La noticia abrió los
titulares de los periódicos y los informativos de televisión la semana pasada: “El
Banco de España estima que los pensionistas cobran un 74% más de lo que
aportaron”. Lo que quiere decir que el sistema de Seguridad Social es sustancialmente
injusto y no equitativo y que aquellos que cobran la pensión de jubilación se
encuentran en una situación de ventaja aunque el término de comparación no
aparezca definido. La prensa especializada, de color salmón, precisa más: “el
rendimiento financiero medio del sistema de pensiones se sitúa en el 3,5% (para
los pensionistas que se jubilaron en 2017). Es una cifra elevada, por encima de
la que pueden presentar la mayoría de los planes de pensiones privados que se
comercializan en España y que también es superior al crecimiento del PIB en las
últimas tres décadas. De hecho, éste ha sido el punto más polémico y destacado
del informe: porque su principal conclusión es que, si suponemos una tasa de
descuento para las pensiones actuales equivalente a este mismo crecimiento del
PIB, "el sistema proveería de 1,74 euros de pensión por cada euro de cotización
aportado". Lo que conduce a afirmar que el sistema de Seguridad social español
es “uno de los más generosos del mundo” y que por tanto, es inevitable un
recorte de pensiones en el próximo otoño.
La operación ideológica y política que alimenta
este informe es evidente y ha sido denunciada desde posiciones sindicales y
progresistas, aunque no han recibido, como de costumbre, el mismo tratamiento
que el informe del Banco de España y sus propuestas degradatorias de los
derechos de seguridad social que llevaba implícitas. El problema es que además
incurre en defectos técnicos muy relevantes que no han sido puestos de relieve.
Felizmente contamos en este blog con la voz autorizada de Joaquín Aparicio que
nos honra con su confianza y su opinión experta para desautorizar con argumentos
de peso esta infausta iniciativa del Banco de España que se sitúa en una línea claramente
contraria al marco constitucional ignorando la estructura y las funciones que
cumple el sistema de Seguridad Social en el Estado Social.
¿HASTA CUANDO EL BANCO DE ESPAÑA VA A SEGUIR
ABUSANDO DE NUESTRA PACIENCIA?
Joaquín
Aparicio Tovar
“Cada maestrillo tiene su librillo”, se dice en
tono despectivo de aquellos profesionales que se aferran a unos conocimientos limitados
que aprendieron una vez y no se cuestionan más. Pertinaces en sus desvaríos.
Los maestros son otra cosa. Las funciones esenciales del Banco de España son
las relativas al control del sistema financiero y la política monetaria. La
política social no es asunto de su competencia, salvo en la medida en que
afecte a aquellas funciones que le son propias y que tiene encomendadas como
parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales, pero, con demasiada reiteración
sale a la palestra pública haciendo críticas y recomendaciones sobre asuntos
laborales y de Seguridad Social servidas con las recetas del librillo
neoliberal, aunque se hayan demostrado una y otra vez sus errores y nefastas
consecuencias. El 11 de agosto de 2020, en el Boletín Económico de dicho
Banco, María Moraga y Roberto Ramos han publicado un artículo titulado
“Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones” que ha
tenido, como era de esperar, una gran repercusión mediática. En dicho artículo
se afirma que analizando las pensiones de jubilación reconocidas en 2017 los
pensionistas recibieron una media de 1,7 € por cada uno aportado, lo que, casi
con toda seguridad, en septiembre servirá para que el Gobernador del Banco
argumente la necesidad de recortar las pensiones en aras de la sostenibilidad.
El gravísimo error del articulo antes citado es
que, con enorme forzamiento, trata de aplicar la lógica de la capitalización (y
del seguro mercantil) al ámbito de la Seguridad Social, que está absolutamente
fuera de ella. Los autores no entienden lo que es el mecanismo financiero de
reparto que es propio de todo Sistema de Seguridad Social que merezca ese nombre.
