No hay
periódico, diarios televisados o digitales que no abran sus páginas con una
puntual información del avance incontenible del virus COVID-19, síndrome
respiratorio cuyos efectos destructores de la economía y de la vida social están
originando un pánico mundial y una situación de excepcionalidad y alarma no
solo en el país en el que parece haber surgido, en China, sino en todos los
países occidentales en los que cada día avanza más el descubrimiento de
enfermos, como en Europa y en particular, Italia. En el periódico Il
Manifesto del día 26 de febrero apareció un artículo firmado por el
prestigioso filósofo Giorgio Agamben que denuncia este fenómeno
mediático, social y político, como un acto que colisiona directamente con la
democracia. El interés de este punto de vista aconseja su traducción en este
blog.
El estado de excepción
provocado por una emergencia sin motivo
Giorgio Agamben
Frente a las frenéticas,
irracionales y de todo punto inmotivada medidas de emergencia por una supuesta
epidemia debida al coronavirus , hay que partir de las declaraciones del
consejo Nacional de Investigación ( el
equivalente a nuestro CSIC), según las cuales, “no hay una epidemia de
Sars-COv2 en Italia”.
No solo. “La infección, según los
datos epidemiológicos hoy disponibles sobre decenas de millares de casos, causa
síntomas leves / moderados (una especia de gripe) en el 80 a 90% de os casos.
Entre un 10 / 15% puede derivar en una pulmonía, cuyo desarrollo es benigno en
su gran mayoría. Se calcula que solo el 4% de los pacientes requiere
hospitalización con terapias intensivas.
Si esta es la situación real,
¿por qué los medios de comunicación y las autoridades se afanan por difundir un
clima de pánico, provocando un verdadero y propio estado de excepción, con
graves limitaciones de movimientos y una suspensión del normal funcionamiento
de las condiciones de vida y de trabajo en regiones enteras de Italia?
Dos factores pueden ayudar a
explicar un comportamiento tan desproporcionado.
En primer lugar, se pone de
manifiesto una vez más la tendencia creciente a usar el estado de excepción como
paradigma normal de gobierno. El Decreto-Ley aprobado por el gobierno italiano “por
razones de higiene y de seguridad pública” se resuelve en una verdadera y
propia militarización “de los ayuntamientos y de las áreas en las que resulte
positivo al menos una persona por la cual no se conoce la fuente de transmisión
o también en aquellos supuestos en los que se de un caso no reconducible a una
persona que provenga de un área ya afectada por el contagio del virus”
Una fórmula tan vaga e
indeterminada permitirá extender rápidamente el estado de excepción a todas las
regiones puesto que será prácticamente imposible que no se verifiquen otros
supuestos por otras partes del país.
Se consideran graves limitaciones
de la libertad provenientes del decreto ley:
1. Prohibición
de alejamiento del ayuntamiento o del área afectada por parte de todos los
individuos que se encuentren presentes en el ayuntamiento o en el área.
2. Prohibición
de acceso al ayuntamiento o al área afectada.
3. Suspensión
de manifestaciones o iniciativas de cualquier naturaleza, de eventos o de toda
forma de reunión en un lugar público o privado, sea de carácter cultural,
lúdico, deportivo y religioso, aunque se celebren en lugares cerrados no
abiertos al público.
4. Suspensión
de las escuelas infantiles y servicios educativos infantiles y de las escuelas
de cualquier grado, así como dela frecuencia de las actividades escolares y de
formación superior, salvo las actividades formativas desarrolladas a distancia.
5. Suspensión
de los servicios de apertura al público de muesos y de otras instituciones y
lugares culturales a los que se refiere el art.101 del Código de Bienes
Culturales y del Paisaje, así como de la eficacia de las disposiciones que
regulan el acceso gratuito a tales instituciones y lugares.
6. Suspensión
de cualquier viaje de estudios tanto en el territorio nacional como en el exterior
del mismo.
7. Suspensión
de oposiciones y concursos y de las actividades de las oficinas de la
Administración, salvo la prestación de servicios esenciales y de utilidad
pública.
8. Aplicación
de la medida de la cuarentena con vigilancia activa de los individuos que han
tenido contacto directo con los casos confirmados de la enfermedad infecciosa.
La desproporción frente a la que
según el CNR es una gripe normal, no muy diferente de la que sucede cada año,
salta a la vista.
Se diría que terminado el
terrorismo como causa de disposiciones de excepción, la invención de una
epidemia puede ofrecer el pretexto ideal para ampliarlas más allá de todo
límite.
El otro factor, no menos
inquietante, es el estado de terror que en estos años se ha difundido en las
conciencias de los individuos y que se traduce en una verdadera y propia necesidad
de estados de pánico colectivo, para los que la epidemia ofrece una vez más un
pretexto ideal.
Así, en un perverso círculo
vicioso, la limitación de las libertades impuestas por los gobiernos, es
aceptada en nombre de un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos
gobiernos que ahora intervienen para satisfacerlo.
.
"Se diría que terminado el terrorismo como causa de disposiciones de excepción, la invención de una epidemia puede ofrecer el pretexto ideal para ampliarlas más allá de todo límite" É o choque do limite ilimitado, da exceção superando a regra de direito. Direito como deslimite ao poder. Lawfare.
ResponderEliminarO medo é ótimo meio de controle social. Não é a toa que o assédio moral ou assédio de gênero é tão eficaz nas relações privadas. E a doutrina do choque para relações públicas.
ResponderEliminarO medo paralisa.
Por no mencionar la desconfianza en el otro a través de la búsqueda del paciente 0.un enemigo a batir que pudiara ser tu vecino. Enhorabuena por la entrada, querido Antonio!
ResponderEliminarInteligentísima reflexión de Agamben y muy pertinente inclusión de parte de nuestro blog de cabecera.
ResponderEliminarEl Estado de Excepción ocupa en Agamben un lugar importante en su obra, siendo el comienzo del segundo tomo de Homo Sacer. Se publicó en Argentina como un texto independiente hace unos cuantos años.
Comienza recordando la contigüidad esencial entre Estado de Excepción y soberanía en la teoría de C. Schmitt y su definición del soberano como “aquel que decide sobre el Estado de Excepción”-
Es una técnica recurrentemente utilizada. En materia económica la “creación” de crisis, en particular las crisis de deuda, tan asiduamente aplicada en Latinoamérica, lleva a la devastación de derechos – económicos, sociales y culturales - . (M. Lazzaratto ha explicado los usos de la deuda como método de dominación en general de manera más estructural).
La “creación” de otros males ominosos, como el terrorismo después del 9-11, arrasando libertades básicas como la aprobación por parte de la administración Bush de la tortura a prisioneros a través de las eufemísticas enhanced interrogation techniques (interesante el film “The Report”, con Adam Driver, que desarrolla la investigación llevada a cabo por un comité del Senado sobre este proceso).
Y por supuesto no se puede dejar de recordar el trabajo de N. Klein, “La doctrina del Shock”, en el que hace un largo recorrido de este uso del que llama “capitalismo del desastre”.
Ahora entonces el coronavirus. Porque como diría Benjamin, en la tradición de los oprimidos el estado de excepción es la regla.