Todos
hablan de la Inteligencia Artificial (IA). Da lugar a relatos de ciencia
ficción y a distopías que se previenen inminentes. El tema tiene una dimensión
geoestratégica muy importante, y desde luego incluye “amenazas al tejido mismo
de la democracia”, como señalaba Anthony Giddens en un reciente artículo
publicado en La Vanguardia (https://www.lavanguardia.com/vida/20180506/443286426188/una-carta-magna-para-la-era-digital.html)
Son muchas las iniciativas para que este ámbito de la llamada revolución
digital no se atrinchere en el espacio privado y deje entrar a lo público y al
Estado regulando su desarrollo. Por eso ahora se están poniendo en marcha
diferentes modelos de regulación que parten de una suerte de cartismo digital o
carta de derechos, una declaración de derechos que permita al menos en via de
principio equilibrar los avances de la tecnología con el respeto a derechos
democráticos básicos.
En este proceso, es evidente la
relevancia que tiene un país como Estados Unidos en donde se propulso a partir
de la experiencia de Silicon Valley el paradigma de la inversión libre
en innovación digital solo sometida al mercado global. Este período se ha
terminado, en gran parte por la concurrencia en el mismo de grandes potencias
como China que ha influido en la imposición de fuertes restricciones a la exportación
a aquel país de semiconductores y chips de inteligencia artificial, pero a su
vez genera en el llamado Occidente un razonable temor ante el uso sin más
restricciones que las que nacen de los mercados financieros y de inversión de
los mecanismos de aprendizaje automático. Estos, se dice, deben ser desarrollados
“en aras del bien común, operar sobre la base de principios de inteligibilidad
y justicia, respetar los derechos a la intimidad, basarse en amplios cambios en
el sistema educativo y no valerse de un poder autónomo para dañar, destruir o
engañar a seres humanos”, como resume Giddens en el artículo citado.
En Estados Unidos, la forma de
abordar este tema ha sido la de impulsar una declaración de derechos de IA,
basado en 8 grandes puntos. El informe sobre esta propuesta de Bill of
Rights se puede consultar en este enlace https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Blueprint-for-an-AI-Bill-of-Rights.pdf
y se remonta a hace un año. Sobre la base de estos trabajos, el pasado 30 de
octubre el presidente Biden ha promulgado una Orden Ejecutiva en la que
recoge lo fundamental de este trabajo, estableciendo un calendario de
actividades y de compromisos que deben llevar a cabo diversos organismos de su
administración y que se puede consultar aquí: (https://www.whitehouse.gov/briefing-room/presidential-actions/2023/10/30/executive-order-on-the-safe-secure-and-trustworthy-development-and-use-of-artificial-intelligence/)
En esta entrada hemos traducido la
introducción y los principios que sostienen esa Orden Ejecutiva, por entender
que se trata de un documento de gran interés. Resalta en el mismo la continua
referencia a la necesidad de que Estados Unidos hegemonice el proceso de
desarrollo de IA a nivel mundial, con la consecuente hostilidad hacia la
concurrencia de naciones como China en la acumulación de inversión en la
innovación tecnológica. Pero hay otra cuestión que merece ser atendida, y es que
frente a una mirada frecuentemente centrada en el respeto a los derechos
individuales, que es el leit motiv de la gran mayoría de las
regulaciones de protección de datos de las que se dispone y que también
impregna las proyectadas declaraciones de derechos sobre IA, el texto del
Presidente norteamericano hace un extraordinario hincapié en la necesidad del
control sindical en la introducción de nuevas tecnologías y la importancia de
la negociación colectiva en la empresa como uno de los ejes que garantizan el
respeto a los derechos democráticos. Un elemento que sin duda debería subrayarse
en la plasmación de un modelo regulativo de la IA que se acomode a los derechos
democráticos, tanto individuales como colectivos y sindicales.
