No podía ser de mejor manera. El 8 de marzo del 2017, a
las 18,40 de la tarde, este blog ha alcanzado la cifra mágica de un millón de
páginas vistas. Lo que es al menos para su titular un dato importante porque
demuestra cuantitativamente el alcance de las entradas y de los temas tratados.
Desde que Jose Luis López Bulla lo
puso en pie como regalo, en mayo de 2010, el blog ha ido iniciando su andadura
con prudencia, aunque a partir de abril de 2016 sobrepasó su nivel máximo de
15.000 páginas vistas mensuales para subir hasta scores altísimos en junio de ese mismo año y luego estabilizarse en
una franja entre 25.000 y 30.000 vistas al mes a partir de entonces hasta hoy. Lo
que obliga a agradecer a los visitantes, usuarios y comentaristas del mismo, a
quienes lo contactan desde Facebook o desde twitter y a los que lo frecuentan
por la mañana y por la tarde como rutina informativa. Sin olvidar a los que lo
recolocan en otras plataformas y lo emplean y lo mencionan en otros
comentarios. A todos muchas gracias.
Coincide además con una celebración del 8 de marzo que indudablemente ha
tenido una fuerza y una receptividad social mucho mayor de la que podría
sospecharse. Normalmente este tipo de llamadas se piensa que no van a ser
acogidas más que por un número relativamente significativo de militancia o
que en última instancia se resumirán en
actos de presencia rituales, a la salida de las sedes sindicales, de los
partidos políticos o de algunos centros oficiales. Esto ha sido así, pero el alcance
de la convocatoria ha desbordado con mucho lo planeado. En la Universidad, que
es el sector en el que hemos podido tener una mayor proximidad, la
participación de estudiantes ha sido formidable, como también las de profesores
jóvenes y personal de administración y servicios.
En la convocatoria han intervenido de manera muy activa no sólo el
movimiento feminista, sino muchas organizaciones sociales, y los partidos
políticos especialmente sensibles ante este tema. Los sindicatos han acompañado
mediante comunicaciones y convocatorias conjuntas esta acción colectiva y con
ruedas de prensa del día anterior en las que han denunciado la situación
laboral y social de las mujeres. Pero han sido las redes sociales donde se ha
desbordado la participación con carteles, fotos, mensajes de todo tipo de una
amplia espontaneidad, correos con llamadas a la participación, textos donde se
ponderaba el significado – ampliamente considerado, desde el rechazo al
feminicidio a los actos de violencia,
hasta la crítica a la discriminación laboral y social, la importancia de
los trabajos de cuidados y el sentido de lo diferente en las relaciones
sociales y personales –del 8 de marzo.
Este desbordamiento posiblemente haya sorprendido incluso a las
convocantes. Pero los paros de 12 a 12,30 han sido enormemente seguidos, con
concentraciones muy numerosas, y las manifestaciones que se están produciendo
al redactar estas notas están superando en número de audiencia a lo que estaba
previsto por la policía, generando atascos y amontonamiento de coches ante las
calles cortadas por una multitud.
Es importante que se reflexione sobre el éxito de esta convocatoria, su
significado profundo de grito frente a una situación social, económica y
cultural que se vive de manera injusta y frente a la cual mujeres y hombres
desean actuar para transformarla. De manera radical, en un sentido profundo. Sin
demoras. Una expresión de libertad que
requiere que desde los distintos segmentos desde donde se considere, hay que
actuar consecuentemente en esta dirección . Y eso vale tanto para el movimiento
feminista como para las asociaciones de vecinos, para los ayuntamientos y para
los partidos políticos en su acción institucional. Y especialmente para los sindicatos, que
deben traducir en sus estrategias reivindicativas inmediatas aspectos
específicos del trabajo de la mujer que requieren una intervención colectiva
urgente.
Un inmenso 8 de marzo y un millón de páginas visitadas. Lo dicho, un día
feliz.
Enhorabuena, Simón!!!
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