La
dictadura franquista tuvo como rasgo característico su odio de clase hacia los
trabajadores, que se manifestó en la represión de las organizaciones obreras y
la persecución policial y penal contra cualquier foco de resistencia y de organización
de los trabajadores. Esta es una historia que no se enseña en las escuelas ni
se recuerda en los programas que hablan del franquismo. La represión llevaba aparejada
detenciones, torturas policiales, cárcel y pérdida del puesto de trabajo. El
ensañamiento del franquismo y de sus aparatos represivos – en especial la
policía y los jueces – sobre los trabajadores se reproducía alargadamente en la
cobertura mediática y televisiva que sistemáticamente ocultaba, falseaba y
manipulaba la realidad. Por eso siempre es necesario recuperar la memoria de
esta larga noche de piedra como la definió el poeta gallego Celso Emilio Ferreiro. Y hoy, 13 de
septiembre, es el momento de recordar el asesinato de Pedro Patiño, que efectuó la Guardia Civil en 1971.
En septiembre de 1971 las
Comisiones Obreras habían convocado una huelga en el sector de la Construcción
de Madrid para tratar de mejorar las lamentables condiciones en las que se
trabajaba en la rama. En la mañana del día 13, a primera hora, tres hombres
reparten propaganda a favor del paro. La Guardia Civil se acerca e impunemente
dispara sobre uno de ellos, causándole la muerte. Se llamaba Pedro Patiño, un
albañil militante de las Comisiones Obreras y comunista. Había emigrado, como
tantas otras personas, desde un pueblo de Toledo para buscarse la vida. Todavía
no había cumplido los 34 años. Dejó viuda y dos hijos pequeños. Las autoridades
franquistas impidieron que su familia, sus compañeros y personas allegadas
pudieran estar presentes mientras se le enterraba. El periódico del PCE.
"Mundo Obrero", publicó el nombre del guardia civil que asesinó a
Patiño. No hubo castigo alguno. La muerte de Pedro Patiño continúa impune.
El asesinato de Pedro Patiño tuvo
un largo episodio judicial en el que resultó ejemplar la figura del abogado Jaime Miralles que demandó justicia
para la familia, su viuda Dolores Sancho
y sus dos hijos de 3 y 4 años de edad, que aparecen en la foto que sirve de
portada. Este episodio ha sido descrito por Ramón Sáez en un artículo titulado “El homicidio del militante
comunista Pedro Patiño y la actuación del abogado defensor Jaime Miralles. Un
episodio de la represión y de la lucha por la justicia”, que fue publicado en
la revista Jueces para la Democracia Nº
67, 2010, págs. 20-33, y constituye un texto fundamental para conocer, de
manera exhaustiva, la complicidad del sistema con la iniquidad y el sufrimiento
de los que consideraba clases subalternas y enemigas, la negación de los
derechos civiles y procesales básicos, la desvergüenza de los funcionarios de aquel Estado.
El texto de puede encontrar y leer descargándolo aquí http://www.transicion.sbhac.net/Olvido/RSaez.pdf
La memoria de Pedro Patiño debe ser recordada hoy porque no
olvidar es la condición para conocer el pasado y sacar conclusiones sobre el
presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario