domingo, 22 de octubre de 2023

“SIN OJOS EN GAZA” DE A.HUXLEY . TARSO GENRO HABLA SOBRE LA MASACRE EN PALESTINA


 

Sin duda la amable audiencia de este blog ha leido decenas de opiniones sobre lo que está sucediendo en Palestina. Cada día se suceden manifestaciones muy importantes en muchas ciudades del globo exigiendo el alto el fuego, reivindicando la paz y el cese de las masacres sobre la población civil en Palestina y en especial en la franja de Gaza. Tarso Genro, habitual colaborador de nuestro blog, ha escrito en el diario digital Sul21 un texto lúcido y demoledor sobre este tema, que ha denominado Huxley “Sem olhos em Gaza”, onde Sansão perdeu os olhos”. Contiene un análisis lúcido y plenamente compartido de la situación actual e incorpora un mensaje grave y bien fundado sobre lo terrible y peligrosos del momento histórico en el que nos hallamos. Esta es la traducción del mismo en exclusiva para lectores y lectoras de este blog, que podrán juzgar por si mismos la intensidad y la claridad del juicio que nos muestra.

“Sin ojos en Gaza” o donde Sansón perdió sus ojos

Tarso Genro https://sul21.com.br/opiniao/2023/10/huxley-sem-olhos-em-gaza-onde-sansao-perdeu-os-olhos-por-tarso-genro/

He leído decenas de artículos y he seguido los debates y las informaciones sobre Gaza con interés político, moral e histórico: con los ojos puestos en Gaza. No voy a entrar en el debate de fondo en este texto, porque no es un "debate de fondo" sobre la cuestión que podría llevarnos a un alto el fuego, a la ayuda humanitaria, a poner fin a los asesinatos de niños inocentes y a la desaparición de familias enteras en Gaza bajo los bombardeos de Netanyahu.  Hablo directamente del primer ministro porque representa no lo que es el Estado de Israel, sino lo que -por ejemplo- fue Bolsonaro aquí en Brasil, Pinochet en Chile y podría ser Milei en Argentina, cuya coalición de gobierno incluye al grupo responsable del asesinato de Isaac Rabin el 4 de noviembre de 1955, fecha que marca un brutal punto de inflexión en la política israelí en relación con la disputa por los territorios ocupados.

La lucha por la reanudación de las negociaciones y el cese del fuego sobre Gaza -como nuevo momento provisional de un drama histórico que no tiene solución a corto plazo, ni siquiera a medio plazo- es el deber moral de la izquierda, para detener la matanza, neutralizar las acciones terroristas de Hamás, prestigiar a la Autoridad Palestina, ayudar al pueblo de Israel a sustituir a su gobierno fascista, que pretende transformar el Estado de Israel en un Estado de Defensa Total, basado en un estatuto colonial imperial, que emana del Estado norteamericano como Policía Mundial. La política de legitimación de los dos Estados es el programa máximo y mínimo, en esta coyuntura, para intentar un nuevo período de paz en la región.

"Sin ojos en Gaza" es una novela de Aldous Huxley, que se publicó por primera vez en 1936. El título del libro procede de una frase de John Milton en su poema "Sansón el Antagonista", en el que el poeta relata un suceso bíblico en el que Sansón -preso de los filisteos y con los ojos quemados- es llevado a Gaza, donde es sometido a esclavitud para trabajar moliendo grano en un molino local. "La mente es su propio lugar" -decía Milton- "y por sí misma puede hacer del infierno un cielo, del cielo un infierno", un pensamiento que pudo haber tenido Sansón, ya ciego en Gaza, cuando tramaba su venganza contra los filisteos.