Orden Ejecutiva sobre el desarrollo y la utilización
segura y fiable de la inteligencia artificial
Por la autoridad que me confieren como Presidente la
Constitución y las leyes de los Estados Unidos de América, por la presente se
ordena lo siguiente:
Sección 1. Objeto. La inteligencia artificial (IA) encierra un
extraordinario potencial, tanto prometedor como peligroso. El uso responsable de la IA tiene el
potencial de ayudar a resolver retos urgentes al tiempo que hace que nuestro
mundo sea más próspero, productivo, innovador y seguro. Al mismo tiempo, el uso irresponsable podría
exacerbar daños sociales como el fraude, la discriminación, los prejuicios y la
desinformación; desplazar y restar poder a los trabajadores; ahogar la
competencia; y plantear riesgos para la seguridad nacional. Aprovechar la IA para el bien y hacer
realidad sus innumerables beneficios exige mitigar sus considerables
riesgos. Esta empresa exige un esfuerzo
de toda la sociedad que incluya al gobierno, al sector privado, al mundo
académico y a la sociedad civil.
Mi Administración concede la máxima
urgencia a regular el desarrollo y el uso de la IA de forma segura y
responsable, y por ello está promoviendo un enfoque coordinado de todo el
Gobierno Federal para hacerlo. La
velocidad a la que avanzan las capacidades de la IA obliga a Estados Unidos a
liderar este momento por el bien de nuestra seguridad, economía y sociedad.
Al final, la IA refleja los principios de
las personas que la construyen, las que la utilizan y los datos sobre los que
se basa. Creo firmemente que el poder de
nuestros ideales, los cimientos de nuestra sociedad y la creatividad,
diversidad y decencia de nuestra gente son las razones por las que Estados
Unidos prosperó en épocas pasadas de rápidos cambios. Son las razones por las que volveremos a
triunfar en este momento. Somos más que
capaces de aprovechar la IA para lograr justicia, seguridad y oportunidades
para todos.
Sec. 2. Política y principios. La política de mi Administración es impulsar
y gobernar el desarrollo y el uso de la IA de acuerdo con ocho principios
rectores y prioridades. Al emprender las
acciones establecidas en esta orden, los departamentos y agencias ejecutivas
(agencias) deberán, según proceda y de conformidad con la legislación
aplicable, adherirse a estos principios, al tiempo que, en la medida de lo
posible, tendrán en cuenta las opiniones de otras agencias, la industria, los
miembros del mundo académico, la sociedad civil, los sindicatos, los aliados y
socios internacionales y otras organizaciones pertinentes:
(a) La Inteligencia Artificial debe ser
segura. Cumplir este objetivo
requiere evaluaciones sólidas, fiables, repetibles y estandarizadas de los
sistemas de IA, así como políticas, instituciones y, en su caso, otros
mecanismos para probar, comprender y mitigar los riesgos de estos sistemas
antes de que se pongan en uso. También
requiere abordar los riesgos de seguridad más acuciantes de los sistemas de IA
-incluidos los relacionados con la biotecnología, la ciberseguridad, las
infraestructuras críticas y otros peligros para la seguridad nacional-, al
tiempo que se navega por la opacidad y la complejidad de la IA. Las pruebas y evaluaciones, incluida la
supervisión del rendimiento posterior al despliegue, ayudarán a garantizar que
los sistemas de IA funcionan según lo previsto, son resistentes frente a usos
indebidos o modificaciones peligrosas, se desarrollan y operan de forma ética y
segura, y cumplen las leyes y políticas federales aplicables. Por último, mi Administración ayudará a
desarrollar mecanismos eficaces de etiquetado y procedencia de los contenidos,
para que los estadounidenses puedan determinar cuándo los contenidos se generan
utilizando IA y cuándo no. Estas
acciones proporcionarán una base vital para un enfoque que aborde los riesgos
de la IA sin reducir indebidamente sus beneficios.
