La
referencia a la obra de Brecht tiene que ver también con el contexto en
el que se produjo. La ópera se estrenó en el Neues Theater de Leipzig el 9 de
marzo de 1930, con tumulto en el auditorio. Simpatizantes de la NSDAP
entorpecieron la presentación y solo con esfuerzos y disciplina la pieza pudo
ser finalizada. Se interpretó en Berlín en diciembre del año siguiente. La
ópera fue prohibida por los nazis en 1933 y no tuvo ninguna reposición
significativa hasta los años sesenta. Hoy cobra actualidad ante los resultados
electorales del 9 de junio. Una ciudad construida por y para el dinero con demasiada
calma y demasiada armonía/ porque hay demasiadas cosas a las que agarrarse. Europa
como continente de la libertad económica que debe ser el espacio de garantía de derechos sociales y laborales
avanzados si no quiere caminar hacia el abismo. Y en estas elecciones, la Unión
Europea se ha asomado al abismo, pero no se ha arrojado por él, como gráficamente ha señalado
el Comunicado de CCOO ante el resultado de las elecciones europeas que puede consultarse aquí: (https://www.ccoo.es/noticia:696733--CCOO_pide_que_se_excluya_a_la_extrema_derecha_de_la_gobernabilidad_europea_y_que_se_apueste_por_una_profundizacion_del_modelo_social_europeo&opc_id=8c53f4de8f8f09d2e54f19daf8d8ed95)
Los resultados son sencillos de
explicar, más allá del énfasis que ponen en el triunfo de la extrema derecha
algunos medios de comunicación. En síntesis, enorme abstención, demostrando que
la ciudadanía de los diferentes países que componen el mosaico europeo no se
sienten concernidos por obtener una representación adecuada en el Parlamento, mantenimiento
sin excesivos cambios de los partidos socialdemócratas y de la izquierda,
derrumbe de los liberales y de los verdes, lo que es especialmente llamativo
ante la necesidad de desarrollar la transición ecológica y el Pacto Verde
Europeo, y consolidación de la hegemonía del Partido Popular Europeo. La
diferencia está en el crecimiento de las opciones de ultraderecha y
neosoberanistas que sin embargo no ha tenido el alcance general que muchos
temían, aunque si aparece con fuerza en Italia – donde sin embargo el Partido
democrático se consolida y emerge con fuerza la Alianza de Verdes e Izquierda -
, Francia – en la que se han convocado elecciones generales para el 30 de junio
ante el avance del Frente Nacional de Le
Pen– y Alemania, donde el retroceso de los socialdemócratas es muy neto unido a
la fuerte presencia en el Este de la ultraderecha.
Como se sabe, la aritmética
parlamentaria posibilita que se siga manteniendo el bloque de gobernanza hasta
ahora llevado a cabo, que agrupa a Populares, Liberales y Socialdemócratas, con
apoyos puntuales de los Verdes. Pero el aumento de las opciones de ultraderecha
sin duda puede condicionar (aunque no necesariamente determinar) las políticas
sociales y sobre todo las medidas de respeto y garantía de derechos humanos, en
especial el derecho antidiscriminatorio de la Unión, sin dejar de mencionar el
tema de la inmigración y el derecho de asilo. En este sentido, es importante lograr
que la extrema derecha no integre la gobernabilidad de la Unión Europea. Este
es el sentido del comunicado que ha efectuado CCOO una vez conocido el
resultado de las elecciones europeas, según el cual la UE tiene que desplegar
un cordón sanitario en su gobierno frente a las distintas familias
ultraderechistas. Pero también se debe poner en valor la continuidad de una
política social que ha ido desarrollando aspectos importantes del Pilar Europeo
de Derechos Sociales y que debe aún encontrar nuevos elementos de avance y
concreción. Y las transformaciones socio-económicas en marcha, la transición
digital o la energético-ecológica, deben hacerse protegiendo a la ciudadanía y
a las comunidades, sin que quepan pasos atrás o se renuncie a la autonomía estratégica
en materia de energía.