Dicen que el sistema, “denominado «de reparto» puede entenderse como un
mecanismo de inversión en el que los participantes aportan fondos durante su
vida activa (las cotizaciones sociales) con objeto de recibir en el futuro
dichos fondos junto con un cierto rendimiento acumulado, en forma de renta
vitalicia (la pensión que se percibe durante la jubilación)”. Y añaden: “bajo esta óptica, un sistema de
pensiones de reparto puede analizarse desde una perspectiva
financiero-actuarial, en la medida en que para los participantes el sistema actúa
como un mecanismo que transfiere fondos aportados hoy a rentas percibidas en el
futuro. Desde esta perspectiva, el sistema lleva asociada una rentabilidad, que
no es más que la relación existente entre los fondos aportados durante la vida
activa y las prestaciones que se obtienen durante la jubilación”. Esto es un
sinsentido.
Los
autores huyen de la expresión Seguridad Social, que es la institución que el
constituyente ordena a los poderes públicos mantener para garantizar
prestaciones suficientes ante los estados de necesidad (art. 41 CE). La
Seguridad Social tiene como principio esencial configurador el de solidaridad
que se expresa, en lo que aquí importa, en técnicas muy concretas como la
consideración conjunta de contingencias y el mecanismo financiero de reparto.
La consideración conjunta de contingencias implica que a una caja única van
todos los recursos económicos del Sistema y de ella se sacan los necesarios
para las prestaciones provistas por el mismo. La autora y el autor del articulo
que se comenta olvidan que la Seguridad Social no solo garantiza pensiones de
jubilación, sino también otras pensiones (prestaciones dinerarias en principio
vitalicias) como las de invalidez o viudedad y otras prestaciones dinerarias
temporales o a tanto alzado, algunas tan importantes como los subsidios por
incapacidad temporal o las de desempleo. Con esto ya bastaría para descalificar
sus conclusiones, pero hay más.
La
óptica con la que se mira el mecanismo de reparto, como se hace en el artículo citado,
lo desnaturaliza porque su esencia está en que los activos actuales son los que
sufragan las prestaciones de los pasivos actuales llevando a cabo una
solidaridad intergeneracional (jóvenes con viejos) e intrageneracional
(empleados con desempleados, sanos con enfermos), sin que exista una relación
sinalagmática entre lo aportado y lo percibido, como existe en el contrato de
seguro. Lo que entra por un sitio sale por otro y todo es colectivo, no
individual. En Seguridad Social está excluida la voluntad de los sujetos
protegidos, por lo tanto, el contrato. Es un ámbito dominado por la ley. Cada
sujeto obligado deberá aportar a la caja única lo que las normas le impongan y
percibirá la prestación que otras normas determinen. Esto permite una
redistribución de rentas desde los que más tienen hacia los que menos tienen y
es lo que parece no gustar al pensamiento neoliberal, pero es esencial para
garantizar la cohesión social y la legitimación del poder del Estado, porque la
Seguridad Social siempre y por definición es pública y está protegida con una
garantía institucional, como ha declarado el Tribunal Constitucional. La
garantía institucional impide al legislador ordinario modificar sus rasgos
esenciales, como es el de solidaridad, porque lo que está en juego es la
democracia misma, que tiene en la cláusula del Estado Social (art. 1.1 CE) un
elemento esencial, que, a su vez, no puede ser entendido sin el Sistema de la
Seguridad Social.
Las
aportaciones para el sostenimiento del Sistema vienen por distintos medios, los
más importantes son las cuotas calculadas sobre salarios y los impuestos. De
hecho, las cuotas llamadas sociales son tributos asignados al fin de protección
frente a los estados de necesidad, no “un mecanismo de inversión”. La decisión sobre
la proporción que deben tener las cotizaciones sociales frente a los impuestos
corresponde al legislador en cada momento. La actual Ley General de Seguridad
Social prevé que las prestaciones a las que llama contributivas puedan
financiarse tanto por cuotas como por impuestos, y en los debates sobre la
sostenibilidad del Sistema se va abriendo camino la idea de aumentar la
financiación por la vía de los impuestos, que si bien se mira no es algo extravagante
en nuestra Seguridad Social, pues el Régimen Especial de Funcionarios Civiles
del Estado, aunque ya está llamado a extinguirse, se viene financiando, en
enorme proporción, por impuestos ya que las aportaciones de los sujetos
protegidos son muy exiguas. ¿Se podría aplicar a este caso el análisis del
artículo citado?
