(En la foto de arriba, Moises Meik y Pedro Kesselman, en la Facultad de Derecho de la UBA. La otra foto, procede de la cuenta de Facebook de MM)
El día ha
amanecido con una noticia muy triste. El abogado laboralista, magistrado y profesor
universitario argentino, Moisés Meik, ha fallecido en Buenos Aires. Ha
sido Guillermo Gianibelli, amigo de tantos años y discípulo de él, quien
nos ha hecho llegar la aciaga novedad.
Para quien no le conociera, Moisés
Meik era ante todo un estudioso infatigable, que concebía el derecho del
trabajo como un campo de análisis en el que era imprescindible conectar el
conocimiento teórico y técnico que da el derecho con una perspectiva
emancipatoria de los trabajadores como clase social subalterna en demanda de la
consecución de nuevos equilibrios que permitiera el disfrute efectivo de derechos
básicos ligados a la dignidad de las personas que el sistema económico de la
libre empresa y las prerrogativas dictadas por la norma negaban u
obstaculizaban seriamente de manera permanente. Había sido abogado, y ante todo
juez del trabajo, en donde cada supuesto enjuiciado merecía un examen riguroso
y atento, sus sentencias y sus votos decisorios eran meditados y siempre dignos
de análisis y de estudio. Profesor universitario en varios centros del país, unía
la capacidad teórica que acumulaba a una exploración meticulosa de las posibilidades
interpretativas que le brindaba el ordenamiento jurídico vigente. Su prestigio
era inmenso, porque a su decidida personalidad y activismo académico y doctrinal,
unía afabilidad y modestia como elementos definitorios de su actuación, que le
hacían merecedor del mayor de los respetos en todos los ámbitos en los que desplegaba
su saber y su presencia.
Entre Moisés Meik y las
gentes del área de Derecho del Trabajo de la UCLM existía una corriente mutua
de amistad y de reconocimiento. Cuando lo conocimos Joaquin Aparicio y
yo en Buenos Aires, gracias a la mediación de Guillermo Gianibelli, recuerdo
una larga tarde de debate sobre el contenido del derecho al trabajo y el
régimen del despido que comenzamos los
cuatro junto con Oscar Zas después del almuerzo, con luz solar, en el
apartamento de Pedro Kesselman, cerca de Palermo, y que acabó ya de
noche, sobrepasando incluso las horas razonables de la cena, y en el que se forjaron
las bases de un intercambio ininterrumpido de discusiones teóricas y
doctrinales, pero también de proyectos comunes de trabajo y de encuentros. De
los años noventa del siglo pasado hasta este 2020, tres décadas durante las
cuales la circulación de ideas y la presencia común a ambas orillas del océano
han acompañado nuestra amistad. Ha participado en múltiples cursos y seminarios
en la UCLM, e incluso estuvo durante seis meses en una estancia de estudios en
Albacete donde entabló una relación de amistad con Luis Collado y Maria
José Alonso, y, lindando con la afección filial, con Maria José
Romero, e impulsó a su vez la presencia de los miembros del área de Derecho
del trabajo en todas las actividades académicas y profesionales en la UBA, la
UNLP, y en general en todas las instancias profesionales de Argentina.