Sansón, ciego y esclavizado, utiliza su fuerza animal para proporcionar alimento a los nuevos dueños de su cuerpo.  Beavis es el personaje central de la novela de Huxley que, a través de su gradual desilusión con la alta sociedad que tantos privilegios le ha ofrecido, busca un sentido a la vida, reflexiones que ha hecho conmocionado por el suicidio de un amigo especial, cuyas respuestas creía encontrar en el descubrimiento del pacifismo y el misticismo. Hoy, el pobre Beavis y la pobre Gaza tienen los ojos enterrados en toneladas de cemento y los ojos y los alvéolos de su gente están resecos por el polvo mortal de las bombas de fósforo incandescente. Este es el mundo real de Gaza, que la desilusión de Beavis no pudo reparar y que las metáforas de Huxley trasladan a una vida cotidiana de guerra y muerte.

La evaluación de los "riesgos" de una guerra en el actual periodo de comunión informativa manipulada, sobre todos los temas que conciernen a las reacciones del mercado, ha desarrollado cálculos probabilísticos más aproximados de lo que "podría ocurrir", para los más ricos y los "más pobres", cuando estalle la guerra. ¿Por qué? - Porque la civilización "de los mercados -léase del mercado financiero mundial- para la acumulación de dinero ficticio, sin trabajo material inmediato, dispone de medios y técnicas para predecir el futuro próximo con mayor exactitud que en las guerras de la sociedad industrial: ¡basta que se declare una guerra para que aumente inmediatamente el valor de las acciones de las fábricas de armamento y la reinvención permanente de las tecnologías para la muerte! Esta predicción es infalible e impulsa el mundo financiero, el tráfico de armas, las empresas mercenarias, las acciones petroleras y la financiación bancaria.

En las guerras clásicas del siglo pasado, se añadieron una serie de factores a menudo incontrolables e imprevisibles, como el volumen de pérdidas humanas con el despliegue más lento de las tropas en función del terreno y del clima (sustituido hoy por drones como vanguardias tácticas de asalto), con inmensos daños materiales y humanos. Las fronteras se filtraban -lentamente- por átomos, no por "bits"; la comunicación analógica era lenta y vulnerable entre mandos y tropas, y el desplazamiento espacial en el aire era más lento y menos preciso que hoy; los tiempos cortos de los ciclos históricos rápidos ya han naturalizado la Guerra de Ucrania y la están enviando a los archivos, donde reposará un tiempo, como un bronce reservado para ser fundido en otro conflicto, para uso geopolítico de las grandes potencias militares.

Las barbaridades de la guerra en aquel periodo anterior eran más "espontáneas" y marginales a la planificación táctica de los Grandes Estados, pero en las guerras actuales son más inmediatas, planificadas, insensibles y brutales, amparadas incluso por las noticias manipuladoras de los medios de comunicación tradicionales. Las guerras de hoy interfieren directamente en los cálculos inmediatos de las grandes potencias industriales y tecnológicas, que siempre disponen de su "keynesianismo" militar para -desde el Estado- hacer pedidos al sector privado para impulsar su economía armamentística a través de la guerra. Recordemos los "bombarderos limpios" de la Guerra del Golfo y la "cueva de armas químicas y biológicas" en la Guerra de Irak. Es todo esto lo que estimula los bombardeos genocidas de Gaza, decididos por el gobierno israelí -no por el pueblo israelí-; y lo que estimula también el terrorismo de Hamás contra la población civil israelí, decidido por sus dirigentes con base fuera de Gaza -no por el pueblo palestino-.

Honestamente, no sé si esto es posible, dada la naturaleza radical del conflicto y la matanza en curso, pero sí sé que si esta no es la salida, las matanzas en Gaza sólo serán un momento tenue en una guerra sin fin en el siglo XXI, en la que la hidra del fascismo levantará su cabeza más temible para marcar este siglo como un nuevo Siglo de las Tinieblas. Y el modelo del sistema global de capital financiero que controla el mundo -el Sansón de muchos sueños y ningún ojo- encontrará su momento más paradisíaco de descanso en la industria de armamento y tecnología bélica. Para el enriquecimiento de los más ricos y la "solución final" para los más pobres.


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