miércoles, 16 de abril de 2008

LUTO POR ITALIA


340 diputados de la coalición encabezada por Berlusconi frente a 239 del Partido dEmocrático dirigido por Walter Veltroni. La izquierda sin representación parlamentaria. Los analistas al uso dicen que es un triunfo del bipartidismo y con ello la política italiana se ha "europeizado". Al contrario, el triunfo de Berlusconi supone paradójicamente la despolitización de la política italiana y la derrota profunda de las opciones de progreso para reformar esa sociedad. (En la fotografía, el parque de La Melancolía de la Izquierda, al final de la avenida Walter Benjamin, en la ciudad de Parapanda)
La victoria del Polo con Berlusconi en las elecciones italianas del 13 y 14 de abril de 2008 es una muy mala noticia para la política en general y para las iniciativas de reforma y emancipación social en particular. De buscar un significado, parecería que la política como forma de articular intereses concretos de los ciudadanos en un proyecto de transformación social, ha sido claramente arrumbada del discurso teórico y práctico del conjunto electoral italiano y de su opinión pública. La empresa y la riqueza que ésta es capaz de generar, la capacidad de crecer y de desarrollarse a través especialmente del mercado y el negocio, la intangibilidad de una esfera expansiva de bienes de consumo, son los valores que sustituyen la tensión hacia la síntesis en un interés general de la diferenciación social en el contexto de una estrategia de emancipación social definida más o menos difusamente en un arco temporal gradual. La desaparición electoral de la izquierda tiene que ver mucho con eso, pero también con la incapacidad de desplegar un proyecto de sociedad que se asiente en un amplio movimiento social fuertemente enraizado. El sindicato italiano, que ha hecho importantes esfuerzos de conexión con sus afiliados a través de la utilización de los mecanismos de autoconsulta, no ha desarrollado tampoco una identidad propia frente a los trabajadores en el dilema entre riqueza, desarrollo social y política. El flamante Partido Democrático a fuerza de hablar de reforma y de clases medias, evitando la “vieja” etiqueta de la izquierda, ha perdido a una parte importante de la clase trabajadora que, en zonas decisivas del norte italiano, se ha pasado a la Lega en un reflejo proteccionista y de cierre frente a las viejas competencias de trabajadores entre sí, los inmigrantes y los nacionales. El país que tiene una de las culturas sindicales y laborales más amplias e interesantes de Europa, con medios de expresión inteligentes y profundos, y con sujetos colectivos fuertes y bien instalados en la clase trabajadora, ha dado un paso terrible hacia la degradación de esa misma cultura política y sindical. Es el tiempo ahora del análisis de las causas de este tournant y sobre todo de las posibles alternativas más allá de la resistencia. Mientras tanto, estamos todos de luto por Italia.

1 comentario:

Karl Mill dijo...

Lo más lamentable de todo el espectáculo son esos políticos como Weltroni que se lo deben todo al PCI, avergonzándose de su pasado izquierdista .Y en España el silencio en la izquierda sobre el federalismo fiscal de la Liga Norte. ¿ Por qué será?.
Por lo demás no creo que los democristianos aguanten mucho en el PD. El sueño del clero italiano es un partido centrista que sea imprescindible para gobernar el país, sobre todo si crece la "sinistra".
Es una pena, la patria de Gramsci y Berlinguer...