México está viviendo una situación de violencia muy exasperada. Un gobierno que tiene extremadamente dañada su capacidad de legitimarse política y socialmente, tras el gran fraude electoral del 2006, cada vez más es sostenido directamente por los grandes grupos de poder internos en conexión calro está con una suerte de "contrato de protección" entablado con los sectores económicos y políticos reaccionarios del vecino del norte, los Estados Unidos de América.
En materia de libertad sindical, del que en este año se conmemora el sexagésimo aniversario del Convenio 87 de la OIT, la situación es muy grave. La vieja CTM, el sindicalismo corporativo de viejo cuño, aparece como un cascarón vacío, se encuentra desgastada e inoperante. Son cada vez mas frecuentes los ataques e injerencias del poder público sobre las organizaciones sindicales. El sistema legal permite un control estricto de la personalidad jurídica de los sindicatos. La propia configuración de un principio de autonomía sindical libre de injerencias del poder público e independiente de los empresarios, es una noción de riesgo. En efecto, el llamado sindicalismo "de protección" y los asaltos violentos a las sedes sindicales por matones a sueldo de fracciones dependientes del poder económico y político, son cotidianos en la realidad mexicana. La encarnizada persecución de lideres sindicales independientes por parte del poder público federal, desoyendo los amparos ganados por estos lideres en sede judicial, han tenido como portagonistas a sindicatos tan importantes como el minero metalúrgico, cuyo dirigente se encuantra exilado en USA.
En este contexto, la UNAM ha organizado un Seminario internacional de Defensa de la Libertad Sindical en la Facultad de Derecho, con participación de siete sindicatos que han denunciado la situación de coacción y represión de la libertad sindical. En concreto, el sistema de registro sindical concebido como autorización previa por parte del poder público, la prohibición del voto secreto y la vigilancia policial o incluso del Ejército de los recuentos de los votos emitidos por los trabajadores en la elección del sindicato en la empresa, junto con las frecuentes muestras de feudalismo industrial y la utilización cotidiana del despido como arma antisindical y, en fin, el acto de injerencia patronal típico consistente en la utilización de sindicatos inauténticos que firman un convenio colectivo simulado con una claúsula de exlcusión de cualquier otro sindicato, son los casos más repetidos de violación de la libertad sindical. A la exposición de los sindicalistas reprimidos y perseguidos, ha seguido una mesa de expertos, dirigida por el Maestro Enrique Larios, catedrático de Derecho del Trabajo de la UNAM y con la intervención, por parte mexicana, de Oscar Alzaga de la Junta de Conciliación del Distrito Federal, del magistrado Héctor Mercado, y del tambien profesor de la UNAM José Alfonso Bouzas, y los expertos internacionales Oscar Ermida de la Universidad de la República de Uruguay, Antonio Baylos de la UCLM de España, Horacio Meguira, profesor en la UBA y coordinador del servicio jurídico de la CTA argentina, Antonio Raudilio, exMagistrado y Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Laboral y de Seguridad Social y Moisés Meik, también él ex Magistrado y profesor de derecho del trabajo en la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina. Tanto desde el punto de vista de la calidad de los testimonios sindicales como en lo relativo a las intervenciones de los expertos, se ha realizado un encuentro especialmente significativo que quiere llamar la atención sobre la degradación democrática que implica la restricción extensa de la libertad sindical en México y las necesarias medidas sindicales y jurídicas que hay que adoptar en un proceso de saneamiento democrático y construcción de una esfera propia de acción de un sindicalismo verdaderamente autónomo del poder público e independiente de la patronal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario