Me entero
por twitter del fallecimiento, con casi 88 años, de David Ruiz,
catedrático emérito jubilado y reconocido historiador en la Universidad de
Oviedo, donde fundó una importante escuela de investigadores. Su tesis doctoral
sobre el movimiento obrero en Asturias puede descargarse en la página de la
Fundación Muñoz Zapico que le organizó un homenaje en el 2020, donde también
puede encontrarse una semblanza muy completa del mismo realizada por su
discípulo Ramón García Piñeiro y una entrevista con él en la que se va
dando cuenta de una buena parte de su trayectoria personal y profesional. La
tesis se descarga en este enlace: https://www.fundacionjuanmunizzapico.org/actividades/2018/2018_homenajeDavidRuiz/TesisDoctoral_MovimientoObreroAsturias_DavidRuiz.pdf
En la biografía que acompaña a
las necrológicas que hoy publican los diarios asturianos, se hace hincapié en
la importancia de la investigación histórica que efectuó en torno a la
revolución de octubre de 1934, a su relación con los coloquios de Pau y Tuñón
de Lara, cómo en 1973 fue expulsado de la Universidad de Oviedo por
pertenecer al PCE y cómo solo en 1986 pudo obtener la cátedra de historia en
dicha universidad. Hasta 2002 dirigió 42 tesinas y 15 tesis doctorales. Pero no
se menciona su paso por la Fundación 1 de Mayo de CCOO en la década de los
noventa del siglo pasado, que fue cuando yo entablé contacto con él.
En efecto, creo que fue en 1990
cuando David Ruiz tomó una excedencia sindical como militante de CC.OO.
y pasó a crear y dirigir una sección de historia en la Fundación 1 de Mayo,
entonces alojada en la calle Españoleto 23, en el mismo espacio en el que se
situó el despacho laboralista de Cristina Almeida y Nacho Montejo.
Estaba pasando un momento personal delicado y decidió alejarse de Oviedo para
integrarse en la Fundación para impulsar no sólo el Archivo Histórico del
Trabajo que tras dos años de preparación, había comenzado su andadura en 1992 con
José Babiano y Concha Jiménez, sino concretamente para fortalecer
la investigación histórica sobre el movimiento obrero español y, naturalmente,
en concreto sobre CC.OO. Había formado parte del primer patronato de la
Fundación entre 1988 y 1991, pero fundamentalmente nuestro contacto sobrevino
como consecuencia de su traslado a Madrid, y luego en el período
correspondiente al segundo patronato 1992-1995, que fue el último en el que yo
desempeñé el cargo de Director de la Fundación, bajo la presidencia de Eloy
Terrón.
Durante esos años organizó cursos
muy interesantes en la modalidad de Cursos de Verano en colaboración con la
UCLM, el primero de ellos y posiblemente el más espectacular en julio de 1992,
sobre Aparatos de represión y mecanismos de represión en el franquismo, donde
intervinieron Gabriel Jackson, Manuel Vázquez Montalbán, Carmen Molinero,
Pere Ysás y Pepe Jiménez de Parga junto a el mismo y a José
Babiano y el segundo, un año después, sobre la huelga en la historia de
España, con la participación de Manuel Pérez Ledesma, Antonio M. Bernal,
Álvaro Soto, José Babiano y yo mismo.
También en aquellos años me
invitó a participar en tribunales de tesis doctorales realizadas bajo su
dirección, siempre en la estela de sus estudios sobre el movimiento obrero
asturiano, alguno de las cuales fueron publicadas por la Fundación, como la
tesis de García Piñeiro sobre los mineros asturianos durante el
franquismo (1937-1962). Pero posiblemente su contribución más importante a su
trabajo en la fundación fue la coordinación y confección de una Historia de
CC.OO. que abarcaba de 1958 a 1988, y que se nutría de trabajos agrupados por
cada uno de los territorios del estado español, que David Ruiz seleccionó
y encargó personalmente. El libro lleva ese título, Historia de Comisiones
Obreras (1958-1988), y lo publicó Siglo XXI en 1994.
