Cuando la
Inspección de Trabajo entre los meses de mayo y junio de 2020, con el inicio de
las campañas agrícolas, emitió una circular para vigilar y denunciar los casos
de explotación laboral de los trabajadores agrícolas, mencionando la
posibilidad de encontrar supuestos de “esclavitud” o de trabajo forzoso, las
patronales agrarias ASAJA y COAG alzaron su voz indignada contra la Ministra de
Trabajo sobre la base de que este tipo de iniciativas de la Inspección de
Trabajo revelaban un “sectarismo ideológico” inconcebible y un “desconocimiento
palmario de la realidad” del trabajo agrario. En este mismo blog hablamos de
esta reacción desaforada de los empresarios agrícolas, que tenían mucho que
ocultar en este sentido (https://baylos.blogspot.com/2020/05/el-caporalato-trata-de-personas-y.html) Sabemos a partir de ahí de una enorme cantidad de supuestos
de maltrato personal, hacinamiento y malas condiciones laborales, que han sido
descubiertas y sancionadas por la Inspección de
Trabajo, y hemos conocido la denuncia sindical de las condiciones
laborales de los trabajadores agrarios manifestada en la lucha por sus
convenios colectivos frente a una patronal enrocada en la defensa de salarios
de miseria y de disposición flexible sin control de los tiempos y de las
condiciones laborales.
No es solo una particularidad española. El trabajo agrario es,
en toda Europa, un espacio en el que los derechos laborales individuales y
colectivos se limitan y restringen, y en donde la connivencia con el trabajo
informal, en buena medida efectuado por la inmigración irregular, permitida y fomentada por los empresarios
agrícolas, está muy extendida. Frente a ello, la Federación Sindical Europea de
la Alimentación, Agricultura y Turismo (EFFAT), ha iniciado una campaña para
movilizar la idea de un condicionamiento político-democrático a la Política
Agraria Europea, que no consiste sino en conectar los estímulos económicos que
encauza la Política Agraria Común con una suerte de cláusula social en atención
a la cual se condicionen éstos a la constatación de que se cumplen los
estándares regulados por los convenios colectivos, la legislación laboral y
eventualmente, los estándares provenientes de los Convenios de la OIT.
La campaña de la Federación Sindical Europea se inicia con
una carta abierta que se traslada a los miembros de la comunidad académica para
que apoyen el manifiesto y los objetivos que éste pretende, y que se ha hecho
público ayer, 17 de febrero.
Este es el texto del llamamiento:
Pedimos su apoyo para lograr una
reforma más equitativa y socialmente justa de la Política Agrícola Común (PAC).
La nueva PAC debería contribuir a elevar los estándares laborales y mejorar las
condiciones de vida de más de 10 millones de trabajadores agrícolas, muchos de
los cuales están sujetos a explotación, salarios bajos, trabajo precario y
condiciones de trabajo y vivienda inhumanas.
Ante esta realidad, es inaceptable que los
derechos humanos y laborales no desempeñen ningún papel en la asignación de los
pagos directos de la PAC. El Parlamento Europeo ha adoptado recientemente una
posición clara (ver https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2020-0287_ES.html y https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2020-0288_ES.html)
exigiendo la inclusión de la
condicionalidad social en la futura PAC: los pagos de la PAC deben estar condicionados
al respeto de las condiciones laborales aplicables resultantes de los convenios
colectivos de trabajo, las leyes nacionales y de la UE y los Convenios de la
OIT.
Sin embargo, en las negociaciones
con las otras instituciones, algunos Estados miembros ahora afirman que la
condicionalidad social aumentaría la carga administrativa para los
beneficiarios.
Es hora de enviar un mensaje
sólido y unido a los responsables políticos: ¡los derechos de los trabajadores
no son trámites burocráticos! La condicionalidad social debe formar parte del
acuerdo final entre las instituciones de la UE. Ésta es la única forma de
garantizar que una parte importante del presupuesto de la UE deje de contribuir
al dumping social y ayude a proteger los derechos laborales en uno de los
sectores más precarios de la economía de la UE.
Esperamos que acepte unirse a este llamado a
la justicia social en el sector agrícola de la UE mediante la firma de la carta
abierta adjunta dirigida a los ministros de agricultura nacionales, la Comisión
Europea y el Parlamento Europeo.
La carta está promovida por EFFAT
(Federación Europea de Sindicatos de la Alimentación, la Agricultura y el
Turismo) y contará con el apoyo de varias ONG y otras organizaciones de la
sociedad civil tanto a nivel nacional como de la UE. Se invita a las
personalidades, incluida la comunidad académica, a unirse a esta convocatoria.