El otro gran interrogante abierto
es el que plantea la disyuntiva clásica entre la guerra y la paz. El peso que
han obtenido las distintas familias ultraderechistas, unido a la consideración
atlantista de Francia, italia y Alemania, que consideran Israel como una
potencia aliada y cuya integridad debe ser preservada en todo caso, hace que la
respuesta europea al genocidio que está llevando a cabo Israel en Gaza, y que
puede asumir formas de presión importantes, desde el reconocimiento del Estado
de Palestina a la suspensión del acuerdo de comercio con Israel, entre otras
medidas, sea de difícil consecución. La otra guerra pendiente, la de Ucrania,
lleva aparejada la escalada armamentística y el incremento del gasto militar,
cuando no decisiones importantes en orden a la reinstalación de la conscripción
obligatoria, pero la oposición a este crecimiento del gasto militar encontrará
también serias dificultades en un Parlamento en el que la ultraderecha
presionará previsiblemente a favor del incremento militar.
En todo caso, la constitución del
nuevo Parlamento y después el de la Comisión, no puede detener un camino de reformas.
Como ha señalado Esther Lynch, la secretaria general de la CES, “estos
resultados aclaran que Europa debe resolver urgentemente la inseguridad
económica y social que está detrás de la creciente ira y miedo de nuestras
sociedades”. Lo contrario supondrá incentivar el miedo y la inseguridad basada
en la desinformación, caldo de cultivo de ese crecimiento de posiciones agresivas
y hostiles al feminismo, al sindicalismo y a los derechos humanos básicos. Europa
no debe imitar a la ciudad de Mahagonny y su culto al dinero y a la
permisividad de la violencia del dominio de clase.
En lo que se refiere a España,
estas reflexiones son también aplicables en líneas generales a los resultados
obtenidos el domingo 9 de junio. Una enorme abstención que denota el desinterés
de la ciudadanía por incorporarse al debate político que tiene como referencia el
espacio europeo. Algo que ha sido fomentado, como se ha señalado en estas
páginas, por el propio discurso de las principales fuerzas de la oposición de
derechas y en el que el PSOE como partido mayoritario de gobierno ha incurrido también,
arrastrando hacia ese terreno a todas las fuerzas en liza. El bipartidismo se
refuerza a juzgar por la concentración de voto en el PP y en el PSOE,
desaparecido ya ese tercer personaje incómodo para la derecha que era
Ciudadanos. Pero también se asienta de manera muy neta la ultraderecha de VOX,
a la que se ha incorporado una excrecencia representativa encarnada en un
personaje repulsivo especializado en mentiras y falsedades que propone
decisiones claramente antidemocráticas y violentas.
Pero ese tándem de la derecha
extrema y la extrema derecha no llega a instalarse con plenitud en un escenario
marcado fundamentalmente por la resistencia de PSOE, que se mantiene en un
30,19% de los votos, frente al 34% del PP, pero en el que confluyen elementos significativos
de la izquierda soberanista nacionalista que sostiene la mayoría gubernamental,
junto a actores nacionalistas conservadores que también cooperan a esta
mayoría, y el espacio de la izquierda del PSOE escindido y en pugna entre
Podemos y Sumar, que ha dado un resultado muy modesto en términos de votos y de
participación, 571.000 votos frente a 811.000, con la consecuencia de que entre
ambos solo consiguen 5 diputados (frente a los seis que logró Unidas Podemos en
2019) y que Izquierda Unida, cuyo candidato ocupaba el cuarto puesto en la
lista de Sumar, no ha tenido representación en el Parlamento Europeo.
Lo que en definitiva es un retroceso significativo de la izquierda plurinacional en su conjunto, se ha traducido en una crisis importante en la coalición Sumar, que por el momento se ha plasmado en la dimisión de la secretaria general de esta agrupación, Yolanda Díaz, ante estos resultados, si bien permaneciendo en el cargo de Vicepresidenta y de Ministra de Trabajo sin abrir por tanto una crisis en el gobierno. Las críticas ante la forma en la que se han formado las candidaturas en las elecciones europeas y la parquedad del resultado, resaltadas por los creadores de opinión con indudable efecto dentro de los grupos que componen Sumar, con especial incidencia en Mas Madrid, han acelerado la apertura de un momento de crisis que sin duda plantea la necesidad de una nueva etapa de Sumar, cuyo liderazgo tanto a nivel nacional como internacional estaba muy ligado a la figura de Yolanda Díaz. Además, la división producida tras el 23 de julio y la retirada al grupo mixto de los diputados de Podemos permitía que el resultado de las elecciones se pudiera leer como la recuperación de este partido y el inicio de la reconquista del espacio de la izquierda del PSOE, lo que requería la debilitación de los apoyos a Sumar y en especial a su grupo dirigente. En este conflicto interpartidario, la dimisión de Yolanda Diaz como responsable político de Sumar ante el resultado electoral, contribuye a debilitar este proyecto y en consecuencia la simple presencia de dos diputados de Podemos en el Parlamento se lee por parte de este grupo como un triunfo de sus tesis, pese a lo magro de sus resultados que habría requerido una reflexión crítica por parte de ese grupo en otro contexto.
