Comienza a abrirse camino en las redes sociales y en
algunos digitales la percepción de que la crisis de Catalunya, su enconamiento
final y el acaparamiento del material informativo que se expresa en todos los
medios de comunicación oficiales, está impidiendo que la opinión pública conozca
una serie de hechos que cuando menos resultan preocupantes y que comprometen aspectos
importantes de la economía y de la sociedad en España, y que desmienten los
aspectos triunfalistas que suelen acompañar a las políticas del gobierno. El
incremento exponencial de la desigualdad en todos los niveles con especial
repercusión en la caída de los salarios sobre el conjunto de la renta nacional,
la precariedad como única forma de conseguir empleo, o el número más bajo de cotizantes
a la seguridad Social en relación con la población activa de toda la historia
democrática, son algunos de estos aspectos. Por eso Javier López comienza todos sus tweets con el íncipit “Perdone que
les distraiga de lo de Catalunya”. Si
esto es así respecto de las noticias de España, figurémonos de las de otros
países. Por eso en este breve post se traen a colación algunas noticias de Gran
Bretaña que seguramente no serán noticiables en el espacio mediático
hegemonizado por el gobierno y sus aparatos de información convergentes. Pero
que no por ello dejan de tener interés, como se verá a continuación.
Primera noticia: El gobierno conservador británico puso en marcha una
comisión de estudio sobre la situación de las relaciones de trabajo y la
productividad de las empresas. Esta comisión ha hecho público una recomendación
al gobierno para que incremente el salario mínimo, dado que según la
investigación que han llevado a cabo, uno de cada cinco trabajadores que cobran
el mínimo legal se consideran subremunerados, es decir, retribuidos por debajo
de su valor. A comisión entiende que la subida del salario mínimo generará un
efecto de arrastre sobre la negociación colectiva y que este efecto de aumento
salarial es esencial para consolidar incrementos de productividad globales de
las empresas británicas. Es evidente el interés que reviste este dato,
proveniente de una comisión gubernamental del partido conservador británico y
por tanto, inmerso en el pensamiento neoliberal más potente, para el supuesto
español, donde la negociación colectiva se propone recuperar una parte de la
pérdida de poder adquisitivo de los salarios y donde los sindicatos
confederales llevan exigiendo la subida del SMI a niveles relativamente
compatibles con las recomendaciones del CEDS de la Carta Social Europea que el
gobierno ha incumplido de manera flagrante. El incremento del salario mínimo
mediante un acuerdo bilateral entre el PP y el PSOE que se presentó como un
fruto positivo de la abstención del PSOE que permitió un nuevo gobierno del PP –
con las consecuencias que desde entonces y mucho más ahora estamos soportando – se consideró
plenamente insuficiente y además resultó sometido a límites y a
condicionamientos sobre su repercusión en la negociación colectiva
extremadamente contradictorios con la función de seguridad vital y de dignidad
personal que cumple esta figura. Por el contrario, el ejemplo portugués, casi
en paralelo al fallido supuesto español, ha resultado dinamizador de la
economía en el país vecino y perfectamente compatible con las indicaciones de
la austeridad impuesta a los países sobre endeudados.
Subir el salario mínimo y dinamizar la negociación colectiva son por tanto
objetivos que se deben llevar adelante en esta etapa actual de desarrollo de la
economía europea.
