En julio
de este año se constituyó en la ciudad de Puebla, en México, el llamado Grupo
de Puebla, formado por dirigentes políticos de todo el continente
suramericano (al sur de Rio Grande) de inequívoco cariz progresista dentro de
un evidente pluralismo político. Por España forma parte de este grupo Jose
Luis Rodriguez Zapatero y en él se encuentran también amigos y amigas de
este blog, como Carol Proner (Brasil) o Carlos Tomada (Argentina).
El Grupo, que se denomina Grupo
Progresista Latinoamericano, se configura como un espacio de reflexión y de intercambio
político en Latinoamérica. “Un espacio que, respetando las preferencias partidarias
de cada participante, tiene como objetivo analizar los desafíos comunes y de
trazar iniciativas conjuntas, en pos del desarrollo integral de nuestros
pueblos”. La finalidad del Grupo es la
de invitar a toas las personas progresistas en el continente a “construir un nuevo proyecto común que,
aprendiendo de nuestros errores y recuperando nuestra vocación de mayorías y de
gobierno, nos permita devolverles a nuestros pueblos la esperanza de una
sociedad más justa, más solidaria, más igualitaria. Proponemos diseñar una
nueva mirada, que se ajuste a los nuevos tiempos y convoque a todos los
sectores de la sociedad a cuestionar el orden imperante, denunciando los intereses
de la derecha, laboralizando la política a través de nuevos vínculos entre el
mundo del trabajo y nuestros debates, y promoviendo las nuevas expresiones de organización
social y ciudadana, que buscan la igualdad de los derechos entre hombres y
mujeres, la protección del medio ambiente, la inclusión y respeto de las diversidades,
una mayor transparencia y la participación de la ciudadanía en la toma de
decisiones”.
Una de sus primeras decisiones ha
sido la de crear un Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD),
con la finalidad de “estudiar y combatir la utilización de la justicia como
arma de guerra política y sus efectos devastadores en la gobernanza y la
institucionalidad democrática de la región”. La razón de esta iniciativa es muy
clara, y tiene que ver con las estrategias de las fuerzas del privilegio
económico de lawfare contra los gobiernos democráticos. En palabras del CLAJUD,
“la región está experimentando una ofensiva desde poderes fácticos que, entre otros
subterfugios, utiliza el sistema de justicia con el propósito político de
atacar las experiencias progresistas de los gobiernos, sus partidos y líderes.
De este modo, grupos comunicacionales, conglomerados económicos, gremios
empresariales, organizaciones internacionales, agencias de calificación de
riesgos, están haciendo política sin haber ganado un voto, y por tanto, sin
responsabilidad pública y usando, como estrategia, la judicialización de la
política”. Para ello este grupo, en el que se integran por España Baltasar
Garzón y que cuenta con la presencia de una amiga y colaboradora de este blog,
Adoración Guamán, en su doble condición ecuatoriana y española, pretende
así “analizar los desafíos comunes con respecto al sistema de justicia de los
diferentes países miembros, así como la búsqueda de iniciativas conjuntas para
promover la justicia social y el estado de derecho democrático, en un
permanente compromiso con la soberanía popular y la igualdad de derechos”.
Como resulta previsible, el Grupo
de Puebla ha suscitado la enemistad manifiesta de las fuerzas reaccionarias en
América Latina y sus apoyos mediáticos y el silencio pleno entre los medios de
comunicación españoles, que mantienen con los procesos de emancipación en el continente
americano una actitud de seguidismo pleno respecto de la política atlantista y
subordinada que caracteriza a la Unión
Europea y sus gobiernos, sin apostar por un espacio propio y progresista en la descripción
de los procesos políticos y sociales que se están produciendo en América. La
reacción frente a la movilización presente en Ecuador y la represión terrible
del gobierno de Lenin Moreno, o la impresionante capacidad de subversión
y revuelta que ha manifestado el pueblo chileno, afrontando igualmente una
terrible respuesta represiva del Presidente Piñera, son ejemplos más que
suficientes para comprender hasta qué punto los medios de comunicación
españoles se encuentran capturados por la comprensión neoliberal y neocolonialista
que les marca la soberanía financiera de los mercados. Hay que acudir a las
noticias que se han podido infiltrar a través de las redes sociales o al
altavoz que han ofrecido los sindicatos o algunos partidos de izquierda para
poder tener acceso a la impresionante movilización ciudadana y a los espeluznantes
casos de represión que todavía se están produciendo.