En líneas generales, sin embargo,
el resultado en España no es devastador, y la relación entre las fuerzas de la
mayoría parlamentaria que sostiene el gobierno y las que se oponen a él desde
la derecha y la ultraderecha, no está muy desequilibrada, aunque la balanza se
incline hacia este polo conservador. Sin embargo, sería conveniente que Sumar
ganara espacio social y electoral, y para ello urge recuperar una agenda social
vigorosa, empezando por la reducción de la jornada legal de trabajo, las
políticas de acceso a la vivienda y una agenda de profundización democrática,
como ha defendido CCOO en el comunicado publicado tras las elecciones europeas.
Una propuesta de acción que ha enunciado de manera muy neta Yolanda Díaz como
prioridades de su acción institucional en el gobierno a través de cinco
objetivos prioritarios: la rebaja de los precios del alquiler; la reducción de
la jornada laboral; la ampliación de los permisos retribuidos y la aprobación
de una prestación universal por crianza; el despliegue de una reforma fiscal; y
"asegurar la paz, parar el genocidio en Palestina y que Netanyahu rinda
cuentas ante la Corte Penal”.
Queda por consiguiente ahora a
nivel nacional estatal un tiempo largo de acción en el que el gobierno, hasta
ahora varado en los sucesivos desembarcos electorales, debe intervenir. Ese es
el único modo de ir socavando esa pulsión realmente aulolesionista de colectivos
ciudadanos que perciben un deterioro importante de sus expectativas de vida y
se decantan por apoyar soluciones simples y violentas muchas veces inmersas en
un contexto de realidades paralelas y de desinformación y que conducen a una
visión autoritaria y agresiva de la forma de gobernar. Hay reformas que buscan
la recuperación de derechos democráticos básicos – la derogación de la Ley
Mordaza, la renovación del CGPJ, una ley de transparencia informativa que haga
imposible la contaminación mediática actual – que son fundamentales. Y atender
al tema de la inmigración mediante una amplia regularización de inmigrantes que
residen ya en España y sin los cuales muchos trabajos en sectores como la
agricultura o los servicios personales serían impracticables, y que no pueden
seguir estando en su mayor parte en el espacio del empleo irregular.
España no puede ser tampoco la
ciudad de Mahagonny imaginada por Brecht, que tiene de todo si tenéis
dinero / así hay de todo / pues todo está a la venta / y no hay nada que no
pueda comprarse/ y sin dinero nada/ pues el dinero es lo único a que agarrarse.
Dejemos esa distopia para la ciudad de Madrid en el reino de la libertad de
Díaz Ayuso. El gobierno de coalición, tras superar esta prueba
electoral, tiene que iniciar por fin la tarea a la que se comprometió tras las
elecciones de julio y por lo que aun hoy aparece en Europa como un ejemplo de coherencia
y de buen hacer. Pese a todas las dificultades que se le plantean tanto sus
adversarios como sus socios y a los acontecimientos externos que puedan ir
sucediendo en el inmediato futuro.
Un estupendo análisis de los resultados electorales, en mitad de un páramo informativo más centrado en aspectos periféricos y anecdóticos que no nos ayudan a pensar situaciones como ésta: https://www.lanzadigital.com/provincia/ciudad-real/se-acabo-la-fiesta-consigue-ser-la-cuarta-fuerza-mas-votada-en-77-municipios-de-ciudad-real/.
ResponderEliminarBuen análisis que deja un sabor agrio por el avance de la derecha en Europa y muchas tareas a la izquierda europea y española.
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