Comienzan
por fin las vacaciones de verano y se abre el tiempo de lecturas de todo tipo. Aunque
se supone que este mes de agosto estará atravesado por noticas políticas
directas tras la constitución formal del Parlamento el 17 de agosto, hay que
aprovechar el tiempo de ocio con el cultivo del espíritu como diría aquel. Pero
no todo va a ser sesudas obras de reflexión ni tampoco estremecedoras
narraciones literarias. Así, en este comienzo de agosto, en el que cumplen años
algunos amigos de hace tanto tiempo, como el profesor y bloguero de culto Eduardo
Rojo, conocemos asimismo que un personaje importante en la biografía personal
de tantas personas de mi generación, Toni Negri, cumple 90 años. Como forma
de festejar su cumpleaños, Roberto Cicarelli le ha realizado una larga entrevista
bajo el título Il secolo breve di Toni Negri publicada en Alias,
la revista dominical de Il Manifesto, fechada el 5 de agosto de
2023, que puede consultarse en este enlace https://ilmanifesto.it/il-secolo-breve-di-toni-negri
y de la que ofrecemos estos extractos traducidos para la amable audiencia del
blog que nos siguen aún en este período estival.
Sigues llamándote comunista. ¿Qué
significa eso hoy?
Lo que significaba para mí de
joven: conocer un futuro en el que pudiéramos ganar el poder de ser libres, de
trabajar menos, de amarnos los unos a los otros. Estábamos convencidos de que
conceptos burgueses como libertad, igualdad y fraternidad se encontraban realizados en las consignas de
cooperación, solidaridad, democracia radical democracia radical y amor. Así lo
pensábamos y así actuábamos, y eso fue lo que la mayoría que votó dejó e hizo
que existiera. Pero el mundo era y es insoportable, tiene una relación
contradictoria con las virtudes esenciales de la convivencia. Sin embargo,
estas virtudes no se pierden, se adquieren con la práctica colectiva y van acompañadas
de la transformación de la idea de productividad, que no significa producir más
bienes en menos tiempo, ni hacer guerras cada vez más devastadoras. Al
contrario, se trata de alimentar a todos, modernizar, hacer felices. El
comunismo es una pasión colectiva alegre, ética y política que lucha contra la
trinidad de la propiedad, las fronteras y el capital.
(...)
Anna Negri, su hija, ha
escrito "Con un pie enredado en la historia” (DeriveApprodi) que cuenta
esta historia desde el punto de vista de sus afectos, y de otra generación.
Tengo tres hijos maravillosos
Anna, Francesco y Nina que han sufrido indeciblemente lo que ha ocurrido. Vi la
serie de Bellocchio sobre Moro y todavía me asombra de haber sido acusado de
esa increíble tragedia. Pienso en mis dos primeros hijos, que iban a la
escuela. Algunos los veían como los hijos de un monstruo. Estos chicos, de una forma
u otra, soportaron enormes acontecimientos. Se fueron de Italia y regresaron,
pasaron ellos mismos ese largo invierno. Lo menos que que pueden tener es un
cierto enfado hacia los padres que les pusieron en esta situación. Y yo tengo
una cierta responsabilidad en esta historia. Hemos vuelto a ser amigos. Esto
para mí es un regalo de una inmensa belleza.
A finales de los años 90,
coincidiendo con los nuevos movimientos globales, y luego contra la guerra,
ganaste una fuerte posición de reconocimiento junto con Michael Hardt a partir
de "Imperio". ¿Cómo definiría hoy, en un momento de especialismo y de
ideas reaccionarias y elitistas, la relación entre filosofía y militancia?