El último de estos temas se ha
dado con Bolivia, en donde la reacción política y mediática ha consistido en
negar la existencia de un golpe de Estado y naturalizar el acceso de la derecha
radical y parafascista al poder con el apoyo del Ejército y la Policía. El discurso
racista de los nuevos gobernantes y la imposibilidad de ocultar la terrible
represión sobre los indígenas así como la norma de exención de cualquier responsabilidad
penal para los miembros del Ejército y de la Policía en la comisión de delitos
contra el pueblo, ha hecho que los medios de comunicación españoles tuvieran
que matizar su primera apuesta positiva por el gobierno ilegítimo y golpista de
Bolivia.
El problema del golpe de Estado
lo ha explicado con toda claridad Alvaro García Linera, uno de los
intelectuales americanos más respetados del continente, vicepresidente depuesto
de la república: Se trata de la reacción frente al desplome de lo que era una
característica de la sociedad colonial, que se basaba en la etnicidad como
capital, es decir, del fundamento imaginado de la superioridad histórica de la
clase media por sobre las clases subalternas porque en Bolivia, la clase social
sólo es comprensible y se visibiliza bajo la forma de jerarquías raciales. “El
que los hijos de esta clase media hayan sido la fuerza de choque de la
insurgencia reaccionaria es el grito violento de una nueva generación que ve
cómo la herencia del apellido y la piel se desvanece ante la fuerza de la
democratización de bienes. Así, aunque enarbolen banderas de la democracia
entendida como voto, en realidad se han sublevado contra la democracia
entendida como igualación y distribución de riquezas. Por eso el desborde de
odio, el derroche de violencia; porque la supremacía racial es algo que no se
racionaliza, se vive como impulso primario del cuerpo, como tatuaje de la
historia colonial en la piel. De ahí que el fascismo no sólo sea la expresión
de una revolución fallida sino, paradójicamente también en sociedades
postcoloniales, el éxito de una democratización material alcanzada”.
Presionar para abrir un espacio
de negociación que permita una salida democrática aceptada por la comunidad
internacional que ponga fin al golpe de Estado y restaure un sistema acorde con
la Constitución boliviana, es un empeño importante que deben asumir todas las partes
implicadas y, muy especialmente, el Gobierno español que está vocacionalmente
interesado en promover la normalización democrática de la Región. En esa
dirección, la voz autorizada y de gran peso político del Grupo de Puebla denuncia
el golpe de estado y urge una solución democrática. Este es el comunicado:
DECLARACION DEL GRUPO DE PUEBLA SOBRE EL GOLPE DE ESTADO
EN BOLIVIA
Noviembre 17, 2019
Condenamos el golpe de estado
en Bolivia que condujo al exilio forzado del presidente legítimo de ese país,
Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García-Linera, y desconocemos la
autoridad de la Sra. Jeanine Añez, quien se proclamó presidenta de Bolivia, en
violación de la Constitución boliviana y en un proceso fraudulento, ya que los
representantes del MAS, que constituyen la mayoría del Senado y la Cámara,
fueron excluidos de asistir a la reunión de autoproclamación.
Asimismo, repudiamos la
violencia de las milicias “Macho” Camacho y la policía regular boliviana, lo
que ha resultado en denuncias de ataques muy graves a los derechos humanos en
Bolivia, como el secuestro de políticos y autoridades del MAS, ataques
incendiarios en casas y edificios de organismos oficiales, humillación pública
de líderes y personas muertas. Observamos con especial preocupación la norma
expedida por la Señora Áñez y su gabinete exonerando a las fuerzas armadas de
su país a cualquier responsabilidad penal, lo cual constituye una auto-amnistía
previa por las graves violaciones a los derechos humanos que a su amparo se
están cometiendo.
La Alta Comisionada de
Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, ha contabilizado, tan solo en
los últimos 6 días, 14 personas muertas producto de la violencia de Estado del
Gobierno ilegítimo en su represión a las fuerzas políticas que se oponen al
golpe. Al mismo tiempo, la Sra. Bachelet denuncia la exacerbación de la
violencia, y cuenta en más de 600 a las personas que han sido detenidas desde
el 21 de octubre, e insta a las autoridades a entregar información formal,
precisa y acabada de las personas arrestadas, heridas y fallecidas, al mismo tiempo
que a la realización de investigaciones prontas, imparciales y transparentes,
sobre estos crímenes.