(b) Promover la innovación responsable,
la competencia y la colaboración permitirá a Estados Unidos liderar la IA y
liberar el potencial de la tecnología para resolver algunos de los retos más
difíciles de la sociedad. Este esfuerzo
requiere inversiones en educación, formación, desarrollo, investigación y
capacidad relacionados con la IA, al tiempo que se abordan cuestiones novedosas
de propiedad intelectual (PI) y otros problemas para proteger a los inventores
y creadores. En todo el Gobierno Federal,
mi Administración apoyará programas para proporcionar a los estadounidenses las
habilidades que necesitan para la era de la IA y atraer el talento mundial de
la IA a nuestras costas -no sólo para estudiar, sino para quedarse- de modo que
las empresas y tecnologías del futuro se hagan en Estados Unidos. El Gobierno federal promoverá un ecosistema y
un mercado justos, abiertos y competitivos para la IA y las tecnologías
relacionadas, de modo que los pequeños desarrolladores y emprendedores puedan
seguir impulsando la innovación. Para
ello es necesario poner fin a la colusión ilegal y abordar los riesgos
derivados del uso por parte de las empresas dominantes de activos clave como
los semiconductores, la potencia de cálculo, el almacenamiento en la nube y los
datos para perjudicar a los competidores, y es necesario apoyar un mercado que
aproveche los beneficios de la IA para ofrecer nuevas oportunidades a las
pequeñas empresas, los trabajadores y los emprendedores.
(c) El desarrollo y el uso
responsables de la IA requieren un compromiso de apoyo a los trabajadores
estadounidenses. A medida que la IA
crea nuevos empleos e industrias, todos los trabajadores necesitan un sitio en
la mesa, también a través de la negociación colectiva, para garantizar que se
benefician de estas oportunidades. Mi
Administración tratará de adaptar la formación y la educación laboral para
apoyar una mano de obra diversa y ayudar a proporcionar acceso a las
oportunidades que crea la IA. En el
propio lugar de trabajo, la IA no debe desplegarse de forma que socave los
derechos, empeore la calidad del empleo, fomente la vigilancia indebida de los
trabajadores, reduzca la competencia en el mercado, introduzca nuevos riesgos
para la salud y la seguridad o cause perturbaciones perjudiciales en la mano de
obra. Los próximos pasos críticos en el desarrollo de la IA deben basarse en
las opiniones de los trabajadores, los sindicatos, los educadores y los
empresarios para apoyar usos responsables de la IA que mejoren la vida de los
trabajadores, aumenten positivamente el trabajo humano y ayuden a todas las
personas a disfrutar de forma segura de los beneficios y las oportunidades de
la innovación tecnológica.
(d) Las políticas de Inteligencia
Artificial deben ser coherentes con la dedicación de mi Administración a
promover la equidad y los derechos civiles.
Mi Administración no puede tolerar, y no lo hará, el uso de la IA para
perjudicar a aquellos a los que ya se les niega con demasiada frecuencia la
igualdad de oportunidades y la justicia. Desde la contratación hasta la
vivienda y la atención sanitaria, hemos visto lo que ocurre cuando el uso de la
IA agrava la discriminación y los prejuicios, en lugar de mejorar la calidad de
vida. Los sistemas de Inteligencia Artificial desplegados de forma
irresponsable han reproducido e intensificado las desigualdades existentes, han
causado nuevos tipos de discriminación perjudicial y han exacerbado los daños
físicos y en línea. Mi Administración se basará en los importantes pasos que ya
se han dado -como la publicación del Plan para una Declaración de Derechos de
la IA, el Marco de Gestión de Riesgos de la IA y la Orden Ejecutiva 14091 de 16
de febrero de 2023 (Fomento de la Equidad Racial y Apoyo a las Comunidades
Desatendidas a través del Gobierno Federal)- para tratar de garantizar que la
IA cumpla todas las leyes federales y promover evaluaciones técnicas sólidas,
una supervisión cuidadosa, el compromiso con las comunidades afectadas y una
regulación rigurosa. Es necesario responsabilizar a quienes desarrollan e
implantan la IA de las normas que protegen contra la discriminación ilegal y
los abusos, incluso en el sistema judicial y el Gobierno Federal. Sólo entonces podrán los estadounidenses
confiar en que la IA promueva los derechos civiles, las libertades civiles, la
equidad y la justicia para todos.