El libro consistía en un primer
meritorio intento de establecer una mirada de conjunto de ámbito estatal sobre
los distintos procesos de construcción del movimiento socio político en que
consistía CCOO, que normalmente se circunscribían a estudios de conflictos
concretos o de territorios específicos, como el espléndido trabajo de Ysás y
Molinero sobre la CONC. El libro comenzaba con un estudio sobre el
sindicalismo vertical, al que seguía un análisis de David Ruiz sobre las
actitudes obreras en la primera década de la dictadura – de la supervivencia a
la negociación, se titulaba – para posteriormente ir desgranando intervenciones
sobre los procesos de formación de CCOO en Catalunya, con la CONC, las Comisiones
Obreras de Euskadi, la reconstrucción de la nueva vanguardia obrera en
Asturias, las comisiones obreras madrileñas a partir de la comisión de enlaces
y jurados del metal, las CCOO sevillanas, las de Galicia y las del País Valenciano,
el nuevo sindicalismo en Zaragoza, en Castilla – Leon, en Castilla La Mancha y
en Extremadura, en las Islas Baleares y finalmente un análisis general sobre CCOO
en la transición y consolidación democrática hasta la huelga del 14-D. Como se
puede comprobar, salvo la descripción de la formación de CCOO en las Islas
Canarias, el libro pretendía abarcar en una serie de capítulos la implantación
a lo largo del territorio del estado español durante el franquismo del
movimiento socio-político más relevante de la lucha contra la dictadura. La
confección de los capítulos se confió a un amplio elenco de historiadores e
historiadoras de las diferentes universidades españolas, con especial atención
asimismo a los investigadores que trabajaban para las fundaciones e institutos
sindicales de CCOO.
Sin embargo, el trabajo no fue
bien recibido por la dirección del sindicato y en concreto por Antonio
Gutiérrez, que no quiso presentarlo como una obra nacida o producida en el
seno de la confederación, lo que le
produjo a David Ruiz una gran desilusión. No es fácil hoy entender por
qué este trabajo no fue positivamente valorado como un esfuerzo que merecía ser
reconocido como el fruto de un trabajo efectuado en el marco de la Fundación 1
de mayo, pero posiblemente hay que achacarlo a que la percepción de la historia
de un fenómeno tan complejo como CC.OO. por parte de quienes fueron sus propios
protagonistas difiere siempre de la que puedan escribir otras personas. En todo
caso esto supuso el alejamiento progresivo de David Ruiz de la Fundación
y su regreso a su Facultad – y a su vida – en Oviedo. No se precisar ahora bien
este tránsito, porque a partir de 1995 dejé mi puesto de director de la Fundación
para que lo ocupara Jorge Aragón, bajo la presidencia de Julián Ariza,
pero creo que también la pugna abierta en el seno del sindicato en torno al 6ª
Congreso en el enfrentamiento entre los “críticos” y los “oficialistas” incidió
también de manera importante.
Le recuerdo como un hombre serio
pero afable, con una amplia conversación y un cierto cansancio ante lo que suponían
las intrigas que componían la cotidianeidad de las relaciones universitarias de
la época. Tenía un cierto desencanto ante lo que había devenido la
modernización del país sin real democratización del mismo bajo los gobiernos
socialistas del aclamado Felipe González. Conversamos mucho entre paseos
y le gustaba frecuentar la taberna asturiana situada debajo de la sede de la
Fundación, que sin embargo se trasladaría después a un amplio piso en la calle
Zurbano 29, un poco más abajo. El traslado de la sede a Arenal ya no le cogió
en Madrid. Seguí su trayectoria fragmentariamente, como el acto de homenaje que
le prodigaron ya en 2018 en Oviedo sus alumnos. Hoy conocemos su muerte, a una
edad avanzada. El mejor homenaje que se puede hacer a su persona de historiador
coherente y de profesor implicado es acudir a sus textos y releerlos. A ello
anima esta pequeña nota en su recuerdo.
Efectivamente ha desaparecido un gran historiador del movimiento obrero.
ResponderEliminarPara mi su articulo De las guerrillas a la fabrica es de lo mejor que le he leido.
El libro de historia de CCOO no lo valoro igual.
No solo por no abarcar a muchas regiones. Tambien por no conectar los relatos territoriales (muy valiosos) con el papel articulador del PCE y de la coordinavion estatal. La introduccion de David fue muy breve. Daba la impresion de que CCOO no fue un movimiento ni siquiera desde 1967 con la 1 Asamblea, sino multiples organizaciones que por azar surgieron a la vez y andaban a su aire. Per porque tenian las mismas reivindicaciones en las elecciones y en los convenios y convocaban acciones generales?
Pese a verle esas limitacionesb me parecio un libro muy util y lo he utilizado y citado en todos mis trabajos incluido "CCOO paso a paso" que firme con Antonio el profesor.