Su trabajo teórico se inscribe en
la teoría crítica del derecho, y con ese título se publicó en la editorial
Bomarzo Latinoamericana – un experimento editorial de exportar a Argentina una
parte de la experiencia de Bomarzo, y la creación de una Revista – en el año
2006 unos estudios colectivos coordinados por Gianibelli y Zas, que advertían
en su subtítulo que estaban “inspirados” en Moisés Meik, y que hoy sigue
siendo un trabajo colectivo muy notable, con participación de profesores y
abogados de Argentina (Barrera Nicholson, Cornaglia, Meguira, Lucho Ramírez,
Roa), Uruguay (Ermida Uriarte, Barretto, Sarthou) y una nutrida presencia
de académicos españoles entre los que sobresalían los que provenían de la UCLM (Aparicio,
Baylos, Collado, Merino, Monereo, Rentero, Romero Rodenas). Dentro de este
texto plural, recomendaría hoy releer el texto de Gianibelli en el
mismo, en el que enuncia “algunos intentos explicativos sobre el derecho del
trabajo”, a través de un diálogo con Moisés Meik. Un encuadramiento en
la teoría crítica que reiteraría, ocho años después, en el 2014, una obra
dirigida esta vez por el propio Meik, Estudios Críticos de Derecho
del trabajo, publicada por la Asociación de Abogados Laboralistas, como “un
texto sistémico y profundo” que expresara la identidad cultural y política de
un “pensamiento crítico y alternativo de inequívoca defensa de los
trabajadores”, línea de intervención teórica en la que se inscribían el grupo de
coordinadores de la obra – David Duarte, Guillermo Gianibelli, Verónica Nuguer, Guillermo
Pajoni, Guillermo Pérez Crespo y Carlos Paolo Szternszrejn – que a
su vez ejercían de profesores de la UBA, y que reunía una larga serie de
colaboraciones de nuevo de ambos lados del Atlántico en la que se expresaba esa
comunicación permanente entre el modo de pensar el derecho que esta corriente intelectual
sostenía. En este mismo blog se puede consultar una reseña de este importante
libro colectivo, en la que se resaltaba que en ella se presentaba al público
especializado un análisis crítico y alternativo sobre la regulación del trabajo
como operación cultural que contribuyera a reforzar el enfoque teórico que debía
influir sobre la producción de doctrina y sobre la acción de los operadores
jurídicos en la República Argentina. https://baylos.blogspot.com/2016/04/sobre-los-estudios-criticos-del-derecho.html
Pero además de esa estatura
teórica y doctrinal, que acompañaba de una enorme modestia intelectual y de una
curiosidad insaciable por la producción jurídica, Moisés Meik era una
persona entrañable, cercana, de una bondad y de una dulzura impresionante.
Todos quienes lo conocimos tenemos recuerdos, fragmentos de conversaciones o de
experiencias, que refuerzan esa imagen inolvidable de nuestro amigo. En sus
últimas comunicaciones se preocupaba por la salud de nuestros amigos Laura
Mora y Joaquin Pérez Rey, que sabía contagiados por el Covid-19, expresaba
su contento por el éxito del film Sinfonía para Ana, sobre una novela de
su hija Gaby, o enviaba su columna en La Defensa, la revista digital
dirigida por Cornaglia y en donde Moisés homenajeó a Norberto Centeno
en el aniversario de La Noche de las Corbatas. En mayo me escribía un
correo, siempre incansable en sus proyectos, en el que daba cuenta de un nuevo
libro en abordaje interdisciplinario, con Luis Rafaghelli, sobre Derecho
y pandemia, para interactuar de nuevo sobre este tema y propiciar un extenso
intercambio de pareceres sobre el destino futuro del derecho del trabajo post-covid.
Son tantos y tan cercanos los
recuerdos de su figura que resulta extraño saber que ya no estará más con nosotros,
demandando nuestras noticias y expresando el afecto mutuo que nos profesamos. Guillermo
Gianibelli ha escrito un texto hermoso que resume nuestro sentimiento para
con él.
Moisés Meik ha sido nuestro guía,
despertando mandatos
Nuestro ejemplo, por
trayectoria indoblegable
Nuestra referencia por su
espíritu justo.
Nos dio su palabra encendida y
su reflexión crítica constante.
Nos acompañó, siempre, desde
ese lugar del maestro que, sobre todo, escucha.
El Derecho del trabajo
reconoce en él una mirada esencial, de radical defensa de los trabajadores y
fiel reflejo de sus luchas y de su historia.
Nos ayudó a fijar caminos y
seguiremos juntos a su lado.
(Buenos Aires, 14.11.2020, GG)
Un maestro en toda su extensión,
un gran jurista, un amigo entrañable: Moisés Meik.