(e) Deben protegerse los intereses de
los estadounidenses que utilizan, interactúan o compran cada vez más IA y
productos con IA en su vida cotidiana. El uso de nuevas tecnologías, como
la IA, no exime a las organizaciones de sus obligaciones legales, y las
protecciones al consumidor que tanto ha costado conseguir son más importantes
que nunca en momentos de cambio tecnológico. El Gobierno Federal hará cumplir
las leyes y principios existentes de protección de los consumidores y
promulgará las salvaguardias adecuadas contra el fraude, los prejuicios
involuntarios, la discriminación, las infracciones de la privacidad y otros daños
derivados de la IA. Estas protecciones son especialmente importantes en ámbitos
críticos como la sanidad, los servicios financieros, la educación, la vivienda,
el derecho y el transporte, donde los errores o el mal uso de la IA podrían
perjudicar a los pacientes, suponer un coste para los consumidores o las
pequeñas empresas, o poner en peligro la seguridad o los derechos. Al mismo
tiempo, mi Administración promoverá usos responsables de la IA que protejan a
los consumidores, aumenten la calidad de los bienes y servicios, reduzcan sus
precios o amplíen la selección y disponibilidad.
(f) La privacidad y las libertades
civiles de los estadounidenses deben protegerse a medida que la IA sigue
avanzando. La Inteligencia
Artificial está facilitando la extracción, reidentificación, vinculación,
inferencia y actuación sobre información sensible acerca de la identidad,
localización, hábitos y deseos de las personas. Las capacidades de la
Inteligencia Artificial en estas áreas pueden aumentar el riesgo de que los
datos personales puedan ser explotados y expuestos. Para combatir este riesgo,
el Gobierno Federal se asegurará de que la recopilación, el uso y la retención
de datos sean legales, estén protegidos y mitiguen los riesgos para la
privacidad y la confidencialidad. Las agencias utilizarán las herramientas
políticas y técnicas disponibles, incluidas las tecnologías de mejora de la
privacidad (PET) cuando proceda, para proteger la privacidad y combatir los
riesgos legales y sociales más amplios -incluido el enfriamiento de los
derechos de la Primera Enmienda- que resultan de la recopilación y uso
indebidos de los datos de las personas.
(g) Es importante gestionar
los riesgos del propio uso de la IA por parte del Gobierno Federal y aumentar
su capacidad interna para regular, gobernar y apoyar el uso responsable de la
IA para ofrecer mejores resultados a los estadounidenses. Estos esfuerzos
comienzan con las personas, el mayor activo de nuestra nación. Mi
Administración tomará medidas para atraer, retener y desarrollar profesionales
de la IA orientados al servicio público, incluidos los procedentes de
comunidades desatendidas, en todas las disciplinas -incluidos los campos de la
tecnología, la política, la gestión, la contratación, la regulación, la ética,
la gobernanza y el derecho- y facilitará el camino de los profesionales de la
IA hacia el Gobierno Federal para ayudar a aprovechar y gobernar la IA. El
Gobierno Federal trabajará para garantizar que todos los miembros de su fuerza
de trabajo reciban la formación adecuada para comprender los beneficios,
riesgos y limitaciones de la IA para sus funciones laborales, y para modernizar
la infraestructura de tecnología de la información del Gobierno Federal,
eliminar los obstáculos burocráticos y garantizar que se adopte, despliegue y
utilice una IA segura y respetuosa con los derechos.
(h) El Gobierno Federal debe
liderar el camino hacia el progreso social, económico y tecnológico global,
como lo ha hecho Estados Unidos en épocas anteriores de innovación y cambio disruptivos.
Este liderazgo no se mide únicamente por los avances tecnológicos de nuestro país.
Un liderazgo efectivo significa también ser pionero en los sistemas y
salvaguardias necesarios para desplegar la tecnología de forma responsable, y
construir y promover esas salvaguardias con el resto del mundo. Mi
Administración se comprometerá con aliados y socios internacionales a
desarrollar un marco para gestionar los riesgos de la IA, liberar el potencial
de la IA para el bien y promover enfoques comunes para los retos compartidos.
El Gobierno Federal tratará de promover principios y acciones responsables de
seguridad y protección de la IA con otras naciones, incluidos nuestros
competidores, al tiempo que lidera conversaciones y colaboraciones globales
clave para garantizar que la IA beneficie a todo el mundo, en lugar de
exacerbar las desigualdades, amenazar los derechos humanos y causar otros
daños.
Paco Rodríguez de Lecea
ResponderEliminarNo sé cómo responderán los sindicatos a un desafío tan urgente. Hay pocos síntomas de compromiso visibles.
Livina Fernández Nieto
ResponderEliminar¡Qué temazo!