domingo, 13 de noviembre de 2022

MADRID SE LEVANTA EN DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA

 



Ha sido una manifestación impresionante. Dividida en cuatro columnas, más de seiscientas mil personas (670.000 según los organizadores) han confluido hacia la Cibeles en el centro de Madrid, sin que se pudiera llegar allí por la cantidad de personas que han participado en la marcha. Una muchedumbre que venía en tren, metro y autobús de los barrios de la capital y de las ciudades que la rodean, uniéndose aquí a una impresionante marea humana. Las imágenes son transparentes y demuestran la fortísima contestación social a la política de la Comunidad de Madrid en materia sanitaria, que ha generado protestas en cadena y una verdadera explosión de descontento en toda la ciudadanía.

El desparpajo y la grosería que adorna el discurso de la presidenta de la CAM no ha sido capaz de ocultar el proyecto de desmontar la asistencia sanitaria de calidad del que debería gozar el conjunto de la ciudadanía de Madrid y su sustitución por un servicio deficitario, mal estructurado y alimentado por la precariedad vital y laboral de todas las personas que lo sostienen mediante su trabajo, desde los celadores, las auxiliares de clínica, las limpiadoras, el personal de enfermería y el personal médico, todo el conjunto en definitiva de esas personas que constituyen el nervio del servicio público de la salud y que han sufrido hace muy poco el estrés físico y psíquico de una terrible pandemia frente a la cual han sacrificado todo su tiempo, su salud y en ocasiones su vida. No hace tanto éramos muchos quienes nos asomábamos a los balcones para aplaudir su generosidad y su esfuerzo. La Comunidad de Madrid por el contrario ha cancelado esa imagen y se ha encarnizado en la destrucción de esa asistencia pública a través del encadenamiento de medidas cada vez más insoportables que se defendían por su presidenta mediante ataques a los sanitarios y a las fuerzas políticas y sindicales que cuestionaban su actuación.

Detrás de estas políticas se encuentra, desde luego, el objetivo de desplazar al mercado la satisfacción de las necesidades del público en materia de preservación de la salud, y en dar prioridad al sector sanitario privado frente al público, en una indisimulada estrategia de deterioro, falta de inversión, oferta de condiciones de trabajo precarias y salarios plenamente reducidos en el servicio público de salud. Además de los escándalos ya lejanos de las residencias que constantemente denuncia con obstinada fe en la justicia el periodista Manuel Rico – un caso en el que “la muerte fue un proyecto político” como denuncia el poeta gallego Daniel Asorey – y las intrincadas compras de material preventivo y mascarillas protectoras por familiares y amigos, cuya denuncia por parte del entonces presidente del Partido Popular, Pablo Casado, le costó literalmente el puesto en una humillante operación política en la que el Partido decidió desembarazarse de su figura, la presidenta de la CAM ha imprimido una aceleración importante a su proyecto de mercantilización de las necesidades básicas de los ciudadanos madrileños. Pero este vertiginoso impulso político ha propiciado el colapso de servicios fundamentales de asistencia sanitaria – la asistencia primaria y las urgencias ambulatorias, pero también recortes en la financiación y disminución de profesionales, muy especialmente en estos sectores, que han provocado un aumento constante de listas de espera en consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, despidos y precariedad laboral de los profesionales sanitarios. Este panorama desastroso ha provocado una respuesta contundente por parte de la ciudadanía madrileña más expuesta a esta acción de deterioro del servicio público.

