Desde
hace tiempo se conoce el conflicto que enfrenta a los trabajadores y sus
sindicatos con la empresa transnacional NISSAN, en el marco de la recomposición
de mercados que está haciendo a nivel global la industria del automóvil. Se trata
de un caso de gran relieve porque pone de manifiesto cómo las empresas globales
siguen un programa de actuación que ignora las necesidades reales de la gente y
el contexto en el que desenvuelven su actividad, sin que la destrucción de
empleo que el cierre de la empresa va a producir en el tejido industrial de
Barcelona y del país en plenas dificultades ante el relanzamiento de la
economía tras la crisis sanitaria del Covid-19 les preocupe, ni quieran buscar
soluciones alternativas que pudieran mantener el empleo en peligro.
Un grupo de juristas académicos y
profesionales bien conocidos por cierto de los estudiosos del derecho del trabajo y de la problemática de las relaciones laborales, además de buenos colegas y amigos, hemos firmado un artículo que ha publicado hoy el periódico La
Vanguardia (https://www.lavanguardia.com/economia/20200707/482173116152/nissan-mantener-el-empleo-como-principio.html)
. Los firmantes aparecemos así identificados al pie del texto: Antonio Baylos,
catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla La Mancha y
director de la Revista de Derecho Social (Editorial Bomarzo). Joaquín
Aparicio Tovar, catedrático emérito de Derecho del Trabajo, Universidad de
Castilla La Mancha. Amparo Merino Segovia, profesora titular,
catedrática acreditada de Derecho del Trabajo. Decana de la Facultad de
Ciencias Sociales de Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha. María José Romero Ródenas, catedrática
de Derecho del Trabajo. Decana de la Facultad de Relaciones Laborales y RR.HH.
de Albacete, Universidad de Castilla La Mancha. Enrique Lillo , abogado
del Gabinete interfederal de CC.OO. Eduardo Rojo Torrecilla, catedrático
de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat Autònoma de
Barcelona (UAB) Jaime Cabeza Pereiro, catedrático de Derecho del Trabajo
y de la Seguridad Social de la Universidad de Vigo. Albert Pastor Rodríguez
, profesor agregado de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UAB. Xavier
Solà Monells , profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social de la UAB. Ricard Esteban Legarreta, profesor titular de Derecho
del Trabajo y de la Seguridad Social de la UAB. Helena Ysàs Molinero,
profesora agregada de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UAB , Jonathan
Gallego Montalbán, director Gabinete jurídico de CC.OO. Catalunya, Carolina
Gala Durán, catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de
la UAB.
Este es el texto de la columna de Opinión que se ofrece a
continuación a los lectores del blog.
NISSAN: MANTENER EL EMPLEO COMO PRINCIPIO
Tras la irrupción de la crisis
provocada por la pandemia del Covid-19, las medidas que se han ido adoptando
han pretendido relanzar la economía sobre la base de un principio de
preservación del empleo, favoreciendo los instrumentos de amortiguación social
y evitando y bloqueando los despidos por motivos económicos durante este
período. Es una estrategia que cuenta además con el aval de los agentes
sociales, seguida mayoritariamente también en otros países europeos, y que en
el caso de España parece haber conseguido un buen resultado si atendemos a los
últimos datos del mes de junio.
Este contexto de diálogo social
para la preservación del empleo no parece condicionar la actuación de algunas
Empresas Transnacionales, que siguen instaladas en un horizonte de plena
unilateralidad en la toma de decisiones que adoptan de manera independiente,
sin participación del personal a su servicio ni de las partes interesadas en la
actividad de la empresa.