CARTA ABIERTA
• A la atención de los Ministros
de Agricultura de los Estados miembros
• A la atención del Comisario Wojciechowski
- Agricultura
• A la atención del Comisionado Schmit
- Empleo y derechos sociales
• A la atención del
vicepresidente ejecutivo Timmermans - Green Deal
• A la atención de los miembros
del equipo de negociación del Parlamento Europeo
LA NUEVA PAC NECESITA
CONDICIONALIDAD SOCIAL
FINALIZAR LA EXPLOTACIÓN Y
AUMENTAR LOS ESTÁNDARES LABORALES EN LA AGRICULTURA EUROPEA
Al menos diez millones de
personas están empleadas en la agricultura europea, principalmente como trabajadores
estacionales, jornaleros o en otras situaciones inseguras. A pesar de ser
definido como esencial por las instituciones de la UE y los gobiernos
nacionales cuando golpeó el COVID-19, la experiencia vivida de muchos de estos
trabajadores sigue siendo de lucha, privación y violaciones de los derechos
humanos. Las condiciones de trabajo inhumanas, los salarios bajos, las largas
jornadas de trabajo, una alta proporción de trabajo no declarado y una vivienda
deficiente son solo algunas de las dificultades diarias que enfrentan los
trabajadores agrícolas en Europa. Los trabajadores suelen ser víctimas de una
explotación generalizada, incluidas las prácticas de pandilleros y otras formas
de esclavitud moderna.
Aunque su difícil situación sigue
siendo en gran medida invisible, los trabajadores agrícolas, ya sean ciudadanos
de la UE o ciudadanos de fuera de la UE, migrantes o refugiados, que trabajan
en el norte, sur, oeste o este de Europa, están unidos para exigir derechos,
justicia social y dignidad en el trabajo.
Sorprendentemente, los
trabajadores nunca han figurado en la Política Agrícola Común (PAC), una
política emblemática de la UE, que ahora representa alrededor de un tercio del
presupuesto de la UE (desde máximos de hasta el 73%). Si bien las subvenciones
de la PAC están ahora condicionadas con razón al respeto de las normas
medioambientales básicas, la salud pública y el bienestar animal, el
cumplimiento de los derechos humanos y laborales no desempeña absolutamente
ningún papel en la asignación de los pagos directos. Esta es la razón por la
que, como era de esperar, la PAC hasta ahora no ha logrado mejorar en gran
medida las condiciones de los trabajadores agrícolas.
Sin embargo, se vislumbra una
solución concreta y de fácil aplicación. El Parlamento Europeo ha adoptado una
posición clara: los pagos directos de la PAC deben estar condicionados al
respeto de las condiciones laborales y de empleo aplicables en virtud de los
convenios colectivos pertinentes, la legislación nacional y de la UE, así como
los convenios de la OIT.
La condicionalidad abarcaría
diversas áreas como el empleo legal, la igualdad de trato, la remuneración, el
tiempo de trabajo, la salud y la seguridad, la vivienda, la igualdad de género,
la seguridad social y las condiciones justas para todos los trabajadores
empleados en la agricultura, incluidos los trabajadores móviles y migrantes.
Sin embargo, este es solo un
primer paso en la dirección correcta.
Las negociaciones entre las
instituciones de la UE sobre la nueva PAC están en curso y ahora es crucial que
la condicionalidad social se convierta en parte del acuerdo final entre la
Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE. La posición del
Parlamento Europeo debe confirmarse y fortalecerse aún más. El caso que se
debe defender no es solo ético: esta es la única manera de evitar el dumping
social, asegurando que la PAC pueda proteger a todos los agricultores que
respetan los derechos de los trabajadores, pero sufren competencia desleal de
aquellos que no lo hacen. Y con la condicionalidad social, una parte importante
del presupuesto de la UE, financiada por los contribuyentes de la UE,
contribuirá finalmente a mejorar las condiciones de vida y de trabajo en uno de
los sectores más difíciles y precarios de la economía de la UE.
La pandemia de COVID-19 presenta
a la UE una oportunidad única: reformar la agricultura europea para hacerla
verdaderamente sostenible y socialmente justa. La PAC debe contribuir a este
objetivo, cumpliendo ambiciosos objetivos medioambientales al tiempo que
defiende el respeto de los derechos de los trabajadores agrícolas, que nunca
pueden considerarse trámites burocráticos.
Nosotros, los signatarios abajo
firmantes, hacemos un llamado a su sentido de responsabilidad como legisladores
y ciudadanos de la UE. Los trabajadores agrícolas soportan un calor abrasador y
un frío helado, lesiones, dolores y amenazas, sobreviven con unas pocas horas
de sueño y comidas rápidas y frugales, viven en chozas o contenedores, pero
demuestran una dedicación asombrosa a sus trabajos. Es gracias a ellos que,
incluso en una pandemia mundial, hay comida en nuestras mesas.
Los trabajadores agrícolas
esperan ahora una respuesta clara de la UE.
La justicia social y la equidad
deben prevalecer: la nueva PAC necesita condicionalidad social.
El texto y sus firmantes (organizaciones
sindicales y sociales y académicos europeos) se puede encontrar aquí https://effat.org/
Juan Blanco Blanco
ResponderEliminarMuy interesante enfoque, a continuación, me permito incluir la conexión a la Carta que centra la campaña de la Federación Sindical Europea Agroalimentaria (EFFAT) acerca de la exigencia de condicionalidad social de la PAC y los requerimientos exigidos a la Comisión Europea y los Estados miembro en materia de derechos laborales.
https://effat.org/wp-content/uploads/2021/02/Open-Letter-The-new-CAP-needs-Social-Conditionality-With-signatories-1.pdf
Hablando con quienes trabajan en las ETTs vinculadas al sector ya te pones a temblar... ¡Buen artículo!
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