viernes, 8 de septiembre de 2017

EL INDICE GLOBAL DE LOS DERECHOS: LA (MALA) SALUD DE LOS DERECHOS SINDICALES EN EL MUNDO


La Confederación Sindical Internacional elabora cada año un informe sobre el estado de los derechos sindicales en el mundo, que toma el pulso a las tendencias antidemocráticas y autoritarias que se producen en las distintas regiones del planeta. Se trata de una información especialmente interesante de la que se pueden deducir correlaciones muy importantes, como las que se pueden dar entre neoliberalismo y restricción de derechos, o, en América Latina, cambios políticos recientes e inmediata degradación de derechos sindicales.

El Informe clasifica a los países en seis grupos, desde aquellos en los que las violaciones de los derechos sindicales son esporádicas u ocasionales (grupo 1) a aquellas en las que éstas son “repetidas” (Grupo 2), a aquellos otros dos en los que las violaciones son “regulares” (grupo3) y “sistemáticas” (Grupo 4). Finalmente, el Grupo 5 incluye a aquellos Estados en los que los derechos sindicales “no están garantizados” y se ha añadido un grupo 5+ en los que los derechos no están garantizados debido “a la destrucción del Estado de Derecho”.

La mayoría de los países europeos occidentales se encuentran en el Grupo 1 salvo España, Portugal, Bélgica e Irlanda, que el Informe sitúa en el Grupo 2. El cambio político sucedido en Argentina y el golpe de estado institucional en Brasil con la destitución de la presidenta elegida democráticamente, ha llevado aparejada una situación de degradación correlativa de derechos sindicales, y Argentina y Brasil están ahora situados en el Grupo 4 de los países en los que se constatan violaciones sistemáticas de derechos, grupo que comparten con el Reino unido, que asume el neoliberalismo como política autoritaria de estado. En líneas generales, es preocupante que el número de países donde se han registrado casos de violencia física y amenazas contra los trabajadores y trabajadoras se ha incrementado en un 10 por ciento en apenas un año, y como era previsible, las áreas más turbulentas del norte de África y Oriente Medio, donde el Estado ha desaparecido como referencia de la legalidad, son aquellas en las que sistemáticamente se violan los derechos sindicales.

Para los europeos, es importante constatar que la desertización política y económica que generaron las políticas de austeridad en Grecia, coloca a este país en el grupo 5 del informe, y que la privación de la libertad sindical acompaña a prácticas muy extendidas de trabajo forzoso en las monarquías de la península arábiga con las que mantenemos excelentes relaciones comerciales que ignoran el aplastamiento de los derechos humanos que en tales países se producen.

A continuación se inserta la introducción al Informe que realiza Sharan Burrow, la secretaria general de la CSI, en la que se ofrece una visión panorámica del mismo:

El Índice Global de los Derechos de la CSI aporta una perspectiva de las violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajadoras que tienen lugar en todo el mundo, y que siguen siendo considerables, siendo particularmente preocupantes los casos de detenciones y violencia contra sindicalistas. Sabemos que cuanto mayor es el nivel de respeto de los derechos sindicales por parte de Gobiernos y empleadores, mayor será el nivel de igualdad y justicia en la sociedad. Así pues, es importante que las violaciones de los derechos de los trabajadores y trabajadoras se registren, analicen y publiquen con vistas a lograr ese objetivo.

Oriente Medio y el Norte de África continúan siendo lugares altamente peligrosos para los sindicalistas en lo que respecta a la violencia, arrestos arbitrarios y detención injustificada. Ha sido una vez más la peor región del mundo para los trabajadores y trabajadoras. El simple hecho de ser sindicalista en muchos países de la región resulta peligroso, y el ejercicio de la libertad sindical resulta imposible en la práctica. De hecho, en nuestra lista de países incluidos en la categoría 5+ donde no existe garantía alguna de los derechos debido a la desintegración del Estado de derecho, figuran Palestina, Siria, Iraq, Yemen y Libia. Otros países clasificados en la categoría 5 y donde los derechos no están garantizados a causa de la exclusión de millones de trabajadores/as migrantes en base al sistema de la kafala incluyen Qatar, los EAU, Arabia Saudita y Kuwait.