Juan Orsini
ResponderEliminar1 min ·
Conocí al gran Moisés Meik a comienzos del año 2000. Yo cursaba finales de mi carrera, era un imberbe estudiante y tibio militante buscando una balsa jurídica de donde agarrarme en medio del naufragio neoliberal. Estaba cursando Derecho Social en una comisión malísima, pero vi que se organizaba una jornada y allá fui. Meik hablaba del Derecho del Trabajo desde la teoría crítica (escuchar a alguien que, hablando de Frankfurt, no se refiriese a salchichas en aquél tiempo y en aquél lugar no era cosa de todos los días). Había ahí una pasión, en el sentido estricto y mejor de esa palabra tan bastardeada. Poco después yo mismo me sumé a esa Escuela Platense de Derecho Social, en la que su amigo -y nuestro común maestro- Ricardo J. Cornaglia había logrado reunir, además de algunos locales, a todos aquellos no platenses (Moisés, Angel Gatti, Oscar Zas, lo que continuaría más acá, en mi generación, con Juan Formaro y Paula Lozano, entre otres) que, acaso huyendo del formalismo reaccionario de la mayoría de las cátedras de la UBA, formaron acá un faro de un Derecho del Trabajo crítico, sin concesiones: un Derecho de los Trabajadores. Más tarde, allá por 2004, Moisés, lector empedernido, armó una especie de grupo de lectura los sábados por la mañana. Ahi llegábamos -medio dormidos, golpeados por la noche- los que éramos aun jóvenes, y después de un lindo intercambio, nos íbamos con tarea para el hogar, con las fotocopias todas rayadas de sus libros (desde ahí viene mi copia -todavía en pie, apenas legible con sus notas y rayones- de "Por una (re)politización de la figura del despido", el notable texto de Pedro Flinstone que Moi nos hacía leer como si fuera un manuscrito incunable). De allí en más, todo fue aprender a su lado, humana, política y jurídicamente. Moisés, cual personaje de Osvaldo Soriano, siempre del lado de los perdedores. Moisés-puente (como el puente que cruza las ventanas de Traveler y Oliveira en Rayuela), tendiendo lazos entre todos los que tirábamos más o menos para el mismo lado: el de los laburantes. Puente entre nosotros los del IDS de La Plata y la AAL, puente con el Observatorio de la CTA, puente con los amigos españoles de la UCLM, y con tantos otros. Moisés baluarte de la lucha por el derecho a la estabilidad, contra eso que nuestros queridos amigos del otro lado del océano, Pedro Flinstone y Joaquín Pérez Rey llamaron, sin eufemismos, la violencia del poder privado. Moisés peleando contra eso desde 1973, en los debates previos a la LCT (como bien lo cuenta otro gran tipo a quien conocí por esos puentes que él tendía, Lucho Roa, en las entrevistas que hacen los autores de La Noche de las Corbatas, Celesia y Wainsberg). Moisés hablando en la CJSN en la audiencia pública por la nulidad de los despidos (y el gran triunfo que significó esa lucha -sin la cual no podría explicarse hoy la prohibición de despidos- se lo debemos en una buena medida). Moisés llamándome para felicitarme, pero también para putearme, por cosas que había escrito o dejado de escribir (y por haberlo citado a él, pero también por no haberlo citado).
(Continuación) Moisés y su fanatismo y admiración por Ricardo Cornaglia, a quien consideraba, con razón, el mejor jurista del Derecho del Trabajo Argentino del último medio siglo. Moisés dando cursos de posgrado en los que (en complicidad con Ricardo) me hacía designar con él, compartiendo cartel, como si yo, a mis veintipico, no fuera un mero ayudante. Moisés hablando con pasión de Sinfonía para Ana, la novela de su hija Gaby, luego película, que cuenta la historia de los años de la dictadura en el Colegio Nacional de Buenos Aires, mandando mails, con su torpeza informática a cuestas, todas las críticas que iba recibiendo. Moisés viajando con muchos de nosotros a dar clases o conferencias al interior. Moisés ya en pandemia, prendido a los zooms que Ricardo Organizaba desde el IDEL-FACA, sin poder conectar el sonido, o la imagen, pero siempre presente. Moisés, cordobés de nacimiento, viviendo en Buenos Aires (y llevándonos a las heladerías de su barrio cuando nos convocaba a su casa a hablar de algo), con el corazón académico en La Plata y el judicial en La Matanza, donde fue un notable juez del trabajo. Y, sobre todo, Moisés agarrándote muy fuerte del brazo, hablándote al oído sin dejar moverte hasta que te quedara bien claro cual era el camino que había que seguir, dónde tenías que ir a hablar, qué tenías que escribir, y donde estaba el enemigo.
