tiempos muy difíciles, y ha dado una
verdadera lección democrática retirándose mediante este procedimiento callado y
consensuado, sin dar publicidad a lo proyectado, garantizando hasta el final el
tránsito a una nueva fase que necesariamente ha de partir con fuerza, creando
nuevos escenarios en donde desplegar con mayor potencia la capacidad del
sindicalismo de cambiar de manera continua y progresiva las cosas que importan.
"Unai Sordo proviene de un territorio en el que la reivindicación nacional es muy fuerte"
ResponderEliminarY un territorio con presencia mayoritaria de un sindicalismo de contrapoder que utiliza eficientemente la negociación colectiva y la caja de resistencia para la huelga indefinida, dónde por cierto CCOO ha retrocedido a 3ª fuerza sindical.
Esperemos que las buenas prácticas e instrumentos de confrontación del sindicalismo vasco puedan servir cómo referente a unas renovadas CCOO