En África, los países que entran en la categoría 5+ son la República Centroafricana, Eritrea, Somalia, Burundi, Sudán del Sur y Sudán. La tendencia registrada en África es la falta de reconocimiento de los sindicatos con vistas a la negociación colectica y la violenta represión de los actos de protesta por violaciones de los derechos de los trabajadores, como el impago de salarios. Se recurre con frecuencia a arrestar y encarcelar a los trabajadores como táctica para oponerse a las reivindicaciones reclamando mejores salarios, un empleo decente y garantizado y condiciones de trabajo seguras. Zimbabwe, Benín y Nigeria han sido los peores países de la región, donde muchas veces se demoniza a los sindicatos acusándolos de actuar contra el Estado o contra el desarrollo económico del país por el simple ejercicio de sus derechos internacionalmente reconocidos.

En Europa, los sindicatos gozan de más respeto y apoyo en la sociedad, beneficiándose de una firme cultura y tradición de relaciones laborales, especialmente dentro de los Estados miembros de la Unión Europea. Esto queda reflejado en el menor grado de violaciones en la ley y en la práctica en nuestro Índice. Los sindicatos europeos muchas veces son calificados por la élite y la extrema derecha como obstáculos a la competición económica y al progreso, especialmente desde el estallido de la crisis económica. Con demasiada frecuencia en los últimos años estas presiones han derivado en restricciones en la capacidad de los sindicatos, debilitándolos en la práctica a pesar de las salvaguardias legales existentes. En el Reino Unido la peor legislación antisindical en una generación fue debatida en el Parlamento, aunque algunos de los peores excesos del proyecto de ley remitido a la Cámara serían eliminados gracias a la efectiva labor de la central sindical TUC.

Los diez peores países para los trabajadores son Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Filipinas, Colombia, Kazajstán, Corea del Sur, Guatemala, Turquía y Bangladesh. Otros países han descendido en su clasificación este año, incluyendo Ecuador y Myanmar (del 3 al 5), Argentina (del 3 al 4) y Brasil (del 2 al 4).

El número de países donde se ha asesinado a trabajadores/as por sus actividades sindicales aumentó, pasando de 10 a 11 (Italia, Bangladesh, Filipinas, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Perú, Venezuela y Mauritania) y el de países donde los trabajadores/as se han visto expuestos a la violencia se incrementó de 52 países en el informe de 2016 a 59 en el de 2017. Esta violencia incluyó amenazas, secuestros y agresiones físicas por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y matones a sueldo de las empresas.

Los derechos a la libertad de expresión y de reunión fueron vulnerados en 50 países en 2017. Este es un hecho preocupante, dado que son importantes derechos habilitantes para los trabajadores y trabajadoras. Resulta particularmente importante en la era Internet que se haga oír un mensaje de igualdad, derechos humanos y solidaridad, y que se transmita lo más ampliamente posible para influir en las políticas y conseguir aumentar la membresía sindical.

Estos son los resultados que se desprenden del Índice Global de los Derechos de la CSI. A lo largo de 2016 y en lo que va de 2017, la CSI ha venido investigando y documentando casos de represión y abusos sufridos por los trabajadores y trabajadoras que se alzaron reclamando derechos y libertades democráticas, igualdad y justicia social. En base a las pruebas recogidas, se ha elaborado esta cuarta edición del Índice Global de los Derechos, donde se clasifican 139 países en función del grado de respeto hacia los derechos de los trabajadores.

El Índice Global de los Derechos cubre las normas fundamentales del trabajo internacionalmente reconocidas, concretamente derechos civiles, el derecho a la negociación colectiva, el derecho de huelga, el derecho de sindicalización y derechos procesales.

La posibilidad de organizarse permite a los trabajadores utilizar su poder colectivo para conseguir mejoras en los derechos laborales, la salud y seguridad en el lugar de trabajo, el derecho a no ser discriminados y la garantía de que no se recurra al trabajo infantil o al trabajo forzoso. 


La primera parte de la publicación ofrece un análisis más detallado del Índice Global de los Derechos 2017, además de incluir una breve descripción de la metodología empleada. La segunda parte del informe presenta ejemplos ilustrativos de las pruebas recopiladas a lo largo del año. Podrán encontrar más información en el sitio web del Informe de la CSI sobre las violaciones de los derechos sindicales (survey.ituc-csi.org)  

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