Continúa
la campaña y la derecha insiste en considerar las elecciones del 9 de junio como
unas elecciones generales, en las que se dirime plebiscitariamente la
continuidad del gobierno PSOE-SUMAR, con especial aprensión hacia su presidente,
Pedro Sánchez. Eso hace que la política nacional siga siendo el eje de
los debates en los medios de comunicación. El segundo gran tema que surge es el
crecimiento de la ultraderecha, que en esta cita electoral además se presenta
representada no sólo por VOX sino por un conocido farsante y manipulador, un
tal Alvise Pérez, que tiene una red de casi medio millón de seguidores y
que en las encuestas aparece como la quinta fuerza de preferencia de los
votantes.
La quiebra de la funcionalidad de
los mecanismos de representación política y su corrupción a través de instrumentos
de manipulación eficaces que degradan la cultura ciudadana democrática es un
elemento ciertamente preocupante, pero que desvía el terreno de la discusión al
de la lucha ideológica y la oposición entre modelos culturales de
representación general de los intereses de la ciudadanía, un tema que se aleja
de los elementos materiales que conforman la cotidianeidad de los problemas que
acechan en la existencia de las personas. Sin embargo, no estaría de más
recordar que se ha aprobado en abril de este año el Reglamento (UE) 2024/1083 del
Parlamento europeo y del Consejo de 11 de abril de 2024 por el que se establece
un marco común para los servicios de medios de comunicación en el mercado
interior y se modifica la Directiva 2010/13/UE (Reglamento Europeo sobre la
Libertad de los Medios de Comunicación), que aunque privilegia el enfoque de la
libertad del mercado en los medios de comunicación como empresas, en la línea
de considerar los medios de comunicación ante todo como una iniciativa económica
sometida a las libertades de empresa y de servicios, no puede dejar de
reconocer que también está en juego “el derecho a recibir o comunicar
informaciones y la obligación de respetar la libertad y el pluralismo de los
medios de comunicación, con arreglo al artículo 11 de la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, leído en relación
con su artículo 22, que obliga a la Unión a respetar la diversidad cultural,
religiosa y lingüística”,
El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha señalado que, en un sector tan sensible como el de los medios de
comunicación audiovisual, además de su deber negativo de no injerencia, los
poderes públicos tienen la obligación positiva de establecer un marco legislativo
y administrativo adecuado que garantice un pluralismo de los medios de
comunicación efectivo, y dentro de esta efectividad, la comunicación fiable es
esencial. Además de ello, “Los accionistas y otras partes privadas con
intereses en prestadores de servicios de medios de comunicación podrían actuar
de maneras que rompan el necesario equilibrio entre su propia libertad de
empresa y la libertad de expresión, por un lado, y la libertad de expresión
editorial y los derechos de información de los usuarios, por otro, al perseguir
una ventaja económica o de otro tipo. Dado el papel social que desempeñan los
medios de comunicación, esta injerencia indebida podría afectar negativamente
al proceso de formación de la opinión pública”.
Por ello, “es crucial que los
destinatarios de servicios de medios de comunicación sepan con certeza a quién
pertenecen los medios de comunicación y quién está detrás de ellos, de modo que
puedan detectar y entender posibles conflictos de intereses. Esto es un requisito
previo necesario para formarse opiniones bien fundadas y, como consecuencia,
para participar activamente en una democracia. Esa transparencia es asimismo un
instrumento eficaz para desincentivar y por consiguiente limitar el riesgo de
injerencia con la independencia editorial”. Desde este marco de sentido, es imprescindible
que se establezca una norma que exija la transparencia en este sector de los
medios de comunicación que se exigen para otras instituciones o corporaciones.
Es importante en efecto conocer los gastos e ingresos contables de la empresa
editorial y quienes son sus accionistas, sin que quepa seguir manteniendo la
opacidad con la que hoy se despacha el tema en nuestro país. Hay fuertes
evidencias que con dinero público se están financiando proyectos de intoxicación
mediática, como ha señalado recientemente Unai Sordo (https://www.infolibre.es/videolibre/como-lo-ve/unai-sordo-llaman-medios-configuran-maquinas-mentir-manipular_1_1806707.html),
y se generan verdaderas maquinarias de mentir y de manipular que incentivan
posiciones claramente antidemocráticas que cuentan sin embargo con una multitud
de seguidores, como en el caso de la lista electoral Se acabó la Fiesta a
la que se ha hecho referencia.
