jueves, 7 de noviembre de 2024

TRUMP Y EL NUEVO ESPÍRITU DEL PUEBLO EN LA DEMOCRACIA LIBERAL (HABLA TARSO GENRO)

 


Todos hablamos del nuevo presidente de Estados Unidos, la gran potencia mundial en cuya órbita se mueve la política exterior española y europea. Sobre las múltiples opiniones que desde el martes se han ido recogiendo en los periódicos, este blog publica ahora la traducción de un artículo de Tarso Genro, bien conocido de los lectores, que en otras muchas ocasiones nos ha honrado con la publicación de sus textos en esta misma bitácora. La repercusión que esta elección ha tenido en Latinaomérica es también inmensa, no solo en Argentina, con el rpesidente Milei lanzando fuegos artificiales de júbilo ante la misma, sino también en Brasil, donde Bolsonaro considera esta elección como el anticipo de su propia revancha en las presidenciales del 2026. Este es el corto pero siemtpre interesante análisis sobre el terreno del político e intelectual brasileño.

TRUMP Y EL NUEVO ESPÍRITU DEL PUEBLO EN LA DEMOCRACIA LIBERAL

Tarso Genro

Dentro de los estándares normales de la democracia representativa y de las normas de respeto a las reglas mínimas de una democracia política reconocida como legítima en el siglo XXI, puede decirse que Trump ganó dentro de las reglas del juego. La democracia liberal es cada vez más difícil de aceptar universalmente y de aplicar coherentemente, basándose en sus ideas «fundacionales» y en sus presupuestos de la razón ilustrada. Su actual estado de decadencia ya no convence a nadie,

Precisamente por este fracaso, se están creando mayorías que no son «inconscientes» de esos objetivos humanistas, sino que son activas en exterminarlos -militantemente- por completo, para disfrutar del otro lado -el de los dominantes- en una existencia desprotegida, comandada por la ira y el resentimiento. Este es, para usar una fórmula hegeliana, el nuevo espíritu del pueblo de la mayoría de la nación norteamericana, formado por muchas guerras, la producción de cursos de tortura en el exterior y el uso de la violencia sin límites para subyugar pueblos y consolidar intereses hegemónicos.

Al amanecer, busqué un texto que me sirviera para reflexionar sobre la nueva catástrofe del siglo. Yo era de los que pensaba que la elección de Kamala Harris, por una mayoría política democrática en la sociedad norteamericana, podía suponer un buen apoyo para la lucha contra el neofascismo, que está emergiendo en todos los rincones del planeta. Cuando Hitler y Mussolini llegaron al poder, la idea de que el espectro del comunismo «se cernía sobre Europa» fue lo suficientemente fuerte como para que los movimientos de los países capitalistas hegemónicos aprobaran el nazi-fascismo en ascenso.

Soy de los que pensó que si la mayoría del pueblo estadounidense no era subyugada por la farsa «trumpista» del fascismo y Kamala ganaba, esta condición nos ayudaría -en todo el mundo- a fortalecer la lucha contra la cultura del extremismo de derecha que hoy azota el planeta. La política exterior imperial-colonial de EEUU, en caso de victoria de Kamala, no tendría diferencias esenciales con lo que es y será Trump para el resto del mundo, pero la «nación civil» norteamericana podría jugar el mismo papel histórico que jugó la mayoría del pueblo norteamericano al final de la guerra de Vietnam. Ayudó -en aquella ocasión- a la victoriosa solidaridad global que condujo a la derrota, en Asia en ebullición, de la mayor potencia militar del mundo.

El artículo fue escrito antes del recuento que dio la victoria a Trump (Narbona, 2024): «Donald Trump está cerca de la presidencia de Estados Unidos. A sus votantes no les importa que sea racista, xenófobo, misógino, autoritario, sexista y un criminal convicto. De hecho, le votaron por esa razón. Estados Unidos, blanco y protestante, no soporta la diversidad que circula por la «tierra de los hombres libres y el hogar de los valientes». Los inmigrantes latinos con papeles tampoco sienten simpatía por sus compatriotas. El bote salvavidas está demasiado lleno y podría hundirse si recoge a más gente. Los hombres resienten la creciente influencia de las mujeres, y los amantes de las armas no soportan la idea de que se impongan restricciones, a pesar de los 600 tiroteos anuales.» [1]

En la mañana gris de mi visión impactada por la victoria de Trump (que ciertamente lleva a la democracia liberal estadounidense y a su «estado de derecho» muy cerca del abismo), no me aventuro a opinar sobre las consecuencias históricas a largo plazo de su victoria, sino que solo pretendo contribuir a la formación de un mínimo sentido común en la izquierda sobre esta derrota de la democracia liberal. Para comprender mejor la nueva situación y colaborar con esta reflexión en la izquierda, tengo dos impresiones: una sobre las cuestiones nacionales brasileñas en este contexto, y otra sobre la importancia externa de la derrota de Kamala Harris.

La inseguridad en general, social, militar y en la esfera pública, se ha convertido en un tema central de la política moderna, aquí y en toda América Latina, lo que me hace pensar en dos problemas: si el gobierno Lula no resuelve lo que va a ser el Plan Inmediato de Seguridad Pública, ya a principios del próximo año (más allá de las reformas constitucionales que tardarán por lo menos tres años en ser aprobadas e implementadas); y si el gobierno no consigue dar un destino aceptable y legítimo al marco fiscal (a falta de cualquier otra propuesta que pueda ser aprobada en el Congreso) la misma victoria de Trump - con el mismo sentido fascista y reaccionario - podría ocurrir aquí en Brasil a partir de las elecciones de 2026.

Las repercusiones externas de la derrota de Kamala Harris pueden verse a simple vista, en dos direcciones: Una de carácter económico, con la fuerte reanudación del proteccionismo norteamericano, que podría ayudar a rediseñar el sistema de alianzas de China fuera del continente africano y, por otro lado, interfiriendo aún más agresivamente para utilizar el «keynesianismo» militar de la «era Bush», con altas tasas de crecimiento de la industria militar - en términos de equipos, armas y otros insumos para el sostenimiento de guerras de largo aliento - fortalecida con nuevas tecnologías para el sector bélico. El nuevo mundo que nos espera está tan lejos de la utopía farsesca del «american way of life» como de las ideas de la socialdemocracia, erigidas heroicamente en el siglo pasado.

 



[1] NARBONA, Rafael.(@Rafael_Narbona). EL PROBLEMA NO ES SOLO DONALD TRUMP. Madrid (Espanã), 6 de nov de 2024.Disponible en https://x.com/Rafael_Narbona/status/1854112242284851692?t=fwmXVDzZkO-oRNCAi6foyw&s=08.  Acesso em: 6 de nov de 2024

1 comentario:

  1. Donald J. Trump, el nuevo rey Ciro....Donald J. Trump....¿Recibe menos "cartas cariñosas" que Katalin Karikó?

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