Me resulta difícil responder a
esta pregunta. Cuando me dicen que he hecho una obra, respondo ¿Una ópera*? ¿Se
lo puede creer? Tengo que reírme. Porque soy más militante que filósofo. A
algunos les hará gracia, pero yo me veo ahí, como Papageno.... He tenido la
suerte de encontrarme a medio camino entre la filosofía y la militancia. En los
mejores de mi vida he pasado permanentemente de una a otra. Esto me ha permitido
cultivar una relación crítica con la teoría capitalista del poder. Pivotando
sobre Marx, pasé de Hobbes a Habermas, pasando por Kant, Rousseau y Hegel. Una gente lo suficientemente seria como para tener que combatirla. En cambio, la
línea Maquiavelo-Spinoza-Marx era una alternativa real. Para reiterar: la
historia de la filosofía para mí no es una especie de texto sagrado que ha
mezclado todo el saber occidental, de Platón a Heidegger, con la civilización
burguesa y ha transmitido así conceptos funcionales al poder. La filosofía
forma parte parte de nuestra cultura, pero debe utilizarse para lo que se
necesita, es decir, para transformar el mundo y hacer que sea más justo. Deleuze
habló de Spinoza y retomó la iconografía que lo representaba como Masaniello.
Ojalá fuera así en mi caso. Incluso ahora que tengo noventa años, sigo teniendo
esta relación con la filosofía. Vivir la militancia es menos fácil, pero
consigo escribir y escuchar, en una situación de exilio.
(…)
¿Por qué el obrerismo (operaismo)
conoce hoy una resonancia mundial?
Porque responde a la necesidad de
resistencia y de resurgimiento de las luchas, como en otras culturas críticas
con las que dialoga: feminismo, ecología política, crítica postcolonial por
ejemplo. Y además porque no es el complemento de nada ni de nadie. No lo ha
sido sido nunca, ni ha sido un capítulo de la historia del PCI, como algunos se
engañan. Es sin embargo una idea precisa de la lucha de clases y una crítica de
la soberanía que coagula el poder en torno al polo empresario, propietario y
capitalista. Pero el poder siempre está dividido, y está siempre abierto,
incluso cuando parece no haber alternativa. Toda la teoría del poder como una
extensión de la dominación y la autoridad elaborada por la Escuela de Frankfurt
y sus desarrollos recientes es falsa, aunque por desgracia siga siendo
hegemónica. El operaísmo echa por tierra esta lectura brutal. Es un estilo de
trabajo y de pensamiento. Retoma la historia desde abajo hecha por grandes
masas que se mueven, busca la singularidad en una dialéctica abierta y
productiva.
Tus constantes referencias a
Francisco de Asís siempre me han llamado la atención. ¿De dónde origina este
interés por el santo y por qué lo tomaste como ejemplo de tu alegría de ser
comunista?
Desde joven se reían de mí porque
utilizaba la palabra amor. Me tomaban por un poeta o un iluso. Al contrario,
siempre pensé que el amor era una pasión pasión fundamental que mantiene en pie
a la humanidad. Puede convertirse en un arma para vivir. Vengo de una familia
que fue desgraciada durante la guerra y me enseñó un afecto que aún hoy me
mantiene vivo. Francisco es básicamente un burgués que vive en una época en la
que aprovecha la oportunidad de transformar la propia burguesía y hacer un
mundo en el que las personas se amen y amen a los vivos. La apelación a él, para
mí, es como la apelación al Ciompi de Maquiavelo. Francisco es el amor frente a
la propiedad: exactamente lo que podríamos haber hecho en los años 70,
invirtiendo ese desarrollo y creando una nueva forma de producir. Hoy nunca se
ha retomado lo suficiente con Francisco, ni la importancia que el
franciscanismo ha tenido en la historia italiana. Lo menciono porque quiero que
palabras como amor y alegría entren en el lenguaje político.
(*) juega con la palabra italiana "opera" como obra literaria, de arte, y "opera" lírica.
MJ Manso: Querido amigo,
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones, siempre interesantes.
Tras atenta lectura,
constato el papel de filósofo, teórico del operaísmo* militante.
Intelectual con gran responsabilidad de los trágicos acontecimientos de aquellos años.
El uso de la violencia
frenó y comtribuyó a la derrota del movimiento de oposición del final de los años 70.
A. Negri nunca fue santo de mi devoción.
Cuánta retórica, cuánta mistificación...
Cuánto narcisismo!!! Gracias a él, reconstruir ha sido/ es muy difícil.