En
asuntos tan delicados y sensibles como los de política social las autoridades
del Banco de España deberían conducirse con extremada prudencia. Es lo menos
que se les puede pedir a quienes, en virtud de la autonomía reconocida a la
institución que representan, no responden ante los representantes del titular
de la soberanía y ni estos, ni el Gobierno, pueden darles instrucciones. Es
decir, son irresponsables políticos. No deja de ser una anomalía democrática
amparada por las normas de la UE. También sería bueno recordar que el art. 7.2
de la Ley 13/1994, de Autonomía del Banco de España, impone que el BE “apoyará
la política económica general del Gobierno” y esa misma prudencia debería guiar
la realización de estudios e informes que puedan llevarse a cabo de acuerdo con
el art. 7.5 e) de la citada ley que establece entre las funciones del BE la de
“asesorar al Gobierno, así como realizar los informes y estudios que resultes
procedentes”. Prudencia que no está reñida con la libertad intelectual. Un gran
experto en Seguridad Social dijo que en esta materia hay que cuidar las
palabras pues son espadas. Considerar al de reparto como un “mecanismo de
inversión” es intentar imponer un lenguaje que desnaturaliza el Sistema de la
Seguridad Social, pero eso, hoy por hoy, está vetado por la Constitución a la
que también están sometidos los economistas, incluidos los del Banco de España.
Menos mal que aún hay muchas mentes lúcidas y que entienden el sentido constitucional de la Seguridad Social
ResponderEliminarTotalmente deacuerdo, es más los bancos tal y como se conocen deben desaparecer en su totalidad, con sus costes abusivos, intereses abusivos, gananciales fin de que sean millonarios, ellos son simples transferidores de nuestro esfuerzo, opiniones como me han dado ami directores de bancas q los perfiles no interesan es que excluyen a la sociedad, y para ser excluidos nosotros ustedes vais a ser degradados todos en su totalidad porque sabemos a lo q nos hemos enfrentado con sus precencias durante décadas, dedíquense sólo al mantener a la población activa en sus cometidos, y quizás así y sólo así seguiréis existiendo. Si provocais la guerra sabéis muy bien que no os quedará ni un solo cajero o sucursal sana, y ya estáis jodiendo mucho en plena plandemia, con lo q bien sabéis habéis hecho con millares y millares de habitantes cerrando vuestras.🦋 Puertas cuando os ha venido bien. Ami Bancaja me debe una vivienda, Cito en Adeje Pueblo, os la llevasteis cerrasteis absorvisteis, metéis créditos e hipotecas vendéis y revendeis, y aquí todo el mundo se os calla. Aquí tenéis mi euro de más, y mi pensión generosa. Att. Mara
EliminarEstupendo artículo, lo difundo ya!!.
ResponderEliminarEs necesario que se entienda que hay otros caminos distintos al recorte de derechos de los más débiles, o el desmantelamiento del sistema de pensiones
Isolina
Gracias por estar con los más débiles.Porque éstos señores del Banco, cuando hay que rescatarlos quien los rescata nosotros, Gracias
ResponderEliminarEs normal que reciban de mas los pensionistas , ya que el dinero que pagaron por cotizaciones es una inversión para su futuro . Es muy lógico y normal . No querran que perciban el mismo dinero que psgaron hace 40 años ? Y la revalorización ? Y el IPC ?? Basta yá de boberias e injusticias con nuestros mayores!!
EliminarNo al Sistema de Capitalización... SI, y reforzado, al de Reparto...
ResponderEliminarMagnífico artículo del Profesor Aparicio, quien demuestra no solo las falacias de los lobbies económico-financieros, en este caso el Banco de España, sino que además ofrece una construcción jurídica con posibilidades reales de traslación práctica.