Segunda noticia: La empresa Uber, paradigma de la nueva economía
colaborativa, ha perdido su licencia para operar en Londres. Transport for London (TfL) ha adoptado
esta decisión sobre la base de dos consideraciones, que pueden resultar chocantes
para el discurso que generalmente se lleva a cabo sobre este particular. En efecto,
este organismo ha considerado decisivo para revocar la licencia de operar la
actitud de la empresa Uber respecto de la responsabilidad social corporativa y
la seguridad del cliente. Dos elementos por tanto adicionales a lo que
normalmente se tiene en cuenta a la hora de analizar este tema, la figura del
empresario / plataforma, la capacidad de interlocución colectiva del mismo, la
naturaleza de la relación salarial o no de estos conductores, la organización colectiva
de sus intereses. En este caso, la inexistencia de una política de
responsabilidad social de la empresa y la preocupación porque la empresa no
está en condiciones de garantizar la seguridad de los clientes han sido
determinantes para que un organismo que controla el servicio público del
transporte les negara la capacidad para operar en la ciudad. Nuevos elementos
que se añaden por tanto al campo de estudio y de debate entre laboralistas y
expertos sobre uno de los ejemplos más recurrentes de la gig economy y que sin duda enriquecerá, desde perspectivas nuevas,
la reflexión sobre el encaje de estas formas de organización de los servicios y
del trabajo que los sostiene en el futuro del trabajo que queremos, por emplear
el término tan querido a la OIT.
Las formas de economía colaborativa tienen que confrontarse con las normas
que regulan el trabajo y también con las coordenadas que encuadran la
prestación de un servicio público. La llamada a la seguridad de los clientes –
y la salud y seguridad de los conductores – y a la responsabilidad social de la
empresa “colaborativa” son elementos novedosos que habrá que tener en cuenta a
partir de ahora.
Tercera noticia: La conferencia del Partido Laborista que se celebrará
mañana, 25 de septiembre, discutirá las recomendaciones que el IER a través del
Manifiesto para un nuevo derecho del trabajo ha efectuado, y que servirán de
guía para la acción del Partido laborista en torno a la reforma de la legislación
laboral, que será el eje central de las políticas que vertebrarán la propuesta
de gobierno de este partido. Aunque ya se ha hablado en este blog de este tipo
de iniciativas de re-regulación del trabajo, que provienen de una relación de
colaboración entre juristas del trabajo, académicos y profesionales y
sindicalistas, y que están produciendo una real convergencia de propuestas en
diversos países europeos – al menos en Italia, España, Francia y Reino Unido- ,
lo que conviene resaltar de esta noticia es la centralidad que para el partido
de la oposición en Gran Bretaña, que previsiblemente puede ganar las próximas
elecciones, tiene la reforma de la legislación laboral. Un tema que sin embargo
en España aparece borrrado de las agendas de la actualidad política, como se
comprueba comparando el momento actual con el semestre diciembre 2015 – junio 2016, donde
por el contrario constituía el punto de referencia obligado de los
protagonistas de un cambio posible lamentablemente no realizado, siendo
sustituido por un impensable continuismo del Partido Popular en el gobierno. De
esta permanencia del gobierno popular, acosado por la corrupción y sin mayoría
suficiente para gobernar, se ha seguido una cierta conciencia muy extendida de
irreversibilidad de la reforma del 2012, aunque con las correcciones que
fundamentalmente la jurisprudencia del Tribunal supremo impuso a los aspectos
más incisivos de la misma.
Sin embargo, es hoy imprescindible volver a regular las relaciones de
trabajo sobre bases nuevas, que instauren un garantismo efectivo de los
derechos colectivos e individuales derivados del trabajo que enlacen con el
modelo constitucional que ha sido desvirtuado por la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional que ha convalidado con entusiasmo la reforma laboral en
todas sus expresiones. Este es el marco del discurso en el que nos debemos
mover, y el que hay que recuperar a pesar de la urgencia real del problema catalán
y la resolución odiosa que el gobierno del PP está dando a esta crisis.
Tres noticias con repercusión inmediata en nuestro espacio de información y
de debate. Sigamos por tanto pensando en este marco del discurso, sin ser
excesivamente desbordados por la urgencia informativa sobre Catalunya y sus
turbulentas evoluciones del día a día.
(En la foto, los profesores Aparicio y Baylos retratados con el poeta Luis Garcia Montero, ante la tumba del gran Garcilaso de la Vega y de su hijo)
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