Al mismo tiempo, denunciamos
la brutalidad con la que el gobierno ilegítimo de la Sra. Añez maneja su
relación con la prensa, persiguiendo al periodismo opositor boliviano, a la
prensa internacional, y al mismo tiempo, ocultando información y montando
noticias que intentan legitimar y ganar la sintonía de las audiencias a su
asonada.
Es extremadamente preocupante
que la persecución en Bolivia no es solamente política, sino también racista,
con discursos que exacerban la discriminación por el color de piel o la
condición social de sus víctimas, en un claro intento de borrar la historia
política y cultural del país y los logros en cuanto a inclusión e igualdad
alcanzados por el Estado Plurinacional de Bolivia.
En una actitud responsable y
conciliadora, el presidente Evo Morales se ha puesto a disposición de llevar a
cabo un gran diálogo nacional que pacifique a Bolivia y evite más violencia.
En este sentido, desde el
Grupo de Puebla
Hacemos un llamamiento a todas
las fuerzas políticas responsables en Bolivia para que cesen todos los actos de
violencia e inicien un proceso de diálogo dirigido a resolver la crisis
política en el marco de la democracia y la constitución de Bolivia.
Sugerimos la creación de una
Mesa de Diálogo de Partidos y Movimientos sociales para definir un calendario
electoral inmediato que incluya una renovación del Tribunal Nacional Electoral.
Proponemos la creación de una
Comisión de Acompañamiento Internacional organizada por Naciones Unidas con
participación de países y personas de alta credibilidad que incluya además un
delegado del Papa Francisco, y que en su seno se cree una Comisión de la Verdad
para esclarecer los hechos recientes de violencia y sus responsables.
Instamos a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y al Alto Comisionado de la ONU para los
derechos humanos, a enviar a la mayor brevedad posible una misión para atender
las serias denuncias de violación de los derechos humanos en Bolivia.
Finalmente, le solicitamos a
la comunidad internacional y a todos los organismos internacionales a aunar
esfuerzos para velar por la paz y por la protección irrestricta de los derechos
humanos.
Firmado, 17 de noviembre de
2019
Celso Amorim
Karol Cariola
Rafael Correa
Julián Domínguez
Marco Enríquez-Ominami
Camilo Lagos
Guillaume Long
Clara López Obregón
Fernando Lugo
Daniel Martínez
Verónika Mendoza
Aloizio Mercadante
Ernesto Samper
Carol Proner
Dilma Rousseff
Jorge Taiana
Carlos Tomada
Me sumo plenamente al manifiesto, creo que no debe esconderse que el actual gobierno de Bolivia no goza de ninguna legitimidad, por ello debe mantenerse con el apoyo de la policía y el ejercito en las calles. Tampoco debe esconderse que el Gobierno de EVO hizo fraude y que pretendió violentar el derecho a decidir, el mismo que ya fue pisoteado al no respetar el resultado del referendum donde no se permite que exista repostualaciones a ninguna candidato. Denunciar también que el actual gobierno no le interesa llevar un proceso pacifico de transición y que entre los viejos derechistas, que ayer fueron expulsados y los masistas que entregaron el poder a estos derechistas son los que vienen provocando una escalada de violencia, pisoteando derechos fundamentales como a la VIDA. Hacer un llamado a la izquierda latinoamericana a ser críticos con las actitudes autoritarias de los que consideran sus amigos, enarbolando la imperiosa necesidad de reivindicar la mas amplia democracia basada en el derecho a de decidir y de ejercer plenamente y en igualdad de condiciones los derechos. Un abrazo desde Bolivia. Viva la Asamblea Popular como órgano democrático de los sectores populares que Obreros y Campesinos, para traer paz a Bolivia.
ResponderEliminarEs decir... "la represión de Lenin Moreno es terrible", y no digo yo que no lo sea...
ResponderEliminarPero entonces la de Daniel Ortega (300 muertos) o Nicolás Maduro (400 muertos)...¿qué son...?. Objetividad se llama éso.
Por otra parte, España, como tal estado, no pertenece al grupo de Puebla. Por lo tanto, Zapatero difícilmente pertenezca al mismo "por España".