El movimiento social que ha cristalizado en esta gran manifestación se ha ido construyendo poco a poco, a partir de las protestas en los barrios de la ciudad y en el cinturón de las ciudades del sur de Madrid, y ha sido posteriormente sostenido por las reivindicaciones sindicales y profesionales del sector, en una reedición de la “marea blanca” de los años de la austeridad, además de integrar el discurso político de la izquierda – Mas Madrid, Unidas Podemos y Partido Socialista – de impugnación de estas decisiones del gobierno de la CAM. Ese pluralismo en la formación de un potente cuestionamiento social y político se ha podido apreciar en la composición de la impresionante masa humana que se ha reunido hoy en las calles de Madrid. Aunque la cita puede entenderse un poco vintage , la convocatoria de Madrid se levanta por la sanidad pública  viene a confirmar los versos de Benedetti que cantaba Luis Pastor: “La unidad que sirve es / la que nos une en la lucha”, porque esa unidad se ha mostrado claramente en las plazas y avenidas de la capital, en la convergencia de todas las fuerzas políticas de izquierda junto a los sindicatos, el movimiento vecinal y tantas y tantas personas e individuos que han querido bajar a la calle a exigir un derecho fundamental para poder reconocerse como ciudadanos libres e iguales, como nos quiere un sistema democrático que afirma el Estado Social como condición necesaria para que pueda hablarse de democracia real. Una unidad que la gran mayoría de las personas asistentes a la manifestación entienden imprescindible y que debe requerir un esfuerzo de todos los partidos políticos por presentar un frente amplio y común en las próximas elecciones regionales y municipales que reivindique una plataforma de derechos y de políticas sociales capaz de revertir la deriva de degradación y de sufrimiento de las personas protagonizada por el gobierno actual de la Comunidad de Madrid y su Presidenta.

Esa es la preocupación que manifiestan ahora los creadores de opinión empotrados en la defensa de las políticas neoliberales que desde 1996 han conseguido mantener incólumes en la Comunidad de Madrid. La gigantesca manifestación provoca el escalofrío de quienes contemplan una reacción popular de mayorías que cuestionan directamente estas políticas, especialmente en materia de deterioro de la asistencia sanitaria. Por eso algunos de estos medios de comunicación advierten de la “politización indebida” de esta impresionante movilización social cuyo alcance y magnitud por otra parte, disminuyen de forma intencionada y un tanto pueril. La politización es justamente lo que esta movilización persigue. Es necesario sumar fuerzas en una serie de programas comunes que puedan desembocar en una candidatura electoral unitaria que permita cambiar, tras casi veintisiete años de dominio del mercado y de las corporaciones que lo controlan, el rumbo de la política en un sentido favorable a la ciudadanía madrileña y a la ampliación y consolidación de sus derechos fundamentales, además de garantizar condiciones de trabajo que correspondan a las coordenadas de un trabajo decente y estable, poniendo fin a la precariedad del personal sanitario, sus bajos salarios y su penosas condiciones laborales. Eso repercute en la mejora del servicio público de salud.

Esperemos la unidad de la izquierda, pues, que es la condición de una movilización potente capaz de impulsar cambios sustanciales en el gobierno de la región. La división y la bronca interna debilitan. Así que mientras las cosas siguen su curso, contemplemos felices esas imágenes impresionantes en las que todo Madrid se ha levantado en defensa de la sanidad de todas y de todos, del derecho universal a poder disfrutar de una asistencia sanitaria de calidad. Madrid, qué bien resistes!!

 


5 comentarios:

  1. Qué bellas y esperanzadoras imágenes! Gracias, Antonio, por la nueva entrada del blog.

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  2. Me encanta esta descripción palmaria de la depredación capitalista. Sumemos fuerzas frente a ella...Chile, Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela...y nosotros, también en Madrid

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    1. No soy Anónimo...soy Nicolás García Rivas..

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  3. Baylos, como siempre, da en la diana. La unidad de la izquierda, más imprescindible que nunca si queremos desembarazarnos de este lastre reaccionario y mentiroso que sufrimos en Madrid Comunidad y Ayuntamiento. ¿Lo veremos en mayo? A ver, a ver...

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  4. Qué maravilla, Madrid vuelve a respirar a todo pulmón, bien dice Benedetti: La unidad que sirve es/ la que nos une en la lucha. Queridas y queridos amigos: "Muchos días de estos" decimos en México. Su amigo Oscar Alzaga

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