Esa obsesión por ignorar Europa
como espacio de debate y de construcción política, reduciendo el momento
electoral a una reedición de los comicios nacionales que prolongan así las
sucesivas convocatorias autonómicas que hemos tenido en Galicia, Euskadi y
Catalunya desde comienzos de año, degradan el momento de decisión global de la
ciudadanía europea a una fase mas de un cuestionamiento interno de los
resultados obtenidos en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, y se
corresponde con la continua lluvia de pronósticos electorales que se llevan realizando
desde comienzos de año en una sucesión de encuestas realmente abrumadoras. De
esta manera, se llega a una situación paradójica, porque si bien las cifras dicen que el 83% de los
españoles se consideran ciudadanos europeos, once puntos por encima del
promedio de la UE, en el momento en el que se puede debatir sobre los proyectos
que sostienen diferentes visiones sobre la función y los objetivos del espacio
supranacional europeo, el discurso hegemónico entre los medios, que marcan fundamentalmente
las fuerzas de la derecha y en especial el Partido Popular, se centra en la
discusión nacional, sobre elementos muy limitados – corrupción, amnistía como
cesión al chantaje separatista – sin que tampoco se aborden políticas concretas
desarrolladas en este nivel – la situación de la economía, la fortaleza del
mercado de trabajo, la política fiscal, etc.
Ignorando a Europa además se
evita una reflexión crítica sobre los retos inmediatos que plantea el retorno a
una “normalidad” en la gobernanza económica que impide la reforma de elementos
centrales de la estructura constitucional europea, la inclusión de una cláusula
social en los Tratados que inmunice la tendencia dominante a considerar el
trabajo como la variable de ajuste ante las crisis económicas. La defensa de
una Europa Social, que en esta última legislatura europea, con la suspensión del
pacto de estabilidad y la adopción de los fondos Next Generation ha
sabido desarrollar partes importantes del Pilar Social Europeo, al punto de que
una parte significativa de los iuslaboralistas europeos hablan de un momento
especialmente feliz en la producción normativa de la UE, tiene que ser
considerada un elemento irrenunciable en la nueva conformación del Parlamento
europeo, lo que sin embargo parece puesto en peligro por las preocupantes
predicciones de voto.
Unas predicciones de voto que
hablan de la renacionalización de Europa, del abandono de propuestas de
desarrollo europeo estratégico fundamentalmente en el espacio geopolítico y
económico global. Ese peligro es evidente. Pero también es necesario recordar
que el giro armamentista y belicista de la Unión Europea en relación con la
invasión rusa y la estabilización de la guerra en Ucrania plantea problemas muy
acuciantes a las perspectivas pacifistas y progresistas de la izquierda, además
de la complaciente actitud de los dirigentes de la Unión – y de los gobiernos de
Alemania, Francia e Italia – ante la impunidad de los crímenes de guerra y del
genocidio en Gaza.
Todo ello hace apasionante el
momento político que propicia un debate profundo sobre Europa y que estas
elecciones del 9 de junio deberían acoger. Lamentablemente, no parece esa ser
la tónica general por la que se mueven las informaciones que posibilitan la
creación de opinión de la ciudadanía. Y los mítines y encuentros electorales –
entre los que destacan los de SUMAR como una formación que aborda críticamente la
actuación política que se debe llevar a cabo en ese espacio supranacional – no consiguen
aglutinar la suficiente masa crítica sobre este particular. Nada de extrañar,
porque en este mismo blog se ha podido apreciar este desinterés. De hecho, la
entrada anterior sobre las elecciones europeas ha sido la que menos visitas ha
recibido de todas las publicadas en los últimos dos años.😌
Lo que no produce sin embargo un
efecto disuasorio en esta serie de opiniones y comentarios sobre las elecciones
europeas. À suivre le prochain numéro.
La verdad es que estoy desconcertado y temeroso. No creia que íbamos a llegar a esto por mucho que nos advirtieron de que la democracia tiene una piel muy fina. Respecto a ucrania no se como encajar el pacifismo, sin olvidar los beneficios economicos del armamentismo...respecto a Gaza aparte de estar asombrado y apesadumbrado por las muertes y el sufrimiento que se está produciendo, el odio generado, creo que buscado por los dirigentes actuales de Israel y los de Hamas, durará generaciones.
ResponderEliminarEsperemos que el domingo no suponga un retroceso de la idea europea. Buenas noches.