ResponderEliminarTu muerte es una mierda, querido "Moi" (como firmabas los mails).
Te vamos a extrañar mucho.
Juan Carlos Capurro
ResponderEliminarAsí es, Antonio. Gran persona, buen compañero y amigo. Y un pensador abierto, siempre.
Laura Morada
ResponderEliminarMe acabo de enterar por Mariana Amartino y lo siento muchísimo y le deseo mucha luz, tanta como su maestría y bondad dulce nos compartió. Tuvimos mucha suerte
Martín Alberto Carrillo Calle
ResponderEliminarJusto homenaje a una trayectoria coherente y generosa, que debe resultar inspiradora para el quehacer académico y profesional de muchos laboralistas en el espacio iberoamericano.
Qué lástima!
ResponderEliminarYo también tuve el placer de conocerle durante mi estancia en Buenos Aires… y sí, quizás lo que más destacaba de su persona era por un lado, su capacidad analítica y crítica y por el otro, ese sosiego, hasta dulzura, de su forma de ser y de relacionarse.
Un verdadera lástima.
Muchas gracias por tus acertadas palabras.
Abrazos
Nunzia
Conocí a Moises Meik en el 2001, en la Facultad de Derecho de la UBA.
ResponderEliminarHablaba del derecho del trabajo con una pasión inigualable.
Eran tiempos bravos, de precarización y fracaso político.
Fue el primero que me hizo amar el derecho del trabajo.
Tuvimos diferencias políticas, idas y venidas, y volvimos a hablar con mucho amor hace unos años, que en definitiva, con las convicciones, es lo que nos llevamos de esta vida.
Me hizo saber el orgullo que sentía por los que habíamos sido sus alumnos y llevábamos alto la bandera de la justicia social.
Hasta siempre Moises, y gracias por tu pasión
creo que no hay palabras que puedan expresar lo que fue el gran Moises Meik. para el iuslaboralismo, para la academia, para la formación de laboralistas, para tantos compañeros, colegas y amigos que, como dice Laura, tuvimos la suerte de poder disfrutarlo.
ResponderEliminarSi bien su presencia física no la vamos a tener...estoy convencida que ha sido tanto lo que nos ha dejado desde conocimientos, reflexiones, análisis, ganas de estudiar conocer, profundizar con esa generosidad,y humildad que lo caracterizaba que no nos alcanzara la vida para disponer de ello.
Tenes razón Juan....Moi...."tu muerte es una mierda!!!!
ya te estamos extrañando "troesma"
Raquel
Hoy el laboralismo y lxs trabajadorxs estamos de luto.
ResponderEliminarPerdimos un maestro, una persona extraordinaria, un imprescindible .... nuestro queridísimo Moises Meik ha dejado su cuerpo.
Qué casualidad, hoy día de cierre de la 46° jornada anual de la Asociacion de abogados y abogadas laboralistas, partis... no temas Maestro, anda en paz que te lo has ganado, como este hasta siempre.
Quedan entre nosotrxs grabadas indelebles en nuestras conciencias y almas tus enseñanzas, tu mirada y pensamiento crítico, tu generosidad superlativa, tu calidez entrañable, tu maravilloso sentido del humor, y tu eterna juventud espiritual que te movió hasta tu último respiro a pelear por un mundo mejor.
Te vamos a extrañar querido amigo, no obstante honraremos el legado que supiste dejarnos.
Hasta siempre querido Moi.
“Quien nombra, llama. Y alguien acude, sin cita previa, sin explicaciones,
ResponderEliminaral lugar donde su nombre , dicho o pensado, lo esta llamado.