Este es el caso de Nissan, que ha
decidido unilateralmente, en el marco de la Alianza global con Renault y
Mitsubsihi, cerrar sus empresas en Barcelona, en concreto la fábrica de la Zona
Franca y los centros de Moncada i Reixac y Sant Andreu de la Barca, a partir de
diciembre de 2020, procediendo a despedir a 2.525 personas, para lo cual ha
presentado el día 30 de junio, ante la Generalitat, el preceptivo ERE. La
decisión de eliminar la producción se ha presentado como una determinación
inmodificable, de forma que Nissan sólo aguarda el transcurso de los 30 días
naturales del período de consultas para que su resolución sea definitiva. La
idea que subyace a este planteamiento es
la de la libertad económica plena de la empresa en el ajuste de sus efectivos,
sin reparar en que este proceso de destrucción de empleo no depende de la
libertad de empresa, sino que afecta directamente al derecho al trabajo de un
amplísimo colectivo de trabajadores y por tanto tiene que ser modulado y
constreñido a través precisamente de un procedimiento de negociación y de
intercambio de posiciones y de propuestas articulado en el art. 51 ET, con
mediación de la autoridad pública y desarrollado por una ya larga
interpretación judicial.
No puede aceptarse por tanto que
la apertura del período de consultas solo puede servir para acordar la cuantía
de la indemnización por despido, dando por supuesto que la decisión extintiva
ya está tomada y es inmodificable. La unilateralidad y el carácter definitivo
del despido no funciona en los despidos colectivos de carácter económico. Por
el contrario, la empresa elabora una propuesta justificada que debe
confrontarse con la que sostienen los trabajadores y sus representantes
sindicales, a través de una negociación de buena fe que tiene por objeto
encontrar fórmulas para la salvaguarda del empleo y la disminución de la lesión
del derecho al trabajo de las personas afectadas por la causa económica que
pone en peligro los contratos de trabajo de la empresa. Una tensión hacia el
mantenimiento del empleo en la actualidad mucho más acentuada al coincidir con
una enorme crisis provocada por la paralización de la actividad económica
derivada de la pandemia.
No puede hablarse de buena fe en
la negociación cuando Nissan ha planteado un cierre predeterminado y definitivo
de partida, una actitud que vacía de contenido el propio proceso de negociación
que se debe llevar a cabo durante el período de consultas en las que no se
intenta en ningún caso el mantenimiento de los puestos de trabajo. Es un acto
de hostilidad económica contra el derecho al trabajo, que la empresa
transnacional sabe que no sería posible emprenderlo en Francia, en donde el eje
de la regulación de los despidos colectivos se asienta en la elaboración de un
Plan de Salvaguarda del Empleo (PSE) que, si es decidido unilateralmente por la
empresa, requiere su homologación por la autoridad laboral, so pena de que los
despidos decididos por la empresa sean declarados nulos, e incluso se establece
la obligación para las compañías de más de 1000 trabajadores de que antes de
iniciar el período de consultas, la empresa busque un nuevo empresario – repreneur
– para asumir la continuidad total o parcial de la actividad.
De esta manera Nissan ha
desatendido la regla fundamental del derecho europeo de despidos colectivos, la
de que la consulta tiene siempre que preceder a la toma de decisión y no a la
inversa, lo que supone además información adecuada y suficiente sobre las
razones que motivan la propuesta de la empresa, una información que tiene que
ser proporcionada en el lugar y en el momento adecuado, lo que tampoco ha
sucedido en este, con intensos desajustes entre la actuación frente al comité
de empresa europeo y la representación local de los trabajadores.
No negociar de buena fe sobre las
posibilidades que existen de mantenimiento del empleo implican que el
procedimiento de consultas está plenamente desvirtuado. Y ello afecta a las
personas que trabajan, pero también se lesiona la capacidad de acción colectiva
que se instrumenta a través de la representación sindical en la negociación con
la empresa, a la que se amputa su capacidad de incidir en la misma y la propia
eficacia de las medidas de presión adoptadas.
El conflicto puede enquistarse y
prolongarse mucho más allá de lo que Nissan erróneamente pretende. Las
autoridades competentes deben intervenir para encontrar una vía de salida al
mismo sobre la base de un principio básico de mantener el empleo. Ni la ley ni
el contexto político permiten hoy otra solución.
Compañeros, es el mercado, y no habrá alternativa mientras sea el mercado quién organice nuestro sistema productivo
ResponderEliminarHombre creo que das una visión muy simplista hay más colores que el blanco y el negro.
ResponderEliminarSomos una gestoría fiscal, contable y laboral, para la creación y desarrollo de las empresas, negocios y actividades de los clientes, siendo la asesoría de referencia para pymes, autónomos, particulares y emprendedores.
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