ResponderEliminarCon el sueldo que gana la Junta directiva del Banco de España, y pensiones vitalicias. Cuantas pensiones medias se podrían pagar. Den ejemplo Srs. Directivos del Banco de España y cobren pensiones medias.
ResponderEliminarCorrecto
EliminarAdemás de lo expuesto, con lo que cualquier persona de bien tiene que estar de acuerdo, existe otro factor a tener en cuenta cual es el expolio que los diferentes gobiernos han cometido contra las arcas de la seguridad social. Por eso, desde la coordinadora por la defensa del sistema público de pensiones (COESPE) reclamamos la auditoría de las cuentas, hay informes que cifran en más de cien mil millones de euros lo detraido indebidamente y no más de cincuenta mil millones lo "adeudado", eso asumiendo que, en contra de la Constitución (como se refleja en el artículo) se admita que lo aportado por Hacienda sean préstamos.
ResponderEliminarSi cobras una pensión de 639 euros qué se puede hacer no llegas a fin de mes y estos quieren bajar más la pensión no lo entiendo que poca vergüenza
ResponderEliminarEl Banco de España, con esas declaraciones, se mueve entre un fingido desconocimiento del tema y una real falta de honestidad al respecto. De sobra es sabido que el sistema público de Seguridad Social español no es de capitalización sino de reparto, con alguna prestación no contributiva.
ResponderEliminarCon sus palabras y mezcla de conceptos se intuye la intención de introducir en el debate unos criterios equívocos que justifiquen una reforma del sistema actual pero tan carentes de lógica que sorprenden, ¿cómo es posible que traiga a colación que los pensionistas cobran un 74% más de lo que aportaron y se atrevan a decir que el sistema es muy generoso? ¿cuál será el siguiente paso? ¿declarar que las pensiones no contributivas deben suprimirse porque no se basan ni en cotizaciones ni en aportaciones previas y la generosidad del sistema es del 100%?
Por favor, si es preciso reformar el sistema de Seguridad Social que se lleve a cabo pero que sea con criterios claros y racionales, teniendo en cuenta a los expertos del país, otros modelos de éxito en países que tengan similitudes con el nuestro y las circunstancias sociales y económicas actuales.
Hace ya mucho tiempo que el BE es un ariete neoliberal que gusta de atacar, especialmente, a las Pensiones Publicas. El gran debate/cambio que espera impacientemente es el de la financiación de las pensiones y convendría hacerlo cuanto antes. Las cotizaciones de las empresas hay que actualizarlas y eliminar el tope que tienen actualmente y por supuesto buscar nuevas fuentes de financiación. Esa musiquulla de que las pensiones públicas no son sostenibles porque la ratio activos pensionistas es cada vez menor es otra de las falacias del pensamiento neoliberal al desprecia otros parámetros económicos que intervienen en la economía como la productividad. En fin, BE dediquense a lo suyo y dejen de hostigar siempre a los mismos.
ResponderEliminarY que se puede esperar, de toda una mafia corrupta neoliberal de ultraderecha?
ResponderEliminarVivimos en un cortijo en propiedad, y toda esta gentuza, parte y reparte a su antojo.
Con la de impuestos que pagamos, y todo lo que recauda el estado por otros contingentes, no haría falta seguridad social ni historias( con cierta ironía).
Impuestos a: combustibles, electricidad + IVA,8%,16%,21% en IVA, en todo tipo de consumibles... ITV, impuestos de sucesiones, aduanas, autopistas, Ibi...etc.
Hay que tener en cuenta, que quienes manejan todo este conglomerado, tienen unos previlegios que ya quisiera más de uno...por lo que la recaudación debe de ser de escandalo......el mismo escándalo con que lo malgastan .
Miles de millones a la Iglesia, un organismo fraudulento que no produce un pimiento.
Otros tantos a todo tipo de mamandurrias de políticos y sus chanchullos.
Ejército.
Y como no, las Empresas del Ibex35...con sus bancos en crisis y que nunca quiebran...eso como se entiende?
Bueno...para qué...nos toman el pelo.