Cuando eso ocurre, uno tiene el derecho de creer que nadie se va del todo
mientras no muera la palabra que llamando, lo trae" Eduardo Galeano.
Siempre será temprano y difícil lograr una secuencia lógica y organizada que incluya las vivencias compartidas y el profundo agradecimiento para nuestro querido maestro, colega, profesor y fundamentalmente amigo.-
La memoria sorprende y se aprende, es verdaderamente un ejercicio cotidiano. La única certeza, entre tanto misterio, es que te nombramos y nombraremos siempre, en cada anécdota y consejo recibido.-
Como dice Galeano, "nadie se va del todo cuando cuando nombramos".
No es una tarea fácil, en la ambivalencia de la profunda tristeza de tu ausencia y la alegría de haberte tenido querido maestro.
Todo el consuelo y el amor para tu bella familia querido maestro, para soportar tan terrible perdida.-
Nos enseñó, además a estar presente, pues nunca nos abandonó ya que sus disertaciones y consejos para nosotros los laboralistas eran frecuentes.
Hasta que nos volvamos a ver. Te adoro siempre QEPD.
Conocer a Moisés ha sido una fortuna. Son esas personas que nos hacen mejores porque emanan bondar, inteligencia y generosidad.
ResponderEliminarHola querido Antonio: He leído tus palabras de despedida a Moisés. Me emocionaron mucho. Su partida fue otro golpe para mí. Se están yendo varios compañeros de mi generación, y duele. Pero seguimos en la brecha. Cuando nos recibimos de abogados, allá por 1962 (¡el año de nacimiento de Guillermo Gianibelli!), juramos juntos. Y estuvimos siempre del mismo lado. En el camino te conocimos a vos, a Joaquín y a tantos y tantas compañeros y compañeros que, en lo personal, me enseñaron y aportaron a mi tarea cotidiana de batallar por el derecho de quienes no tienen más que su fuerza de trabajo como "capital".
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo, extensivo a esos y esas compañeros y compañeras que dan la pelea, en condiciones difíciles y a veces, como decía Unamuno, sin esperanza de victoria. Pero la dan. Con la alegría de saberse y sabernos luchadores y luchadoras de una causa justa.
Pedro
Un gran honor haber conocido al Dr. Moisés Meik (z¨l) Sus enseñanzas y su pasión por la defensa de los derechos de los trabajadores quedarán por siempre
ResponderEliminarAntonio una noticia terrible, le recuerdo con los “laburantes” la ocasión que fui allá en pleno corralito, una noche en BA que me recogió en taxi y fuimos los dos a una fábrica abandonada repleta de jóvenes haciendo “performances”: música en directo, buenas vibraciones, y en cada local una actividad de diferentes grupos antisistema. A las 4 de la mañana yo le dije “…Moisés, vámonos… (yo estaba super cansada…) ….¡¡y como si tuviera 20 años me dijo: …un ratito máaaaaassss… “ y hasta las 6 de la mañana… amaneciendo… como un veinteañero..
ResponderEliminarMuy triste la noticia
Comparto entrada al blog de Antonio Baylos, en la que nos muestra quién era Moises Meik: un hombre amable y sencillo, preocupado de los demás, y con una visión solidaria del derecho del trabajo... muchas razones hacen que su triste pérdida sea insustituible. Su paso por nuestra universidad, sus lazos desde hace muchos años con el área de derecho del trabajo en la UCLM, fueron tejiendo a lo largo del tiempo relaciones de amistad cada vez más intensas e inquebrantables. Muchos recuerdos, mucho trabajo compartido, muchos momentos, todos insustituibles, nos dejas, Moisés.
ResponderEliminarExpresar lo que siento por el Dr. MOISES Meiks resulta difícil. Siento gratitud a la vida por haberme permitido conocerlo en Quilmes en el año 1998. Conoci a un hombre grande, grande en conocimiento, humano, sensible, luchador inclaudicable del Derecho Laboral y Social, respetuoso, etc.
ResponderEliminarCuanta tristeza!!!. No lo olvidare!!. Que en paz descanse!!