El rumbo de las reformas que en Europa se están desplegando con el indisimulado objetivo de limitar seriamente el alcance del Estado Social – recordemos que el banquero Draghi llegó a afirmar hace dos semanas que “el modelo social europeo ha muerto” – está generando reacciones y resistencias no sólo en España, sino en toda Europa. Una canción brasileña habla de las "aguas de marzo" como un torrente que se lleva lo viejo y lo inconveniente. Este marzo es un mes de resistencia.
Es importante resaltar que se trata de movilizaciones muy grandes, con una gran participación ciudadana, en las que, de forma aleatoria, se reivindican escenarios de lo social y de lo laboral directamente relacionados con el respeto a la democracia social. Esa variedad impide no obstante distinguir el hilo conductor común y la convergencia real en un proyecto alternativo que se confronta seriamente con el que ponen en marcha los poderes económicos y políticos europeos y que se asienta sobre la desregulación, la antisindicalidad y la excepcionalidad social.
Hoy mismo, 7 de marzo, en Gran Bretaña, ha habido una importante huelga y manifestación maratoniana en la que se han ido desgranando cientos de intervenciones a favor del emblemático Sistema Nacional de Salud británico. Un proyecto de ley conservador-liberal pretende su privatización y descentralización, junto con el despido de 22.000 empleados. El rally “para salvar nuestro NHS” ha hecho desfilar por las calles a médicos, enfermeros, celadores y demás trabajadores de la salud, reivindicando el carácter central y básico de esta institución como forma precisa de garantizar eficazmente la salud y la vida de los ciudadanos británicos. El tema de la sanidad no nos es en absoluto desconocido en España, en especial a partir de la política de recortes que ha puesto en marcha la Generalitat de Catalunya. Hace muy poco se conocía – en una noticia secundaria – que los recortes habían dejado sin quirófanos al Hospital de Belvitge en Barcelona, teniendo que suspender más de 20 operaciones graves a enfermos con tumores malignos. El recorte del 12% del presupuesto de sanidad se revela como un acto de riesgo evidente para la vida de las personas. ¿Alguien podría imaginarse cuál sería la reacción mediática si los quirófanos se hubieran detenido por una huelga del personal? Los trabajadores hacen la huelga protegiendo el derecho a la salud y a la vida de los pacientes, el Estado autonómico impone los recortes creando el riesgo y la desprotección de los ciudadanos.
Mañana es el día de la mujer trabajadora, con actos y manifestaciones en todas partes, que estarán cargados de un contenido reivindicativo importante. En España, se ha dicho con razón que la reforma laboral, que va a ser convalidada el 8 de marzo en el Congreso, “tiene contenidos discriminatorios para la mujer y rompe con las medidas de promoción de la igualdad en el empleo entre hombres y mujeres". La fecha elegida para la convalidación es ofensiva para la sensibilidad de las trabajadoras de este país. Además permite interrogarse sobre el carácter de “urgente necesidad” de una norma que trata de forma tan negativa el tema de la conciliación de la vida familiar y laboral, el contrato a tiempo parcial con horas suplementarias, la reducción de la elección libre del tiempo de trabajo y su ordenación compatibilizándola con el tiempo de vida.
El viernes 9 de marzo, en Italia está convocada por la combativa Federación Metalúrgica de la CGIL, la FIOM, una huelga en el metal a nivel nacional y una gran manifestación. Además de rechazar el trabajo precario y el aumento del desempleo, la huelga tiene como objetivo la respuesta al autoritarismo patronal, en especial de la FIAT, que quiere prescindir de los sindicatos que no sean “amigos”, y no reconoce la presencia ni el poder contractual de la FIOM al no haber firmado el convenio colectivo de empresa que no sólo rompe el convenio de sector, sino que impone renuncias definitivas de derechos fundamentales a los trabajadores a cambio de no deslocalizar la producción de la fábrica. Además de ello, el Gobierno del “técnico” Monti y la patronal italiana se obstinan en derogar el art. 18 del Estatuto de los trabajadores italiano, que sanciona la readmisión forzosa del despido que el juez declare ilegítimo (improcedente para nosotros). También en Italia la lucha contra la demolición de las garantías del derecho al trabajo es un elemento decisivo en la configuración de la resistencia de los trabajadores.
Y, en fin, en España, están convocadas importantes manifestaciones contra la reforma laboral convalidada el domingo 11 de marzo. La respuesta tan grande que tuvieron las convocadas para el 19 de febrero ha hecho que los medios de comunicación redoblen su presión amenazante sobre los sindicatos y procuren la descalificación de la presión en la calle. Pero el domingo las calles estarán a reventar de gente. Esa presencia resistente no puede ser negada – verosímilmente, al margen de los editoriales y opiniones que desvalorizarán con la brutalidad característica el ejercicio por cientos de miles de ciudadanos de su derecho democrático a manifestarse. Pero seguiremos el tema en próximas intervenciones.
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